Partida Rol por web

Ab seguía descendiendo junto a sus compañeros. La interminable escalera y las distintas pruebas que aquel lugar les imponía, ponía a prueba la entereza de los cuatro amigos.

Lo peor es que no había indicios de que esto fuera a terminar, tanto las escaleras como las pruebas. Esto minaba la mente del cabo, que deseaba llegar hasta donde se encontraba su hijo y llevárselo a casa por fin. Ese objetivo era el que mantenía su mente a salvo de aquel infierno.

-Acabará -contestó Ab a Matt-. Acabará y llegaremos a ver a nuestros hijos y volveremos con ellos a casa -dijo más para sí que para todos, intentado encontrar un cabo al que aferrarse en sus propias palabras.

Que iba a acabar lo tenía claro, ahora bien, que fueran a volver a casa con los niños empezaba a dudarlo. 

- Yo...yo ...sólo quiero ver a mi hijo. Me da igual si yo no vuelvo, pero quiero sacarlo de aquí , aunque sea lo último que haga en la vida.

Roderick caminaba cada vez con más pesar... Más nervioso e irritable, las gotas de sudor le cubrían la frente y le bajaban por las sienes y la nariz, haciendo que de vez en cuando se tuviese que lo puse la cara con el antebrazo, mientras avanzaba escuchó a sus tres compañeros, ellos tenían el objeto de encontrar a sus hijos... Él... No sabía por qué había sido marcado y por qué los había tenido que acompañar, aunque si era verdad que yenianunaavabra sospecha... Y era muy mala, pero como de momento seguía siendo un hombre de fe, el capellán decidió tratar de infundir animo.

- Ya no queda mucho, como dicen Sonny y Abraham... Queda muy poco para que podáis estar con vuestros hijos... Muy poco

No es que fueras un estudiante tremendamente aplicado en la escuela, pero recuerdas algo relacionado sobre los cuatro elementos primordiales o elementales, agua, tierra, fuego y aire. Si el primer rellano fue una ciénaga, el segundo un laberinto con paredes de piedra y en este que acabáis de superar había erupciones de lava, parecería lógico pensar que solo os quede uno por superar.

Sonny parecía absorto contando con los dedos dela mano.

- Uno, dos, tres y .... ¡Sí! Ya queda poco. Agua, tierra fuego y ..sólo queda aire. ¿No lo veis?- Era un razonamiento algo infantil, pero en aquellas penosas circunstancias Sonny no daba para más. Nunca había sido demasiado aplicado en la escuela.

Con las palabras de Sonny en la cabeza continuáis el lento descenso por las escaleras del pozo hasta llegar a una explanada enorme, mucho más grande que las otras tres por las que habéis pasado anteriormente.

En el momento en el que ponéis un pie en ella un fortísimo viento se levanta de la nada y comienza a azotaros. Todos sentís en vuestro interior que estáis muy cerca del final.

Al escuchar las palabras de Sonny, Ab cayó en la cuenta de lo que su amigo decía. Si lo tenían en cuenta les faltaba solo un elemento, el aire. - Pero ¿qué sería esta vez? -pensó el cabo mientras proseguían su descenso a los infiernos en busca de sus hijos.

-Si lo que dices es cierto, solo nos queda el aire. Pero ¿no hemos estado todo el rato rodeados por este elemento? -preguntó a sus compañeros mientras descendían.

Al final de las escaleras llegaron a una tremenda explanada. Al posar el pie en ella un viento casi huracanado les atacó y bamboleó sin piedad. Por fin encontraba respuesta a su pregunta, pero del modo que no deseaba. Ahora solo tenían que buscar la forma de resistir aquel enemigo invisible.

—Pues si que se ha levantado el aire

Parecía que Sonny tenía razón. Y si era así, estaban cerca del final, solo tenían que aguantar aquella ventolera que, por otra parte, le estaba despejando. Nada como un temporal para hacer que los pensamientos se centrasen. Quizás un chapuzón en un lago congelado, pero aquello estaba casi al nivel.  Cubriendose los ojos con la chaqueta y el brazo, Matt agarró del brazo a Sonny y le hizo un gesto para que, entre los dos, sirviesen de parapeto al bueno de Roderick. Con lo poco que pesaba, o le echaban una mano o saldría volando.

Roderick no estaba para acertijos... En realidad no estaba para nada... Si acaso para salir corriendo como si no hubiera un mañana, pero como no podía hacerlo porque hasta eso le daba miedo se siguió aferrando al americano, entonces tras las palabras de Abraham se levantó un aire desagradable que fue in crescendo hasta el punto de que si abría la boca lo mismo luego no sería capaz de cerrarla.

- ¡Un aire un pelín desagradable!- se hizo escuchar el capellán, tratando de no ser arrastrado.

Luchando contra la potente fuerza del aire comenzasteis un lento caminar por la enorme explanada. A mitad de camino, un rugido animal os hace giraros.

Un animal volador enorme, más grande que esos elefantes que habéis visto en el zoológico, se ha materializado de la nada. Su piel roja sangre está cubierta de escamas y su cabeza tiene una forma que se asemeja a la de un caballo.

Vuelve a rugir e inmediatamente después se lanza contra vosotros sin mediar un solo segundo.

-Dejad que pruebe una cosa -dijo el cabo a sus amigos mirando al ser que acababa de aparecer.

Ab no se lo pensó, dio varios pasos adelante, enfrentándose a aquel monstruo y se rompió la camisa para que éste viera el tatuaje que llevaba grabado en su piel. Esperaba que funcionara si no quizás acabaría en las fauces de aquel engendro.

-¡Loco!- Sonny alucinaba, pero no podía hacer mucho más que preparar su arma dispuesto a vaciar el cargador si el drgaón se comía a su compañero.

Roderick debería haberse acostumbrado a ver aquellos seres de pesadilla que parecía que al dar una patada a una farola te salían unos cuantos y a cuáles más horripilantes... Pero lo cierto es que siempre se le quedaba la misma cara de hombre al borde del colapso, con los ojos desencajados y la boca abierta de asombro y terror siempre propensa a la exclamación aguda... O grito de horror... 

El caso es que no supo decir si chilló al ver al monstruo volador pero sí que soltó varios improperios cuando vió a Abraham hacer striptease en un momento tan crítico.

- ¿Pero que haces insensato?- bramó mientras disparaba a la cosa

Matt no disparó, pero si esperó a que el ser se parase o terminase de abalanzarse sobre su compañero. Pese a todo, se preparó para pegarle un pegarle un fuerte golpe con su arma en el caso de que saltase sobre él. No quería arriesgarse a herir a Abe disparando.

Ab se puso de lado para que aquel ser pudiese ver perfectamente el tatuaje que llevaba en el brazo. Sabía que se arriesgaba a ser atacado, pero creía tener razón después de no ser atacados por el anterior engendro y por dejarles pasar a través del espejo por llevar aquel tatuaje.

Aun así, por si acaso, con la otra mano cogió el revolver lo que le serviría para dañar al bicho en caso de que no funcionara su estrategia y por lo menos sus compañeros salieran ilesos de aquella.

-¡¡Vete de aquí!! ¡¡Déjanos pasar, tu señor nos ha marcado!! -gritó mostrándole el tatuaje.

Con un rugido lleno de rabia, el ser volador se lanza contra vosotros, Roderick dispara su pistola, pero la bala rebota sobre la escamosa y dura piel del ser.

En mitad del vuelo, abrió su boca llena de afilados dientes puntiagudos grandes como dagas con siniestras intenciones. Pero Abraham se mantiene firme y enseña el tatuaje a la bestia que detiene su vuelo quedándose a escasos centímetros del soldado que puede sentir su pestilente respiración en su cara.

Matt aprovechó el momento de indecisión del ser para lanzarle culetazo del rifle justo en el hocico de lo que parece ser su cabeza en forma de caballo. El ser que no esperaba ese golpe se tambalea y lanza un mordisco contra Matt con tanta fortuna para vosotros que impacta en el suelo partiéndose un par de dientes.

Avergonzado se retira agachando la cabeza en señal de sometimiento, una vez más parece que el tatuaje os ha franqueado el paso.

Cuando el monstruo alado se retiró, Ab cayó de rodillas y se abrazó, cerró los ojos y respiró hondo. El plan había funcionado, aunque ni siquiera él hubiera apostado porque saliera bien. Tras unos segundo retomando el aliento, el cabo miró a sus compañeros y esbozó algo parecido a una sonrisa.

Luego miró los colmillos de la criatura, rotos cuando intentaba alcanzar a Matt con una dentellada. Los cogió y se levantó. Entregó un colmillo a cada uno de sus amigos y asintió.

-Sigamos, no nos debe quedar mucho -dijo, guardándose su colmillo en el bolsillo, para luego ponerse a caminar.

-In-increíble.- apenas pudo musitar la palabra Sonny tan asombrado estaba. Aquel tatuaje les abría el paso como si sirvieran al mismo enemigo que les había quitado a sus niños. Dio un fuerte apretón a Colt en el hombro, mostrándole su apoyo.- Menudos huevos tienes, tío.- Sonny se había quedado blanco al ver aparecer a aquella bestia. Ya sólo quedaba continuar. Debían estar cerca.

Matt asintió, aun con el corazón en la boca, ante el comentario de Sonny. Aquella locura había sido demencial, pero demencial en el buen sentido. En el sentido de los hombres de verdad, como su compañero.

—Recuerdame que te invite a un trago cuando salgamos de esta— dijo palmeándole el hombro— No había visto nada igual desde que vi a esos spaniards ponerse delante de los toros. Si los toros además de cuernos tuviesen colmillos, garras y volasen, claro.

Una vez más volvisteis a escuchar el estruendo sonido de un trueno segundos antes de ver el cegador rayo bajar por mitad del pozo. Con los ojos entrecerrados os percatasteis que el descenso pronto llegaría a su fin.

Sentíais que cada uno de los tres espantosos seres que os habíais encontrado y que de un modo u otro os habían permitido el paso podían haber acabado con vosotros sin ningún problema, pero que una entidad superior se lo había impedido. Había un plan trazado del que formabais parte y ese plan incluía que llegarais de una pieza hasta el fondo del pozo circular. La sensación de pequeños ratones blancos de laboratorio recorriendo un laberinto os embargo.

Minutos después llegasteis al fondo. En la enorme explanada solo se alza un templo barroco aunque tremendamente grotesco y decadente, con columnas retorcidas y dinteles formando ángulos imposibles. La única entrada al interior son dos enormes puertas de roble que permanecen abiertas de par en par.