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La casa encantada

La casa encantada

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19/06/2017, 17:32
Aventura

La noche había caído en Boston. Unos de los bares de copa, Brown Sugar, donde se servía algo de alcohol a pesar de la ley seca, estaba concurrido a estas horas. Decenas de clientes se amontonaban en las mesas y en la barra, escuchando música Jazz en directo. Un grupo amateur que estaba teniendo bastante éxito últimamente. El cuarteto tocaba melodías que se iban mezclando entre la alegría y la tristeza. Daban ganas a partes iguales de bailar como de escucharlas tomando una copa. La luz tenue del lugar, acompañado por el humo de los cigarrillos, hacían un lugar íntimo y tranquilo. 

El dueño del local, que en este momento estaba charlando con una joven detrás de la barra del bar, miraba como una vez más, el grupo de música hacía que el negocio fuese bien. Eran buenos momentos para el Jazz, para el alcohol y el dinero. Arriesgado, muy arriesgado. Pero mucho más rentable que estar dentro de la ley. 

En este momento, cuando el grupo descansa entre canción y canción, entra un hombre por la puerta. Estaba vestido todo de un negro azulón oscuro, apenas apreciable a la luz oscura del local. Con una camisa blanca y un sombrero acorde con su traje. Su barba espesa está bien recortada, y su mirada y porte, dicen de él que es un hombre adinerado y relativamente joven. Nadie presta atención a su entrada y se deja caer en la barra. Cerca del dueño y la joven, levantando el brazo para que le atiendan.

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19/06/2017, 21:50
Isobel Fray

Allí estaba como cada viernes noche. Sentada en la barra, enfundada en mi vestido rojo y mi colgante de cuentas negras. Había pedido un Martini con Vodka, como siempre hacía. Si mi padre me estuviera viendo en ese instante... Suspiré y sonreí a la vez, tomando un sorbo de la copa mientras me dejaba arrullar por la melodía de jazz, balanceándome de un lado a otro al ritmo de la música.
-Son bastante buenos, ¿no cree? -pregunté al dueño, con los ojos aún cerrados y dejándome llevar por el saxofón. No por nada me había criado en Nueva Orleans, rodeada de arte, música, fiesta y.... represión. Bueno, al menos la situación estaba cambiando poco a poco.

Sonreí al apuesto señor Gärtner mientras paseaba de un lado a otro con su camisa blanca y cabellera perfectamente peinada. Mientras tanto, yo sostenía mi mejilla con una de mis manos desnudas, apoyando el codo en la barra. "¡Izzy! ¡Basta ya de tanta masculinidad! Eres una señorita y debes comportarte como Dios manda.". Aquellas palabras con el tono de voz de mi padre resonaron en mi cabeza, pero yo solo pude reirme mientras admiraba la soltura con la que aquel caballero no dejaba de servir copas. Parecía un malabarista del cristal.

Ya llevábamos hablando un buen rato y le había contando que hoy, en la facultad, casi había sido descubierta en el parking de la universidad cuando se me cayó el sombrero de ala corta que solía llevar para disimular mis largos cabellos y así parecer un hombre.
-Si de mi dependiera me lo cortaría. Fíjate con qué elegancia lleva el cabello corto Louise Brooks. Pronto los hombres os lo dejareis largo y nosotras podremos olvidarnos de estos tediosos recogidos - Le había dicho a Gärtner, que se había reído de aquello, como siempre hacía, y me había dicho que era una locura.
A mi al rededor se agolpaba más y más gente, la música empezó a resonar más alto y las voces eran más graves pidiendo cocktels sin cesar.

Pedí otra copa justo cuando un extraño se sentó a mi lado, pero estaba tan absorta en ver las luces que rebotaban de las lentejuelas de colores de las mujeres del local que no tuve tiempo ni de mirarle el rostro.

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20/06/2017, 06:29
Richard Warrik

Esta noche todo estaba marchando a la perfección. 

Estábamos con aforo completo en el Brown Sugar, el grupo estaba gustando a la gente, yo tenía mucho trabajo sirviendo a los clientes en la barra y, como era habitual en las noches de viernes, Izzy estaba sentada en la barra tomando su Martini con Vodka. 

Desde la barra veía la entrada del local por la que seguía entrando gente. Pronto debería ordenar "el cierre de la puerta" a Matheus, el chico de seguridad que tenía controlando la entrada. La disposición de las mesas, como si de un anfiteatro se tratara, con la pista de baile abajo, delante del escenario alzado solo medio metro daba una clara proyección de todo el local hacia el concierto que iba animando in crescendo a todo el personal. La barra, iluminada con luz cálida naranjada, era otro de los puntos más visibles del local.

Mis camareros volaban entre las mesas del local, había una ebullición acompañada por las notas asincopadas de los Misty River que junto las luces y el humo hacían del Brown Sugar un caldo mágico que se colaba por todos los sentidos consiguiendo un oasis de placer sensorial.

No me imaginaba Izzy con el pelo corto, aunque vistiendo ese espléndido vestido rojo, cualquier peinado le iba a quedar bien. Las noches de los viernes solía tener su compañía y buena charla en los ratos que los clientes me dejaban libre. Hoy eran pocas esas ocasiones. 

Fitz, mi viejo amigo y excelente camarero, y yo íbamos del botellero a la barra en una especie de vals, vertiendo, agitando y removiendo bebidas que servíamos con la máxima eficacia y delicadeza para el gozo de la clientela.

Cada noche solía haber un momento que todo el mundo parecía servido, absorto en la música, bailando, conversando, ..., y ese era el de esta noche.

Aproveché para acercarme a Izzy que estaba apoyada en la barra con la mano en la mejilla en una postura que encontraba muy tierna y seguimos nuestra charla.

- Con una cara tan femenina como la de Louise Brooks le queda bien ese corte de pelo. De todas formas sigo prefiriendo los peinados con el pelo largo. Espero que no tengas razón y veamos a los hombres melenudos y con coleta. Porqué por más que lo intente creo que no voy a lograr asimilar esa imagen - río por su ocurrencia.

Le serví otra copa, la segunda, y justo en el momento que mezclaba suavemente los licores un hombre muy bien vestido, con un traje de buena tela, sobrio pero elegante, consiguió hacerse un hueco cerca nuestro. Cuando levantó la mano reclamando mi presencia ya había prestado atención a su llegada. Estaba en mi zona de la barra y por su mirada intuí que quería algo más que una copa, así que con un movimiento de ojos hacia él indiqué a Izzy que debía volver a ausentarme.

Esta vez había durado poco aquél oasis de calma en medio del frenesí de la noche de viernes.

- Buenas noches caballero. ¿Qué desea tomar?

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20/06/2017, 09:06
Isobel Fray

Cuando Rick pronunció aquellas palabras, solté una pequeña carcajada y tomé un sorbo de mi copa, sellando el cristal con mis labios rojos y dejando una pequeña mancha de carmín.

Cuando el hombre que estaba a mi lado levantó la mano para ordenar sus bebidas, lo miré. Sus rasgos me resultaron... ¿familiares? Era joven, de tez pálida. Parecía peculiarmente serio y su espesa barba me recordó a la del Sr. Fitz, el tutor de matemáticas de la universidad, solo que cuarenta años más joven que él. Cruzamos las miradas durante unos segundos antes de que yo dejara el libro de "Noche y día" encima de la barra de
granito, que centelleaba esculpido con las luces, dirigiéndome decididamente hacia la pista de baile.

Encendí un cigarrillo con boquilla larga, e inhalé un poco de tabaco dulce.
-Bebe y baila. Ríe y miente, ama, toda la tumultuosa noche, porque mañana habremos de morir -Le dije a Rick con media sonrisa. Aquellos eran los viernes que me gustaban, en los que intentaba explotar mi feminidad reprimida y pasarlo bien, ser una vividora más que un ente que dejaba que las experiencias pasaran sin disfrutar de ellas. --Ojalá pudieras divertirte alguna noche. Nunca te he visto bailar

Me acomodé el pañuelo que llevaba adornando mi pelo ondulado y comencé a bailar de pie mientras sonaba la música de jazz, que empezó a animarse cada vez más.
Los tacones, las risas y las notas de los instrumentos creaban el ambiente perfecto y el tumulto, al menos, no dejaba ver lo mal que solía bailar yo y mi poca coordinación.

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20/06/2017, 16:56
Warren Slim

Cuando aquel camarero se acerco a mi, baje mi mano. No quería ser mal educado, y siempre me había parecido muy grosero el llamar a un camarero levantando la mano. Ellos tenían siente ojos y un instinto innato para saber si alguien había llegado nuevo a la barra. A pesar de ello, el impulso a levantar la mano no lo deseché, y ahora me sentía un poco mal. Sonreí para agradecer la atención mostrada por él, y me dispuse a pedir.

- ¡Un combinado de triple seco francés con un licor de fruta a su elección!

Sabía que si aquél hombre tenía aquella bebida alcohólica francesa sabría combinarlo perfectamente con un licor de frutas aromatizado. Y si no le llegaban suministros debido a la ley seca, quizás pueda ofrecerse un triple seco nacional, más amargo y duro, pero al fin y al cabo, una bebida.

- ¡Podría decirme donde puedo encontrar al señor Richard Warrik!

Levanté la voz nuevamente por encima de la música. No es que no permitiera hablar de forma normal, pero la manía que tenía era levantar la voz en aquellos espacios. Luego miré hacia los lados. Vi a aquella mujer que me miraba. Muy cerca de mi sitio. El pensamiento que me cruzó por la cabeza me avergonzó. Demasiado hermosa, demasiado joven. No debería de sentir nada, y sin embargo... quité la vista para centrarme en el camarero. Aquellos pensamientos eran impropios de un caballero de mi estatus. 

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21/06/2017, 06:22
Richard Warrik

El nuevo cliente se mostraba inseguro. Su sonrisa denotó que era consciente de ello y que tenía ganas de quedar bien. Parecería un vendedor de seguros novato si no fuese por su traje caro.

Cumpliendo con su demanda tomé una copa del estante y la dispuse delante suyo, encima de un posavasos con las letras B&S impresas sobre un fondo color azucar panela. Abrí una nevera que estaba a la altura de mis rodillas. Y saqué dos botellas frías.

- Para este combinado prefiero el licor frío - anuncié - al triple seco le añadiré un licor de frambuesas casero que acompaña a la perfección el sabor de naranja amarga del triple sec - pronuncié esto último en francés con un marcado acento americano. Adorné la copa con una piel de naranja sujeta al borde de la copa de tal forma que una parte se bañaba dentro. Entonces preguntó por mi.

"Ya sabía yo que este hombre andaba buscando algo. Y me temo que nada tiene que ver con escuchar un concierto de jazz"

- Señor, ya le ha encontrado. Richard Warrik, para servirle - respondí acompañando las palabras con un suave gesto de mi mano, con la palma hacia arriba y los dedos juntos, señalando en dirección a su copa y por ende a él que estaba detrás. - ¿en qué podría ayudarle?

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21/06/2017, 07:05
Warren Slim

Pruebo la copa, elegantemente adornada, con un pequeño sorbo para humedecer mis labios, refrescar mi garganta y calentar mi estómago. Yo le llamaba Trisela. No sabía porqué me hacía tanta gracia el nombre, pero sonreí después del sorbo. 

- Soy Warren Slim. - Decido presentarme cuando suelto la copa en la barra. - Tiene usted un lugar precioso, casi único en esta zona. - Digo mientras observo el lugar. Ya había encontrado mi objetivo y ahora, me estaba relajando. Y un vistazo al lugar me entusiasmo. ¿Hacía cuanto no me había dejado llevar por el calor del Jazz y la melodía del alcohol? Me estaba volviendo un viejo. Pero no era momento de pensar en esas cosas. El trabajo me tenía abstraído, y eso mismo es lo que me había hecho venir hasta aquí y buscar a este hombre. - Necesito sus servicios. He adquirido una casa, para hacer negocio. Pero parece ser que mi inversión no ha sido del todo acertada. La última familia en habitarla sufrió una tragedia y bueno, circulan rumores de que la casa está encantada.

Bebo otro sorbo de mi copa, saboreando la mezcla de sabores y el ardiente alcohol en mi cuerpo, comparable con las caricias de una mujer.

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21/06/2017, 08:04
Isobel Fray

Después de haber acabado con el cigarrillo, la música cada vez se hizo más movida, por lo que acabé el cocktel que Rick me había preparado, delicioso, y subí los brazos al ritmo de las notas, girando sobre mí misma con la copa aún en la mano y haciendo que mi vestido con falda de vuelo se levantara ligeramente, dejándome las rodillas al descubierto.
Así pasaron varias canciones más, mientras reía y me mecía con la música. Entonces, el cantante tomó todo el protagonismo del que era capaz. La música se volvió sensual, y con una voz grave comenzó a cantar:

Recuerdo el viento bailando con tu pelo
y los dos mirándonos; buscándonos.
Recuerdo el hielo fundiéndose;
recuerdo la sed.
Y de todos los colores me quedaré
con el azul que roza tu piel
al caer la tarde;
nos viene a susurrar
que no somos inmortales
y que huir es permanecer
en la memoria del aire.
Rescátame
entre la corriente de gente
y sálvame
de una vida inofensiva;
rodeados de almas vacías;
de cuerpos llenos...

Abrí los ojos al escuchar las palabras que pronunciaba aquel hombre de color con una emoción sin igual mientras me dirigía a dejar la copa sobre la barra, en la que todavía reposaba mi libro.
Entonces miré a Rick con curiosidad, que estaba enfrascado en la preparación de un licor. Para él todo aquello era muy fácil y a mi me generaba admiración ya que para mí era un alquimista de los sabores.

El hombre junto a mi parecía interesado en hablar con el dueño, pero estaba exhausta y la música se había metido tanto dentro de mi cabeza que no escuchaba nada más que los latidos de mi propio corazón.
Entonces levanté la mano, llamando la atención de Rick e intentando interrumpir lo menos posible la conversación que estaban teniendo ambos -Disculpe Rick, ¿podría darme un poco de agua? -LE pregunté con una gran sonrisa y la frente perlada del sudor del baile

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21/06/2017, 09:46
Richard Warrik

El alcohol  hace pronto efecto en Warren Slim. Sus rasgos se relajaron ya al segundo sorbo. Puede que sí se sienta ahora a gusto en el local, como él asegura. Como cambia el aspecto de un hombre relajado a uno al cual le preocupan los ruidos de su mente. Y éste cuando llegó parecía realmente apesadumbrado.

Me sorprendido su demanda. Quedé unos instantes callado asimilando lo que acababa de decirme.

- Bien, entiendo la situación señor Slim. Pero no entiendo por qué me pide ayuda a mí. Ya me ve, sé prepararle una buena bebida, pero de casas encantadas no me enseñaron nada en la escuela. – le sonrío. Me guardo el hecho que además de haber ido a la escuela he pasado por la Universidad y cursado la carrera de Derecho. Aunque si este hombre ha venido directo a mi será porqué alguien la ha dado referencias sobre mi. Y si no ha sido así, espero que deseche rápido la idea de pedirme ayuda para ir a perseguir fantasmas.

Dicho eso me acerqué a Izzy que, acalorada por el baile y el alcohol, me pedía un vaso de agua. Le serví ese agua a la que añadí unas pocas gotas de limón y me volví otra vez hacia el señor Slim a escuchar lo que quería decirme.

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21/06/2017, 13:18
Warren Slim

Negué con la cabeza.

- No quiero decir que la casa esté encantada. Sólo que hay rumores sobre eso. Tengo entendido que ha estudiado derecho, y que bueno, quizás quiera una oportunidad para ejercer esa profesión. Y no es que me disguste los camareros. No se si me explico. - El alcohol me estaba haciendo quedar como un estúpido. Volví a negar con la cabeza. ¿Hace cuanto que no bebo? ¡Dios! No lo recordaba. Y el calor de la bebida me estaba haciendo estragos en mi cabeza. Lo tenía todo pensado. Todo estructurado. Pero ahora... - No me haga caso.

En ese momento nos interrumpió la chica. Mis ojos se fueron en un intento disimulado de apreciar su belleza. Pero inmediatamente desvié la mirada a mi copa. No quería parecer un grosero. Me ajusté el nudo de mi corbata con mi mano izquierda, mientras que con la derecha sostengo la copa.

Cuando vuelve Richard, continúo con lo que he venido a hacer aquí.

- Necesito un buen abogado que demuestre la falsedad de los hechos. En caso hipotético de que la casa esté encantada de verdad, ya buscaré un exorcista. - Dejé una pausa. Evidentemente no creía en fantasma, pero a veces sucedían cosas extrañas en este mucho que me hacía dudar de esa condición. Por lo que nunca dejaba cerrada esa puerta. - Estoy dispuesto a recompensar sustanciosamente su investigación.

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21/06/2017, 13:28
Isobel Fray

Sentada en la barra le agradecí a Rick el agua con limón que me había proporcionado. Le guiñé un ojo antes de irse, y cuando estaba sentada de nuevo, no pude evitar escuchar palabras sueltas sobre la conversación que estaban teniendo. "Abogado", "casa encantada"... ¿Casas encantadas? Eso no existía, la física podía explicarlo todo. Las matemáticas eran algo exacto, invisible pero fiable. Sonreí para mis adentros imaginando a mis viejos profesores escuchar aquella conversación llena de sinsentidos y miré al apuesto caballero de traje que parecía un poco achispado por el alcohol, al igual que yo.

Puede que aquella conversación fuera simplemente fruto de mi imaginación, una mezcla producida por el dulce alcohol, la música jazz a todo volumen y el sonido de los latidos de mi corazón resonando dentro mi cabeza.
Pero aquellos cockteles habían conseguido que me sintiera un poco desinhibida por lo que en ese instante no dudé en dejarme llevar por mi impulsividad y me incluí en la conversación.

-El sr. Warrik es un gran abogado. No obstante, poco creo que pueda demostrar los "encantamientos" de los que habla -Dije con naturalidad, mirando intensamente a aquel extraño mientras terminaba el agua con limón y cogía la rodaja de fruta y la ponía sobre mis labios para experimentar su sabor ácido.

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21/06/2017, 14:40
Richard Warrik

- De acuerdo señor Slim. Ahora lo entiendo mejor. Usted busca alguien dispuesto a refutar los chismes que circulan alrededor de su propiedad y que sea capaz de convencer acerca de la falsedad de estos ya que la cree injustamente infravalorada justamente por razón de las insensateces que se dicen acerca de ésta. - digo de un tirón - Veo que ha sido bien informado acerca de mi formación académica, no así de mi desmpeño laboral ya que, por suerte o por desgracia, además de camarero también ejerzo de jurista en lo que a la gestión del negocio se refiere. Y eso me lleva a hacerle una pregunta a modo de observación acerca de su demanda de colaboración hacia mi. ¿Usted cree que necesito una oportunidad para ejercer de abogado? Como ve dinero no me falta - abro los brazos ofreciendo la vista del local lleno de personas consumiendo y dejando su buen dinero en el goce de una noche de diversión y felicidad - y como ve en la vida todo se puede reducir a gozar de la felicidad del momento. Tendría usted que ofrecerme una buena razón para que decidiera ayudarle - aunque ya me está picando la curiosidad sobre este caso le doy un motivo más para que su oferta sea sustanciosa - y tendría que tener en cuenta cuando haga números que la recompensa debe incluir a mi ayudanta. Una mujer de ciencia que para este caso será un puntal en la construcción de los argumentos que usted pretende que yo consiga - acabando de decir esto, miré a Izzy subiendo una ceja en señal de complicidad. 

Pensé que le podría ir bien un dinero extra por un trabajo que parecía fácil pero en el que podría poner a prueba sus conocimiento y raciocinio centífico. Siempre estaba a tiempo de decirme que no quería participar.

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21/06/2017, 17:56
Warren Slim

Extiendo la mano izquierda hacia Richard mientras sujeto con la derecha la copa. Luego miro hacia la chica. Asiento con la cabeza a ambos. Y me arrimo un poco más a la chica para poder hablar mejor los tres y no levantar más la voz de lo necesario.

- El señor Warrik lo ha entendido a la perfección. - Le digo a la chica. Cuando la miro a los ojos me pongo nervioso y por un momento dudo si mi voz se va a tartamudear. - Soy Warrem Slim. - Y extiendo mi mano para presentarme, levantando mi trasero del taburete. Luego me vuelvo a sentar. Respiro un poco y acerco mi copa. Parece ser que la cosa va mejor de lo que esperaba, y me envalentono continuando mi explicación. - No se trata de demostrar la existencia de encantamientos o demonios en mi nueva propiedad. Si no todo lo contrario. De ahí que busque un buen abogado. - Luego me giro hacia el señor Warrik. - En cuanto a lo que quiere usted, no se a que se refiere. Mi vida es el dinero. Y sólo se defenderme con él. Puedo ofreceros una gran cantidad de dinero o bien financiación para futuras investigaciones. Si no es eso lo que buscas, quizás puedas ayudarme a deducir de que se trata lo que podría ofrecerte por tus trabajo. Se que el dinero no lo necesitas.

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21/06/2017, 19:10
Richard Warrik

- Si concretamos una cifra, la razón ya me la ha dado. Puede ser un buen reto un trabajo tan, como lo diría, extravagante. Hasta puede que salgamos en los periodicos y nos hagamos famosos - me río de mi por lo que acabo de decir y espero con curiosidad la cifra que quiere darnos el señor Slim por este trabajo.

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22/06/2017, 07:36
Isobel Fray

Me acerqué a ambos con una sonrisa suspicaz, y cuando Rick me incluyó en la conversación alzando una ceja e insinuando que podría ayudar, me sonrojé ligeramente.

Extendí mi mano hacia el Sr. Slim -Isobel Fray. Izzy para los allegados. La lógica puede cobrar todo sentido si se le aplica también el absurdo. -Le dije, con media sonrisa. Sus manos eran fuertes y muy masculinas, frente a las mías que parecían menudas y frágiles, y eso lo hacía ciertamente muy atractivo a pesar de la locura de la que nos hablaba. -No hay una verdad absoluta fuera del mundo de las matemáticas, Sr. Slim. ¿Puedo llamarle Warren? -pregunté, aunque no esperé respuesta alguna ya que estaba tomándome todas las confianzas del mundo. Saqué un nuevo cigarrillo del bolso y tras encenderlo le di una larga calada, manchando la boquilla de rojo. - No obstante, parece que Rick confía lo suficiente en mi como para poder acompañarles en esta aventura, y no seré yo quien diga lo contrario. Desde luego, las letras y las ciencias son la combinación de la que todos nosotros nacemos, y por tanto, podríamos ser la mezcla perfecta que está usted buscando. Ahora bien, no espere mi condescendencia acerca de los fenómenos místicos o sobrenaturales pues poco creo en su existencia.

 

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22/06/2017, 12:53
Warren Slim

La idea alocada de salir en los periódicos sólo podría conllevar una cosa. Que la casa está encantada. Y no es lo que verdaderamente me hace a mi ilusión, pues perdería mucho dinero invertido. A pesar de ello, dejo que Richard se emocione con la perspectiva de la fama.

- Podría pagar el triple del sueldo de un mes. 5.424 $, creo que podría ser una buena cantidad. A parte de la experiencia y el llevar un primer caso ante los juzgados. Le podría abrir suficientes puertas como para no... - Preocuparse por el dinero, iba a decir, pero era claro, tal y como me lo había demostrado él antes, que el dinero no era su mayor preocupación. Aproveche mi silencio y la interrupción de Isobel para girarme hacia ella. Asiento ante la proposición de llamar por mi nombre en lugar de mi apellido. - Como bien he querido comentar antes, - digo con un gesto de mi brazo, - yo tampoco creo en fenómenos paranormales. Y espero que no se trate de eso, y que simplemente, la anterior familia fuese víctima de la mala fortuna. 

Huelo el humo de tabaco que desprende de su boca Isobel, e inconscientemente mi mano va hacia el bolsillo de mi chaqueta, sobre mi pecho, en busca de un cigarrillo. Pero al tocar el vacío, recuerdo que hace meses que no fumo. A pesar de dejarlo, siempre que alguien fumaba delante de mi, notaba una especie de nostalgia, unas ganas tremendas de volver a sentir el humo pasar por mi garganta.

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22/06/2017, 14:23
Richard Warrik

- Creo que esa cantidad es correcta. Siempre y cuando los gastos sobrevenidos vayan de su parte. ¿Qué te parece, Izzy? - la miro esperando su respuesta.

 

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22/06/2017, 14:34
Isobel Fray

Aquello me parecía totalmente desorbitado. ¿ 5.424 $? Dios mío, aquello equivalía, por lo menos, a 8 veces mi sueldo de bibliotecaria en Artemis Library. Durante una fracción de segundo pensé en la capacidad económica que aquello me daría: la libertad de poder independizarme... ¡por fin! Lejos de los misticismos religiosos de mi padre, de sus palizas e insultos por desobecer las órdenes de su Dios. No volvería a sentir el cinturón sobre la piel, no volvería a tener que esconder mis pantalones en el cajón del maletero del FIAT rojo ni cambiarme en los baños públicos para poder asistir a clases y reivindicar mis derechos. 

Me convertiría, parcialmente, en alguien libre... 

No obstante todos aquellos pensamientos cruzaron mi mente y se estrellaron con la realidad: aquello podría salir bien o mal, e incluso puede que el Sr. Slim simplemente estuviera tomándonos el pelo a ambos.

Miré a Rick a los ojos. ¿Confiaríamos en él? Aquello aún estaba por ver y sus acciones acabarían delatando tarde o temprano su verdadera personalidad. Le dí un ultimo trago al agua con limón, asentí y dispuse mi mano cordialmente para aceptar el trato.

-Contad con mi leal colaboración - Enuncié parafraseando a Louisa May Alcott. Acto seguido le ofrecí un cigarrillo al Sr. Slim y una sonrisa a mi amigo Rick.

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22/06/2017, 17:33
Warren Slim

Levanto un poco los hombros y extiendo levemente los brazos.

- Como ya dije, los gastos corren de mi cuenta. 

Sonrío a Richard y luego, extiendo la mano hacia Isobel. La estrecho. Aquello era firmar un contrato. Esto funciona así. Miro al señor Warrik y le extiendo la mano para hacer firme el trabajo contratado, mientras le comunico donde está la casa.

- La casa se encuentra en la dirección C/ Robert B. Barker 35. - Con mi otra mano busco nervioso la llave en mi bolsillo. Saco una manojo de llaves y saco una para extenderla sobre la barra, empujándola hacia Richard, pasando por algún que otro charco de las bebidas que ha sido servidas sobre la barra. - Aquí tenéis una llave por si fuese necesario entrar. Ahora mismo está deshabitada. - Me incorporo y saco del bolsillo de atrás del pantalón de mi traje, una tarjeta que extiendo cera de la llave, intentando que no se moje. - Aquí tenéis mi dirección, para que me hagáis llegar vuestras investigaciones sobre el tema.

Ahora si, miro a Isobel y recojo el cigarrillo que me extiende. No debería de fumar, pero no pienso en ello. Me lo pongo en mi boca y dejo que me lo encienda. Fumo como si llevase toda la vida con un cigarrillo en mi boca y mis dedos. Una sonrisa amplia cubre mi rostro. Y vuelvo a darle un sorbo a mi copa.

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23/06/2017, 06:19
Richard Warrik

Izzy me dedicó una sonrisa después de aceptar el apretón de manos con el señor Slim Parecía que acerté incluyéndola en el trato. Se la veía contenta.

Estreché también la mano que el señor Slim me ofreció para hacer firme nuestro compromiso. Estaba seguro de no haberle escuchado decir que los gastos de la investigación corriesen de su cuenta, pero me valía con que lo dijese ahora.

Apresuradamente, empezó a recitar la dirección de la casa. Parecía deseoso de acabar pronto, como si le incomodase hablar de ella. Apunté la dirección en mi bloc de notas y con disgusto vi como deslizaba la llave por la barra sucia de algun resto de bebida. Soy muy escrupuloso en la limpieza de la barra. No quiero que los clientes puedan mojarse si se apoyan en la barra o lo que es peor, tener esa sensación de quedarse pegado por haberse apoyado en algún resto medio seco.

Guardo esa llave y su tarjeta en el bolsillo trasero de mi pantalón y acto seguido limpio la barra con la bayeta de rejilla.

- ¿Podría facilitarnos toda la información que tenga de la casa? Planos, escrituras para conocer el nombre de los antiguos propietarios u otra que considere que nos puede ser útil. Por ejemplo, necesitamos saber qué tipo de tragedia les sucedió a la família que la habitaba.

Me serví un vaso de agua con limón y bebí la mitad de un trago.