Partida Rol por web

Tu esposa mando al pequeño a jugar un rato y cerro la puerta tras el. La conocias, queria hablarte a solas. Estaba mas seria de lo normal y debia ser importante pues le costo arrancar.

- Esposo...Se que no creeis en estas cosas pero he tenido un presentimiento horrible mientras preparaba vuestra ropa... por un momento la vi teñida de barro y sangre.- la mujer se mordio el labio nerviosa, caminaba por la habitacion con abrazada a si misma, como si sintiera frio.- Sabeis que he intentado ser una buena esposa y he luchado por amaros durante todos estos años sin pediros nada pero ahora tiemblo solo de pensar en vuestro viaje. Anularlo, pedir que la reina sea acompañada por otro. Rowan conoce los bosques y caminos, podria encontrar atajos.-sugirio nerviosa.- Pero quedaros vos... Por mi, por vuestro hijo.

Gurne abrió los ojos al escuchar a su mujer mandar a Lucc a fuera, a medio discurso, ya se encontraba sentado sobre la cama, y cuando finalizo estaba de pie con los brazos cruzados. Era cierto que no creía en supersticiones, pero también era cierto que le obsesionaba la perfección en sus movimientos tácticos.

-Mujer, sabéis que eso que me pides es imposible. Rowan tiene sus propias tareas encomendadas por el rey y aunque no fuera así, esto es lo que el rey me ha encomendado, es la prueba que necesita para comprobar que soy un digno heredero al trono.

Suspiró, parecía que hoy todo eran problemas.

-Ya sabéis que lo he asegurado todo, seremos un pelotón de 10 de mis mejores hombres, 4 de los mejores exploradores vigilaran para prevenir emboscadas por el frente o la retaguardia. Apenas se conocen ataques de bandidos en los últimos tiempos y de haberlos... Deberían estar dementes para atacarnos solo con ver nuestros escudos de armas o a mi jajaja.

Se acerco a su mujer y acaricio su mejilla para tranquilizarla, puede que no la amase realmente, pero sentia un cariño muy especial por ella y no quería verla sufrir.

-Pero por vos, y si os vais a quedar mas tranquila, hablare con Rowan para trazar la ruta.

- Por favor, hacedlo.- Te pidio casi rogandotelo.-Prefiero que paseis un dia mas fuera por dar un rodeo a no volver a veros.- dijo con sinceridad.- Los dos sabemos que no hay amor en nuestro enlace pero sois el padre de mi hijo y siempre me habeis tratado con cariño y respeto... no imagino mi existencia sin teneros a mi lado.

Despues intento recomponerse un poco y cambio de tema.- Ademas, la esposa de Albert tiene todos los sintomas de estar en estado de buena esperanza. No lo ha hecho publico aun pero estoy segura de que aprovecharan la fiesta de cumpleaños de Grifith para dar la buena noticia, y no podeis perderosla.

-Ya sabéis que no tengo queja alguna de vuestras labores como esposa, sois de los mas aplicada. He luchado en batallas con mucho mas riesgo que este viaje y siempre he vuelto a salvo. No os preocupéis.

Beso su frente, y se dirigió hacia la puerta.

-Bien, voy a buscar a Rowan y consultare con el los mapas... Y visto lo visto, quizás también le haga una visita al bueno de Albert.

Tu mujer estaba despierta, el niño dormia.

- Gurne, cuanto me alegro de veros. Pedi a los dioses que os protegieran. Os veo preocupado ¿Ha sucedido algo?

Beso a su mujer en los labios, un beso tierno, sin apenas pasión. Se acercó a uno de los armarios, buscando ropa aseada que ponerse.

-¿Que si ha ocurrido algo decís? Por donde empezar... Al parecer teníais razón con ese mal presentimiento Antoniette, fuimos emboscados, hubo barro pero por suerte no sangre. La reina fue capturada, pero no debéis preocuparos, ya fue rescatada... Rowan y Grifith me ayudaron.

Encontró algo que le agrado, estilo militar pues la mayoría de su ropa era así, pero que resultase cómodo también y comenzó a cambiarse.

-De camino aquí nos encontramos a un anciano que dijo que... bueno, unas profecías rarísimas, una tormenta nos sorprendió, al parecer hay un asesino suelto por el reino... Y para colmo la salud de mi padre a empeorado.

Miro a su mujer y suspiro pesadamente, apesadumbrado.

-Ni una sola buena noticia me temo... Espero que a vos y a Lucc os fuese mejor... ¿No habrá ocurrido nada fuera de lo común, cierto?

Tu esposa te ayudo a quitarte la ropa.- Me alegra que los dioses os protegieran.-dijo aliviada.- Lo que me contais es terrible ¿Quien osaria secuestrar a la misma reina? A tenido que ser una esperiencia terrible.

Resoplo.- Lucc a estado muy raro, apenas me habla... no a querido ni comer. No he logrado que me diga nada y tiene unas pesadillas horribles. Creo que las historias de las muchachas muertas que a escuchado le han afectado mucho. En el castillo no se habla de otra cosa. Dasmus, el mago a desaparecido. Algunos dicen que es el responsable, que termino de enoloquecer y buscando mas poder...

No continuo la frase. Sus manos pasaba por tu piel con suavidad, muy despacio. ¿Se estaba enamorando de ti despues de tantos años?¿El presentimiento de perderte habia hecho que temiera en demasia tu muerte? Sentiste que te miraba como una mujer, deseandote pero sin atreverse a dar el paso.

- Os he preparado el baño yo misma.- dijo apartando la vista de tu cuerpo desnudo.- Pense que os agradaria quitaros el barro del camino.

Si ese anciano había acertado en lo referente a su hijo, también era probable que hubiese acertado en mas cosas, eso lo volvía todo mucho mas complicado.

-Mañana en cuanto me sea posible hablare con Lucc, no es correcto que se niegue a comer y mucho menos que le retire la palabra a su propia madre. Ya he oído sobre esas muertes... Las he marcado en un mapa, mandare a algunos hombres donde sea mas probable que vuelva a aparecer ese hijo del demonio para que le den caza.

Gurne hablaba despacio, pues mientras lo hacia su mente trataba de clasificar y encajar toda la información nueva. Pero era complicado pues no recordaba jamás que su mujer le mirase asi, eso sin duda era una sorpresa mas para la lista de los últimos días. Sintió como sus manos recorrían su cuerpo, pero Gurne tomo una de ellas y la retiró acercándola a sus labios y besando el dorso con elegancia.

-Os agradezco el baño, no se que seria de mi sin vos.

No es que no quisiera explorar esa nueva faceta de su mujer, todo lo contrario, pero por desgracia aun tenia mas cosas que hacer esa noche. Así que se dirigió al mismo.

Ella sonrio pero sentiste que se sentia rechazada. Se aparto de ti.- Ire por toallas limpias.- dijo sonrojada como una adolescente.

En vuestro baño encontraste una tina llena de agua limpia, aromatizada y con jabon suficiente para lavar un ejercito.

Gurne se aseó, se seco y se vistió de nuevo. Se acerco de nuevo a su mujer, tomandola delicadamente por la barbilla para que le mirase a los ojos.

-Mi lady, no creáis que no agradezco todo cuanto hacéis por mi y por nuestro hijo y vive Dios que ojala pudiese agradeceros más esta misma noche. Pero como sabéis mi padre esta muy enfermo, debo ir y velar por el. 

- No es gratitud lo que busco, es mi deber serviros.- dijo brusca, molesta.-Entiendo la gravedad de vuestro padre, empeora por momentos. Ire a rezar por el mientras os bañais.- dijo encaminandose a la puerta, para cerrarla de un portazo.

Bueno, ese tipo de reacción ya encajaba mejor con su esposa. Salió del baño para irse, pero antes volvió a hablar con su mujer.

-Ya se que son vuestras obligaciones mi señora, pero el deber bien cumplido debe ser agradecido. Todos los soldados tienen el deber de servir al reino, pero no todos llegan a generales, tan solo los que mas se entregan a su deber. Sin lugar a dudas vos seríais un mariscal pues la entrega que dais a vuestros deberes es sobresaliente.

Acarició sus cabellos con suavidad.

-¿Acaso consideráis que no es correcto que os de las gracias?

- ¿Os da las gracias vuestra amante cuando cumplis con ella?.- te soprendio en un arranque casi felino. Despues bajo la vista.- Disculparme, no es de mi incunvencia tales temas, conocco mi lugar. Debeis perdonarme, estoy cansada y me gustaria retirarme ya si no ordenais otra cosa.

Miró a su mujer, quizás pensando si cruzarle la cara de un guantazo por su descaro.

-¿Como os atrevéis a insinuar tal cosa? Ignorare el haberlo escuchado, pues supongo que la falta de sueño nubla el juicio. Si, retiraos, ya hablaremos mañana sobre este tema.

Gurne salió de la habitación sin añadir nada mas, dirigíendose hacia los aposentos de su padre el rey.

- Los nobles hablaron... dijeron que no apoyarian a otro. Que si caia en otras manos retirarian sus efectivos y apoyos, respaldarian a otro... habria guerra a mi muerte.- dijo el rey pesadamente.- En mi textamento deje para ti tierras prosperas y abundates, hijo. Nada faltara a tu familia o a ti.- Notaste que se encontraba cada vez mas debil.-No os descarte por ser peores que el, solo escogi lo mejor para el govierno pero te necesita, Albert os necesita a todos.

El pesar llenaba el alma de Gurne, desde niño había luchado por seguir los pasos de su padre, había renunciado a todo lo personal por el reino y su bien, y una vez mas sentía como se quedaba tan solo un paso de sus deseos y la puerta se le cerraba ante las narices.

Las palabras de su padre le aliviaron en parte, se alegraba de que le hubiese considerado hasta el final. Pero le daba rabia que la presión de los nobles hubiese sido el desencadenante, sin el y sus hombres esos que se hacían llamar de "alta cuna" serian pasto de las llamas, y en vez de agradecerlo, lo único que les preocupaba era mantener su culo lo mas cómodo posible.

-Se que me necesitara, puede que los nobles lo quieran a el, pero cara al resto de reinos... Es un rey enfermizo, lo verán como un símbolo de debilidad. Procurare que la noticia de que mantengo el poder militar se extienda como el polvo en el viento, para que nadie dude de que la unidad y el poder de Asdrom siguen siendo los mas grandes.

Respiró profundamente y se acerco al trono, tomó la mano de su padre y la besó. Esta iba a ser la parte mas dura, perfectamente podría haber callad, pero Gurne era un hombre de honor, así había sido educado por el hombre que tenia enfrente, y no podía dejar que dejara el mundo sin confesarle sus pecados.

-Siempre habéis sido mi espejo padre, siempre me he mirado en vos para saber como actuar, me disteis la vida, una educación, un adiestramiento y no tengo derecho a reclamar nada, solo puedo agradeceros todo y continuar actuando tal y como vos lo haríais, pero aun así soy débil... Y ahora.. Debo confesaros algo, pues de otra manera no seria capaz de vivir en paz conmigo mismo, necesito vuestro perdón y vuestro castigo.
Yo... Yo ansiaba a la reina Mariam... -utilizó el pasado y con razón, la misma reina ya habia dejado claro que no deseaba una relación de ese estilo.- Pero también es cierto, que jamás la mancille y lo juro por el reino, por mi propia sangre y por mi hijo. -Quería dejar claro que hablaba enserio.- Su virtud, sigue siendo suya... Al menos en lo que respecta a mi.

Volvió a bajar la mirada, había obrado mal y se merecía cualquier cosa que su padre se le pasase por la cabeza para el, sabia asumir las consecuencias de sus actos.

El rey escucho y te sonrio con paternal amor.- Escuchame Gurne. Yo pienso de corazon... que tu hubieras sido un mejor rey... y en el fondo tengo una sombra de duda con Albert. Vigilalo y si sale del camino ayudale a volver... pero si en algun momento se vuelve contra vosotros, o trata de dañaros... Retirale la corana de la cabeza y ponla en la tuya.

Las manos del viejo rey cayeron en tus hombros.- Es una gran responsabilidad y mucho lo que te pido pero me ire tranquilo si se que, si me equivoque en esto... deje solucion y salvacion para mi pueblo.