Partida Rol por web

Al mirar alrededor, te fijas que un tipo ha bajado de un coche a 20 mts detras de vuestro furgon y tambien se dirige al chalet.

El tipo te echa un vistazo por encima, quiere pasar desapercibido, pero te fijas en el bulto donde seguro lleva un arma (aun no hay manera de esconder un arma decente a un ojo experto y menos en movimiento), te quedas con la matricula del coche, un Dodge barato, de color rojo apagado. Te acercas a la puerta, siguiendo con normalidad. Tu compañero llama a la puerta. Una joven, vestida con vaqueros, camiseta azul de tirantes, melena negra y cara pongamos que interesante, mas que guapa, abre la puerta.- ¿Si, que quieren?. Tu compañero le explica que sois los encargados de revisar anualmente la alarma, ella se encoge de hombros y os deja pasar.-¡Mama, los de la alarma! chilla al interor de la casa.
Estas dentro.

Uhm, interesante...
Los dos hombres entran sin mostrar ninguna duda, cerrando la puerta detrás de suya. Buena chica.

Mal día para trabajar ¿verdad? a Ivan siempre se le han dado bien las mujeres americanas y una encantadora sonrisa acompaña las palabras hace un calor insoportable, pero sólo tardaremos un momento las gafas de sol que aún llevan puestas ocultan la intensa mirada que dedica al nuevo escenario y a la muchacha. El único propósito de la charla banal es asegurarse de que no se va mientras llega su madre. Las necesita a las dos...

Cuando los pasos de la mujer de la casa se oyen acercarse la mano del ruso se dirige a la aún oculta Glock con el silenciador. Con un suspiro se prepara para una entrega más de la conocida escena "toma de rehenes": prepara mentalmente las palabras destinadas a tranquilizar los ánimos pero mostrando resolución, elige dos rincones donde mantenerlas sentadas fuera de la vista... Iván es un verdadero experto en estas acciones y ya las afronta con perfecta sangre fria y metodismo.
La repetición hace la perfección.

Cierras la puerta detras tuyo al entrar y cuando la madre se reune con su hija sacas el arma, antes de que la madre pueda decir algo tu ayudante la amordaza , la hija no sabe que hacer, mira a su madre y te mira a ti, le pides amablemente que se ponga de rodillas y este callada. Le tiemblan las piernas, asi que no se arrodilla pero si esta callada, o casi porque no deja de balbucear.
Tu compañero tambien la amordaza y las lleva hasta los primeros escalones de la escalera para subir al segundo piso, desde aqui ves todas las habitaciones, pero nadie os vera desde la calle.
Al momento vuelve tu compañero despues de asegurarse que la puerta de atras esta cerrada y todas las ventanas de la planta baja tambien.

Metódicamente armo el fusil sacándolo de la bolsa de deporte.
Busco con la mirada desde las escaleras la ventana del segundo piso con mejores vistas a la calle y, antes de mostrarme por ella, corro una cortina sin cerrar la persiana de forma que pueda ver a través de ella si es bastante fina pero no ser visto, o bien asomarme por un resquicio que quede abierto. Busco a nuestro armado amigo en la calle y en ventanas cercanas.

Echas un vistazo al calle desde un lateral de la ventana, el tio ha abierto la puerta del conductor de vuestro furgon y esta fisgando dentro. una sonrisa cruza tu cara. Aficionado, piensas mientras comienzas a levantar tu rifle.

Un clásico matón americano. Que entrañable, debería estar en un museo.
La sonrisa se difumina en su rostro poco a poco mientras deja paso a la concentración. La mente de Iván en un instante está en blanco, su mimetismo y su don para la información no son las únicas virtudes del exKGB, también es un gran tirador como sus patrones siempre han sabido reconocer...

Con el pulso de un profesional y con la certeza de un disparo fácil Iván apreta el gatillo.

El disparo resuena en la primera planta pero con el silenciador el disparo se disimulara bastante en la calle.
Tu blanco estaba bajando del furgon cuando su cabeza parece estallar, el tipo cae como un muñeco al suelo dejando una gran mancha de sangre.
Umm, desde la calle no se vera por los arbustos, pero como alguien entre al jardin....

Me doy la vuelta empezando a bajar las escaleras mientras desarmo el rifle. En los últimos escalones me encuentro a la simpática familia a la que mi viejo contacto mantiene alegre y callada.
Encárgate de cargar el cadaver que encontrarás fuera en la furgoneta. Y prepárate para salir, ha habido un cambio de planes.

Mientras sale al exterior fijo mi atención en los rehenes, buscando un teléfono movil entre sus pertenencias a la vez que pregunto con aire distraido.
¿Cuánto tardará él en llegar? ¿dónde está ahora?

Mientras tu ayudante sale a encargarse del muerto de afuera, terminas de desmontar el rifle y guardarlo en la bolsa de deporte.

La mujer y la hija responden con balbuceos y sollozos contenidos a tus preguntas.
Oh, qué triste.

Un rápido registro y te haces con los móviles de ambas. Después, con una seca bofetada, logras que la mujer capte la idea de que más vale que te responda.

E-está en el trabajo. Balbucea. Pasa el día por la ciudad, yendo a muchos sitios. Vo-volverá para la cena... Sobre las ocho... Las lágrimas corren por sus mejillas. ¡Por favor, no nos haga daño!

Bien, comprobando que no dejamos ninguna señal obvia de nuestro paso hago levantarse a las dos mujeres. Cuando veo entrar una vez más a mi ayudante les señalo la puerta vamos a dar un paseo.

Las hago salir y entrar en la furgoneta preparado para alejarnos de ahi, comprobando que nadie parezca percatarse de nuestra salida y que dejamos el chalet bien cerrado y tal y como lo encontramos.

Entre tú y tu ayudante, lleváis a las mujeres al exterior y directamente a la entrada trasera de la furgoneta.
Cierras la puerta de la casa y echas un vistazo a los alrededores. Parece que no habéis despertado ninguna sospecha.
Subes a la furgoneta, que tu compañero ya ha puesto en marcha y os largáis de la urbanización.

Echas un vistazo a la parte trasera del vehículo, donde están las dos mujeres secuestradas y el cuerpo del tío que asesinaste hace unos minutos.
Esperas que la poli no os pare o vais a tener que dar muchas explicaciones.

Mi ayudante conduce la furgoneta hacia el lugar más discreto que conoce, una callejuela cerca de los muelles. Guardo silencio atras, conservando el orden y la calma entre las rehenes.

Al llegar a nuestro temporal destino la furgoneta se para y se apaga el motor. Sin salir del automovil ni abrir ninguna puerta cojo el movil de la madre llamando desde la guia al objetivo:
¿Duncan Munch?

Se hace un silencio al otro lado de la línea. Tenso.
Después escuchas la que debe ser la voz de Duncan Munch.

¿Quién eres tú y dónde está mi mujer?

Puede llamarme Ted, un placer señor Much. Su mujer y su hija están a salvo...

acerco el movil a la pareja de mujeres, lo suficiente para que gimoteen y digan unas palabras tras lo cual vuelvo a hablar.

No tengo ningún interes en ellas, puede venir a buscarlas. A cambio solo quiero que venga acompañado de su contacto Maxwell, tengo negocios con él.
Sé que no tendrá problemas para organizar el encuentro, en una hora, vosotros dos solos. No me obligue a hacer cosas desagradables. Apunte la dirección...

Sabes de un lugar ideal, cerca de aquí, de los muelles. Se trata de una amplísima área donde se almacenan contenedores de barcos. Las contenedores apilados forman una especie de laberinto de calles que se extienden en todas direcciones.
Como en ese lugar se almacenan los contenedores cuando no llevan carga, casi siempre está vacío. Sólo de vez en cuando vienen trailers que llevan y traen más. Los límites son vallas metálicas fácilmente franqueables, apenas hay vigilancia y aparte de los contenedores sólo hay los puentes grúa que se usan para apilarlos.
En mitad de ese “almacen” hay una explanada vacía. Tienes linea de visión a ese lugar subido a casi cualquier contenedor o puente grúa de los alrededores.

Sin embargo, al cabo de cinco minutos vuelves a recibir una llamada de Munch. Afirma que no logra ponerse en contacto con su socio Maxwell, que su móvil está desconectado.

Señor Munch... mire por la ventana hacia el patio de su casa.
Unos segundos de silencio al teléfono. Ivan sabe que el señor Munch no puede estar en otro sitio que su casa, sabía que su mujer no estaba en ella.
¿Ve esa mancha de sangre en el suelo? hace un rato maté un hombre ahi. Su cadaver ahora está en mi coche.

Unos segundos más de silencio.
No quiero que dude de que voy en serio. Puede lamentar mucho el hecho de decepcionarme