Partida Rol por web

 Caíste en la cuenta de un par de cosas importantes. La bicicleta y la comida. Con respecto a la primera la encontraste en un rincón acumulando polvo y las ruedas deshinchadas, pero ya era tarde y mejor arreglarla por la mañana, al menos encontraste la bomba para hincharlas...

En cuanto a la comida, tu padre ya la había organizado un poco y en la despensa había multitud de latas en conserva. De todos modos si había comida de más que pronto se podría estropear, lo de invitar al grupo mañana no era mala idea.

Pero había sido un día duro y el cuerpo pedía descanso, cuando acabarse por organizarlo a tu gusto fuiste a tu habitación.

Te asomaste por la ventana, había mucha oscuridad. Claro que no había alumbrado público y eso se notaba. Pero entonces te diste cuenta de algo curioso, las estrellas, parecían ser de color rosa. En ese momento finas líneas rosa fueron apareciendo. No era la primera vez que veías una lluvia de estrellas, pero si la de más cantidad y de ese color.

En algún momento necesité frotar mis cansados ojos, un día largo, que pese a que apenas trabajé sí que mi cuerpo sufrió de alguna manera, o quizás fue que no descansé lo suficiente del día de ayer, que la verdad es que tampoco fue un día lo que se podría decir liviano. Ya todo organizado, que por un momento que creí que no lo conseguiría hoy, fui a comprobar donde se encontraba la dichosa bici. Y como no, seguía en el garaje, acumulando polvo y con las ruedas flojas.

Con un gesto de negación ya me encargaría de eso mañana, ahora me sentía demasiado agotado como para ponerme a pringar más. Bastante había hecho ya. Subí a mí habitación para finalizar mi extensa jornada, mi cuerpo pedía gritos dormir, y los párpados empezaron a pesar lo suyo. Ya me costaba mantenerme despierto.

Por suerte la casa la conocía, porque sin luz, era bastante molesto moverse de un lado a otro. Escalón tras escalón hasta llegar al segundo piso, quise apartar todo lo que tenía que hacer al día siguiente, y sin embargo se me anotó en la cabeza de mala gana. Arreglar la maldita bici, ir a por Rose, visitar el Ayuntamiento y comunicar las nuevas, y seguramente otra expedición.

“Geníal”- Pensé con verdadero fastidio una vez que entré ya en mi particular santuario.

Antes de meterme en la cama, inconscientemente me asomé por la ventana, y debido a lo tarde que era, apenas pude vislumbrar nada en tierra. Y entonces, miré arriba. - ¿Pero qué...? - Asombrado observé la escena, una lluvia de estrellas. Pero lo raro fue el color, fue demasiado llamativo.

Es más, froté repetidamente mis ojos, por si me lo hubiese imaginado. - Que extraño... - Después de la colorida imagen, me quedé observando atónito el firmamento preguntándome a qué se debía aquel fenómeno. Aún insistiendo, luego me dije que quizás era preferible esperar al día siguiente. Tal vez los demás sepan algo, eso si es que han podido verlo.

Finalmente fui directo a la cama, echando la vista atrás durante un segundo al cielo, y cuando ya estuve seguro que ya terminó, entonces sí, me dejé vencer por el sueño, tarea para nada complicada.