Partida Rol por web

- Le agradezco mucho la confianza. Le aseguro que haré todo lo que esté en mi mano para... - Entonces se desencadenó algo que me puso los pelos de punta y me hizo reaccionar como un resorte.

- ¡Agáchese! - Le dije a la señora Cortez al tiempo que yo mismo, de un salto y de forma instintiva, pasaba de mi posición de sentado en el banco a girar ciento ochenta grados sobre mí mismo, poner rodilla en el suelo y usar el banco de parapeto, mirando hacia la furgoneta blanca mientras se perdía a lo lejos. Mirando a todas partes, metí mi mano bajo la chaqueta y agarré la empuñadura del revólver que descansaba en la sobaquera, sin sacarlo aún de allí, pero preparado para hacerlo de no haber más remedio.

Miré a Robin. - ¿Qué pasa? 

Fui corriendo a todo lo que daban mis piernas para llegar hasta Jack. No sabia si el tipo me perseguiría o no. Pero imaginaba que no había sido así por que había escuchado chirriar las ruedas de un vehículo. Cuando llegue hasta Jack este estaba parapetado en un banco con la señora a su lado.

-De...esa...furgoneta... comente jadeante. Bajo un tipo musculoso con un pasamontañas...creo que quería secuestrarme. Comente mientras me apoyaba en el banco para recuperar el aliento.

 A la viuda casi se le salen los ojos de la cara. Se agachó y se puso las manos en un gesto de proteger su cabeza. No sabía que estaba ocurriendo y quien era la chica que se acercaba corriendo, pero no tardó en deducir que conocía a Jack.

Le costó un rato acertar a decir algo, mirando a su alrededor tratando de identificar si había peligro por alguna parte – Casi me muero del susto, creo que me voy a volver loca... ¿Quién... Quién es? - Señaló a Robin mirando a Jack.

Miré hacia donde se había ido la furgoneta i evalué la posibilidad de salir corriendo tras ella con mi coche*.

Mientras tanto, respondí rápidamente a la viuda de Cortez - Tranquila, se han ido. Le presento a mi ayudante, la Doctora Robin. - Decir que un desconocido era doctor (aunque no se especificase si se trataba de un médico o de una titulación doctoral), sobretodo ante una mujer asustada, ayudaba a lograr confianza, aunque fuera de una manera subliminal. De hecho, esta era una respuesta que tenía pensada en el caso que, por un imprevisto, me fuera necesario presentar a Robin ante la doctora.

La mujer se había asustado bastante. Aunque no terminaba de saber por que. A ella no habían intentado secuestrarla como a mi.

-Esto se estaba volviendo cada vez mas surrealista. Estábamos encerrado en una cúpula, tenia un pulsera localizadora, mi abogado se había suicidado y habían intentado secuestrarme. ¿Que mas podía pasar?

Sonreí con la presentación de Jack.

-Un placer señora. comente mientras la daba la mano. Somos como Holmes y Watson.

La furgoneta ya había desaparecido antes de que Robin llegara junto a Jack. Este podía intentar seguila con el coche, pero le iba a hacer falta mucha suerte para conseguir dar con ella.

La señora saludó a Robin y se puso en pie alisando su vestido – Señor Mason, creo que lo mejor será que vaya a vivir unos días a casa de una amiga. Vive en el 23 de la calle Hudson, si necesita algo o tiene alguna novedad allí me podrá encontrar – Se había serenado un poco pero seguía estando muy preocupada. Por motivos que Robin no alcanzaba a comprender.

Asentí a la señora Cortez.

- Me parece buena idea. Muchas gracias. Cuídese. Le vendré a ver cuando saque agua clara. - Me despedí de ella con un gesto y caminé hacia mi coche, llevando a Robin conmigo.

Cuando nos alejamos unos pasos de la viuda, sonreí a Robin. - ¿Estás bien? - Esperé su respuesta. Después pasé a preguntas más serias. - ¿Cómo ha sido? ¿Tienes idea de quien eran esos tipos de la furgoneta? ¿Has podido ver la matrícula o algo que sirva para identificarla?

Un intento de secuestro era algo que no entraba en mis esquemas con lo que teníamos entre manos. ¿Qué más había que se me escapaba? Debía averiguar si lo que acababa de pasar con Robin era a causa de sus asuntos o a causa de los míos.

La mujer parecía muy tensa la verdad. Se despidió de forma apresurada. Aunque imaginaba que tuviera sus motivos al fin y al cabo.

Fui con Jack hacia su coche . Total no pensaba que fueran a robarme la furgoneta y tampoco me parecía lo mas prudente.

-Si tranquilo estoy bien. comente con una sonrisa. La verdad es que no vi nada todo fue muy rápido. Se me paro la furgoneta iba a pasar y de pronto se abrió bajando un tipo bastante musculoso con un pasamontañas. Sabia que tenia que actuar rápido por lo que le escupí en los ojos. Lo dije entre divertida y orgullosa de que mi gesto tan poco femenino me hubiera salvado. El tipo se quedo bastante sorprendido y aproveche para salir corriendo hasta a ti.

Mire a Jack.

-La verdad es que es bastante raro no se me ocurre por que querría secuestrarme nadie. Pero tenemos que averiguarlo. Creo que mientras tanto me cambiare la pulsera al tobillo. Tal vez así no se vea y si me pillan podrás encontrarme. Lo comente bastante seria. Si algo tenia es que era muy lógica en los momentos importantes.

 La viuda se marchó caminando rápido pero tratando de mantener la calma.

Vosotros caminasteis en dirección al coche de Jack. Mientras, la del pelo largo le iba explicando lo que había sucedido. El motivo no parecía estar muy claro.

La tarde ya se encontraba avanzada por lo que no habría tiempo de hacer mucho más, pero si que habían ya varias cosas para mañana. La cita con la chica policía, y las conclusiones que podía sacar Jack con la conversación de ahora mismo. Se percibía que se comenzaba a vislumbrar el final del caso. Quedaban pocas piezas por descubrir para lograr encajarlas en el puzle.

Asentí. - Mejor será que nos marchemos de aquí cuanto antes. - Le respondí, con gesto serio, a Robin.

Caminando hacia mi coche, verbalicé mis cavilaciones. - Creo que ya basta de emociones por hoy. Por lo menos, no creo que sea cuestión de buscarlas nosotros. Lo mejor sería que nos fuéramos a tu casa, descarguemos mis cosas, miremos qué tenemos para comer y, no quiero asustarte, pero no estaría mal pensar en alguna forma de defensa perimetral. No sé si me explico... - Lo dejé en el aire. Seguro que Robin sabría de qué hablaba, por mucho que hubiera usado jerga. De todas formas, me detuve ahí, para darle pié a dar su opinión al respecto.

Asentí a Jack cuando dijo de irnos.

-si vayamos a mi casa. Y lo de la defensa es buena idea. Un foso y alambre de espino?pregunte divertida para quitar hierro al asunto. Tendríamos que averiguar que tengo de especial para que quieran secuestrarme. La verdad es que no logro imaginarme que es. Por ser doctora? O simplemente por los instintos más bajos del hombre?

 Mañana tendremos que volver a por mi furgoneta.

Ambos subisteis al coche de Jack y os dirigisteis a la casa de Robin. El detective comentó de extremar las precauciones organizando algún tipo de defensa en la casa, aunque faltaba concretar el como.

Al fin llegasteis sin más incidentes. Quizá por fin se podía disfrutar de un momento de relax, o como comenta Jack para ponerse manos a la obra, al menos mientras hubiese algo de luz natural y de eso sólo quedaba como mucho una hora.

Al llegar y descargar las cosas, lo más pesado el baúl con las armas, eché un ojo alrededor de la casa.

- Para esta noche, quizá baste con cerrar puertas y ventanas, pero se me ocurre que podríamos montar un perímetro de alerta. Algo simple. Un alambre que dé la vuelta a toda la casa, a un par de metros de cada pared, a la altura de las rodillas, y unas cacerolas colgando que cuando alguien toque el alambre hagan ruido chocando entre sí y nos pongan alerta. Estando atrincherados y armados, eso debería bastar para organizarnos.

- ¿Tienes alambre para eso?

El viaje hasta mi casa había transcurrido sin mayor problema. Lo cual era de agradecer. Cuando llegamos todavía brillaba tímidamente el sol en el horizonte. Por lo que teníamos algo de tiempo.

El dormitorio de mis padres esta en el piso superior. Tiene cerrojos y podemos mover un armario a la ventana y otro a la puerta. Eso nos daría mucha protección. Eso y dormir con una pistola debajo de la almuada a lo James Bond. comente divertida. Escuche su plan sobre el perímetro de defensa. Supongo que puede vale. También podríamos poner en puertas y ventanas. Solo por si ven lo de fuera. Creo que en el cobertizo debería de haber de todo un poco. Suspire y me recogí el pelo en una coleta. Pero por ahora creo que me he ganado un buen lingotazo de algo. comente mientras me acercaba al mueble bar y  sacaba una botella de Whisky. Fui a la cocina con ella y saque dos vasos llenándolos por la mitad. Di un trago al mío. ¿Crees que nuestro Doctor pueda estar detrás de mi intento de secuestro? pregunte mientras bebía. Es que es el único que se me ocurre que tenga algún motivo. Y si se a dado cuenta de que nos llevamos los papeles. Automáticamente pensaría en mi.

Robin no tenía tal cantidad de alambre, ya que para rodear el perímetro harían falta al menos doscientos metros. Si tenía en cambio una bobina de unos veinte metros. Y otra de hilo de rafia (plasticoso) de cincuenta.

Pero llevaría mucho tiempo montar la “alarma” y como indicó Jack, por hoy ya estaría bien, cerrar a cal y canto.

Robin hizo algunas especulaciones, que por el momento carecían de respuesta. Pero ya la tensión iba bajando y ahora lo que os entró fue mucha hambre.

Tras rebuscar en el cobertizo y encontrar elementos que podrían sustituir al alambre, apilé todo lo necesario para hacer el cerco, aunque no me puse a ello, pues era ya muy tarde y el hambre acuciaba.

Asentí a Robin. - Sí. Quizá esta noche con atrancar las puertas y ventanas sea suficiente. Mañana montaremos el foso con los caimanes. No voy a dejar que bebas sola, aún me queda algo de educación. - Recogí el vaso que Robin había preparado y le pegué un trago. - Esto resucita a un muerto. - Dije con convicción.

- No sé si es cosa del doctor. Por poder ser, podría ser, claro. Intentar secuestrarte para que le devuelvas los papeles. - Torcí los labios, como dando poca credibilidad a mis propias palabras. - Quién sabe. Aunque también temo que pueda ser por culpa de la investigación que estoy llevando a cabo y que, al verte por ahí conmigo, hayan decidido pasar a la acción. - Le confesé mis temores. - Aunque sería algo quizá demasiado rebuscado. - Negué con la cabeza. - No sé.

Miré mi vaso vacío. - ¡Oye! Beber con el estómago vacío no es buena idea. ¿Tienes algo de comer por ahí? - Sonreí. Prefería apartar mis pensamientos de todo aquello por un rato.

sonreí cuando dijo lo del foso de los caimanes y aun mas cuando comento lo de beber por educación.

-Mi caballero andante. dije con una sonrisa. ¿que estas investigando para que sea tan importante como para secuestrar a alguien? pregunte mas seria.

supongo que tiene que haber latas por ahí . Voy a mirar. Y me bebí el vaso de un trago.

La verdad es que sabia poco de Jack. Era detective e investigaba cosas. Y a juzgar por lo visto en su casa había sido militar. Por que tenia todo un arsenal.

Si tenia trapos sucios...la verdad es que no me importaba todo el mundo los tenia y mientras no salpicaran a los demás a nadie le importaba. Aunque en esta situación igual bien merecía la pena saberlos y mancharse si hacia falta. Al fin y al cabo. No sabia cual era su caso. Pero el mío era que no tenia a nadie mas.

Jack apiló lo que tenían para hacer el cerco, que aunque era bastante, era insuficiente para abarcar todo el perímetro.

La bebida ayuda a relajarse un poco, especialmente a Robin tras el susto pasado. Luego en la despensa encontrasteis algunas latas en conserva. Suficiente para cenar y que quedase algo para mañana, aunque de seguir bebiendo whisky pronto se os iría el hambre.

La miré de reojo mientras apuraba el vaso. Si ir conmigo la podía poner en peligro, tenía derecho a saberlo. A pesar de la intensidad de estos tres días, era poco tiempo para confiar ciegamente en alguien, pero no había dado ninguna señal que me hiciera desconfiar de ella. Por todo ello y, quizá, por necesidad de poner en palabras mis pensamientos, decidí contarle el caso. Cuando volvió con las latas de conservas, comencé a explicar.

- Pues bien... tal como te había dicho, hace poco suicidaron a un amigo mío. Jimmy. Policía en activo. Lo arrojaron desde la azotea de la biblioteca y le dieron carpetazo al asunto diciendo que se había suicidado. Tengo un sexto sentido para estas cosas y tuve claro desde un primer momento que Jimmy no se había suicidado y que el cierre del caso fue demasiado rápido, sobretodo tratándose de un policía.

Hice una breve pausa.

- Luego está el caso Cortez. La empresa de transportes Lomax & Co., a las afueras del pueblo, se puso en contacto conmigo para que escarbara en un extraño caso de asesinato que había tenido lugar en sus instalaciones. El capataz de la empresa, Cortez, había aparecido asesinado con tres disparos en la explanada de los camiones. Un asesinato muy al estilo mafia. Además no habían robado nada. Y ello pasó sólo dos días después de lo de Jimmy. Además, como en el caso de Jimmy, la policía no mostró demasiado interés en el caso y esa es la causa de que el señor Lomax acudiera a mí, porque veía que los maderos no progresaban.

Nueva pausa, que aproveché para echar un poco más de licor en mi vaso.

- Imagínate mi sorpresa cuando me entero que Jimmy paró a Cortez y le hizo abrir la caja para una inspección de su contenido justo el día antes que suicidaran al bueno de Jimmy.

Mirando a Robin, apuré el vaso y lo dejé sobre la mesa. Mientras dejaba que ella digiriera la información, me acerqué a las latas y miré qué había de bueno para comer.

Puse las latas de conserva delante suyo y comenzó a contarme una historia.

 Escuche todo con atención y sin interrumpirle sin duda para el tenía que ser importante. Si no en una situación como esta no estaría tan implicado en un caso.

 Dudo mucho que tu amigo se suicidara la verdad. Hay demasiadas cosas de por medio. Suspire y abrí un lata de albondigas en salsa.  Imagino que mi secuestró vino motivado por ir contigo.  Creo que encenderé la chimenea para calentar las latas.cla verdad me preocupaba el hecho de que me convirtiera en una blanco . Pero tampoco era de las que abandonaban a los amigos y el era lo mas parecido a uno que tenía.