Partida Rol por web

Un olor extraño a azufre comienza a llenaros las fosas nasales. Confusos, empezáis a mirar alrededor pero no veis nada.

En ese momento, casi al unísono, Barakanar y Hodrum gritan - ¡Cuidado! -

Tres repugnantes trolls emergen entre la niebla matutina y la maleza alrededor del río. Por suerte para vosotros, habéis logrado divisarlos antes de que pudieran emboscaros.

¡Trolls! Viles criaturas, peligrosas por separado y aún mucho más en grupo. No eran muchos, pero si los suficientes como para darles serios problemas. Incluso, si no tenían la suerte a su favor, podrían poner punto y final a la misión. Iba a ser un duro encuentro.

Quizás gracias a ser un elfo o simplemente por casualidad vió una gran silueta delante del camino. No tardó en avisar al grupo cuando la voz de Barakanar le hizo coro. Miró a su compañero y volvió a mirar a la silueta, pero ahora ya no era solo una silueta, sino 3 horribles trolls que les cerraban el paso.

No había tiempo que perder y realizó un rápido repaso de lo que sabía de ellos. Intentó idear una estrategia aun a sabiendas que sus compañeros ya estaban sacando las armas y cuando él pudiese actuar la lucha habría empezado.

Aunque Barakanar se giro rapidamente ante el peligro de los trolls no pudo más que ponerse a la defensiva esperando las intenciones de las malvadas criaturas
 

Todo lo que no habían visto durante el primer día y la primera noche se les paraba en frente ahora. Verdes y marrones como las hojas que los rodeaban, Raff tardó un tiempo exagerado en poder notarlos con nitidez y para entonces la refriega ya estaba empezada.

El paladín se puso en marcha raudo, queriendo adelantarse a los trolls. Pero el traicionero suelo no le permitió moverse todo lo ágil que pretendía.

Desenvainando su espada, intentó trazar una pequeña estrategia.

¡Cuidado con el suelo! - gritó mientras se acercaba al Troll de su flanco izquierdo.

¡Élise, no permitas que alcancen a nuestros compañeros!

Talasek consideraba que el resto del grupo estaba menos preparado para un combate físico por lo que quería mantener a los Trolls alejados de ellos.

Uno de los trolls da un paso adelante y arremete contra Élise. A pesar de que su primer garrazo alcanza a la guerrera sagrada, se podría decir que ésta había tenido bastante suerte con el resto de ataques.

Las órdenes de Talasek habían atraído la atención de los otros dos, que se movieron hacia él con ciertos problemas. Talasek era un hombre curtido en la batalla y así lo demostraba siempre. Además, su reluciente armadura llena de simbología de San Cuthbert, era capaz de resistir la mayoría de golpes. El paladín no sufrió un solo rasguño de estas infames criaturas.

Maldijo a aquella criatura y sus largos brazos, que en un momento la habían puesto en jaque. No podía conjurar y tampoco acercarse para golpear sin que esa criatura la golpeara de nuevo. Tampoco estaba segura de cuanto aguantaría. Pero entre morir luchando y simplemente quedarse ahí hasta su fin, la decisión era sencilla.

Avanzó escudo en alto y, atacó con su espada

- Findar, rapido delante mio, dijo el druida al ver que los trolls habian tomado por sorpresa a los aventureros necesitamos ayuda, una vez que inspecciono el campo de batalla.

Sin moverse de su sitio comenzo a inscribir un circulo de invocacion para intentar convocar a alguna criatura amiga para que les ayudase

Élise intenta zafarse del Troll pero éste es más ágil y lanza un zarpazo certero, abriendo una nueva herida en ella.

En su cabeza había un conjuro que no paraba de repetirse. - Bola de fuego, bola de fuego, bola de fuego... - Pero veía un problema. Si lo lanzaba para que afectasen a los 3 trolls también resultarían afectados sus amigos.

- Debemos reagruparnos, o al menos conseguir que ellos se junten, pero sobretodo necesito que consigais una separación entre ellos considerable. Así que id retrocediendo lo que podais. -

Hodrum empieza a recitar el conjuro haciendo los gestos necesarios y termina señalando al troll más cercano a Élise.

Tres proyectiles mágicos salen de su dedo directos al troll impactando en él.

Raff se movió detrás del mago, sabiendo que así se aseguraría de no morir calcinado. Aprovechando la distracción que representaba Élise, el pícaro preparó su ballesta y disparó directo hacia la cabeza del troll.

Talasek arremete con todas sus fuerzas y confiando en su espada mágica. Logra asestar dos tremendos golpes al Troll pero no son suficientes para acabar con la criatura que ve como sus heridas van cerrándose rápidamente.

El troll en liza con Élise había recibido todos vuestros ataques. Sin embargo, la criatura comenzó también a sanar.

Esa misma criatura vuelve a arremeter contra Élise que de nuevo es alcanzada violentamente por una de sus garras. Tras él, su compañero se adelanta con furia para asestar un certero garrazo contra Findar que sufre un serio desgarro.

Por último, la reluciente armadura de Talasek y su habilidad con el escudo hacen del paladín un oponente inquebrantable. Éste alza la voz al resto pidiendo que se replieguen tras él.

¡Rápido! ¡Cubríos tras de mí! ¡Evitad sus afiladas garras!

Raff avanza todo lo rápido que puede entre aquella maraña en dirección al paladín. Al pasar junto a Hodrum dice:

—Si vas  a hacer algo impresionante, éste es un buen momento—