Partida Rol por web

El troll, obcecado con el simio, desgarra la carne de este de forma brutal y despedaza al gran primate. Una visión horrenda que permanecerá tiempo en vuestra retina. La misma criatura hambrienta, lanza un bocado al aire buscando la cabeza del paladín.

El otro troll que sigue en pie tiene menos suerte, tratando de alcanzar inútilmente a Findar mientras el leopardo se escabulle de cada arremetida.

No tenía fuego a mano, pero podía ayudar. Mientras otro preparaba algo con lo que hacer arder los cuerpos de los trolls que fueran cayendo, ella podía ayudar a derrotar a otro.

Se adelantó unos pasos, empezando a conjurar de nuevo, y al poco otra espada divina surgió en medio del combate, uniéndose a la anterior en el ataque contra el monstruo.

El troll tiene que vérselas ahora con dos espadas flotantes y aunque esquiva la embestida de una, no puede evitar la otra.

El troll del que Hodrum había escapado acababa de descuartizar al simio que Barakanar había invocado. Pero ahora estaba rodeado de dos armas mágicas que no dejaban de atacarle sin descanso. Por otro lado Sir Talasek estaba enfrentado al troll central después de dejar al tercero inconsciente.

La prioridad de Hodrum ahora era apoyar ofensivamente a Sir Talasek, con la esperanza de dejar inconsciente también a este otro troll. Si esto ocurría antes que el tercero se curase lo suficiente para recobrar el conocimiento, tenía intención de ponerse entre ambos y lanzar un conjuro que pegaría fuego a lo que hubiese cerca suya en un pequeño radio.

- Sir Talasek, no te cambies de posición. - Sacó los componentes de su bolsa y empezó a recitar el conjuro. Terminó señalando en la dirección donde quería que su conjuro se desplazase y de su dedo brotó una pequeña burbuja que crecía igual de rápido que se desplazaba hasta alcanzar al troll. - Evita tocar la burbuja o te dañará -

Raff intentó disparar dos virotes más hacia el troll que peleaba con Talasek, pero ambas pasan zumbando por sobre la cabeza de la bestia sin hacerle ni un rasguño.

Barakanar invoco otro simio para intentar deshacerse de la emboscada. Yo no tengo nada de fuego, dijo el druida mientras volvia a invocar otra criatura a toda velocidad,

- Findar ataca al troll que queda!, Findar intentda dar un mordisco pero falla

La burbuja comienza a rodear al troll pero éste es más ágil de lo que podría suponerse y se zafa sin problemas de la misma. Sin embargo, la convocación de un nuevo simio por parte de Barakanar fue casi definitiva para ese troll. Casi como si quisiera vengar a su homólogo anterior, el simio desgarra la carne del troll que cae al suelo tendido en un charco de pululenta sangre verde.

El terreno hacía difícil moverse con soltura, también para Findar que hundió su pata en un charco de fango y el único troll que quedaba en pie lo aprovechó para asestarle un violento golpe con su garra.

El paladín es consciente de que el daño sufrido por el Troll no es suficiente y mientras observa como su cuerpo se va regenerando, agarra fuertemente su espada preparado para asestar un nuevo golpe.

¡Hodrum necesitamos fuego!

Talasek arenga al mago para acabar con la amenaza. Entonces el troll recupera la consciencia e intenta ponerse en pie pero Talasek descarga su espada contra la criatura que vuelve a caer.

¡Vuelve a la ciénaga criatura inmunda!

El único troll en pie, ahora centrado en el compañero de Barakanar, descarga inútilmente sus garras contra él aunque no logra alcanzar al escurridizo animal. A pesar de ello, lanza un severo bocado a una de las patas del mismo.

—¡Prended fuego a los caídos, da igual como! —exclamó.

Centrada en acabar con el último que quedaba en pie —aunque fuera durante poco tiempo viendo al ritmo que se les cerraban a los otros las heridas—, dejó que las hojas de fuerza atacaran de nuevo y ella, a la par, se acercó para atacar con un potente tajo descendente, un golpe de justo castigo destinado a purgar a la bestia.

La espada, sin embargo, erró en el blanco. El troll, más rápido de lo que aparentaba, logró esquivar el ataque en el último instante, y el corte solo hendió el aire, inútil.

De los tres trolls, dos estaban en el suelo inconscientes y el tercero estaba rodeado siendo atacado por todos los flancos. Por desgracia Hodrum sabía que no durarían mucho tiempo en esas condiciones y no tardarían en recobrar la consciencia y volver a la carga.

Envió a la burbuja al primer troll que había caido y cuando ésta llegó al troll empezó a salir vapor de su cuerpo donde la burbuja se había situado. Después se acercó a los dos trolls que yacían en el suelo junto a Sir Talasek, desenvainando la daga que le dió Raff en el trayecto.

- Sir Talasek, primero me encargaré del troll que tengo cerca. Mientras tanto asegurate que ese otro no se levanta. -

Findar se revuelve contra el troll y le golpea con sus dos garras haciendole profundas heridas.

Mientras tanto el simio se aprovecha de que el troll esta semi-inconsciente para morderle en la garganta, aunque la carne empieza a cerrarse acto seguido de la brutal herida.

Barkanar maldice mientras su invocacion no le hace caso, pero reafirmado en sus convicciones empieza a mirar al plano astral del Fuego para traer una criatura que acabe con el combate

Raff disparó dos virotes a los trolls caídos para asegurarse de que seguían así. El primero era un tiro fácil, pero la distancia, la vegetación y el gorila gigante hacían difícil para el pícaro apuntar al más lejano.

—¡¿Alguno va a sacar fuego ya o me hago cargo yo mismo?!— increpó a los lanzadores de conjuros.

Talasek, aprovechando que los trolls han caído y que probablemente Barakanar halle la solución con su conjuro, se bate en retirada todo lo que el terreno le permite.

¿Estáis heridos? - Pregunta mientras él mismo comprueba que está ileso.

Barakanar acto seguido invoca una criatura de fuego que el propio druida ordena calcinar uno por uno a los indómitos trolls.

Al fin el combate acabó, aunque lo ocurrido lo recordaría durante un tiempo. No por las cicatrices que quedarían —unas pocas más para acompañar las que ya tenía—, sino por la imagen que se mantendría grabada en su retina; en su vida había visto los horrores causados por batallas, feas heridas que habían deformado o mutilado a hombres y mujeres en escaramuzas y los estragos que algunos monstruos causaban, pero asistir en primera persona, observar con sus propios ojos como una de aquellas atrocidades se llevaba a cabo, era bien distinto. Además, por muy duro que fuera, las armas solían ser limpias, mientras que no había habido más que salvajismo en la forma en la que el troll había desgarrado al simio.

Las palabras de Sir Talasek la sacaron de su momentáneo ensimismamiento y la hicieron recordar que, al menos, no había sido ninguno de ellos el que había sufrido tal destino. Heridos en menor o mayor medida, al menos estaban vivos, sin nada que lamentar.

—Ayudaré con las curaciones —dijo en respuesta; sabía que la prioridad del paladín en esos momentos era sanar, pero no podía dejarle a él todo el trabajo. Sin perder tiempo, administró las atenciones que podía.

Barakanar superviso como el elemental de fuego carbonizaba los cuerpos de los Trolls, a las palabras de Ser Talasek lo tuvo claro, Findar esta malherido, dijo con pena Necesita ayuda, caballero mientras revisaba las feas heridas que habian causado los trolls.

-Vamos muchacho, ahora te curan, no te preocupes, mientras miraba a la carne ardiendo de los Trolls, por cierto estos tres no deben estar muy lejos de su guarida. Propongo intentar buscarla para ver si tiene algo que nos pueda servir de utilidad, dijo mientras seguia acariciando a su compañero

Una vez realizadas las sanaciones, asintió a Barakanar; podían perder un momento en registrar los alrededores. Tal vez encontraran algo de valor, algo útil para su misión.

—Pero tengamos cuidado, puede haber más, u otros peligros. Y no nos desviaremos mucho, lo principal es encontrar al culto.

Si por buscar un posible tesoro se perdían y llegaban tarde a la guarida, no se lo perdonaría.

—Ileso—informa Raff con una sonrisa complacida— Estas cosas estaban duras ¿No?— acota, tocando una mano de troll chamuscada con la punta del pie—Ustedes atiendan a los heridos, yo necesito recuperar mis virotes.

Hodrum presionaba la herida que le había inflingido el troll, aunque por suerte era más el dolor que la gravedad de la herida.

Kirara había permanecido todo el combate escondida, ya que poco podría haber hecho contra semejantes monstruos pero una vez vió que todo había acabado salió a hacerle caricias al mago.

Hodrum respondió de la misma manera y se dirigió al grupo. - Yo solo he recibido un zarpazo en el costado. - Después se acercó a Sir Talasek y arrodilló una pierna en el suelo. - Lamento que mi hechizo te haya afectado, aunque sabía que estabas en el area del hechizo pero no sabía que era mejor y confiaba en que tu fortaleza y defensas te ayudarían a aguantar el impacto. Aun así lamento lo ocurrido. - Esperó arrodillado a que Sir Talasek respondiese antes de irse.

Talasek acaricia a Findar por un momento hasta ver el estado de Hodrum que presentaba una seria herida. En ese momento posó una mano en las heridas de cada uno canalizando la energía mística a través de sus manos y repartiéndola a conciencia.

Que San Cuthbert guíe nuestros pasos y sane vuestras heridas.

Algo calcinado por culpa de Hodrum pero sin prestar atención a sus propias heridas, el paladín vuelve en sí, intentando integrarse en vuestra charla. 

Oh sí, los trolls suelen guardar buenos botines en sus guaridas. Si no nos desviamos mucho eso puede compensar vuestro esfuerzo.

La prioridad de Talasek no era el tesoro ni las posesiones materiales y a veces se le olvidaba que vosotros erais aventureros y que vuestra subsistencia dependía muchas veces de los tesoros que ibais encontrando.