Partida Rol por web

Mientras sus amigos se adentraban en el pasillo, Geon tomó la posición de retaguardia esta vez: no confiaba en esas pequeñas sabandijas, y les habían dejado toda una noche para preparar encerronas. No dudaba de que en la trasera del grupo también habría diversión...

Caminais por los pasillos completamente desiertos del complejo, sin ninguna oposición dirigiéndoos hacia el noroeste.
Tras la gran cueva dormitorio de los kobolds llegais a un corredo y tras él se abre una sala.
En ella se ve un trono hecho con el cadáver de un ciempiés monstruoso. La enorme alimaña está apoyada contra la pared sobre una tarima de bloques de piedra, sus patas se arquean para formar unos macabros reposabrazos.
Sobre el trono se encuentra sentado un imponente kobold de escamas rojas, que porta una especie de corona de hierro con puntas horizontales manchas de sangre. El rey porta un hacha de batalla con un rostro gritando grabado en su filo.

El kobold está flanqueado por otros dos seres armados con los espolones

Caminais por los pasillos completamente desiertos del complejo, sin ninguna oposición dirigiéndoos hacia el noroeste.
Tras la gran cueva dormitorio de los kobolds llegais a un corredo y tras él se abre una sala.
En ella se ve un trono hecho con el cadáver de un ciempiés monstruoso. La enorme alimaña está apoyada contra la pared sobre una tarima de bloques de piedra, sus patas se arquean para formar unos macabros reposabrazos.
Sobre el trono se encuentra sentado un imponente kobold de escamas rojas, que porta una especie de corona de hierro con puntas horizontales manchas de sangre. El rey porta un hacha de batalla con un rostro gritando grabado en su filo.
El kobold está flanqueado por otros dos seres armados con los espolones habituales de esta raza.

De modo que vosotros masacrar tribu mía. Grave afrenta ser. Pero yo perdonar a vos si aceptar ser sacrifcio para corona mi dice en un común muy burdo.

-El único sacrificio que va a haber aquí es el de tu sucio pellejo de lagartijo, escoria. ¡¡Dejadme pasar que lo rebano a lonchas!!- dice Geon empujando desde la retaguardia.

Reteniendo con poco entusiasmo a Geon Tekdur se dirije de malos modos al rey (digo que será un rey si se sienta en un trono)

- ¿No es suficiente con los niños que has sacrificado?

Aun no ser turno de saquito de sangre, antes irá el orejas largas. Pero vosotros morir antes, no tener honor de ser sacrificio. ¡Matadles! Grita el rey

Tekdur esperaba, ilusamente, algo más de razonamiento por parte de la criatura que, al parecer, ha preferido una muerte estúpida...

El rey comienza a mascullar unas palabras en dracónico mientras suelta arena de entre sus manos. Tekdur siente una gran pesadez, pero consigue superar las ganas de dormir.

Tu lo has querido, no nos dejas elección...

Dos flechas salen disparadas y se clavan en la criatura, arrancandole un chillido agudo de dolor...

Soker avanza tratando de coger desprevenido a su enemigo por la rapidez pero en su precipitación se tropieza y hubiera besado el suelo si no fuese por su destreza felina...

Las flechas de Finn son desviadas como por arte de magia del cuerpo del rey kobold, mientras Soker no atina demasiado bien con su espada.
Uno de los kobolds lanza su ballesta contra Tekdur, pero rebota en su armadura. El otro usa su "garra voladora" para desarmar, con éxito a Soker.
El arma cae a los pies del pícaro.

Desde la retaguardia, Rumuk entona una plegaria a su diosa.

Iomedae, danos la fuerza necesaria para derrotar a estas malvadas criaturas.

El clérigo posa sus manos sobre Geon.

Esto te dará una fuerza sobrehumana. Este es tu momento, enano.

Después, el semiorco desenvaina su espada.

Henchido con el poder necesario para acabar con semejantes individuos, Geon emite un furibundo gruñido de rabia y se avalanza contra los kobolds de los garfios. Sin embargo, la emoción de la carnicería lo mantiene tan eufórico como confiado, y comienza a disfrutar de la lid, intercambiando golpes apenas sí intimidatorios con los kobolds.