Partida Rol por web

Miro bastante aturdido el panorama

---Increible... ¿quien ha podido causar esto?- digo mientras miro a mi alrededor.

Es extraño , según la información del granjero el comisario partió junto a un acompañante, así que este rastro no pertenece a estos exploradores , bien podría ser cosa de un grupo de trasgos u orcos últimamente andan acercándose bastante a la población pues los licántropos los mantenían a raya ............ que dices avanzamos o  vamos por el clérigo para tener al menos una mano divina que nos ayude contra quien sabe que nos encontremos?

---...Deberiamos volver, despues de esto prefiero ir a por el clerigo y recolectar toda la información posible-Digo mientras retrocedo por el camino de vuelta al pueblo- ¿Vamos?

Tras la respuesta del joven mago asiento y le alcanzo en el camino de vuelta hacia el pueblo – tres espadas son mejor que dos – le digo sonriendo al alcanzarlo

Fysinun vuelve hacia la taberna.

Al llegar pregunta al posadero si sabe hacia donde se han dirigido sus dos acompañantes de primera hora de la mañana.

- El señor Dardragón partió esta mañana temprano junto a ese otro compañero, no han vuelto todavía aunque dijo que le preparara el reservado para la hora del almuerzo - contesta el posadero.

-Excelente, intentare estar aqui para esa hora.

Fysinun sale de al posada y se dirige a la casa atacada el dia anterior. Buscar pisadas o rastros de los seres que atacaron.

A medida que os aproximáis, podéis divisar una especie de torre en ruinas y efectivamente una luz de una fogata. Escucháis voces guturales y grotescas.  A medida que te aproximas ves como tres figuras se mueven junto al resplandor de la hoguera. Están asando algo en el fuego. Parece que no se han percatado de tu presencia. Karadas permanece junto a ti. Os arriesgais a acercaron un poco más y veis a tres orcos alrededor de una hoguera. No se han percatado de vuestra presencia:

Rasgos de la Zona: Cada cuadrícula 1 metro. La flecha indica la dirección en la que estáis mirando. El muro exterior negro es sólido, no podéis pasar. La Torre no tiene techo y la pared más alta no llega a 3 metros de altura.

Master, avisanos cuando estemos en la posada o nos encontremos con el clerigo xdd

De camino a la granja puedes ver cantidad de aldeanos ocupados en sus quehaceres. A lo lejos puedes distinguir al humano acompañado por el halfing avanzando en tu dirección ¿Habrán averiguado algo?

De camino de vuelta a la posada podéis ver venir al clérigo de armadura de placas avanzando hacia vosotros.

Me acerco al clerigo.

---Veo que ya habeis vuelto, perfecto, acompañenos a la posada y mientras cenamos reuniremos los datos que hemos obtenido entre todos-dicho esto me encamino a la posada sin esperar la respuesta.

-El hombre ha hablado, me gusta la gente con determinación – le digo al clérigo alegremente mientras sigo de cerca los pasos de Dzarklex – además nunca es bueno partir hacia lo desconocido sin antes llenar el apetito y los pellejos de vino-

Viniendo desde la tarberna, Fysinun se acercaba con paso seguro. Las ruinas de lo que antes se suponia un feliz hogar despertaba la curiosidad del clerigo.

Cerca de las ruinas se encontraban el hombre y el halfing. Fysinun se disponia a preguntar si habian descubierto alguna cosa, pero los dos amigos con las prisas por yantar lo devolvireron al punto de origen.

Keghart y Karadas se arrastraban lenta y sigilosamente sobre la hierba, el factor sorpresa sería clave en esta situación. El olor a carne asada llegó a las fosas nasales del cazador "Huele bien para ser comida de orcos" y alzó la vista una vez más, se encontraban ya bastante cerca y podía divisar la figura de tres repugnantes orcos. Un pequeño hormigueo le recorría el cuerpo, haciéndole recordar a sus frecuentes expediciones en busca de campamentos orcos en el Bosque Alto, su cuerpo se preparaba para la confrontación que estaría por suceder.

-Nos superan en uno por número- Susurró levemente a Karadas, acto seguido regresó con su mirada al asentamiento, justo en el extremo opuesto podía ver una apertura de no más de un metro de ancho -¿ves aquella apertura al otro lado?, quizás podríamos colocar alguna trampa a la salida para reducir su número- revisó en su saco, palpando lentamente los objetos, buscando algo que pudiera servir para colocar una trampa -creo que tengo una idea, sígueme- 

Con su habitual precaución se alejaron un poco y se dispusieron a bordear el asentamiento parándose de cuando en cuando para escuchar. Se situaron a un metro de la apertura, Keghart sacó cuidadosamente una polea y una cuerda de su saco, en un extremo de la cuerda hizo un lazo corredizo de aproximadamente un metro diámetro y lo dejó en el suelo, oculto entre las hierbas, a un par de metros de la apertura. Con el otro extremo en la mano, se alejaron hasta el árbol más próximo, a unos 20 metros de distancia. Aseguró la polea a la rama más baja, pues era la más gruesa, y con el sobrante de cuerda dio varias vueltas al tronco del árbol, dejando la cuerda lo suficientemente tensa como para que un tirón desde éste lado de la polea cerrase completamente el lazo.

-Éste es el plan, dispararé una flecha al orco que está situado más próximo a la apertura. En cuanto se den cuenta de que están siendo atacados seguramente corran hacia el exterior, en el momento en el que uno de ellos pase sobre el lazo tira de éste extremo de la cuerda, eso cerrará el lazo y le atrapará las piernas, sigue tirando de la cuerda para ir arrastrándole hasta aquí. Cuando llegue aquí, se quedará colgando con los pies en el aire, aunque la rama no es demasiado alta y puede que la parte superior de su cuerpo, o su cabeza, quede posado aún en el suelo. Mientras yo dispararé a los otros dos, tratando de abatirlos antes de que nos alcancen. Si mantienes al orco atrapado con vida, quizás podamos sacarle algo de información-

Sabía que siempre podían haber imprevistos y que el plan pudiera no funcionar pero, ¿qué podía hacer?, ya estaban allí, tenían que aprovechar que estaban distraídos y atacar mientras pudieran.

-A la de tres dispararé, atento- Sacó una flecha de su carcaj, con el arco bien sujeto encordó la flecha y tensó lo más que pudo, respiró hondo y centró sus pensamientos en matar a aquel orco, visualizando su cráneo o pecho atravesado ferozmente por su saeta -uno...dos...y ¡tres!- 

Apuntas a uno de los orcos, el que tiene más cerca. Tensas el arco clavando tu rodilla izquierda en el suelo. En el momento de soltar sientes un tembleque en la rodilla que te hace inclinarte y la flecha se pierde entre los árboles. El arco se cae al suelo y ves que uno gira la cabeza hacia dónde estáis, pero a continuación otro le pega un golpe en el brazo y los orcos siguen comiendo. Contemplas con  horror que lo que levanta para comer parece un brazo pequeño.

"¡Diantres!" maldecía mientras se agachaba a recoger su arco que había caído casi a un metro de distancia, por suerte ninguno de los orcos parecía haberse percatado de su presencia.

-No volverá a ocurrir- susurró mirando a Karadas, quien parecía decepcionado con la pobre actuación del joven cazador. Tras decir esto cogió una nueva flecha de su carcaj, volvió a tensar el arco y, al volver a apuntar al mismo blanco de antes, creyó ver cómo se llevaba lo que parecía un brazo pequeño a la boca. Sintió náuseas de repente y apartó la mirada, minutos atrás había pensado que aquello que estaban asando olía bien, una mezcla de ira y pena le invadieron "No hay salvación para esos críos... no tuvieron una sola oportunidad".

Encordó la flecha y con toda su fuerza realizó un segundo disparo.