Partida Rol por web

Puedes ver con claridad el aura del profeta, es un vampiro, y la locura es…Con diferencia superior a cualquiera que hallas visto, parece mayor que la de Melvin incluso. Reconoces el nombre al que responde, Havnor, en alguno de los libros de textos que solías…Tomar prestados, aparecía como un antiguo Dios del trueno y el relámpago.

El resto de tus compañeros avanzan alejándose de tu cómodo asiento, observas que el Ghoul del Brujah esta apuntando muy fijamente a algo, pero desde luego no es al profeta. Pareces ser la única que se ha dado cuenta pero no es algo que te preocupe demasiado.

Cuando te quieres dar cuenta tienes la muchedumbre encima, pero Havnor les detiene con un gesto de mano.

-Aun no es tu momento mi joven vidente, pero estas destinada a alcanzar un fin solo reservado a algunos, eres un ser de pureza en un mundo de tinieblas, mantente limpia y lo conseguirás. Pero aun no estas preparada para comprender el mensaje que aun me queda por contaros. Ahora lo importante es que te encuentres con tu sire, el quizás pueda contarte mas.

Lo cierto es que la idea es buena, el tiempo se echa encima y falta poco para la hora de la reunión, y esta claro que ellos estarán muy perdidos sin tu guía.

Todos antes o después os vais alejando de la muchedumbre embravecida, al parecer lo único que pretendían era alejaros de su barrio por que al alejaros un poco ni siquiera se molestan en perseguiros. Avanzáis cruzáis las puertas que custodian la zona mas rica de la ciudad. No tenéis demasiado problema con los guardias, a la única que miran un poco raro es a Eva, pero al parecer dan por supuesto que será una sirviente de la noble y no os dicen nada. El castillo se alza ante vosotros, al igual que el tiempo lo tenéis casi encima. Pero allí esta la plaza y un ser encapuchado aguarda vuestra llegada.

Lo haré tal y como me decís, y cuando llegue el momento, espero que pueda estar ahi para mi instrucción
Le lanza una cordial reverencia como despedida y se aleja para juntarse con los demás.
Cuando llega a la altura del brujah le dice en voz baja
La próxima vez que necesites a alguien apuntado a un árbol llámame a mi y deja a tus hombres descansar, ya que parecen un poco agotados.
Le sonríe y se despide para adelantarse un poco más hasta Sach, Vykos y su princesita.

Sach sale de entre las faldas de Lhyria, y se dirige al personaje encapuchado en Alemán:

- ¡Holaaaa! ¿Quién sois, noble encapuchado? Aquí Albertus Sach, monje encapuchado para servirle a vos y a todos los aquí presentes. Aquí están mis compañeros de viaje: el noble señor caratiza con sus horripilantes criados encapuchados, la bella Eva y su mesmerismo encandilador y por último, mi bella señora Lhyria, con su protegida también encapuchada. Jijiji!!! Estoy seguro que nos estábais esperando, así que por favor, decidnos qué queréis de nos, pues el tiempo nos apremia a no demorarnos en demasía.

Sach dedica mientras que habla una cálida sonrisa al desconocido, mientras que usa sus Ojos para distinguir cualquier clase de patrón ante los ademanes del desconocido, buscando tal vez ver si es un vampiro, y qué intenciones tiene para con la compañía.

"Espero que no sean más problemas o molestias, porque estoy comenzando a estar de mal humor...entre los enviados de los perros, el maldito que me persigue y las picaduras del cangrejo voy apañado ¬¬"

Thorkell y sus hombres avanza asta el encapuchado y al oír la grosería del monje Sach al llamarlo "caratiza" se acercan al encapuchado empujando a Sach de su sitio como si no lo hubieran visto. Ivar empieza a reírse un poco y a sus risas no muy ruidosas le siguen la del resto de sus compañeros.

-Por favor, ignorad las palabras de este individuo y permitidme hacer a mi las presentaciones. Hace una leve inclinación de cabeza llevándose la mano al pecho y hace debidamente las presentaciones. El monje que con falta de educación se a presentado el primero y que ahora por insultarme se encuentra en el suelo se le conoce con el nombre de Albertus, Albertus Sach... Esta bella dama... Hace un aman con la mano ahora a la noble de caros ropajes ...es la señorita Lhyria, de la familia Vykos. La otra mujer... a la que se va a referir a Eva no sabe si merece la pena presentarla y vacila por un momento ...en fin, se llama Evangeline pero prefiere ser llamada Eva, poco mas se de ella... Y ya finalmente me presento ante usted, Thorkell Palidanoche, discípulo de la bella Lady Liliam, la cual me a convocado a la reunión que tiene lugar esta noche.

Thorkell manda callar las risas a su escolta y les ordena lebantar a Albertus.
-Albertus Sach, conoceis mi nombre, no sigas insultandome con ese grosero "Caratiza", muestra un poco de respeto y podremos ser compañeros si es lo que pretendes.

Se aleja para juntarse con los demás.
Cuando llega a la altura del brujah le dice en voz baja
La próxima vez que necesites a alguien apuntado a un árbol llámame a mi y deja a tus hombres descansar, ya que parecen un poco agotados.Le sonríe y se despide para adelantarse un poco más hasta Sach, Vykos y su princesita.

¿Por qué se empeñarán en decir nuestros nombres a cualquiera que se les presenta?

*¿Te has dado cuenta de qué manera nos ha mirado el guardia? Debemos acabar con estos inútiles tópicos y alzar una jerarquía más universal...

No me tires de la lengua... que esta es una noche especial... hemos tenido el placer y el orgullo de hablar con un gran profeta, hemos liberado a una princesa de manos de sus secuestradores y... um... hemos visto un cangrejo... Definitivamente ha sido una gran noche.
Y hoy por fin veremos a Melvin después de tanto tiempo...
Eva simplemente asiente a su fría presentación por parte del brujah, ya que la de Sach fue rápida e inesperada y ahora estaba en el suelo, y observa en silencio al hombre con capucha.

Un tanto nerviosa ya de tantas presentaciones y contratiempos, simplemente, se deja presentar, para luego añadir...

-Y... Si no os importa, deberé continuar mi camino, puesto que acudo tarde a mi cita....

Y le hace entender a la joven que la acompañe, pasando a una distancia prudente del encapuchado, no sea cosa que pase algo desagradable... De todas formas, se mantiene alerta, por cualquier cosa... Incluso por si el encapuchado tiene algo interesante que decir...

El ultimo de los misteriosos personajes que se presenta ante vosotros esta noche muestra su rostro, es el rostro de un bárbaro no cabe duda, es un hombre muy grande y os mira con un gesto de fastidio como si le diera rabia el simple acto de hablaros, pero desde luego es un hombre que impone. Sus ojos son completamente negros como los de un tiburón, y cada uno de sus dientes esta completamente afilado al igual que sus colmillos.

-Veo que la zorra de mi chiquilla no a sido capaz ni de llegar hasta aquí, eso no me traerá mas que problema…Pero en fin… -Se da la vuelta mientras sigue hablando y camina hasta una puerta abriéndola con brusquedad, no parece preocuparle demasiado el daros la espalda.- Ahora seguidme os llevare donde os esperan, dejad aquí a los ghouls si no queréis que me de un festín con ellos.

Thorkell pone cara de fastidio ante tal personaje una vez les da la espalda y susurra para el mismo para no contener mas la ira:

-Para antes de que pudierais tocar a uno solo de mis hombres ya me habría llevado conmigo una buena parte de usted al averno... Y dirige nuevamente su mirada a sus criados. Recordad lo que os he dicho, estáis autorizados repostar provisiones y equiparos, pero no me tengáis que hacer esperar una vez termine con la reunión, nos reuniremos en este mismo punto ¿Queda claro? Sus criados asienten con la cabeza ante las ordenes de su mentor.

Thorkell se retira siguiendo los pasos del grotesco guía asta la ya tan esperada reunion con sus sir.

Sach se levanta, ayudado a la orden del malvado Brujah. Mira al suelo y recoge los 2 ó 3 palidulces que se habían caído de su bolsillo, y se asegura que todo está en su orden: desde sus monedas robadas hasta el estado de sebastián, que parece no haberse enterado de nada, y estaba mordisqueando otro palidulce del vampiro.

Sigue sin rechistar al bárbaro, justo por detrás del otro vampiro. Se le nota completamente serio y ofuscado. Al pasar a la altura de Lhyria, le da un ligero tironcito en una de sus mangas, instándola a seguir al encuentro de su sire.

Pasa en ese momento al lado de Ivar, al cual le dirige una tosca palabra: - Tonto.

Acto seguido apreta el paso a través de la puerta.

La situación se empezaba a poner tensa. La actuación de este último personaje había ocasionado que Palidanoche y Sach se mantuvieran en un estado de rencor e ira contenida. Por las actuaciones que había estado sucediendo, deducía que al brujah le molestaba mucho ser menospreciado, tenía un gran aire de grandeza, pero no sabía si merecido o no. Realmente no sabía nada de la no-vida de los allí presentes, y hacer una primera estimación del comportamiento era el primer paso para ir por delante de ellos. El monje Sach era más bien difícil de diagnosticar, ya que pasaba de la calma a la ira en un suspiro, era algo que le decía el aura, sus cambios de humor eran bruscos y acelerados, y solo le importaba lo que él presentaba como "su misión".
En último lugar la señorita Vykos era sin lugar a dudas una de las incógnitas. Si Eva no había hecho nada que delatara su forma de ver las cosas o el linaje al que pertenecía (o eso piensa ella, aquí que opinen el resto de jugadores), bien es cierto que de ella no era capaz de decir mucho. Solo sabía que se había ocupado de su princesa, y que entendía su idioma, asi que por ahora le era de gran ayuda, aún sin haber tenido una conversación armoniosa con ella.
Todo esto iba pensándolo Eva mientras seguía al hombre como el resto de sus acompañantes.

Sach, en el momento en el que se dirige a Ivar, usa dementación lvl 2 contra él, gastando 1 punto de fuerza de voluntad. Logrará amplificar el efecto del embrujo del alma de Ivar, buscando perturbarle durante el suficiente tiempo para que se convierta en un loco inservible para su amo.

Sonríe de lado, maliciosa, al oír las palabras del desconocido y al comprobar el efecto que provocaban sobre los presentes...

Sin mediar sonido, y con una cómplice mirada a su acompañante, continúa avanzando hacia el castillo, con porte elegante y sensual...

De reojo mira a Sach, quien tira de su manga, pero prefiere no decirle nada... Ahora mismo, en lo único en lo que puede pensar es cómo exponer los hechos referidos a una "princesa desconocida y fugada"...

"Uhm... Alexei es comprensivo.. Supongo que... Él sabrá que hacer... Desde luego que sí... Pero... ¿Para qué nos habrán llamado a todos...? Está claro que algo importante se cuece... Puesto que sino... no nos habrían llamado a todos... Es obvio que a ellos también los han invocados sus sires respectivos... A la vista está que ese hombre era el sire de alguno de los que faltan... Si no... por qué se referiría a su pupila como "zorra"...? Desde luego... Qué poca clase que tiene... Bah... Tanto da.. Es mejor que siga pensando en alguna solución factible para todo este enredo... Eso.. Siempre y cuando los demás no se maten antes..."

Seguís al tras la puerta, os conduce por unas escaleras en espiral de piedra que bajan y bajan hasta que la oscuridad es casi palpable, incluso para los que tienen auspex. Pero para el guía no parece un problema, os guía por túneles y túneles laberínticos, parecen en mal estado puesto que a veces os cae un poco de polvillo del techo, desde luego entre la oscuridad y el paseito que os esta dando será difícil que salgáis de allí sin ayuda de alguien.

Tras unos intensos minutos en los que no os atrevéis o no creéis necesario el decir nada, llegáis hasta una puerta que vuestro anfitrión abre.

Ante vosotros se puede ver una pequeña sala iluminada tan solo por 3 antorchas, la llama de esta juguetea y apenas os permite ver el resto de la sala. En el centro ahí una gran mesa, rodeada por 8 sillas, todas ocupadas, excepto una, pero vuestro guía se apresura a ocuparla. Entre los presentes podéis reconocer a vuestros sires, pero el resto de ocupantes son desconocidos. En el fondo de la sala ahí un gran ataúd.

El hombre sentado en el extremo mas alejado de la mesa se pone en pie, tiene un porte noble que inspira confianza y tranquilidad, tras miraros unos segundos pone sus ojos sobre la acompañante de la señorita Vykos.

-Duerme... –Apenas si lo susurra pero la joven se desploma sobre el suelo en el acto.

Tras eso su mirada vuelve a pasar sobre cada uno de vosotros.

-Bienvenidos seáis, pasad, quiero que os sintáis cómodos, en el sarcófago ahí una pequeña sorpresita, os hablare de mi petición mientras os “refrescáis”, por favor, como si estuvieseis en vuestra propia casa. –Os habla con una enorme sonrisa tan falsa como blanca, su voz es melodiosa, pero a la vez autoritaria, y hace parecer que sus sugerencias sean órdenes esperando ser complacidas.

Thorkell no se mueve del sitio y su rostro a penas se inmuta ante el "presente" de aquel vampiro ¿Quien se creía que era para darle ordenes? ¿Con ese regalo esperaba comprarlo facilmente? Thorkell solo teme y respeta a una persona, a la misma que ocupa su respectivo sitio, a nadie mas que a ella debe gratitud y admiración.

Por su forma de actuar... Diría que es un Ventrua, a no ser que sea el sir de alguno de los que me acompaña... Si es así no pienso entablar amistad con el miembro del clan que extermino la prospera Cartago , no comprendo como mi sir puede estar con uno de ellos. Mas no puedo ponerla en evidencia con mi actitud...

-Agradezco la ofrenda, caballero. Hace una leve inclinación de cabeza por formalidad. Mas me temo que por esta noche por sed no beberé, mi sed saciado he y mis sentidos prefiero poner en lo que ocho antiguos vampiros tengan que ofrecer, pues algo importante parece ser al llamarnos a los presentes a tal remoto lugar... Mas, después de hablarme puede que, si aun me lo permitis, algo tome, pues no pretendo que mi rechazo ante tal generosidad sea un signo de mala educación... Caballero.

Sach atiende sin perder detalle las interpelaciones del misterioso vampiro ordena-todo, como si fuera un niño bueno...en el momento en que acaba éste de hablar, y mientras que se produce la réplica del malvado brujah, Sach le hace una reverencia caballeresca en gesto de asentimiento.

No me importa este payaso...¿dónde está mi sire? ¿y mi sire? misiremisiremisireeee!!!

Acto seguido, su mirada se posa en él...en su sire.

[Latín]
- ¡¡¡Máximus!!! ¡¡¡Máximuuuus!!! Maestro, ¡cuán gozoso estoy de poder veros aquí! - Sach se lanza de rodillas al suelo enfrente de su sire, cogiéndole con velocidad y fuerza su mano, y besándosela sin parar, como si representase una grotesca y exagerada devoción de hecho hacia una gran figura clerical. - ¡Los comienzo a ver! ¡Los empiezo a provocar! Máximus, al principio no tuve demasiada confianza en serte útil, pero al fin todo empieza...la reunión, la trampa del destino, el fuego, la perdición...y la esperanza, ¡todo tiene sentido ante mis ojos ahora, como lo tiene ante los tuyos!

Sach hace varias genuflexiones ante su sire, mientras que se levanta, para esta vez hablarle sin parar y rápidamente: - Me he juntado con estos vampiros e intuyo nuestrodestino...y he veladopor vos, Maestro...hevisto cosas hepredecido cosas usando misojos...me hevistoen las puertas delaciudad...ylos agentesdelosperros me siguen peroyohe podidoconellosy he cogidoalgopara vos ymeheencontrado con bellasvampiresasyhorriblesvampirosquemetomanapitorreo y... - Sach prosigue su cantinela cada vez más deprisa mientras que su sire parece escucharle, sin embargo, con total atención, como un padre cuando le pregunta a su hijo qué tal su primer día de clase, con la salvedad de que a Albertus no ha hecho falta preguntarle...hasta que acaba gritando mientras que alza los brazos: - YYYYY ¡¡¡FIN!!! ¿lo hago bien, Máximus, lo hago bien?

De repente, ve que parte de la sala le contempla con una expresión...extraña. Entre estupefactos y curiosos, e incluso graciosos. Sach empieza a despotricar contra todos, diciendo: [Rumano] - ¿¡Vosotros no tenéis cosas que hacer y que hablar con vuestros maestros?! ¡¡¡Pues dejad de espiar lo que yo le cuento al mío!!! - Y se vuelve hacia su maestro de nuevo con expresión altiva en la cara, síntoma de que cree que ha hecho lo correcto.

[Latín]
- Ésto es un obsequio para tí, Máximus. Cuando entraba en la ciudad, me encontré con este amigo, y ví que su destino estaba atado a tí...además, como te gustan los animales y demás bichos, he pensado que te gustaría (Albertus saca mientras dice esto y se pone colorado a Sebastián de su bolsillo, el cual sigue comiendo palitos del bolsillo del monje, despreocupado. Ofrece al cangrejo a su sire, con una expresión tan solemne que bien podría tratarse del Santo Grial) Le he llamado Sebastián, y me gustaría que le aceptases como presente para que no te sientas solo, ya que ahora vuelvo a estar con Naranjo y Sanguino...sin embargo, ¡la Visión se halla en sus negros ojos y en sus rojas pinzas!

Sach se pone rojo de vergüenza, pero henchido de orgullo por ser el único que tiene un auténtico regalo de verdad para su sire. En realidad, el comportamiento del vampiro bien puede pasar por el de un niño bueno tratando con su comprensivo padre, lo cual es tan normal, que parece anormal viniendo del malkavian.

De repente, y como si no se hubiera percatado de la situación, pregunta a Máximus: -¿Qué hacemos aquí los Sach, maestro?

Todo esto empieza a ser molesto...
Eva frunce el ceño después de que sus acompañantes llenasen de "orgullo y esperanza" la sala en la que estaban.
¿Tanta palabrería para decir después que si que piensa beber? ¿Por qué son luego ellos los primeros en menospreciar al clan de la Luna? En fin... olvidemos el asunto...
No hacía ni siquiera falta mirar a través del alma de esas personas. Eran antiguos, como sus sires, y lo que tenían que decir seguro que le sería de ayuda.
Hace una pequeña reverencia, y mira de reojo a Melvin. Seguro que tenía mucho que contarle, pero no era el momento.
Se acerca a los "presentes" y elige uno. Después de golperle un poco y ver que sigue durmiendo se da cuenta de que son para que ellos puedan beber.
Comprendo...
Eva posa sus colmillos grácilmente sobre su cuello y empieza a beber.
Cuando se siente satisfecha, se sienta en el suelo y se dirige al anfitrión.
Gracias, pero debiste especificar un poco para que servían. Bueno, mi nombre es Eva, ¿con quién tenemos esta noche el placer de hablar, y porqué tantos de nosotros hemos tenido que desplazarnos hasta aquí?

Mira a su anfitrión con frialdad, al ver cómo trata a la pobre joven...
La levanta, al menos colocándola en un lugar que no sea el suelo... Al parecer a sus "congéneres" tampoco les importa demasiado la suerte de la misma...

Tras lo cual, avanza en la sala, caminando sensual y fríamente, con porte elegante y majestuoso, luciéndose bien para que quien repare en ella (cosa no muy difícil de hacer) sepa que ella no se amilana por nada... Pero.. aparte de eso (y seguramente el motivo principal de sus andares), lo hace para que su sire comprenda que es una chiquilla digna de él.. Aún así, ni le busca con la mirada, ni siquiera le menta...
Altiva, pero sin dejar su atracción de lado, se dirige al anfitrión...

-Buenas noches tenga usted, mi preciado Caballero...-Su voz resuena terriblemente irresistible, a la par que esboza una sonrisa igual de falsa que la de él, sólo para pagarle con la misma moneda...-Veo que nos esperáis con un gran banquete... Pero... Espero que no os ofendáis si tan sólo bebo un poco...

Provocadora, lame el cuello de la pobre víctima del ataúd, y apenas roza con sus colmillos la piel, cuando succiona de la misma un poco de sangre de forma realmente sensual... Parece realmente gozar con tal acto...
Apenas unos segundos después, se separa del cuerpo, dejando que un pequeño hilillo de sangre caiga de sus labios deliberadamente...

-Oh... Mis disculpas...-Se limpia con delicadeza, y con ojos brillantes aguarda unas nuevas palabras que oír, pese que en su interior, bulle de rabia, cosa que disimula a la perfección...

"Y quién diablos se cree que es para poder hacerle esto a la joven?? Maldito estúpido... Oh, joder... Tengo que calmarme..."