Partida Rol por web

La puerta está en parte desconchada, producido por las lluvias y el no pintarla durante al menos unos diez años. Al abrirla, una telaraña de la parte inferior de rompe, saliendo la araña de pequeño tamaño corriendo para esconderse tras la puerta. A entrar, el aire cargado y rancio sale de la casa, como poseído por una prisa imprevista. Huele como si algo se hubiera podrido dentro, pero sin ser tan intenso. A pesar del supuesto abandono que tiene la casa y algunos restos de telaraña en algunas partes del techo, invisibles a ojos distraídos, el suelo no posee demasiado polvo, o al menos, no tanto como se debería de esperar. Es posible que hayan limpiado el suelo a menudo, pero no el techo. 

La puerta de entrada da a un largo y oscuro pasillo, con cuatro puertas a su izquierda y tres a su derecha.

Busco la clavija de la luz del pasillo y la levanto. 

Hay algo que huele mal, además del reconocible olor a cerrado. Puede que alguna cañería resople o, algo también muy frecuente en las casas abandonadas es, que se haya colado algún pájaro por la chimenea y descompuesto en algún rincón de la casa.

- Tendremos que hacer una inspección a fondo. Si al final nos la quedamos no quiero descubrir una mancha de humedad detrás de algún armario la primera semana de habernos mudado aquí - sigo con mi tono jocoso - y arreglar esa cañerìa - añado tapandóme la nariz y haciendo una mueca.

Ya en el pasillo, abro con algo de cautela la primera puerta a mi derecha. 

Seguramente estará toda la casa casi como la dejaron sus últimos dueños viso su horrible final. 

-Oh, querido... No podremos criar a nuestros hijos en semejante lugar. ¡Acabaran padeciendo anosmia y mis galletas caseras no contrarrestarán este olor! -Dije entre risas siguiendo la broma. Aquello daba un poco de miedo, había que reconocerlo, pero desde luego no era tan espantoso como me había imaginado -¿Te has fijado en que el suelo está bastante limpio? Es un poco raro, por como está lo demás esto debería tener al menos 5cm de polvo... -Añadí pensativa. Desde luego habría que descubrir de donde provenia aquel hedor tan repugnante -Vamos. Deberíamos mirar las habitaciones para saber de donde proviene ese hedor nauseabundo. Si la casa olía así cuando estuvo habitada no me extrañaría ni un ápice que la gente enfermara solamente por el olor -

Después de explorar todo lo que nos habíamos encontrado, me dirigí junto a Rick para ver qué había tras aquella puerta, esperando que la madera no se descolgara en cualquier momento debido al mal estado de la carpinteria

Las puertas se abren con facilidad. Hay adornos de ésta que faltan y la suciedad es evidente. A pesar del mal estado aparente de la puerta, es firme. Poco a poco, con la luz encendida del pasillo, parece ser que la electricidad funciona, se puede ver un poco del salón que da la puerta abierta. 

El salón es pobre en cuanto a mobiliario. Un sillón largo cubre la pared que pega al pasillo, justo enfrente de éste, hay una chimenea con restos de madera y algo duro y deforme de color oscuro. A ambos lados de la chimenea hay unas estanterías con adornos y cuadros. A la derecha de la chimenea hay una ventana, enmarcada con la estantería. Y en la pared derecha de la habitación, hay una puerta que da al exterior. Entre el sillón y la puerta del exterior, hay una mesa de madera blanca con cuatro sillas. Todo está con un dedo de polvo. Y algo desordenado. Un aparente desorden dentro de un orden.

La puerta que da al exterior es de cristal translúcido. 

Cuando entro en el salón todo está como esperaba. Lleno de polvo y con el desorden nornal de una casa que se ha quedado de repente sin sus habitantes. Levanto la clavija de la luz para ver mejor aunque la estancia está bastante iluminada por la luz exterior que se filtra por el cristal de la puerta que da al exterior  Me atraen los cuadros y los miro uno a uno pero con la sola intenciòn de satisfacer mi curiosidad antes de ir a examinar la chimenea. 

Me acerco a la chimenea y observo eso que está a medio quemar.

- ¿Que te parece que puede ser esto? 

Una vez hube entrado en la habitación intenté no perder detalle de todo lo que nos rodeaba. Cuadros, fotografías... Ensimismada, pegué un saltito cuando Rick me llamo -¿El qué? -Pregunté desde el otro lado de la habitación. En frente de la chimenea cogi el atizador, y empecé a mover aquella cosa que teníamos delante mientras me puse de cuclillas para poder verla mejor. ¿Qué se suponía que era aquello?

Pocos cuadros eran lo que adornaban la estantería, y ninguno la pared. En los cuadros se podían ver a niños de muy corta edad, de tan sólo un año o menos. Cada uno distinto. En total habéis contado 6. Cuando os acercáis a la chimenea podéis ver más claramente los restos negros que habíais visto desde la puerta. Al golpearlo con el atizador, veis que es duro. El sonido que produce y el tacto al tocarlo con el atizador, pensáis que pudiera ser plástico, pero con restos de papel. Todo mezclado sin ninguna forma aparente. 

Observas el trozo de supuesto plástico ennegrecido con detenimiento. Tiene el tamaño de una pelota pequeña de unos 20 cm de diámetro aproximadamente. Presenta restos del plástico junto con otros de papel quemado. Y quizás algún resto de una materia que no sabrías decir cuál es. Tampoco estás segura de que sea plástico o papel los otros restos. Le das varias vueltas, pero no consigues saber que es, o mejor dicho, que era antes de quemarse. El olor a quemado ha desaparecido prácticamente.

- Luego intentamos examinarlo con calma - digo observando esa masa negra. Quizás pudieran sacar algún trozo de papel si lo desmenuzaban con cuidado.

Doy un vistazo a la estancia y doy por hecha la inspección a esa habitación. Salgo y me dirijo a la puerte que queda enfrente. Y la abro con la misma cautela que la anterior.

-Sí, tenemos más cosas que ver por aqui -Dije. Acto seguido lo envolví en el pañuelo cuidadosamente y lo meti en el bolso que colgaba de mi hombro. Examiné de nuevo la habitación para poder quedarme con todos los detalles posibles y me dirigí junto a Rick a la siguiente estancia, esperando que fuera más reveladora que donde acabábamos de estar.

La puerta que atravesáis no se encuentra exactamente enfrente de la que estáis abandonando. Ésta está un poco más adentro. Al abrirla os deja claro a que estaba destinada la habitación. Es un trastero. A simple vista está atiborrado de cajas y cacharros viejos, calentadores de agua presuntamente estropeados, bicicletas viejas y demás trastos que deberían de estar en la basura, pero que como todos hemos hecho alguna vez, están guardadas en esta habitación para que no molesten en ningún otro sitio de la casa. 

Dentro del desorden se puede ver un armario en la pared oeste cerrado con tablas clavadas. La habitación es poco más ancha que el armario, y entran con dificultad dos personas. El desorden de las cajas y trastos es tal y que es imposible atravesar la habitación sin pisar nada. En esta habitación no hay ventanas. 

Doy un vistazo a la habitación y me horrorizo al ver tal cantidad de cajas y trastos viejos. Me repele el desorden. Tambièn en casa ajena. 

Pero lo que me intranquiliza más es ese armario. ¿Por qué motivo alguien puede cerrar un armario con tablas clavadas? Sólo se me ocurre lo evidente. ¿Qué diablos habrá dentro que no querìan que pudiera salir? Espero que fuese porqué el armario no cerraba bien y no tenían ningún interés en que se abrieran las puertas y pudiese caer... o salir lo que guardaban dentro. Sea como sea, ellos tienen la tarea de investigar cualquier cosa que tuviera relación con lo sucedido a aquella familia. No podían dejar nada por investigar.

Busco entre todos esos trastos algo que le pudiera servir de palanca para desclavar esas tablas. Algún destornillador, alguna bara metálica,... a muy malas podría usar la palanca del freno de alguna de aquellas bicicletas viejas.

- Izzy, tenemos que abrir ese armario. ¿Ves algo que pueda servir? - digo con un tono algo más grave que deja translucir mi preocupación, mientras rebusco por las cajas.

Intenté colarme entre algunos cachivaches, pero aquello era dificil. Aquel armario del fondo me daba mala espina. Su antigüedad me llamaba la atención, pero más lo hacía la forma en la que estaba cerrado. Tosí un par de veces por el polvo e intenté hacerme un hueco entre la mugre.
Cuando Rick dijo aquello, miré a mi alrededor, y encontré una vara de metal, puede que de una lámpara vieja de pie. -¿Esto podría servir? Rick, ten cuidado con los clavos, lo mínimo que pueden tener es tétanos y no quisiera que te hicieras daño.  -Le dije mientras le pasaba aquella herramienta. Puede que fuéramos capaces de abrirlo si uníamos fuerzas, y no es que dudara de los músculos de Rick, él estaba en forma, pero me preocupaba que los objetos de al rededor se derrumbaran en el proceso. -Voy a buscar el atizador, así podremos intentarlo a la vez ¿de acuerdo?.

- Esto puede servir, gracias Izzy - tomo la vara que me tiende Izzy y espero que vuelva con el atizador de la chimenea. Si los dos hacían palanca a la vez tendrían más posibilidades de desclavar esas tablas.

Pero el equilibrio entre tantos trastos era precario y no conseguía meter esa vara por debajo de las tablas y hacer palanca por mucho que se esforzaba. Tendría que encontrar una herramienta más adecuada.

Izzy también lo intentava con el atizador y parecía que podía lograrlo. Esperó la mejor fortuna de su compañera atento a que con el esfuerzo no perdiera pie y poder agarrarla si esto ocurría.

Las tablas comienzan a ceder por la parte que Isobel está haciendo palanca. Poco a poco, las puntillas clavadas en las puertas del armario comienzan a salir limpias, dejando el acceso a éste, totalmente al descubierto. Cuando Isobel y Richard arrancan con cuidado la última tabla, las puertas del armario se abren, como si llevaran siglos intentándolo y las tablas se lo impidieran. Un olor a cerrado y antiguo, mezclado con polvo y humedad sale de él como si de su propio aliento se tratase. Dentro del armario se pueden encontrar tres libros. En apariencia, dos de ellos parecen un diario, y el otro, es mucho más antiguo, la encuadernación le delata. En el dorso se puede ver "Dyzan".

En cuanto el armario se abrió, todo el polvo que había dentro me produjo un ataque de tos. Me cubrí la boca con el antebrazo, tiré el atizador y cuando por fin la garganta dejo de escocerme miré lo que había dentro. -Extraordinario... -Dije en voz alta, maravillada por el hallazgo. No por nada era bibliotecaria y los libros, sin duda cuanto más antiguos mejor, eran mi pasión. Cogí uno de los que parecía un diario y lo miré con detenimiento, poniendo especial cuidado en que no se deshiciera en mis propias manos ya que parecía frágil. -Mira Rick, esto es una verdadera reliquia -Dije justo antes de abrir el libro para ver qué misterios había en su interior.

Tras unos instantes mirando el diario, das por confirmado que es un diario. Está escrito en inglés, y parece ser que su autor es Walter Corbitt. Se necesitaría algo más de tiempo para dar un vistazo más en profundidad, pero parecen como recetas o más bien, experimentos.

Y se abrió como una exalación.

- ¡Bien Izzy! 

Tres libros dentro de un armario vacío y cerrado con tablas clavadas. Ya es bien cierto que acabaron mal de la cabeza.

Veo como ella coge el primer libro de los tres apilados. Como si de algo que debiera tener precaución se tratara, miro los lomos de los libros antes de tocarlos y decidirme por cual coger.

El de debajo es distinto a los otros dos. Su encuadernación parece muy antigua y la palabra escrita en su lomo me produce la curiosidad necesaria para decidirme a apartar el libro que tiene encima y tomar el Dyzan.

Observo el libro por fuera antes de abrirlo.

- Este libro es muy antiguo. Puede tener mucho valor. - comento antes de abrirlo y hojearlo. 

Abro el libro y lo leo por encima, para saber de qué trata.

Tras unos instantes mirando el libro, no puedes identificar el idioma en el que está escrito. Si es que existe ese idioma, para ti es totalmente incoherente. Parece ingles, pero no tiene sentido lo poco que has podido leer por encima.