Partida Rol por web

La Conspiración del Halcón: El Maestro Halcón

Capítulo 3: En el Yermo

Cargando editor
01/07/2019, 13:03
Élise

Tras la visita al templo y despedirse de Eritai —un sinfín de agradecimientos por delante—, así como saludar a Jallarzi cuando se la volvieron a encontrar, se dedicaron a cenar. La comida, como esperaba, estaba deliciosa, y esa noche se iría con el estómago lleno a la cama. Todos parecían disfrutar la velada, incluso Findar y Barakanar, que por un rato parecían haberse olvidado de que estaban casi atrapados en una ciudad.

No estaban del todo relajados, empero. La misión ocupaba sus pensamientos y debían planear bien el viaje. Cuantas menos sorpresas se encontraran en el camino, mejor iría todo.

Creo que lo mejor será no arriesgarse —dijo al fin, pensativa mientras miraba el mapa y los puntos que Talasek señalaba—. Tenemos unas monedas, así que podemos permitírnoslo, y es mejor que acabar perdidos o desviarnos demasiado del rumbo. No debemos olvidar que el tiempo corre en nuestra contra. —Asintió—. Yo voto por el ferry.

Cargando editor
10/07/2019, 10:37
Director

Casi obviando lo que opinaba el resto, asumiendo que estabais de acuerdo en utilizar el ferry hacia el otro lado del Selintan, acabasteis vuestro suculento banquete y os dirigisteis hacia los muelles, con cierta incertidumbre.

Los muelles de la Ciudad Libre se encuentran fuera de sus muros, ensombrecidos por las nobles mansiones del Distrito Alto. Éstos son básicamente embarcaderos de madera que se extienden hacia las fangosas aguas del Río Selintan.

Hay cierta actividad de cargamentos y pasajeros procedentes de distintas partes de la Bahía Lanosa, que ocupa el ambiente con variopintos sonidos salpicados por diversas aves marinas.  Numerosos botes y pequeños amarraderos invitan a los viandantes a cruzar el río o bien navegar hacia la bahía.

Los muelles ofrecen un par de pordioseras tabernas cuyo olor a pescado en mal estado inunda el ambiente.

Cargando editor
10/07/2019, 15:47
Élise

Al final, entre unas cosas y otras, habían decidido ponerse en marcha ya; <<cuantos antes, mejor>>, era la conclusión a la que habían llegado, y con el estómago lleno, aún con energía y aprovechando los últimos rayos del sol que aún iluminaban el cielo, se dirigieron a los muelles.

Gracias al tiempo que habían pasado en la ciudad no les costó mucho encontrarlos, y en seguida llegaron al linde de Greyhawk, más allá de las altas murallas, observando el trajín propio de cualquier puerto pese a lo tarde que empezaba a hacerse. Si tardaban mucho la noche les atraparía en su manto de sombras, y para ese entonces prefería estar ya al otro lado del río, en la orilla correcta para emprender el verdadero viaje.

Como en todas partes, allí dónde había mercancías, gente y, en definitiva, dinero, había mozuelos que corrían de un lado a otro, buscando algo que escamotear o, los más honrados, esperando que algún comerciante o capitán les diera unas monedas a cambio de ayudar en algo, ya fuera descargar los grandes cajones de los barcos, cargar otros nuevos, o simplemente llevar un mensaje a algún lado. Élise, atenta, buscó a uno de éstos muchachos, desocupado en ese momento, y le atrapó antes de que pudiera escapar, mostrándole una pieza de cobre y una amplia sonrisa. El crío —pues eso era—, respondió con escepticismo al gesto, pero la codicia con la que miró el dinero —esa moneda podía ser poca cosa para un aventurero, pero para los chiquillos cualquier cosa que llevaran a casa, o que les permitiera llevarse algo a la boca era ya una fortuna— fue suficiente para que se quedara y no rebullera más.

Necesitamos tu ayuda. Buscamos el ferry, o cualquier barcaza que nos traslade al otro lado del río con seguridad. Si nos llevas al sitio correcto, además de ésta tendrás una de plata. —Se la tendió; la de cobre, aunque sin soltarla hasta que dijera que si—. ¿Hay trato?

Notas de juego

En principio íbamos a dormir en la taberna, pero bueno, ya que estamos, pues nos marchamos jajaja

Cargando editor
11/07/2019, 12:47
Raff

Raff era un tipo de lealtades extrañas. Los niños callejeros en particular era algo que lo podían, y nunca le gustó del todo que aquellos en las peores condiciones siempre aceptaran trabajos por pagas nimias. Es cierto que en este caso no era una tarea riesgosa o cansadora, pero Raff no veía por qué no remunerarlo mejor.
También es cierto que aquellos que se mostraban compasivos con los desposeidos podían llegar a ganarse un mínimo de aprecio por parte de los gremios criminales, y quizás su generosidad les ahorrara problemas.

Vamos, Élise, no seas tacaña— le dijo con tono bromista—. Niño, toma una de estas como incentivo. Te daré otra si nos guías bien— Raff se llevó una mano al bolsillo y sacó una refulgente moneda de oro que brilló con el resplandor anaranjado de los últimos rayos de la tarde, ofreciendosela al niño.

Dos monedas de oro era un buen sueldo para una única jornada de trabajo, y todavía mejor para una sola tarea sencilla. Raff sabía que a su bolsillo no le iba a doler mucho y que a donde iban el oro probablemente no iba a servirles, pero al niño podría solucionarle la vida por una o dos semanas, y tener tanto futuro cuando uno acostumbra a no mirar más allá de la siguiente noche era todo un alivio.

Cargando editor
12/07/2019, 08:27
Élise

No soy tacaña —dijo, enfurruñada, mientras miraba con suspicacia la mano de Raff y al chaval. 

La reluciente moneda dejaba su pequeña pieza de cobre en poca cosa, algo irrisorio en comparación. Empero, no la guardó ni la apartó: uno no debía arrepentirse de sus actos cuando creía que eran correctos. Y ella, sin duda, así lo pensaba.

Mostrar así el oro que guardaban, sin celo ninguno, podía traer problemas, tanto al niño como a ellos. Por un lado, que un crío fuera con eso podía acabar mal para él, que podía ser víctima de cualquier pandilla que se diera cuenta de lo que llevaba encima, si es que no le daba por presumir de ello. Por otro, podían ser ellos mismos los que acabaran emboscados; habían tenido suerte en el mercado, pero las noches en los muelles podían ser el coto de caza perfecto para ladrones, matones y demás de esa calaña. Por supuesto, estaba la tercera opción, y es que ese pilluelo les tendiera una trampa y les llevara directamente a una trampa. Había ratas callejeras en todas partes, no era de las que se fiaban.

Para su desgracia, ya no había nada que hacer. El hombre había tomado una decisión y ahora solo hacía falta rezar porque la situación no se torciera antes de conseguir marcharse de La Ciudad Libre.

Cargando editor
14/07/2019, 21:49
Director

Los ojos del crío se abrieron como platos al vislumbrar la moneda de Raff.

Sin mediar palabra, el niño se dirigió corriendo a uno de los navegantes cuya embarcación parecía lo suficientemente resistente como para cruzar al otro lado cargada con vuestro grupo.

El marinero hizo un ademán desde la distancia para que os acercarais y el niño permaneció sonriente con las manos a la espalda, satisfecho por haber conseguido un trabajo fácil.

No perdamos más tiempo - sentenció Talasek.

Cargando editor
15/07/2019, 08:20
Barakanar

Habia cosas que Barakanar nunca iba a poder comprender, todo el trasiego de propinas, monedas y casi sobornos que manejarse por un asentamiento conllevaba. En la naturaleza todo es mas sencillo, pensó mientras se encogia de hombros, si no fuese porque a Findar le costaria llegar al otro lado me iria volando, siguió divagando antes de darse cuenta que sus compañeros tampoco tenian poca pinta de nadar bien.

- Bueno, estoy de acuerdo, hizo una pausa crucemos

Notas de juego

Tras estar una temporada medio desaparecido, creo que ya voy a poder postear a un ritmo más acorde con la partida

Cargando editor
15/07/2019, 16:18
Élise

Vamos entonces —dijo adelantándose, dirigiéndose hacia la embarcación que había elegido el chico. Había ido directo y parecía muy seguro, así que debía de tener claras las cosas. Era una buena señal, o eso esperaba; aún había cosas que podían salir mal.

Raff —llamó la atención del hombre, mientras caminaban y antes de llegar con los marineros—, guarda el oro hasta que hayamos negociado el precio. No quiero que se aprovechen de nosotros, y menos que decidan que somos una presa fácil a la que robar en medio del río.

En cuanto estuvieron al lado del capitán, miró el bote y asintió, satisfecha. No tenía ni idea de barcos y demás, pero parecía resistente, lo suficiente para llevarlos sanos y salvos a la otra orilla, y fuera como fuera era mejor parecer una entendida, con conocimiento de lo que compraba, a que la tomaran por una idiota de la que aprovecharse.

Una buena gabarra, maese... —dejó la frase en el aire, esperando un nombre, y cuando se lo dio le tendió la mano, complacida—. Mi nombre es Élise. —A secas; dar su apellido podría confundirla con una noble, contrariamente a sus propios intereses.  Sonrió—. Un placer. Bien, como ya le habrá dicho el chico, queremos que nos lleve al otro lado, a los cinco y al felino. ¿Debo entender que está usted disponible?

Se esforzó por no denotar prisa ni necesidad, cosas de las que cualquier comerciante avispado y no muy honrado se aprovecharía. También por resultar amable, sin caer en su seriedad habitual, y también por ser lo suficientemente complaciente. En definitiva, por conseguir un trato justo y no tener que andar de un lado a otro del puerto buscando quien les llevara sin estafarles.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+5)=6

Notas de juego

Tengo un +5 a Diplomacia. Si alguno tiene más, por ejemplo Raff, que mi discurso sea como apoyo a lo que él hable. Si no, pues que sirva como tirada principal.

Cargando editor
16/07/2019, 23:33
Hodrum

Hodrum llevaba sin hablar todo el rato pero estaba atento a lo que ocurría a su alrededor. Una vez llegaron a la zona de los muelles vió las acciones de Élise y Raff pudiendo controlar su risa trasformandola en una mueca de "mofa".

Hodrum supuso el motivo del gesto de Raff. De normal se habría gastado menos dinero para comprar información, pero seguramente ese niño le recordaría a su infancia y sabía lo mucho que podría representar esas monedas de oro para él y su família.

El niño los llevó directos a una de las embarcaciones que estaban atracadas en uno de los muelles. Quizás el niño podría sacar algo de beneficio con el barquero por darle un trabajo, o simplemente los había llevado a uno de los "mejores" como agradecimiento. De todas formas lo importante era que había una embarcación que los podía llevar. Solo faltaba saber cuanto les costaría que los llevasen, y al parecer Élise había cogido la iniciativa, porque si dependiesen todos de Hodrum les habrían dejado la bolsa vacía por un trozo de pan.*

Notas de juego

* Tengo -1 en diplomácia.

Mil perdones a todos por mi ausencia de estas semanas. No sé como me las arreglo para tener menos tiempo ahora que estoy con jornada intensiva que antes con jornada completa.

Espero poder sacar más tiempo para contestar de continuo.

Cargando editor
21/07/2019, 12:27
Director

¿Eh? - quedó absorto y desconcertado el marinero tras las palabras de Elise. Al parecer no era un hombre muy culto y las palabras de la clériga le resultaban bastante extrañas.

Tras soltar un esputo al suelo y absorber sus mucosidades con un sonido repugnante, el marinero empieza a contar.

Sois uno, dos, tres, cuatro, cinco y el bicho ese. ¿Queréis cruzar al otro lado del río, no? Vale pues son 12 piezas de plata. Mantened a ese bicho atrás y sujeto, los animales se ponen nerviosos cuando navegan.

El hombre se refería a Findar evidentemente.

Notas de juego

Chavales disculpad pero llevo una semana de locos, espero que a partir del 25 esté bastante más pendiente de la partida.

La tirada de Diplomacia no ha ido muy bien.

Cargando editor
23/07/2019, 18:37
Élise

Dejó escapar un largo suspiro, algo frustrada, y aceptó con un encogimiento de hombros. Al menos, estaba satisfecha con el precio, era algo que podían permitirse y que no resultaba un robo. Puede que el tipo no fuera demasiado listo, pero era honesto, o al menos eso creía. Y de no serlo, daba igual, no tenían tiempo que perder.

Aceptamos —dijo asintiendo y tendiendo la mano al capitán para cerrar el trato.

Notas de juego

La tirada de Diplomacia no ha ido muy bien.

Como siempre con los dados de Umbría. xD

Cargando editor
24/07/2019, 17:04
Director

Casi a regañadientes, el barquero tendió su sucia y trabajada mano a Élise.

Al mismo tiempo, con gran fuerza y maña, arrastró su barca para aproximarla lo más cerca a la orilla.

¡Vamos! ¡A bordo!

Espetó con una total falta de tacto.

Talasek también suspiró aunque con un gesto mucho menos evidente. Como siempre se puso a un lado de la embarcación y empezó a prestar ayuda a sus compañeros, comenzando por la propia Élise.

Cargando editor
25/07/2019, 07:43
Élise

Gracias —dijo con una sonrisa y aceptando la ayuda de Talasek, y subiendo al bote agarrada de su mano, manteniendo el equilibrio y con cuidado de no caer despatarrada en el suelo y hacer el ridículo de primeras por culpa de un tropiezo con un remo.

A continuación, fue ayudando uno a uno a quien fuera subiendo, pendiente de no molestar a los marineros.

Notas de juego

Voy a ver si dejo hablar a los demás ^^'

Cargando editor
26/07/2019, 12:22
Barakanar

Barakanar dio un salto seguido por Findar, que aunque habia echado una mirada de resquemor mientras veia subir a su amo a esa superficie inestable del barco, no dudo en saltar una vez el druida le hizo un gesto.

Acto seguido se puso junto él en la popa del barco, abrazandolo mientras lo tranquilizaba.

- Listo para partir
 

Cargando editor
27/07/2019, 19:05
Director

Sin más dilación, una vez estáis todos a bordo, el barquero separa el bote de esta orilla del río y se dirige hacia el norte.

En este tramo, el río no lleva mucha corriente por lo que en principio la travesía debería ser tranquila.

Asique os dirigís hacia la espesura, fuera de la civilización. ¿No?

El marinero parecía algo sorprendido al intuir vuestra ruta.

Talasek no pareció inmutarse de la pregunta, probablemente sólo era la típica charla de un comerciante para ocupar los silencios incómodos. De todas formas al paladín no le gustaba la idea de que nadie fuera del grupo conociera vuestro destino ni vuestras intenciones.

Cargando editor
29/07/2019, 10:47
Élise

Seguramente había sido una pregunta corriente, charla insustancial para amenizar el trayecto a través del río. Lo más probable. Sin embargo, se puso en tensión y sus dedos, de manera inconsciente, acariciaron la empuñadura de su espada. Tardó un momento en darse cuenta de lo que hacía y otro más en obligarse a apartar la mano; el frío tacto del metal la relajaba, pero sus propios temores en ningún caso debían derivar en un combate sobre la barcaza.

El control sobre sí misma era una máxima aprendida desde pequeña, mente y cuerpo al unísono trabajando en calma. En la batalla, solo eso la distanciaba del frenesí de los bárbaros, de la temeraria actitud de los mercenarios o el arrojo sin sentido de muchos guerreros. Era la diferencia entre simples aventureros o levas apenas organizadas y verdaderas falanges de soldados entrenados para una causa.

Ella era una paladina al servicio de Heironeus, debía ser un ejemplo para quien la viera y una adalid de quien tanto su iglesia como su deidad sintieran orgullo. Una pelea con unos marineros no era la clase de rumor en la que quisiera estar involucrada, aparte de los retrasos y problemas que eso podría provocarles. Su misión era demasiado importante para tirar sus posibilidad —literalmente— por la borda, así que no debía ver a todo el mundo como un potencial enemigo. Empero, no pasaba nada por no comentar con ellos su destino ni objetivo.

La ciudad no tiene nada que ofrecernos por el momento —dijo, controlando su tono, y sin faltar a la verdad—. Confiamos en que la naturaleza nos de aquello que la civilización nos niega últimamente.

Era suficientemente vago como para no levantar sospechas innecesarias, pero sobre todo era cierto. Mentir no iba con ella, pero podía dejar que cada uno sacara sus propias ideas y conclusiones. Por experiencia, lo que uno imaginaba y lo que era en realidad solían ser cosas tan distintas como el día y la noche. Al día siguiente, esos hombres hablarían de cazadores en busca de presas difíciles, cazarrecompensas buscando algún bandido peligroso y escurridizo —o todo lo contrario—, buscadores de tesoros, ermitaños y otras cien historias más, que cambiarían de boca en boca. Con suerte, nadie del culto prestaría oídos a tales habladurías, pero de hacerlo, seguramente estarían tan distorsionadas que no verían necesario informar. Eso era lo importante, lo imprescindible. Era hora de acabar con ellos y no podían permitir ponerles sobre aviso y que huyeran de nuevo.

Cargando editor
29/07/2019, 20:36
Hodrum

Hodrum comprendió el significado de las palabras de Élise y no pudo hacer otra cosa que seguirle el juego.

Solto una risa con tono de mofa ante la última frase de la paladina. - No digas mentiras, nuestro amigo se subía por las paredes allí encerrado y te amenazó con que su compañero te atacaría a una orden suya. Y aunque no lo admitas le tienes "respeto" - Terminó con otra risa y miró al barquero.

No sabía si esa pregunta iba con intención de sacar información y venderla a malechores o era un siervo del culto. De todas formas no podría sacarle información a no ser que la quisiera compartir. - Parece que nos lo preguntes como si no fuesemos los únicos que han ido a la espesura. - Intentó decirlo de forma desinteresada, como si estuviese siguiendo la conversación por hacer algo durante el trayecto. - De todas formas te habrá venido bien que te contratasemos para tomar el aire de la espesura. -

Cargando editor
30/07/2019, 22:19
Director

Casi obviando las palabras de Élise y Hodrum, el barquero ataja la conversación -. Será mejor que llevéis cuidado - volviendo la vista hacia vosotros continúa -. Hay bestias, muchas bestias que acechan en el bosque.

El tono casi jovial de vuestras palabras contrastan con la sentencia de aquel hombre, un pequeño silencio incómodo sobrevuela la barcaza por unos instantes.

Cargando editor
31/07/2019, 11:12
Élise

Si esa era la actitud habitual de aquél hombre, tenía mucho que mejorar. Sus agoreras palabras cortaron cualquier intento de conversación, y un tenso silencio se asentó en la cubierta de la barcaza. Casi podría haberse cortado con un cuchillo.

Era, sin embargo, una buena oportunidad. No quería mentir, pero tampoco seguir con la pantomima. Que todos se hubieran callado les permitía estar a solas con sus pensamientos, y nada escapaba a unos labios sellados. Si no hablaban, no dirían más de la cuenta, algo que a tenor de su misión era de vital importancia.

Élise pasó el resto del viaje por el río sin abrir la boca, apoyada a un lado del transbordador, con la mano descansando a un lado, cerca de la espada, y con la mirada fija en el agua, aunque sin perder detalle por el rabillo del ojo del capitán y sus hombres.

Cargando editor
02/08/2019, 15:01
Director

Por suerte para vosotros, la travesía es más corta de lo esperado.

Llegáis sanos y salvos al otro lado del río y, no con demasiado cuidado, el barquero amarra como puede su embarcación y coloca una tabla de madera de forma que haga de pasarela para vosotros. Acto seguido, os ayuda a bajar de la barca no con demasiada delicadeza.

Una vez todos os encontráis en tierra firme, el barquero se despide no sin decir una última advertencia:

¡Ninguna persona en su sano juicio vagaría nunca tan lejos de la civilización!

Sabíais que no sería un viaje de placer y conocíais los peligros pero el hombre no era capaz de ver mucho más allá de sus narices y para él era del todo extraño que alguien quisiera viajar al norte.

Por suerte para él, unos viajeros que venían por el estrecho paso al otro lado del río también contrataron sus servicios.

El camino que serpentea el lado norte es muy desdibujado y obviamente no muy transitado. Es lo suficientemente ancho para un solo caballo o dos hombres a pie. En muchos lugares, los árboles y la maleza sobresalen del camino de tal manera que debéis sortearlos con cierta destreza.

Se puede ver una variedad de vida silvestre a lo largo de este sendero, que incluye una variedad de aves pequeñas, grandes aves acuáticas como garzas, ardillas, conejos, ratones y criaturas típicas del bosque. También están presentes los halcones grises de los que la región deriva su nombre. Una raza de ciervos pequeños también habita esta área.