Partida Rol por web

El del casco sonrie. No se ha inmutado al cargarte al pandillero.
Creo que te has equivocado, aqui no vive Duncan Munch, sino Hipolito Rios, el tercero de la lista. Su sonrisa crece mas aun.-¿Que tal un trato?, sacaremos mas los dos juntos que por separado.
Te fijas que el pandillero al que apuntas esta casi hecho un ovillo en la acera.
Al que te has cargado descansa sobre los escalones con todo su cerebro esparcido en el suelo. Su mirada vidriosa hacia arriba y su cara de sorpresa refleja la estupidez que tenia en vida.
Miras alrededor, aunque esto sea normal en el barrio sabes que la policia no tardara en llegar.

-Se veía venir que eras del gremio

Sonrie y se sube las gafas.

-Una sola tontería y podrás saborear lo que es el dolor Made in KGB

Sonrio con mi típica sonrisa divertida que señala que eso es todo lo chistoso que puedo llegar a ser.

-Espera, se me olvidaba una cosa...

Vuelvo a apuntar al tío y le destrozo la cara a tiros.

-Venga, tenemos prisa

-Espero que no haga ninguna estupidez... sinceramente estos dos tipos me cayeron bien...

Lo primero que os llega a vuestros sentidos al entrar en el portal es la musica rap a todo volumen. Tambien el olor de la basura acumulada, en los rellanos. La musica parece provenir de las plantas superiores. Tu acompañante desenfunda un gran revolver y se prepara a los pies de las escaleras.

-Vamos

Sin una palabra más subo con las Clothesline en ristre preparado para disparar lo primero que vea y me dirijo a la habitación de donde viene la música.

La música parece provenir del ático del edificio. Subes por las amplias escaleras (no hay ascensor) acompañado del tío del casco de motorista, ambos en silencio y con vuestras armas preparadas y barriendo los ángulos de la escalera a medida que subís.

Aparte de grafittis y suciedad, el edificio está vacío. Tu instinto te dice que la única planta habitada es la última.
Entonces, antes de llegar arriba del todo, os encontráis con el cadáver de un negro tirado en las escaleras.
Se trata de uno de los que estaban abajo, a la entrada. El que ha acompañado al tío negro de traje claro que has visto entrar hace unos minutos, cuando estabas en la calle.

Das la vuelta al cuerpo. Le han matado de un tiro a quemarropa por la espalda.
Una ejecución en toda regla.

Tras patear el cadaver sigo como si nada por la escalera.

Tras ver el cadaver en el suelo Vladimir se vuelve aún más precavido. Intentando ocultarlo lo más posible carga la pistola listo para disparar a su recién adquirido compañero.

-Nunca puedes estar seguro. Me encanto como sonó esa frase de mi instructor mientras se ahogaba en su propia sangre... hehe fue muy divertido ver la mueca de su cara.

Te adelantas a tu “compañero” para subir las escaleras, mientras apuntas arriba con la Glock en la mano izquierda, como si hubieras visto a alguien en el siguiente rellano.

Como imaginabas, el otro alza su pesado revolver hacia donde apuntas, sin darse cuenta de cómo bajas la mano derecha donde sostienes la segunda Glock, ocultándola con el vuelo de tu gabardina, mientras retuerces el brazo para apuntar hacia atrás.

Es un ángulo difícil, pero está muy cerca. Disparas a través de tu gabardina.

¡Blam! Le alcanzas en el costado. El motorista gruñe y se arquea hacia atrás por el impacto. Dispara su revólver, ¡Blam! pero sólo alcanza al suelo. Tú giras sobre ti mismo para apoyar la pistola de tu mano izquierda sobre su casco. ¡Blam!

El casco revienta con un crujido metálico, mientras el tipo cae rodando escaleras abajo hasta detenerse muerto en el rellano del piso de abajo, en una posición ridícula.

Sin perder un segundo me aposto en la esquina de la escalera esperando a cualquier visitante que pudiera venir de arriba... o de abajo.

-Hacia tanto tiempo que no hacía reventar un craneo embutido en un casco... que recuerdos.

Tras deshacerte de tu rival, te apostas durante un momento en la esquina de las escaleras, barriendo con tus Glocks todos los ángulos, a la espera de algún invitado inesperado que decidiera acudir al oir los disparos que se han producido.

Y justo cuando ibas a empezar a moverte de nuevo, ves aparecer a tu enemigo.

Asomándose por el hueco de las escaleras del piso inmediatamente superior al tuyo, aparece un tipo vestido con cierta elegancia europea y meticulosamente peinado. Pero lo que de verdad te importa de él es la Glock con silenciador que te apunta directamente.

Ambos abrís fuego a la vez.

Sonríes cuando tu disparo hace que el tipo se eche hacia atrás, saliendo fuera de tu ángulo de visión.
Pero en ese mismo momento, el impacto de su bala golpea en tu pecho, aplastándote contra la pared y dejándote sin respiración.

Ahogas un quejido mientras te echas la mano a la camiseta blindada, que ha detenido el disparo. Debes reconocer que el tío es bueno.
Pero ha cometido un grave error al meterse contigo.

Con mis dos pistolas intento volar la esquina de la escalera a balazos y tras ver si doy al tío y sin dejar de apuntar grito:

-¡¿Quién cojones eres y por qué debe interesarme?!

¡Blam!¡Blam!¡Blam!¡Blam!¡Blam!¡Blam!

Sin moverte de tu posición, disparas alternativamente con tus Glocks, descargando una lluvia de balas que impiden a tu enemigo asomarse para devolverte el fuego.

Sin dejar de disparar ambas pistolas alternativamente Vladimir se va acercando a la esquina preparado para destrozar algún que otro craneo en el camino.

-Bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam, bam