Partida Rol por web

Desde hacía un tiempo para acá. Tu vida diaria se había vuelto un poco rutinaria. O mejor dicho, marcada por las estaciones. Las estaciones y el clima marcan el día a día en la granja. Te habías vuelto dura y fuerte. Tu energía era la de alguien más joven y toda esa energía era bien empleada en este lugar. No es trabajo para mujeres dijeron algunos, ellos que sabrán. Nunca te trataron muy bien, pero aquí, un poco recluida nadie se metía contigo y te permitía olvidar.

Aun así, la mano de la mala gente era muy alargada. En el instituto alguna vez viste a tu hijo volver con el ojo morado. No lo confesó pero lo sabías, si bromeaban o hablaban mal de ti, Peter les atizaba y la pelea estaba servida. No fue fácil para él. A duras penas logró acabar el instituto pero lo logró. De todos modos no quiso estudiar carrera. Era introvertido pero responsable y se negó a hacer otra cosa que no fuese ayudarte con la granja.

Hoy es un nuevo día de otoño, como es habitual te despiertas antes de que salga el sol. Hay que preparar un buen desayuno para ti y tu hijo. Coger fuerzas es fundamental, siempre hay trabajo en  la granja. Por suerte no os va mal y da para vivir, no como ricos, pero sin problemas.

Aunque seas muy dura, por dentro sabes que te falta algo. No siempre fue mal y con tu difunto marido hubo una bonita época, donde todo iba bien y pudiste disfrutar del amor de un hombre, de forma sincera. Curiosamente esta noche has soñado con él. Estaba sano, como antes de que enfermara, salía de un campo de maíz, con un par de mazorcas en la mano, curioso pues en vuestras tierras no había maíz. Salía sonriente, pero su expresión cambió y se puso muy serio, señaló el cielo aunque no acertabas a ver que señalaba, y dijo – Es hora de recoger la cosecha, malos tiempos se avecinan – Y ahí despertaste. Tu despertador señalaba las 6 de la mañana, tu hijo aún debía de estar durmiendo en su habitación. 

Cuando tu vida es una veleta sin rumbo fijo y por fin das con un lugar estable, siempre se hace extraño y el periodo de adaptación tiene sus altos y sus bajos. Adaptarse a la rutina, a la monotonía, y más tras la muerte de Peter, tras la que los días y las noches pasaban siguiendo un patrón que se repetía. En esta situación siempre eran bien recibida las novedades, que a estas alturas podría ser cualquier pequeña cosa: el parto de alguna cerda, la ruptura de los huevos y el nacimiento de los pollitos, hasta la venida de alguna maldita plaga que te obliga a curar la siembra para que se pueda salvar algo. No obstante, ni mucho menos podía quejarme de la situación, que era próspera y nos brindaba un futuro. Era de agradecer cuando tienes un hijo al que criar o por el que preocuparte. Aunque tenga 23 años ya, para una madre un hijo siempre será un hijo, y lo sigues viendo con los mismos ojos que cuando apenas estaba aprendiendo a caminar y temías que pudiera hacer daño al caer.

Ahora todo era estable, todo estaba en paz. Cuando se han acabado las burlas a mi hijo, cuando Peter descansa en paz y cuando por fin podemos decir que tenemos un sitio al que pertenecemos, más o menos. Al menos estoy ocupada y no puedo pensar. Muchos dirían que aún soy una mujer joven y estoy perdiendo mi vida, cuando podría salir un poco más y rehacerla. Bueno, una granja no te deja mucho tiempo libre, y la gente del pueblo no era muy amable como para pensar en encontrar ahí nada. Por mucho que echara en falta algo, por mucho que extrañara a veces la compañia de un hombre...El deber es el deber, y el mío es sacar adelante nuestro patrimonio. Las lindezas románticas, en este momento de mi vida, de momento podían quedar en segundo plano.

Me desperté un poco sobresaltada tras aquel sueño con Peter.  Era la primera vez que soñaba con él de una forma tan agorera. Bueno, un sueño es un sueño. Quizá me haya acordado en los últimos días demasiado de él. Tras aguadar un poco en la cama a que se me pasara un poco el aturdimiento de quien acaba de despertar, me levanto y me envaino en mi mono de trabajo, las botas de campo y una camisa vieja encima. El campo no da oportunidad para la moda. Me acicalo un tanto en el baño, y después me desplazo hasta la cocina para ir preparando café, huevos revueltos y bacon. Hoy nos esperaba un día duro, los últimos patatales están por recogerse, pues los camiones acabarían viniendo a por el contenido del almacén. Aparte había que revisar que los animales tuvieran comida…Si, un día duro.

Cuando tengo el desayuno listo, voy a tocar la puerta del cuarto de Brandon para que se vaya preparando.

Cualquiera diría que habías vivido mucho para tu edad. Esos 40 años tienen más de barrera que de otra cosa. El deterioro físico, salvo enfermedad, es algo mucho más lento y tú te conservabas estupendamente. No sería eterno pues el campo siempre acaba pasando factura, pero por el momento no había problema.

Puede que nunca lo confesaras, y que te habías rodeado de cierta coraza para hacerte más dura a ti misma, y el trabajo te mantenía la cabeza ocupada y bien de moral, pero en el fondo, una persona de tu edad siempre tenía ciertas necesidades, pues una aparte de madre es también mujer.

Como siempre a estas horas comenzabas a planificar el día. Contando con los animales y los cultivos, organizarse era un ejercicio de responsabilidad para que todo fuera como es debido, el que pensara que llevar una granja era trabajo fácil estaba muy equivocado.

Una vez el desayuno preparado diste aquellos golpecitos en la puerta de tu hijo. Como también era normal tardó un poco en salir, pero nada fuera de lo normal. Salió con el pelo revuelo y cara de nuevo para dirigirse directamente a la mesa de la cocina a desayunar – Buenos días – Dijo y soltó un sonoro bostezo. Luego se dio cuenta de que no se había acordado de sacar el zumo del frigorífico, levantó, fue a por él y tras llenarse el vaso se volvió a sentar.

- Buenos días - le contesto, cojo un par de platos del armario de la cocina y sirvo en ellos una cantidad generosa de huevos revueltos y bacon. - Zumo para mi - le digo mientras pongo los platos sobre la mesa, para que me sirva en otro vaso- ¿Cómo has pasado la noche? - me siento y como un primer bocado de mi plato- Espero que estés descansado, hoy hay mucho que hacer...Revisar los animales, encargarse de los últimos patatales...Creo que no podremos parar hasta que se ponga el sol. Quizás debamos buscar otro par de manos para estos días, aunque creo que será complicado visto lo visto - como más- Bueno...olvidalo - acabo diciendo y negando tras ser consciente de lo que he dicho antes.

A veces si que se me ha pasado por la cabeza contratar a alguien más, pero en este maldito pueblo la verdad no me fío de nadie como para encargar algo tan importante. Es un trabajo al fin y al cabo, y claro que les pagaría, y puede que alguien aceptara echar unas horas a cambio de unos buenos dólares, pero aprovecharía esas horas para husmear todo, cotillear y luego tener que hablar durante semanas en el pueblo. La última parte me da exactamente igual, en el pueblo pueden hablar lo que quieran de nosotros, gastar toda su saliva en eso si gustan, pero la idea de tener un intruso aqui husmeando en mi propiedad y metiendo las narices en todo lo que pueda, eso si que no me hace ninguna gracia.

Tu hijo aún se movía lento de reflejos debido al sueño, pero reaccionó y te sirvió un vaso de zumo, luego se sirvió él otra ración. El bacon un poco crujiente estaba delicioso. Se levantó de hombros a tu pregunta – Normal, no sé – No es que fuese muy hablador, más bien taciturno, y a veces costaba sacarle las palabras.

Sólo reaccionó un poco cuando dijiste aquello de otro par de manos, te miró, no era muy propio de ti que dijeras algo así ¿Se avecinaba algún cambio? Pero cuando dijiste que lo olvidara volvió a centrarse en su plato en plan... “ya decía yo”

Entonces ocurrieron varias cosas al mismo tiempo y de forma brusca. Sonó como un fuerte trueno, no lejano, sino de los que caen bien cerca. Aunque... algo te decía que no había tormenta. Se te taponaron los oídos como cuando bajas una fuerte pendiente en coche y además se fue la luz.

Brandon paró de masticar y se quedó con los ojos bien abiertos.

Segui comiendo, dispuesta a desayunar en silencio, como cada mañana debido a lo poco dado a la conversación que era Brandon. Mis rutinarias espectavas desapareciendo tan de golpe como aquel estrepitoso estruendo, que me hace dar un pequeño bote en la silla y llevarme las manos a los oídos. Luego miro que se fue la luz y todo. Pero si no es tormenta....¿Una bomba? Un tiro desde luego no...¿Se habrá estrellado un avión y se ha cargado el tendido eléctrico?

Ya alarmada por la situación, me levanto y busco el tacto firme de mi escopeta. Cargada con ella, y con el dedo puesto en el gatillo, un contacto que siempre da alivio en momentos de alarma y caos, abrí la puerta de la cocina que da al exterior. Sea lo que sea ha sido cerca, en mis tierras, que por suerte no en mi casa, pero tenía que estar preparada.

- No salgas...- digo seria a Brandon, y me aventuro unos pasos hasta pisar el pasto de fuera, mirando todo y con la escopeta cargada. Para bajar el arma siempre habia tiempo, sin embargo a veces es demasiado tarde para prepararla.

Descarto que sea la putada de algún vecino. Demasiada gordo, y demasiada molestia para una putada.

Antes de que abrieras la puerta de la cocina escuchaste una explosión de intensidad media, esta al menos pareció como más... localizada. ¿Qué demonios estaba sucediendo?

Tu hijo no salió pero se levantó de la silla y contempló que hacías, le hubiese gustado salir, ya era todo un hombre, pero no era un buen momento para negociar o discutir contigo.

Saliste por la puerta de la cocina, la que daba a tus cultivos, en esa dirección no viste nada extraño. Pero en cambio cuando te giraste hacía uno de los lados aún llegaste a ver como parecía caer algo en llamas del cielo. Lo extraño fue que se quedo como un “borrón” negro en el cielo. En el suelo comenzaba a levantarse alguna pequeña columna de humo. Estaría a una milla aproximadamente, donde terminada por aquella parte tus tierras y a la altura de la carretera principal.

Vuelvo a dar un segundo bote con la segunda explosión. Una vez que Brandon se ha quedado dentro, yo me quedo mas tranquila, dentro de lo que me permite la situación. Cuando veo aquel objeto caer en llamas del cielo, me digo que tiene que haber sido un avión, si, pero cuando queda  el "borron" en el cielo esa hipótesis se va un poco al garete.

Alzo la vista para mirar bien, bastante extrañada, para ver que diablos es. Pero en ese momento soy consciente de las pequeñas columnas de humo que salen en mis tierras a la lejanía.

- Pero qué demonios...- me sale del alma, y aun con mi escopeta aferrada voy directa para dichas columnas. No se que narices sera, pero tengo que comprobar eso antes de que, si es un fuego, se propague y venga una desgracia mayor. Están a una milla, pero opto por hacerla andando y a paso ligero, estoy acostumbrada y atravesando los campos llegaré más rápido.

Pensaste que seguramente no sería buena idea forzar más la situación. Cierto era que en la granja estabas como un poco aislada del todo, pero sospechaste que lo que estaba ocurriendo te podía afectar de una forma u otra. En cualquier caso emprendiste el regreso a tu granja.

Ya llegando viste a tu hijo bajar del techo de la granja usando una larga escalera de madera. No te resultó demasiado difícil saber qué diablos estaba haciendo allí cuando viste que colgado del cuello tenía los viejos prismáticos que guardabais en el desván.

Se mordió los labios como esperando que no le sermonearas por aquello y te preguntó… - ¿Cómo ha ido?

En otras circunstancias si que habría lugar para regañinas. Sin embargo, tal y como están las cosas, creo que hay cosas mas importantes en las que ocupar mi cabeza que en broncas a mi hijo, por subirse al tejado para mirar por los prismáticos. Es lo mismo que hubiera hecho yo antes la consternación.

- ¿Has visto todo? Es una puta locura...- digo con taco incluido, ahora mismo me da igual, y estoy nerviosa- Hay algo...Algo como una barrera o no se que es, eso provocó el estruendo, lo de la avioneta, lo del camión...La policía sabe lo mismo que nosotros o menos...- niego- Vamos a comprobar si afectó a nuestras tierras y hasta donde puede llegar...

No encuentro un "¿Por qué?" razonable ¿Un acto terrorista? No, desde luego. Dista mucho de parecer eso. Parece sacado de una jodída película de ciencia ficción. Pero esto es mucho más aterrador. Es real y no se cual es su magnitud, y como nos va a afectar.

Brandon asintió con la cabeza – Si… Pero lo del camión no lo acabo de… Ah… Cielos… - Seguramente iba a decir que no entendía por qué no apagaron el fuego del camión, pero cuando dijiste lo de la barrera lo comprendió. O bueno, todo lo que se puede comprender una cosa así de extraña – Que cosa más rara…

- Ajá, podemos seguir el perímetro de las tierras, cada uno en una dirección, así acabaremos antes ¿Te parece bien? – Había trabajo que hacer en la granja, aunque tampoco era obligatoria hacerlo todo hoy. Los pocos patatales que quedaban podían esperar, pero no el dar de comer a las gallinas, caballos y cerdos

El chico tenía razón, así acabaríamos antes.

- Me parece bien...Ten mucho cuidado - le digo- Vuelve a casa según acabes tu zona, nos vemos aqui mismo. Despues ya vemos que hacemos....Llevate los prismáticos, te pueden hacer un apañao para ver cualquier cosa a lo lejos. A la mínima cosa rara que veas, vuelves de inmediato.

A la vuelta tendríamos que seguir nuestra rutina, no queda de otra. Desde luego no puedo dejar morir de hambre a los animales. Nos estará sucediendo esto, pero la vida sigue su curso y los pobres animales, ajenos a todo esto, no pueden quedar desatendidos. Dicho lo anterior a Brandon, le paso una mano por el pelo, preocupada, y le indico la dirección que tomaré yo. Me dirijo para alla a grandes zancadas, buscando las lindes de esa cosa.

El chico estuvo de acuerdo con lo acordado y luego trató de “re-hacerse” el pelo después de que se lo revolvieras.

Tomasteis direcciones distintas para comenzar a examinar el perímetro. Dada la extensión no podías tenerlo todo vallado, aunque te hubiese gustado tenerlo así. El clima hoy era agradable para ser de otoño.

Al cabo de unos minutos, viste a Brandon caminar rápido en tu dirección. Con la mano se sujetaba la frente. Tenía un buen moratón. En otra mano llevaba un palo a modo de bastón con el que “apuntaba” hacía adelante– Para, para. Ve con cuidado. Por allí hay “algo” me he dado un golpe.  “Eso” corta una de las esquinas de los terrenos, en diagonal.

Antes de escuchar  la voz de Brandon fui con cuidado, tanteando esa cosa con la punta de la escopeta a falta de otra cosa. Me vuelvo al escuchar a mi hijo y me acerco rápido cuando veo el moretón.

- ¿Te has dado un golpe con "eso"..?  - pregunto preocupada.- ¿Estás bien?  - le paso una mano por el pelo. Primero voy a segurarme de que mi hijo esté bien. Que esa cosa nos haya cortado una trozo de terreno ahora mismo en lo que menos me preocupa, la mayoría parecía intacto, eso eso parecía...- No es recta...hace como un semicírculo...

- Si, estoy bien... - Dijo tratando de rehuir un poco de tu mano, estaba claro que le dolía, pero no fue una contusión de gravedad, quizá le saliese un chichón.

Y si, efectivamente la barrera no era recta, parecía más bien ligeramente curvada. Los terrenos “cortados” no eran muy extensos, al menos comparado con el total, quizá unas diez hanegadas eran las que ahora habían quedado al otro lado.

Brandon fue a ponerse algo frio en la frente y tú comenzaste a dar de comer a los animales ya que era algo que no se podía demorar más. Unos minutos después Brandon volvió a ayudarte.

Pasado otro par de horas, ya estabais acabando cuando escuchaste un coche que llegaba por el caminito que daba a la granja, al asomarte viste que se trataba de un coche de la policía.

La tarea de dar de comer a los animales deprisa, pues ya ibamos con retraso con eso, me había servido para mantener la cabeza ocupada en otra cosa. Sin embargo, ver aparecer el coche de policía por aqui, me trajo de nuevo al problema en cuestión. Pues era muy raro ver coches de policía por aquí, y seguramente vinieran a hacer más preguntas acerca de lo que habíamos visto. Deben estar en tanta incertidumbre como nosotros.

Me lavo las manos en un grifo, con jabón, para limpiarlas de los piensos y resto de residuos animales. Despues salgo del todo del cobertizo, y me dirijo hacía el camino de entrada. A recibir al agente que sea.

Tu hijo se encargó de lo poco que quedaba ya de darles de comer mientras iba a atender al agente. A lo tonto ya se había hecho casi la hora de comer.

El policía salió, iba sólo uno y era una cara conocida, era Richard. Uno de los pocos amigos que había tenido tu difunto esposo. Richard también tenía un pasado amargo. Su esposa desapareció años atrás cuando vivían en otra ciudad. La dieron por muerta, pero el no entender pesaba como una losa a sus espaldas, y sobretodo sobre si hijo, de edad similar al suyo.

- Hola. Me enteré de todo este jaleo y me pasé a ver como estabais ¿Va todo bien por aquí? - Te preguntó. Era un hombre afable, algo taciturno quizá.

Ver que se trataba de Richard me tranquilizó un poco, al menos era una cara conocida y no pretende hacer preguntas, espero. Contestar a preguntas sobre algo que ni yo misma entiendo se me hace muy frustante. También se que Richard no viene a cotillear, sino de buena fe, al menos por la memoría de mi marido. Desde que él falta, no he podido tener queja de Richard en nada.

- Ah, Richard...Hola. Si, todo bien, sólo un poco atónitos aún...Y bueno, Brandon se dió un golpe con "eso", y tiene un buen moratón en la frente, pero nada de gravedad en comparación a lo que ví...¿Se sabe algo mas? ¿Ha pasado algo más en el pueblo? - me acerco- Perdona tanta pregunta, pero es alarmante...¿Vosotros estaís bien?

- ¿Se dio un golpe? - En un primero momento se preocupó, pero añadirte que no era grave supuso que no había motivos para preocuparse de más.

A tus otras preguntas suspiró – Sigue el desconcierto, no van los teléfonos, no hay luz eléctrica y... Parece ser que están todas las carreteras cortadas, han habido accidentes en todas ellas. Es como si... el pueblo estuviese aislado. No quiero alertaros de más, pero se previsora, no sabemos cuanto tiempo va a durar esto.

Y también respondió a tu última pregunta – Si, de aquí iré a ver que hace Adrien, se fue esta mañana a trabajar – El chico trabaja como pinche de cocina en un bar – El sigue un poco a la suya, no estaría mal que se relacionada con chicos de su edad. Quizá deberíamos organizar algo para que coincidan los dos chicos – Dijo medio en broma medio en serio y con media sonrisa en su rostro.