Partida Rol por web

La Compañia de La Barba Insondable

4. - El cónclave de Neldorild

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13/03/2021, 00:36
Narrador

El soldado de la Guardia Áurea hizo gestos a sus hombres. En verdad le daba igual toda la debacle política que estaba a punto de provocar con su acción, él solo cumplía órdenes y éstas consistían en poner a Amessis a resguardo en las mazmorras del templo de Hathor. ¿El templo de Hathor tenía mazmorras? Pues por lo visto sí. Akhaepet se llevó a Amessis y a Nepthis, pero se dejó atrás a Lurzca y a Jotnar.

Cuando el grupo desapareció por una de las entradas laterales del templo, uno de los soldados del templo se acercó al enano y el resto, a evitar que la gente que se congregaba en las puertase juntase más de lo necesario.

-Por favor, si son tan amables de entrar en el templo. No pueden quedarse fuera, venían ustedes con la sacerdotisa Nepthis, ¿verdad? ¿Cuál es el motivo de su visita?

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13/03/2021, 00:45
Akhaepet al-Baqati

El soldado de la Guardia Áurea hizo gestos a sus hombres. En verdad le daba igual toda la debacle política que estaba a punto de provocar con su acción, él solo cumplía órdenes y éstas consistían en poner a Amessis a resguardo en las mazmorras del templo de Hathor. ¿El templo de Hathor tenía mazmorras? Pues por lo visto sí. Akhaepet se llevó a Amessis y a Nepthis, pero se dejó atrás a Lurzca y a Jotnar.

Entraron por una de las puertas laterales y descendieron a las mazmorras. Nepthis no había estado jamás en aquella parte del templo. De hecho le parecía como de otro mundo. Una vez en las celdas, al-Baqati requisó todas las armas de Amessis y las de Nepthis, y las metió en una celda a cada una, separadas por unos barrotes.

-Gracias por su colaboración, señoritas. No es nada personal, pero son las órdenes que he recibido. Y me disgusta incumplirlas. Nuestra idea era protegerlas de posibles atentados contra su vida mientras venían de camino al templo, y asegurarnos de que Amessis, hija de Set, no pisaba el templo. Lo lamento de veras. Si necesitan algo de mí, estaré en las dependencias de la Guardia Áurea. Que tengan un buen día.

Y se marchó.

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13/03/2021, 00:48
Amessis

La nigromante se sentó en el jergón que había en su celda y apoyó los codos en las rodillas y la barbilla en las manos.

-Qué rollo -murmuró-. Para una vez que no hago nada, van y me encierran. Y tú, ¿para qué le sigues la corriente?

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13/03/2021, 00:53
Nepthis

Nepthis se sentó con toda la dignidad que pudo reunir en una húmeda celda.

Pues porque creo que estás aquí por mi culpa, Amessis. Esto no tiene que ver contigo. Tiene que ver conmigo y con mi hermana, y te ha salpicado a ti.

Tomó todo el aire que puedo reunir y lo exhaló.

No pueden retenerme aquí por mucho tiempo, por mi rango —explicó la sacerdotisa—. Y, espero, por la presión de los campesinos que han arrojado ramas de olivo a mis pies. Tendrán que demostrar que eres culpable y no podrán hacerlo. Eso nos situará en una situación privilegiada para...

Volvió a suspirar.

No sé para qué. Mi hermana es dotada para la política. Pero Hathor proveerá, cree en mí.

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13/03/2021, 11:55
Lurzca

¿No podemos quedarnos fuera? - Frunció el ceño.

Allí, hasta el soldado de menos graduación tenía órdenes para ellos. Todo aquel asunto le sonaba muy mal. ¿Qué era lo que pretendían hacer con Nepthis? Dividirlos ya lo habían conseguido y si ya tenían pocas opciones de salir de ahí de una pieza permaneciendo juntos, cada uno por un lado se antojaba imposible.

¿Tenemos otra opción? - Le preguntó al soldado.

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13/03/2021, 23:33
Amessis

-Ahm, vale, no es culpa mía entonces -dijo la nigromante, relajando la postura. Se dejó caer en el catre y se puso cómoda-. Bueno, sí que tengo parte de culpa. Mi sola presencia te pone en un compromiso. Pero te creo, Nepthis. Y ¿cómo estás tan segura de que es tu hermana la que ha decidido meterme aquí? No voy predicando la palabra de Set por ahí, sirvo a Osiris, no sé cuántas veces lo habré dicho ya. ¿Lo llevo escrito en la cara, igual que mis cicatrices? -preguntó, señalándose los círculos que se habia borrado años atrás-. No sé. ¿Qué tipo de persona es tu hermana? ¿Es amable, le gustan las mujeres, sueña con ser una diosa algún día? ¿Qué opinas?

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14/03/2021, 00:34
Nepthis

¿Mi hermana? —repitió Nepthis—. Es una mujer peligrosa. Le gustan los hombres, como debe ser. No creo que le importe la religión tanto como la política. Y es mi hermana. La querré siempre aunque sea...

... Una zorra...

Difícil de tratar —dijo y se encogió de hombros—. Yo también lo soy, ¿así que quién soy para juzgar?

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14/03/2021, 01:23
Amessis

Amessis levantó una ceja cuando Nepthis mencionó el gusto de su hermana por los hombres.

-Pues parece que esta vez ha elegido un hombre con el que casarse -comentó, despreocupada-. ¿Es de ese tipo o, como tú, un espíritu casado con la política? ¿Tú no te has planteado compartir tu vida con alguien? A mí me gustaría. Aunque, por otro lado, me da pereza... creo que una relación requiere demasiado esfuerzo. Pero, ay, no me importaría probar.

Se tumbó de lado para mirar a Nepthis.

-¿Alguna vez te has enamorado?

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14/03/2021, 01:35
Nepthis

No —admitió Nepthis. Nunca me he enamorado de un hombre.

Nepthis alzó el cuello de cisne en dirección a la ventana de la celda.

No creo que fuera su culpa. Que no me enamorara de ellos, me refiero. Eran buenos hombres, virtuosos. Es solo que yo no estaba preparada para algo más. No estoy segura de si en algún momento lo estaré. Creo que hay algo roto dentro de mí al respecto, ¿no crees?

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15/03/2021, 21:44
Jotnar

Sí veníamos con ella—respondió Jotnar mesándose la barba con una mano como quien piensa sobre la trascendentalidad del cosmos—. La han convocado desde el templo para un cónclave pero no sé a quien se le ha ocurrido la gran idea de encerrarla junto a otro de los miembros de la compañía sin mediar palabra. Estaría bien que alguien diera una explicación de a que viene este atropello. ¿Tratan a todos los visitantes así?

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15/03/2021, 22:44
Amessis

Amessis sonrió de medio lado, que Nepthis especificara sus gustos tan a menudo le hacía gracia. A ella le daba igual una cosa que otra, aunque prefería los hombres, le daba la misma pereza tanto un sexo como el otro.

¿Y te has enamorado de una mujer? iba a preguntar, pero se estarían desviando del tema en cuestión.

-¿Roto en qué sentido? -le preguntó-. Yo tampoco me he enamorado. No considero que ese hecho sea una rotura interna. No has encontrado al hombre adecuado. Puede ser virtuoso, brillante, un dechado de virtudes y aún así, no ser la persona a la que dedicas tus últimos pensamientos cuando te vas a dormir, o los primeros cuando te despiertas. Puede no ser la persona en la que piensas cada cinco minutos lo que estará haciendo, o la persona con la que te imaginas conviviendo a diario. A mí me sucede que esa persona es Osiris. A él me encomiendo, en él pienso, a él dedico mi vida. Y eso es suficiente para mi.

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16/03/2021, 10:47
Nepthis

Sonrió y palmeó la mano de Amessis con la suya propia.

Isis es la mujer, la esposa. Hathor representa la madre, la familia —explicó Nepthis—. ¿Es curioso, no? Para ser una sacerdotisa de Hathor, una madre reverenda, nunca he tenido ese impulso de formar un hogar y ser madre. Aunque visto lo visto, a la Madre no parece importarle ese detalle.

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16/03/2021, 11:22
Amessis

-En realidad, el concepto Madre no tiene que ser necesariamente biológico -teorizó la nigromante-. Madre es la que cuida, protege, cría. Eso es lo que tú eres. No has formado una familia de tu propia sangre, pero nosotros somos tu familia. Nos cuidas. Nos proteges. Nos apoyas. Cuidas a las personas en la Casa de Curación. Ellos son tu familia. Nos bendices con tu protección. ¿No? Tú eres lo más parecido a una madre que voy a tener nunca... Y como Madre de todos que eres, tienes un trabajo muy duro por delante.

Se sentó de nuevo en el catre y miró a Nepthis fijamente.

-¿Te encuentras bien? Te has puesto pálida. ¿Quieres que llame al guardia?

Pero la sacerdotisa ya estaba inmersa en una de sus visiones, Amessis la sostuvo para tumbarla sobre el camastro cuando Nepthis sintió el vértigo que la empujaba hacia el trance.

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16/03/2021, 11:30
Narrador

Nepthis había caído desde gran altura y apenas había escuchado parte del discurso de Amessis, estaba más pendiente intentando controlar las náuseas, el vértigo, mientras procesaba lo que le estaba ocurriendo.

Una visión. De las que llegan sin avisar. ¿Qué la había desencadenado? ¿Por qué ahora y no antes? ¿Cuál era el objetivo?

Abrió los ojos. Se encontraba de pie sobre una zona circular cubierta de arena, símbolos grabados en la piedra. Figuras que representaban a Set adornaban la estancia, efigies que vigilaban cada uno de sus movimientos. No era ella, no era Nepthis. Se miró la ropa, su armadura dorada parecía de otro siglo, su diseño le hacía pensar en civilizaciones enterradas. Tan enterradas como el lugar en el que se encontraba. En la mano derecha portaba una alabarda con runas inscritas en el asta, el filo era muy fino y la hoja letal. Al mirar en derredor solo había oscuridad, pero arriba, muy arriba, se filtraban los rayos del sol que hacían brillar las estatuas de obsidiana de Set. No había paredes, solo vacío infinito, pero cuando sus ojos se acostumbraron distinguió estantes en los muros repletos de pergaminos, libros y diferentes formas de conservar conocimiento.

No estaba sola. O solo. Su hermano estaba allí también. Su hermana. A decir verdad era otro guerrero como ella, con un hacha, y se dirigía a ella con el arma dispuesta. Sin mediar palabra, atacó con una ferocidad inhumana y Nepthis, el guerrero que era, se defendió. Sabía que era su hermano y aún así, la atacaba, de modo que tenía que defenderse. Y es que su hermano habia perdido la cabeza. Mientras que Nepthis había permanecido como guardían de la biblioteca, su hermano había vagado por el desierto durante tantos años que el sol había trastocado su mente, convirtiéndolo en lo que era ahora. Su rabia se reflejaba en su forma de pelear, Nepthis se defendió como pudo, pero el lugar era cada vez más y más oscuro.

¿Por qué estaban peleados? Ya ni siquiera lo recordaba. Nepthis llevaba años en esa biblioteca, guardándola, protegiéndola. ¿Por qué su hermano estaba en su contra? ¿Qué había sucedido? ¿Podían arreglar las cosas alguna vez?

Todas esas preguntas bullían en su mente mientras peleaba, a vida o muerte, en aquel lugar remoto perdido en las arenas del tiempo.

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16/03/2021, 23:37
Nepthis

El guardián saltó hacia atrás para esquivar el golpe de su hermano.

¿Cómo te atreves? —dijo Nepthis poniendo voz al guardián, pero sus palabras quedaron ahogadas por un nuevo golpe de su oponente, esta vez directo hacia el pecho. El guardián lo desvió hacia un lado con el mango de su alabarda y dio un paso atrás.—. ¿Cómo te atreves a traer la violencia a este lugar sagrado?

- Tiradas (1)
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19/03/2021, 23:35
Guardia

El guardia parecía un poco nervioso por el avasallamiento entre Jotnar y Lurzca, de modo que los hizo pasar al interior del templo, un vestíbulo fresco que estaba a la sombra.

-Mil disculpas, mil disculpas. Hemos avisado a la hermana de la madre reverenda, la Guardia Áurea está por encima de nosotros, recibe las órdenes directamente de la familia. Nosotros solo custodiamos el templo, ellos se encargan de esos asuntos...

Un par de esclavos aparecieron entonces para hablar con el guardia. Se hicieron a un lado para hablar entre susurros, mientras los demás soldados y esclavos de la casa miraban la escena con curiosidad. El enano, con su coco sobre la cabeza, y la semiorca, estaban en mitad del vestíbulo mientras un guardia y dos esclavos discutían acaloradamente entre susurros. Tras unos momentos, el soldado volvió a acercarse. Carraspeó muy fuerte.

-Me comunican que la hermana de la madre reverenda no se encuentra aquí... uhm... ¿Alguien más con quién deseen hablar sobre este asunto?

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19/03/2021, 23:43
Narrador

La Biblioteca del Sol había sido profanado hacía siglos por Set y llevaba otros tantos enterrada bajo la arena. Nepthis había tomado la decisión de guardarla y protegerla para evitar que volviese a utilizarse para su propósito original. En ese lugar los elegidos era convertidos en Encarnados, los reyes-dioses tomaban su poder cuando el Cónclave se reunía en esa camara y realizaba el ritual en el que los mortales trascendían y se convertían en dioses. 

Pero Set lo cambió todo apoderándose de la Biblioteca del Sol. No le bastó con asesinar a Osiris.

Su hermano alzó el hacha y el golpe habría sido mortal si Nepthis no hubiese tenido reflejos. Su oponente era diestro, los años lo habían convertido en una bestia, ya no era humano, tenía la cabeza de un cocodrilo gigante.

-Solo puede haber un rey-dios en Mulhorand y lo sabes -contestó con un gruñido.

Nepthis era una criatura inmortal, una manifestación de una deidad que había dejado de existir, de modo que cumpliría con su cometido hasta el final de los tiempos. Nadie podía regresar a la Biblioteca del Sol, los miembros del Cónclave habían muerto y la línea de sangre del faraón continuaba de manera natural. Ya no había ritual para ascender a Encarnación y así debía seguir siendo porque de lo contrario, Set podría tomar aquellas tierras bajo su control.

 

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20/03/2021, 00:11
Nepthis

—Lo sé —replicó Nepthis—. Y también sé que ese rey-dios no puede ser Set.

El guardián pasó al ataque, y envió una serie de acometidas que su hermano detuvo a duras penas. Que Horus hubiera muerto y él hubiera quedado a la deriva en las arenas del tiempo no significaba que no pudiera enfrentarse una última vez a su archienemigo.

—Te perdiste hace mucho tiempo, hermano. Tú no eres más que su pálida sombra y te mataré si debo —le dijo a su hermano, enviando un tajo mortal de su alabarda en dirección a su musculoso cuello—. No pienses que va a temblarme la mano porque eres sangre de mi sangre. La vida es parte de un ciclo, el tuyo ha acabado. Tu alma será juzgada.

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20/03/2021, 01:41
Lurzca

¿La hermana de la madre reverenda? - Preguntó algo confundida la mestiza. - ¿Estamos hablando de Nepthis, no?

Ya no sabía a que atenerse. Habían llegado con ella y habían visto como entraba en el templo. Aquellos esclavos parecían nerviosos y hablaban en cuchicheos con los guaridas. Algo estaba sucediendo, algo que se les escapaba, aunque lo más evidente era que les habían separado y ahora no sabían donde estaba Nepthis y tampoco estaban seguros de donde podía estar Amessis. Fuera como fuera, se la habían jugado y Lurzca empezaba a ponerse nerviosa y violenta y cuando enfurecía... solía armarse una buena.

La mujer con la que vinimos. La sacerdotisa de Hathor. - Apretó los puños y miró con ira homicida a aquel guardia. Ya se había cansado de tanta tontería. - ¡Llévanos con ella! ¡Ahora! - Le ordenó. - ¡Ahora!

- Tiradas (1)
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20/03/2021, 17:06
Jotnar

Por las tetas peludas de mis ancestras, Lurzca, ¿te quieres calmar?—protestó Jotnar poniéndose en jarras—. No les des verdaderos motivos para culparnos de algo. ¡Eres lista como para saber que no podemos resolver esto a cabezazos!

Él mismo estaba preocupado por la situación. Tampoco le había hecho ninguna gracia que encerrasen a Amessis, ni que tratasen a Nepthis como si no fuera nadie, ¿pero qué iba a hacer? ¿Enfrentarse a todo el templo? No sería por falta de ganas de darle un sopapo a más de uno allí pero no quería buscarle un problema mayor a Nepthis.

Hijo, me vas a disculpar pero sé poco de títulos eclesiásticos—le dijo al guardia con toda la diplomacia de la que pudo disponer—. Supongo que en mi idioma lo que has dicho es "la hermana de Nepthis no está". Bien. Pues resulta que hay un problema... porque según el calvo áureo o como se diga, la dama Salilah le dio órdenes directas para encerrar a una de mis chicas. Pero el tipo también encerró a la reverenda madre, que es la otra. Y lo hizo cuando sus funciones se limitaban a escoltarnos al templo, es decir, que la encerró porque le dio la gana.

Aquello de que ahora mágicamente la hermana de Nepthis no estuviera era la descripción gráfica de tirar la piedra y esconder la mano. O más bien de dar la orden y salir corriendo del templo. Si es que realmente no estaba en el templo... que tampoco estaba precisamente seguro de que no estuvieran mintiéndoles descaradamente.

Comprenderás que entonces nos moleste un poco tan oportuna casualidad. Hemos venido con toda nuestra buena fe a un cónclave y sin venir a cuento nos tratan como criminales. Si quien puede darnos una explicación de semejante despropósito no está, no podéis tener encerrada a una sacerdotisa gratuitamente—dijo antes de añadir con el secretismo de quien cuenta un chisme:.  ¿Qué creéis que van a pensar los feligreses que han visto todo esto? ¿Que el templo no se responsabiliza de sus propios actos? ¿Que la guardia decide por encima de las sacerdotisas? ¡Vaya imagen para el templo de Hathor! Aparte, que no sé cómo se va a celebrar cónclave alguno así.

Se cruzó de brazos teatralmente y resopló.

Y si en efecto la dama Salilah no está. Cuando vuelva y se de cuenta de que en lugar de escoltar a su hermana se la ha encerrado porque a un guardia le ha dado la gana, os va a caer un puro bonito por permitirlo.

No lo creía realmente visto lo visto, pero era un modo tan bueno como cualquier otro de tantear algo. Y si hacía click, pues mejor.