Partida Rol por web

Roderick más blanco que la cal y con los ojos desorbitados volvió a hablar.

- ¡Nos sigue para que sigamos caminando... Lo sé, lo sé...! ¡No podemos dar marcha atrás! ¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!

Con el miedo metido en lo más profundo de los huesos continuasteis la marcha, avanzando despacio sin dejar de mirar a vuestras espaldas en ningún momento, temiendo que en cada intersección otro de esos enormes engendros os contara el paso y os vierais atrapados en mitad de un pasillo estrecho entre dos seres capaces de partiros por la mitad.

Cada paso que avanzabais el Ghast avanzaba otro, cada vez que os parabais el también, manteniendo las distancias, oyendo sus incesantes gruñidos a vuestras espaldas, moviendo su cabeza nervioso como un animal enjaulado que desea poder alimentarse de la comida que hay al alcance de su mano.

En vuestras vidas habéis pasado por infinidad de momentos de tensión, en la guerra, durante toda la búsqueda de vuestros desaparecidos hijos, pero la media hora que os costó terminar de recorrer el laberinto estaba seguro entre los tres más tensos de cada uno de vosotros.

Cuando por fin salisteis vuestro cuerpo temblaba simplemente por la tensión acumulada. Nuevamente escuchasteis el sonido de un trueno justo antes de ver el rayo de debía precederlo.

Ante vosotros, las escaleras circulares continuaban su descenso hacía el centro del pozo sin fin.

En la laguna negra del piso superior el ser del cieno dejó de atacaros sin motivo aparente, pese a que con vuestras armas no le estabais haciendo ningún daño, de hecho jurarías que creíste haberle visto "quitarse el sombrero" ante vosotros.

En los estrechos pasillos del laberinto del que acabáis de salir el enorme ser podía haberos dado caza, despedazándoos y devorándoos uno a uno, hubiera estado encantado de hacerlo, pero algo parecía impedírselo.

¿No será que la voluntad de alguien es dejaros avanzar?

En la laguna negra del piso superior el ser del cieno dejó de atacaros sin motivo aparente, pese a que con vuestras armas no le estabais haciendo ningún daño, de hecho jurarías que creíste haberle visto "quitarse el sombrero" ante vosotros.

En los estrechos pasillos del laberinto del que acabáis de salir el enorme ser podía haberos dado caza, despedazándoos y devorándoos uno a uno, hubiera estado encantado de hacerlo, pero algo parecía impedírselo.

¿No será que la voluntad de alguien es dejaros avanzar?

En la laguna negra del piso superior el ser del cieno dejó de atacaros sin motivo aparente, pese a que con vuestras armas no le estabais haciendo ningún daño, de hecho jurarías que creíste haberle visto "quitarse el sombrero" ante vosotros.

En los estrechos pasillos del laberinto del que acabáis de salir el enorme ser podía haberos dado caza, despedazándoos y devorándoos uno a uno, hubiera estado encantado de hacerlo, pero algo parecía impedírselo.

¿No será que la voluntad de alguien es dejaros avanzar?

El tenso avance le ponía de los nervios y una extraña sensación le atormentaba.

-No sé chicos...- La imagen del cieno adquiriendo una silueta reconocible y quitándose el sombrero...-¿No será que la voluntad de alguien es dejarnos avanzar? Pero estemos preparados si eso de ja de pasar.

Al escuchar las palabras de Sonny, Ab asintió y habló preocupado.

-Yo opino lo mismo. Pero no sé si es porque nos deja pasar ese ser superior que desea que pasemos, o es el maldito símbolo que nos tatuaron desde que todo comenzó -dijo Colt mientras pensaba en todo ello.

-De todas formas, si conseguimos salir de aquí, a la vuelta tenemos que pensar en que todas estas criaturas estarán en este mismo lugar esperándonos. Habrá que guardar munición y fuerzas para enfrentarnos a ellas -advirtió.

Matt bajó las escaleras sin esperar a nadie, como hipnotizado. Todo aquello empezaba a abrumarle más de lo que era capaz de reconocer y las ideas se agolpaban en su cabeza. 

—Estamos haciendo lo que ellos quieren... Estamos haciendo lo que ellos quieren— murmuraba en voz baja mientras bajaba las escaleras. A medio camino se paró. —¿Os acordáis del mural que vimos en Tartessos? El hombre tumbado... nuestro colega en el hospital. Ascendió como nuestros hijos. Ahora está pasando algo con ellos... para que baje ese otro monstruo...Pero ¿lo habéis pensado? Quizás... nuestros hijos... sean nuestros, pero no de nuestras mujeres. Aunque les hayan llevado dentro.

Matt comenzó a abajar las escaleras como con ansia, hipnotizado de sus propios pensamientos, quería acabar con esto...como todos, pero algo en él había cambiado. además les habló de los relieves que vieron en las ruinas de Tartessos. 

Ab, tiró de la cuerda que todos llevaban atados a la cintura pues quería que su amigo no les llevara tan rápido por aquellas escaleras. No quería morir antes de encontrar a los niños, sus hijos.

-Matt, tranquililízate -pidió Ab a su amigo-. No me acuerdo muy bien de los relieves de Tartessos, pero no me importa, solo quiero encontrar a nuestros hijos y llevárnoslos a nuestras casas.

-No sé quien está detrás de todo esto, pero juro por lo más sagrado que si se interpone en nuestro objetivo lo pagará -prometió el cabo.

Con los nervios a flor de piel continuasteis el circular descenso por las escaleras talladas en la piedra. Muy lentamente, casi de modo imperceptible para vosotros la temperatura fue en aumento pero pasados quince minutos de descenso el calor comenzó a ser agobiante. Sudorosos continuasteis la marcha hasta llegar al tercer relleno, una superficie ardiente y rojiza de la cual surgen de repente pequeños chorros de lava de volcanes que no estaban allí segundos antes y que minutos después vuelven a desaparecen fundidos en la superficie del rellano.

Hay que cruzarlo para continuar el camino, lo que no sabéis es si la superficie resistirá vuestro peso o si vuestro calzado os protegerá del tremendo calor, así que decidís dedicar unos minutos de vuestro tiempo a comprobarlo, una vez realizadas todas las comprobaciones llegáis a la conclusión de que el único peligro es la lava que sale del subsuelo.

Tras llegar al nuevo rellano y ver los volcanes y la lava, el cabo se quedó anonadado, pues esta prueba era más de lo que ellos podían realizar. Después comprobaron que el peligro sólo estaba en la lava, pues las zonas que se secaban desdpués de que la lava saliera era resistente a su peso.

-Ahora solo nos resta saber dónde saldrá la lava -comentó Ab tras las comprobaciones-. Tenemos que comprobar si la lava sale en sitios diferentes cada vez, así podemos movernos al sitio que se enfríe, ¿probamos? -propuso el cabo.

—Esto... Esto parece uno de esos cuentos infantiles donde hacen pasar a los personajes por una serie de pruebas*— murmuró el piloto, mareado por las emulsiones.— ¿Y que era lo que decía King? ¿Qué el amor era el arma más poderosa?

Cada vez más Matt iba pareciendo menos seguro de si mismo, más debilitado mentalmente, pero afortunadamente seguía en pie. Pero aquellos flashes de nerviosismo no hacían menguar la decisión de continuar. Tenía menos esperanzas, pero continuaría igualmente.

—Tienes razón. Analicemos los patrones antes de continuar.

- ¿ De verdad va a servir de algo analizar los patrones? ¿Que esperanza vamos a tener? Si encontramos a los niños ¿Nos dejarán regresar?

Roderick estaba cada vez más pesimista, todo apuntaba hacia un lento y continuo avance hacia un plan urdido para condenarlos a todos

​​​​

Estudiasteis las erupciones tratando de encontrar un patrón lógico con el que poder cruzar. Diez minutos después os quedó claro que no lo había, pero aprendisteis que era menos probable que se produjera una nueva erupción en las cercanías de donde se acababa de producir la última.

Con esa información echasteis a correr, tratando de confiar en vuestra suerte, pero esta parecía esquiva, al menos para Matt y Roderick quienes sufrieron quemaduras de diversa consideración durante el recorrido.

Cansados, con la ropa empapada por el sudor y quemados, salisteis del tercer rellano por el punto donde las escaleras comenzaban nuevamente su descenso.

En el cielo un trueno volvió a preceder a un rayo.

-¡Esto es una puta locura!- Exclamó Sonny con la respiración entrecortada pro el esfuerzo y con la suerte de no haber sufrido quemaduras. Miró a sus compañeros más afortunados y se dispuso a ayudarlos. Roderick era el más hábil, pero también había sufrido heridas.

—¡JODER!

El brazo ardiendo fue suficiente para terminar de despertar a Matt, pero a costa de unas horribles heridas. Instintivamente se vació una petaca en el brazo, sin pararse a pensar si era alcohol, agua o combustible lo que llevaba ahí dentro. Solo quería aliviar aquella quemadura, lamérsela como un perro y, quizás, poner una tela empapada encima.

Saltando de roca a roca de lava enfriada, el grupo fue pasando por el sitio sin saber si al final llegarían con vida al otro extremo del rellano. El temos a que se abriera un agujero y les engullera la lava ardiendo era mayúsculo, pero la idea de salvar a sus hijos prevalecía sobre todo lo demás haciendo que no existiera otra cosa que el objetivo de cruzar aquella adversidad.

Varias se quemaron y tuvieron que recivir curas al cruzar, pero al fin y al cabo lo habían conseguido, habían cruzado ese mar de lava. Lo peor fue cuando Ab miró la plataforma y pensó en como iban a cruzar con treinta niños por aquel paso: -Que Dios nos ampare -dijo en voz baja para sí al pensar en ello.

Dejando eso a un lado acudió en ayuda de sus compañeros, auqnue tambiérn se fijó en lo que les quedaba de camino. La caminata estaba siendo muy larga, demasiado para ellos, con lo que sería una locura para unos niños.

Roderick trató de correr todo lo que pudo y exponer a Matt de paso por haberle escamoteado parte del preciado líquido de su petaca sin permiso pero lo único que consiguió fue chamuscarse el bigote.

- Oye... Lo único que vas a conseguir es chamuscarte más... ¿Me la devuelves, por favor?- dijo poniéndose serio recuperando la petaca para después aplicar un paño sobre la herida y ponerse a ayudar a sus compañeros, los conocimientos de Craven no eran muy extensos pero ayudaban a mitigar un poco los efectos, fue entonces cuando recordó que en su mochila tenía agua y alguna crema que podría servir para aliviar el dolor y estar más hidratados- no puedo hacer mucho con lo que tengo... Espero que sirva

Como pudieron, tanto Matt como Roderick realizaron las curas de campaña que habían aprendido en el ejército estadounidense sobre las quemaduras que la lava ardiente les había producido. Escocían como demonios pero poco más podía hacerse con los escasos medios de los que disponíais.
Cuando terminasteis volvisteis a poneros en marcha, descendiendo nuevamente por la escalera en espiral que parecía no tener fin.

—No puede quedar mucho. Bueno, digo yo que en algún momento esto tenga que terminar ¿no? Incluso al Hércules ese le pusieron un límite de pruebas.

Matt arrastraba las palabras al hablar por el cansancio y el mareo. Lo único que quería era tener a su hijo en brazos y olvidarse de aquella pesadilla. Estaba mentalmente al límite. El era un hombre de acción, no de pasear y pensar.