Partida Rol por web

A través de la puerta abierta podéis ver un dormitorio normal, con una cama, una librería vacía y una ventana que da al exterior. Un olor fétido inunda la habitación, mucho más fuerte que en el resto de la casa.

-Dios mío, ¿qué es este olor? -añadi en cuanto entramos en el dormitorio, acercando aún más el pañuelo que sostenía contra mi boca y mi nariz. Me acerqué hasta la cama, intentando visualizar si existía algo que pudiera llamarme la atención ya fuera sobre la colcha, bajo el canapé o incluso en la librería, que parecía totalmente vacía.

Ves unas marcas en el suelo, parecen recientes, y es como si la cama se hubiese movido unos centímetros, arrastrando sus patas por el suelo. El fuerte olor procede de la cama, aunque serías incapaz de decir en que punto de la cama es más fuerte, o es que toda la cama huele igual de mal.

-Rick, mira esto, parece que hay marcas en el suelo recientes, y es como si la cama se hubiese movido unos centímetros... ¿me ayudas? Me gustaría mover el canapé para ver si hay algo debajo -le dije a mi amigo, esperando ver si estaba de acuerdo conmigo

- ¿Recuerdas el ruído de antes... como si arrastraran algún mueble? Vamos a ver que hay debajo. Por la peste, no me extrañaría que hubiese alguna trampilla para bajar al sótano nauseabundo que hemos visto antes - una mueca se dibuja en mi cara.

Ayudo a Izzy a mover la cama.

Arrastráis la cama fácilmente hacia un lado, y veis que debajo no hay más que polvo y pelusas. 

- Izzy, este olor es muy raro, no crees? Y más en una habitación vacía.

Toco el colchón, lo huelo por si el olor sale de ahí. Doy un vistazo más a la habitación y aunque se vea vacía abro las puertas de la librería.

- No encuentro nada, pero deja que abra la ventana antes de salir. A ver si ventilando un poco nos libramos de este maldito olor. ¿Vamos a la siguiente habitación?

-Qué raro Rick. No nada aquí debajo... Pensaba que el ruido que habíamos escuchado cuando estábamos abajo podía estar relacionado con las marcas. Una trampilla, cualquier cosa. No sé, puede que haya sido alguna tubería oxidada, ¿no? -aun mantenía cierta esperanza en que aquello no fuera nada fuera de lo común, pero no las tenía todas conmigo. -El olor es asqueroso. Sí, creo que deberíamos abrir un poco para que no se concentre la peste. Si alguna vez me compro una casa, Rick, espero que me obligues a echarle un vistazo antes. No me gustaría encontrarme con nada de esto. -concluí, diciéndole también a mi amigo que estaba de acuerdo con ir a la otra habitación.

Una vez salimos de allí, nos encaminamos a la siguiente puerta para ver qué es lo que nos encontraríamos detrás.
 

-Y cuéntame, Rick, ¿qué tienes pensado hacer con el dinero que ganemos después de esto? ¿ampliarías el club? ¿te mudarías? No es que sea una millonada, pero desde luego para un trabajo como éste creo que nos va a pagar de más -le dije a mi amigo

- En las casas, y más las antiguas, a veces se escuchan ruídos. Entre el crujir de la madera, las corrientes de aire y el mordisqueo incesante de la carcoma te puedes volver loco dicen, jajajaja. Pero esa peste, esa peste no es normal. ¡Yo insisto en encontrar el perro muerto! Vamos a la siguiente habitación. - Mi tono es jocoso, pero no las tengo todas conmigo. Esta casa me está irritando y tengo cada vez más ganas de salir y respirar un poco de aire fresco.

Abro la ventana y cierro la puerta al salir, dejando que Izzy salga primera, como gesto de cortesía asimilado que surge naturalmente.

- ¿Con el dinero qué haré? Seguramente contribuirá a poner en marcha otro local que queremos abrir en Providence. Viene mucha clientela de ahí. Y sé de muchos que no vienen por la distancia que tienen que recorrer. El proyecto ya está en marcha, pero como todo negocio nuevo lleva mucho trabajo. ¡Y mucho gasto! Siempre vendrá bien una ayuda económica. ¿Y a qué quieres dedicarlo tú?

Escucho atentamente a Izzy pues me interesa saber cuales son sus planes de futuro.

- Veremos qué nuevos olores nos trae esta habitación.

Abro la siguiente puerta con más asco que miedo, pero con las dos emociones presentes.

La siguiente habitación es exactamente igual que la anterior. Su cama, su librería y su ventana que da al exterior. El olor es el mismo que el que rodea la casa, menos intenso que el encontrado en la primera habitación. 

- Vaya, qué sorpresa, otra habitación aburrida y pestilente. Échemos un vistazo, pues a eso hemos venido. 

Lo primero que hago es abrir la ventana, con el deseo que el aire que entre alivie mi olfato ya embotado. Luego, observo la librería y la cama, buscando también marcas de arrastre en el suelo o cualquier otra cosa fuera de lo normal que pueda mostrarnos esta nueva habitación.

Izzy por otro lado, hace lo mismo que yo. Formamos un buen equipo.

No encontráis nada fuera de lo normal.

-Bueno, nada por aquí, nada por allá... será mejor que continuemos y vayamos a la siguiente habitación -dije, sonriéndole. Entonces contesté a su pregunta -Pues realmente lo utilizaría para independizarme. Alquilar algo en la ciudad, lejos de mi casa. Tengo ganas de salir de allí -mi padre era un reverendo que me maltrataba fisicamente, pero tampoco tenía necesidad de hablar de ello, me causaba lástima y removía mis demonios. Cuanto más lejos estuviera de él, mejor- Veo que quieres expandir tu negocio. Es una gran idea, estoy segura de que todo te irá fenomenal

La siguiente habitación, última de la esta planta, es exactamente igual que las dos anteriores. Un dormitorio con su cama, su librería y ventana que da al exterior. El olor es el mismo que el que rodea la casa, menos intenso que el encontrado en la primera habitación. 

Entramos en la última habitación del piso de arriba y para mi satisfacción, no presenta ninguna sorpresa. Ni buena, ni mala.

- No me extraña que un tipo tan aburrido y aficionado al esoterismo se volviera loco. ¿Quién tiene una casa con tres habitaciones iguales, dos baños idénticos y dos habitaciones dedicadas a guardar porquería? Yo llegado a ese punto creo que también mataría a alguien o me suicidaría - no puedo dejar de bromear con sarcasmo sobre esta casa y sus antiguos dueños. Supongo que me sirve para rebajar la tensión que voy acumulando y más ahora que sé que nuestro siguiente paso será bajar al sótano...

Con ese ronroneo en la cabeza intento observar si existe algo destacable que nos pase desaprecibido a primera vista. Pero mi interés y preocupación no está en esta habitación y no consigo ver nada especial.

- ¿Izzy, que te parece. Movemos la cama, hacemos leña con la librería y nos montamos una barbacoa en el jardín, o bajamos al sótano a por una anosmia de manual? - me doy cuenta de mi estado que se refleja claramente en mis comentarios, pero no puedo, o quiero, evitarlo. 

-Creo a esta casa es más aburrida que los sermones que mi padre hace en la Iglesia. Estoy de acuerdo contigo en que deberíamos montarnos una barbacoa. Aunque no quemes los libros, por favor, esos me gustaría llevármelos sin que nadie se enterara -dije con una carcajada y guiñándole el ojo.

Entonces me aproximé a la puerta.
-Nos queda el sótano... y después, creo que nos merecemos un par de copas en tu club, Sir Richard Warrick -dije con una sonrisa, un tanto nerviosa por bajar al sótano, antes de salir por la puerta en dirección a la parte de abajo de la casa.
-No soy muy sensible a las obscenidades, pero por favor, que no haya un perro muerto...

- Izzy, me apiado de ti. Tener un padre reverendo tiene que ser una gran carga. O te conviertes en un mojigato o la rebelión está asegurada - bromeo ya que le asunto de la ascendencia es complicado, pues por mucho que se aborrezcan ciertos comportamientos, los padres representan pilares que sólo pueden ser derribados por sus hijos - ¡Vamos pues al sótano a ganarnos nuestras ilusiones!

Mientras deshacemos el camino, entro en las habitaciones en las que hemos dejado las ventanas abiertas para cerrarlas.

- No sufras por los libros. En esas librerías no hay ni una triste Biblia, además no queman bien - sigo con las bromitas. Aunque por mi mente pasa la idea de quemar los diarios truculentos que hemos encontrado en el piso de abajo - Mejor la madera para las barbacoas. Dan mejor sabor a la carne. En cuanto a lo del perro muerto... si hay sólo uno me conformaré. El pestazo que sube de ahí es enorme - digo con cierto pesar.

Sólo pensar en tener que respirar ese olor otra vez, hace sonar mis tripas. Aunque no estoy seguro si es por asco o por el hambre que ya se va haciendo presente.

Cuando volvéis a posar las manos sobre el pomo de la puerta del sótano, vuelven a reproducirse los mismos sonidos que antes. Como si un mueble fuese arrastrado en la primera planta de la casa.