Partida Rol por web

¡¡Haz algo por él, Rumuk!!

Soker se gira hacia atrás intentando ayudar a la pequeña criatura.

¿Pero qué hace ese enano loco?, exclama Rumuk, presa de la indignación. Aunque su primera reacción fue de ir hacia el enano, espada en mano, el rápido grito de Soker hace que se dirija hacia el kóbold. Arrodillándose junto a él, entona una plegaria a su diosa, rogando que aún esté a tiempo de salvar la vida de la pobre criatura.

Kibbo abre los ojos y mira alrededor. Al ver a Geon grita ¡Ah! ¡me quiere matar! Al bueno de Kibbo. se abraza a la pierna de Soker asustado y moqueando.
Geon sigue decidido a seguir disparando, pero con Soker y Rumuk delante no se decide.

-¡Esperad! No lo toquéis. No te puedes fiar de esos seres apestosos.-dice Geon, mientras sigue buscando el modo de dispararle otra flecha.

Dispárame a mí enano asesino. No pienso quitarme de delante de esta criatura. Si quieres acabar con ella deberás acabar antes conmigo.

Soker dice esto con lágrimas en los ojos y empuñando la espada corta como queriendo dar más fuerza a sus palabras mientras mira de un lado a otro a sus compañeros para ver si está solo en esto...

Rápidamente, tras sanar al kóbold, Rumuk se incorpora y se posiciona junto a Soker. El humano, aunque joven e inocente, tiene agallas.

-¿Pero qué haces, Soker? Esos seres son peligrosos, maldito loco. Al menos no le des la espalda. Lo tratáis como a un de los nuestros. Lo acunais como a uno de los desgraciados niños que raptaron. ¿Os creéis que él no hubiera hecho lo mismo si fuera el jefe? La única diferencia entre un puñal en tu garganta y sus palabras melosas es su aparente debilidad.- dice Geon retirando finalmente el arco y desenfundando sus hachas - Bah, haced lo que queráis; a fin de cuentas es vuestro cuello. Pero que conste que os lo advertí...- añade el enano con aire cansado.

Entonces se dirige hacia el resto, sin gestos de amenaza, con las armas bajas y el gesto enfurruñado, y pregunta con tono hosco:

-Bien, ¿y ahora qué? ¿Vamos a hablar con el resto de sus amigos para ofrecerles una reinserción social?- pregunta mirando alternativamente a la sala del vapor y al pasillo que aún no han recorrido -Más vale que otro abra la marcha, porque este enano cubre la retaguardia mientras exista la posibilidad de unos ojos de reptil en su nuca. Puedes cuidarle su feo culo al monstruito, si quieres, Soker, pero tienes mi palabra de enano de que no le haré daño mientras vamos a por esos críos; tú mismo, humano cabezota y descerebrado.- decide fastidiado.

Finn enarbola el arco cuando ve correr la sangre del kobold y poco le falta para dispararlo sobre Geon. Cuando por fin entra en razón y se ponen a andar, retrocede para hablar con él.

Geon, eso que has hecho no me ha gustado nada. Ese kobold nos ha ayudado, pero aunque no lo hubiera hecho, es evidente que solo es un esclavo. Imagínate que alguien juzgara a todos los enanos por las acciones de los siervos te Droskar, ¿te gustaría? Piénsalo.

Y más vale que tu juramento valga para algo, porque como le vuelvas a hacer daño a Kibbo te las vas a ver conmigo, y voy a ser tan cruel y despiadado como tu. Dice volviendo al frente del grupo, evidentement enfadado.

Kibbo, no me fío del enano. Creo que podría intentar matarte de nuevo si sigues con nosotros. Si te parece bien puedo acompañarte arriba yo solo y esconderte en una habitación. Te dejaría comida y nadie más que yo sabría donde estás. Cuando regresemos te iré a buscar y si quieres te puedes venir conmigo. No creo que aoompañe a ese enano gruñón más allá de esta expedición...

Soker se sienta a ver cómo está la pequeña criatura y le comienza a decir algo en su lengua...

Geon, los dioses no juzgan nuestras palabras, sino nuestros actos. Mientras este kóbold no nos dé problemas, vendrá con nosotros. Si nos traiciona, se hará justicia. Esas son las enseñanzas de Iomedae.

-¡Eh, tú! ¡Hijo de flores! ¿Estás llamando a Geon mentiroso? Porque si tienes algún problema conmigo, podemos zanjarlo ahora.- amenaza el enano muy cabreado -Tres nabos secos me importa que las mascotas del esperpento de lagartija esa me hayan sorbido hasta el tuétano. Si tengo que patear tu culo élfco lo haré sin dudarlo, amigo de sabandijas. Así que cuida tulengua, orejas largas.- zanja el enano apuntando con el mango del hacha de batalla a Finn.

Luego parece advertir que Rumuk le hablaba por primera vez, y entonces le mira de reojo y le responde:

-Sí, claro. Eso decían los guerreros de mi clan sobre su asentamiento en los túneles: "lo dejaremos estar mientras no sean hostiles", dijeron. Cuando ese canijo peligroso dé problemas será demasiado tarde, y ya solo quedarán las lagrimas.- termina volviéndose hasta la retaguardia, con la cabeza más hundida en los hombros de lo habitual.

Tener miedo moreno simpático, pero arriba ser peor. Estar el Lider de los lobos, y la niña loba. Y Gurtelkep hacer guardia, si verme, matarme por traidor. Pero haré lo que tu me pidas. ¿Por qué disparar el Barbudo asesino gruñón? Kibbo ser bueno.

-Lo que debería de preguntarse es por qué sigue vivo... necios.- piensa para sí el enano, con una mirada que promete dolor al kobold, si sigue hablando.

El líder de los lobos está muerto y a Gurtelkep lo hemos relevado de hacer más guardias. Si bien es cierto que la niña loba anda por ahí triscando. ¿Entonces te vienes con nosotros? Yo preferiría que nos esperases fuera, hay una habitación secreta que la niña loba no conoce y nos puedes esperar allí.

Soker escucha lo que dice el kobold y le contesta en su idioma.