Partida Rol por web

La cría se levantó de suelo, manteniendo entre sus brazos a Abbas todavía. Seguía sonriente y no dejaba de besuquear al bicho. 

- ¡¡¡Ooooooh!!! ¡¡¡Aaaaaah!!!...- exclamó con la boca abierta al ver al gallardo e imponente rastreador - ¡¡Sois muy alto!! ¡¡Y muy fuerte!! ¡¡Y estáis muy sucio!!- dijo sonriente y sin ningún tipo de filtro. La muchacha era un vendaval emotivo que no tenía límites ni muros. - Mi nombre es Nylwa Rahüt, pero tú puedes llamarme Nylwa.- añadió pestañeando sus coloridos ojos verdes con tonos magenta. Podía parecer una simplería o estupidez, pero la niña acababa de hacer lo mismo que unos instantes antes el explorador. Como bien ha dicho mi amigo Kalí, busco a una enana Pahmet... ¡¡Aaaaaayyyy!! ¡¡Qué blandita estáaaaaasssss!!- expresó con alegría achuchando más a Abbas.

Ravic abrió un poco más los ojos ante el comentario de la muchacha. Parecía que no se callaba nada de lo que pensaba, ..., pero no le faltaba razón, en su antiguo trabajo, estar limpio no era una opción, ..., salvo en desfiles o ante una revisión de las tropas, ..., y quizá se había acostumbrado a eso.

En definitiva, ya conocía a los integrantes del grupo, pero por el comentario del tipo de ropajes estrafalarios, llamado Alí y la muchacha, faltaba uno: ¡¡¡una enana!!!

- Bueno, tendremos que esperar. - Fue lo único que llegó a articular Ravic, mientras se apoyaba en su arma de asta, como si fuese un cayado.

Respecto a lo que busca la chica le diré que no busca un enano Pahmet, busca a una enana pahmet en concreto y dado que eres, casualmente, la única enana Pahmet que hay en este antro he presupuesto que te buscaba a ti... estoy seguro de que no os conocéis ya que la pobre no sabe lo que es un enano Pahmet como me confesó.

A pesar de su extraño acento y el abuso de palabras más pertenecientes al léxico antiguo que al actual, Ali se expresaba con la fluidez de un nativo, pero quedaba patente que no lo era.

Y al igual que creo que encontrar para la muchacha a la persona que busca lo considero una buena acción, también creo que mi fin en la Necrópolis de Wati es un bien, un bien para mi, pero aunque suene egoísta le diré que lo que busco no es el saqueo sino una información muy valiosa para mi persona, aunque claro, no descarto coger aquello que tenga valor y no moleste o perturbe a los muertos... de algo hay que vivir.

Hizo una pequeña pausa para tomar aire y prosiguió

Bueno, ¿que me dices? ¿vienes a la mesa para que pueda presentarte a la muchacha que le busca? del resto no puedo prometer nada, los acabo de conocer y la verdad, no se puede decir que ni los conozca.

Acabó con una enorme sonrisa y señalando el camino con ambas manos reafirmando su intención de que le acompañase.

La muchacha no soltaba a Abbas ni para hablar. Ciertamente, a Ibrahïm le sorprendía la paciencia que mostraba el chivo, pues los estrujones a los que estaba siendo sometido podían haber dado lugar a un buen mordisco en cualquier otra situación.
Claramente, la joven no estaba bien. Simplemente, hay personas que no soportan el calor del desierto en la nuca tan bien como otras...

En esto que se unió a ellos Ravic y la chiquilla no dudó en dar su opinión sobre el aspecto del recién llegado. A Ravic le dijo que estaba sucio, pero por lo menos era algo; con Ibrahïm ni siquiera se había presentado. Se había limitado a "secuestrar" a Abbas sin más. Aunque a este no parecía importarle en absoluto.

- Así que una enana, ¿eh? - comentó buscando con la mirada a Alí que había ido a buscarla.
- Pues al final resulta que vamos a ser bastantes...

Awib mostró cierto asombro cuando Ali manifestó que aquella excéntrica muchacha buscaba a una enana phamet, y que podría tratarse de la paladina, con un gesto algo basto se levantó de la mesa y tomó su martillo a dos manos de la mesa. Ni siquiera se molestó en terminarse la jarra que apenas había empezado a consumir.

Acto seguido dejo dos monedas como pago de la bebida para que las recogiera la camarera y se dispuso a seguir al parlanchin parroquiano con un rostro estoico y serio.

- LLevame hasta esa muchacha humana - dijo en un tono más imperioso que no de favor.

Ali regresó con el grupo que había dejado hacía solo unos instantes en una alocada escena no apta para personas de recto humor. Volvía acompañado por una enana Pahmet armada hasta los dientes.

HUOOOOLAAA de nuevo compadres.

se apresuró a interrumpir cualesquiera que fuese la disparatada situación. Se acercó muy rápidamente a la joven e inocente muchacha y con una enorme sonrisa de satisfacción en la cara señaló a la enana.

 Como te prometí aquí te traigo a la enana Pahmet que buscabas, ahora deberíamos discutir con presteza si formamos grupo y nos apuntamos a la incursión a Necrowati (la he rebautizado, es un nombre más corto y resume perfectamente el concepto... y es más original y desenfadado que decir Necrópolis de Wati) Que me decís, eh?

Nylwa dejó caer de sus brazos al chivo cuando vio aparecer a la acorazada enana. La niña se mostraba sorprendida y boquiabierta ante la contemplación de aquella criatura.

- ¡¡Oooooooooh!! ¡¡Eres una enana pahmet!!- Exclamó ojiplática, mientras sacudía sus manos en un gesto que definía la importancia de aquel evento. Parecía exagerado, pero por la forma de comportarse de la niña, aquello era uno de los momentos más extraordinarios de su vida - Aunqueeeee... ¡¿No entiendo por qué los llaman enanos cuando en realidad están gordos?!- dijo nuevamente Nylwa sin contener sus desbordadas emociones y conjeturas. A la vez que hacía tamaña pregunta, miraba a sus compañeros en busca de respuesta, pero ellos habían mutado sus rostros a una mueca algo desencajada... ¡¡No entendía por qué!!

- Usted, Floric...- dijo refiriéndose al rastreador que acompañaba al hombre de la cabrita - ¡¿No sabría responderme?!- dijo mientras se acercaba a la recién incorporada y se abalanzaba sobre ella para darle un sentido y cálido abrazo - ¡¡Yo soy Nylwa, enana pahmet!! Jijiji... ¡¡Y esta cabrita se llama Bravas!!- 

Estaba exenta de picardía y memoria para los nombres.

Abbas estaba con las patas colgando, disfrutando de las atenciones recibidas, cuando de pronto se sintió caer. Se pegó un buen costalazo al aterrizar de mala manera y miró alternativamente a Ibrahím y a Nylwa sin saber muy bien qué había pasado...
Al fin, con cierto fastidio comprendió que sólo era un juguete roto, que aquella mujer era voluble y que había encontrado otra distracción.
Volvió con la cabeza gacha al lado de Ibrahïm y éste lo recibió con un par de palmotazos cómplices en el lomo. Los hombres son capaces de entenderse bien en estas situaciones...

Junto a Ali se había presentado lo que a todas luces se trataba de una enana de algunos de los clanes phamet esparcidos por los desiertos de Osirion. La figura corpulenta, bajita pero bien moldeada se complementaba con una armadura de placas con extraños grabados rúnicos inscritos en los protectores principales. El rostro bronzeado de la enana era tosco pero conservava de pleno su feminidad. Una larga cabelera de color castaño surgía de su frente, en la que portava una diadema dorada con un rubí en su centro.

A espaldas de la enana colgaba un enorme martillo a dos manos, sin duda un arma típica entre su raza. La enana observó uno a uno los clientes hacia los cuales Ali la había aproximado hasta detenerse en la joven, que a juzgar por su entusiasmo, debía ser la que mencionó Ali.

- Este joven de Osirion afirma que me buscabáis.... ¿es verídica tal afirmación? - inquirió seria sin despegar sus ojos profundos y penetrantes de la joven.

Bueno, por fin alguien que parece serio, y con dotes militares. Pensó Ravic. Dio un paso al frente y procedió a presentarse después del desastre provocado por Nilwa.

 - Mi nombre real es Mensah Ravic Ur-Atum, pero podéis llamarme Ravic, ...., y no Floric. - Dijo emitiendo una mirada a Nilwa - Soy ex-explorador del ejército de Ipek. Y quién os está buscando es esta muchacha llamada Nilwa, ...., pero no sé muy bien por qué.

La enana siguió manteniendo un rostro serio y estoico mientras examinaba uno a uno con una mirada de piedra, casi carente de sentimiento. Cuando el tal Ravic se presentó, la acorazada phamet hizo lo mismo con una leve inclinación de cabeza, sabía que se encontraba ante otro guerrero, a diferencia de la sensación que Ali le había transmitido.

- Salud , que las arenas os sean propicias... -empezó a decir sin dejar de mirarle a los ojos. - Yo soy Awib Osezis III, heraldo de la Esfinge y heredera al trono del Clan Maestroesfinge.... - dijo con un tono enérgico y orgulloso, y luego desvió su mirada a la chiquilla, esperando que esta diera la explicación pertinente. 

Bueno bueno bueno, parece que nos hemos reunido aquí un importante grupo al final, si os parece quizás deberíamos resolver rápido el tema de porque te buscaba (si es que era a ti) Nylwa y tal vez podríamos ponernos manos a la obra para ver si podemos entrar en Necrowati y exponer los argumentos, necesidades e inquietudes de cada uno más tarde cuando ya sepamos si tenemos permiso de entrada o no.

Volvió a sonreir de forma exagerada mientras arqueaba ambas cejas un par de veces seguidas.

A pesar del rostro serio y poco dado a la empatía de Ravic, la muchacha mantuvo su radiante y angelical sonrisa en la cara. Incluso se mostró ligeramente desconcertada cuando el explorador afirmó que se había equivocado al llamarle. Nylwa no parecía hacer las cosas con mala intención, simplemente era así de simple o inocente. No disponía de un filtro maduro que le permitiera discriminar entre sus ideas, y así se gestaban en su cabeza, así eran espetadas.

- Mi maestro me dijo que me dijo que me uniera a vos, señorita Jawi.- dijo refiriéndose a la enana. - Sé que defiende la fe de Pharasma, pero si me incluye a mí y a sus amigos, estoy segura de que los Dioses de Antaño le proporcionarán suerte para el cumplimiento de sus deberes.- Dijo sonriente. - ¡¡Hágame caso!! ¡¡No es aconsejable que vaya sola por el complejo funerario.- Y tras sus palabras se puso a hacer carantoñas a Abbas.

- Bueno, sólo quedo yo por presentarme. - Ibrahïm se encontraba un pelín fuera de lugar entre aquellas personas; durante el pasado reciente sólo había contado con la compañía de Abbas y de su maestro, y ahora estaba con un grupo de gente que al parecer sabían muy bien cuál iba a ser su próximo paso a dar. Incluso parecía que algunos ya se conocían de antes.
- Yo soy Ibrahïm, Ibrahïm Taymullah - lo dijo despacio para darle un poco de longitud al nombre, puesto que él no contaba con apelativos tan quilométricos como los demás.
- Un placer señora. Y este es Abbas, mi compañero.
El muchacho se giró para presentarle al chivo y descubrió que este ya estaba otra vez entre los brazos de la joven. - No tienes orgullo, cabra loca...

Ravic se sorprendió. Aunque pudiese ser un clan pequeño, no dejaba de estar delante de un personaje de la nobleza. ¿Qué buscará la nobleza en la necrópolis?, se preguntó el ex-explorador.

En cualquier caso, la mirada se centró en la enana, ya que parecía que era quien tenía la próxima palabra ..., y esperaba expectante la respuesta afirmativa de la enana.

Awib atendió a las presentaciones de cada uno con rostro estoico y serio. Cuando finalizaron, asintió levemente la paladina con la cabeza. - Lo cierto es que también me encuentro en esta ciudad buscando un grupo expedicionario que se dirija a la necropolis. No os equivoquéis... - puntualizó - mi cometido no es el saqueo ni la exploración, sino velar por que no se cometan actos de profanación, por ello actuo en representación de mi Clan y del padre forjador Torag. Seguro que son más los paladines y clérigos de toda Osirion que horrorizados ante la idea de que Wati sea expoliada sin respeto a los muertos se hayan sumado a dicha misión

La enana realizó una pausa, meditando bien las palabras que iba a decir a continuación. - Pero hasta ahora solo os he encontrado a vosotros, y entrar allí sola sería una temeridad... así que no me importaría formar parte del grupo temporalmente hasta que vea realizada mi empresa. - concluyó la paladina enana. 

- ¡¡¡Siiiiiiiiiiií!!- La muchacha se puso en pie y dio unas palmadas de alegría, mientras acompañaba tanta felicidad de una serie de saltitos - ¡¡Todo será muy emocionante!! ¡¡Estoy deseando comenzar!! ¡¡Bieeennnnn!!- Y tras sus palabras, se acercó hasta la paladina enana para agarrarle el brazo 

- ... ¡¿Por qué?!... ¡¿Iremos hoy no?!- preguntó con cara de expectación.

Ravic asintió, siempre con ese deje militar que lo había marcado, ante el tácito acuerdo alcanzado entre el grupo variopinto. Al menos podremos hacer algo. No todos parecen haber sido sacados de un manicomio, pensó para sí mismo.

 - Bueno, si todos estamos de acuerdo, deberíamos proceder a apuntarnos, si todavía estamos a tiempo.

Estupendo, entonces si todos estamos de acuerdo me ofrezco voluntario para ser yo mismo el que apunte al grupo a la lista... ¿digo que somos cinco o seis? ya se que es una cabra, pero me da en las narices que para el compañero Ibrahïm es algo más que una simple mascota. Guiñó un ojo y prosiguió. ¿adelante entonces?

La actitud altiva de la enana no terminaba de gustarle al muchacho. Por lo que podía entender Ibrahïm, ella quería entrar en la necrópolis para comprobar que no se profanase el sagrado lugar, pero no se atrevía a ir sola. Pero, ¿qué significaba eso de "hasta ahora sólo os he podido encontrar a vosotros"?

Puede que la tal Awib tuviese una colección de títulos impresionante, pero ni él ni Abbas eran el segundo plato de nadie. Sí, hasta hacía unos momentos él mismo estaba desesperado por hallar un grupo de compañeros, pero el desprecio mostrado por la enana era demasiado. Ibrahïm notaba cómo la sangre le empezaba a hervir, incluso Abbas lo percibió y se separó de Nylwa para acercarse a su compañero.
El chivo le dio un par de ligeros cabezazos en la pierna: era su modo de llamarlo a la calma; y lo logró.

En ese momento, Alí estaba hablando precisamente sobre ellos. Ibrahïm acarició la cabeza de su compañero mirándole con una sonrisa de complicidad y dijo: - Por supuesto que no es "sólo una mascota". Mejor compañero no podría uno desear...

Con el repentino arrebato de ira controlado, el joven se dirigió al resto: - Por mi parte, nos podemos apuntar ya.