Partida Rol por web

Os dais cuenta de que a pesar de que la estatua también está bañada o cubierta de oro, el interior del puente cubierto está lleno de polvo, sucio y libre de oro; con la excepción de dos montones de oro fundido y otros metales que se encuentran un poco más cerca de vosotros.

Parados estabais frente al puente, cuando Andrej se puso a buscar a su alrededor pistas de los cultistas.

Andrej se percata de que hay marcas que bien podrían significar que los cultistas se enfrentaron a algun peligro justo delante del puente. Tras vencer el obstáculo, o a las criaturas que les atacaron, cogieron el camino norte y se encaminaron a través del puente.

Justo delante del puente se enfrentaron a algo.- comenta Andrej levantando los ojos del camino.

Cuando acabaron se fueron en esa dirección. - El varisiano indica el camino del norte cruzando el puente.

Estaban dudando, la enormidad de su tarea y el ambiente más caracterísitico de otro plano o mundo de la ciudad les desconcertaba.

-No hemos visto trampa alguna, tenemos que avanzar, si nos paramos, si nuestra decisión flaquea, estamos perdidos.

-¡Adelante!-dijo avanzando.

Stan no encontró ninguna trampa, aunque le escamaba la estatua jstó enfrente de ellos.

A lo mejor eso es a lo que se enfrentaron. Y ya está eliminado.

Dijo señalando la estatua.

En fin. Tienes razón, será mejor seguir.

Keks fue el primero en avanzar a través del puente. Entonces, como si hubiera escuchado las palabras del pícaro, la estatua comenzó a brillar intensamente. Como si un fuego ardiente se hubiera despertado dentro de la armdaura, la luz (similar a la que emanaba del río) salía de su interior. Y, quizás por el calor que desprendia, pudisteis ver como el aire a su alrededor comenzaba a bailar y hacía a la criatura ciertamente borrosa.
 

Casi sin que Keks pudiera reaccionar, el enorme amasijo metálico salió corriendo en dirección al oráculo con claras intenciones hostiles.

Levantando un enorme puño, trató de golpear a Keks. Pero quizás por la advertencia de Stan, el oráculo estaba preparado y se echó a un lado esquivando el ataque de la armadura dorada.

Robert, que había estado un poco rezagado mientras se preparaba mentalmente para todas las luchas que seguro que se avecinaban, vio cómo la estatua se lanzaba a por el clérigo y se adelantó para tratar de hacer frente a la nueva amenaza.

-¡Por todos los jodidos dioses! ¡Que les den a todos ellos!-Gritó Keks esquivando el golpe. Sus años de pericia en el duro y frecuentemente mortal negocio de los aventureros habían provocado su hábil escape, una maniobra de destreza así no se vería en mucho tiempo. Aunque había sido un prodigio poco impresionante en comparación con los que pensaba obrar.

-Ahora te vas a enterar, brillitos...

Andrej reacciona rápido pero no tanto como para hacer nada.

La criatura contra la que se enfrentaban parecía ciertamente temible, más aún si, como parecía, no pertenecía ni al reino de los vivos ni al de los muertos...

Por las alas de Desna...

Andrej mira a su contrincante y no puede evitar que venga a su boca un elemento de su pasado...

Señora del Descanso Eterno, Juez de las Almas, guía mi brazo para que haga caer tu poder sobre mi enemigo...

Stan no sabía a qué clase de ser se enfrentaban. Pero lo mejor sería atacar primero y preguntar despues. Ya que era el más agil del grupo decidió colocarse a la espalda de este y así poder flanquear con sus compañeros. Eso sí, con cuidado de no recibir ningún golpe por el camino.

Esta criatura tiene pinta de ser difícil de golpear...

Keks dio un paso hacia atrás y se concentró.-¡Abadar, dios de la riqueza y el oro, haz que podamos destruir este montón dorado de forma humana!

Extraños símbolos rodearon la mano del aventurero y una luz blanca, similar a la de otras ocasiones, partió de ellos inspirandoles valor y habilidad.