Partida Rol por web

Las frías olas golpean los costados del barco, un drakkar vikingo...mejorado con tecnología de la segunda guerra mundial. Es algo más lento pero más resistente y con más protecciones contra flechas, además de un espolón de aspecto cruel. Eso sí, te toca remar como a todos, cuando no hay viento de popa. La embarcación no dispone ni de motor ni de vela móvil.

-Nuestra Kaiserin* no perderá si nos enfrentamos a un solo barco por vez. El problema es que nos superen en número. ¿Ha cambiado mucho la forma de navegar en setenta y cinco años?

Vais dejando de ver la isla que dejáis atrás. Y delante, lo que se ve es quizá un punto de tierra. Hay un hombre a popa, otro a cada lado y otro en proa, permanentemente mirando el agua. Analizándola en busca de...algo.

Navegar en esa "cosa" acaba siendo una de las cosas más incómodas que he hecho nunca y no solo por el hecho de tener que remar dejándome los brazos en el intento, encima la estabilidad y comodidad de la embarcación dejan muchísimo que desear -Demasiado. Hoy en día está todo tan automatizado que la velocidad se ha multiplicado por cien mientras que la tripulación puede reducirse a solo dos o tres personas. Depende del tamaño de la embarcación pero desde luego es todo más cómodo y rápido -sacudo la cabeza, cruzándome de brazos. La pequeña anécdota me hace pensar como demonios sería integrar a esta gente en nuestro siglo.

-¿Sabe qué? Conozco su apellido. Es verdad, su hermano donó la fortaleza y fue gracias a uno de sus diarios de arqueología que conseguimos llegar hasta aquí. Creo que intentó repetir el viaje de vuelta pero no lo consiguió, o quizá solo escapó y ya está pero... No estoy seguro, no tuve la oportunidad de conocerle personalmente. Lo que puedo asegurarle es que encontró una salida -y si él lo consiguió nosotros también podremos, eso me anima un poco.

-¿Qué esperan ver exactamente...? -observo a los vigías con suspicacia. Los barcos se verán llegar de lejos, mucho me temo que su preocupación se basa en lo que hay debajo del agua.

-Reflejos. Por aquí hay muchas criaturas extrañas...varias de ellas tan peligrosas que si deciden hacernos su próxima comida poco será lo que podamos hacer. Por ejemplo el kraken, aunque es raro verlo. O las Chochas de agua, aunque esas no suelen ir mucho por debajo del agua. Pero también hay sirenas. Las escamas de sus colas son iridiscentes. Si las detectamos podemos estar en guardia y evitar saltar al agua cuando empiecen a cantar.

Definitivamente hay tierra delante. Alejada aún, pero delante.

-Escúchame, los barbas de hielo son los más...permisivos. Pero si ofendes a alguien bien podrían atacarte. Si eso pasa, defiéndete. Pero no lo mates. No es lo ideal, pero si te ves en problemas...grita "Trial ved kamp". Juicio por combate. De esa manera combatirás a muerte con el ofendido u ofensor ante los ojos del líder y los dioses. El vencedor tendrá razón y no será acusado de asesinato.

Te da una palmada en el hombro.

-Sé que son muchas cosas pero son circunstancias especiales.

-Menuda fauna tenemos por aquí, ¿eh? Pero me imaginaba que la vida marina iría a conjunto con el resto -suspiro hondamente, resignado. De todas formas hasta el momento he tenido mucha suerte porque no me he encontrado con ningún dragón o perros gigantes de tres cabezas. Vete tú a saber lo que puedes encontrarte por aquí debajo de una maldita piedra.

-Intentaré no hablar más de la cuenta -no estoy seguro de poder conseguirlo si Cath está entre medio así que repito esa frase que acaba de decirme unas cuantas veces, hasta que más o menos parece haberse quedado instalada en mi cerebro -¿Cuánto tardaremos en llegar? -le miro un momento, luego me asomo por la barandilla para comprobar por mí mismo el contenido del agua.

-Dos o tres horas más si sigue el viento a favor. Si para, un poco más. Eso si no hay problemas claro.

Su predicción se cumple y algo más de dos horas después llegáis a tierra. La mayoría se quedan en el barco pero tú y otros cuantos cargáis sacos de bayas. Tras llegar a la parte baja de una pequeña loma ves en la cima a un grupo que se acerca.

No parecen agresivos pero tampoco exactamente amables. Uno de ellos te mira especialmente a ti, muy fijamente. Abren sus filas para dejaros pasar, un gesto de..."bienvenidos pero os tenemos vigilados".

-Veo que el pájaro mensajero llegó. Es un alivio.

Arqueo una ceja en cuanto me siento tan observado por ese tío. Algo me dice que ya les han hablado de mí o que simplemente llamo la atención entre tanto soldado nazi, quién sabe -¿Pájaro mensajero? -repito algo dubitativo.

No sé si hace referencia a la propia Cath a modo de metáfora o es literal, ¿esta gente sabe lo que es una metáfora?, pero sea lo que sea avanzo por el pasillo que nos van abriendo, mirando de reojo los escudos y las caras amenazadoras. Acojonan lo suyo, se nota que todos son guerreros listos para la lucha y eso no me gusta nada.

-Sí. Antes de venir mandé un pájaro. Si no probablemente nos habrían recibido de una manera más...cercana. Por así decirlo. Parece que has llamado la atención del hijo del jefe.- suspira -Esto va a acabar mal.

Avanzáis con la escolta hasta un poblado cercado por muros de madera recia. Las casas del interior son de gente asentada allí por generaciones. Antiguas, resistentes. En el centro de la aldea hay un pequeño mercado. El color azul predomina por todas partes.

Llega un momento que incluso lo ves todo azul...claro que es que Cath se te ha lanzado cual meteoro y te abraza con ganas, su pelo tapa tus ojos. Cuando la separas, ves que sus ropas son las de una vikinga, no las suyas.

-¡Rick! Me alegra tanto verte...¿Y Jason? ¿No estabais juntos?

Al vikingo mirón, al hijo del jefe, no le ha gustado ni un poco el abrazo con Cath.

-Ya lo he notado, ¿tenía que ser precisamente el principito? -que el tío que no deja de mirarme ostente un cargo relevante dentro de la tribu no me gusta una mierda así que procuro no volver a hablar para no llamar más su atención y tampoco le miro. Porque a los vikingos no les iba el rollo gay, ¿verdad? Creo que esos eran otros. Eso espero.

El poblado resulta estar algo mejor organizado y montado de lo que esperaba aunque no tengo demasiado tiempo de analizarlo antes de sentir como se me tiran encima.

Correspondo al abrazo de Cath con ganas, suspirando de alivio mientras la suelto -Como si la ropa que usabas antes no fuera suficiente disfraz -comento al apreciar su indumentaria a modo de broma, después me pongo algo más serio, sobretodo al comprobar la cara de limón amargo que se le pone a Don Observador -Me cago en todo, ¿tenías que ligarte precisamente al hijo del jefe? -susurro a modo de queja, optando esta vez por mantener un poco más las distancias -Jason está bien pero herido, como ya te dije, ha tenido que quedarse en el refugio del que hemos venido -señalo por encima de mi espalda con el pulgar y entonces carraspeo -Algo me dice que no van a dejar que vengas con nosotros por las buenas, ¿verdad? Por cierto, te presento a Adolf, hermano de Von Leuton -arqueo ambas cejas para que se dé cuenta de a quién me refiero.

Parece algo aliviada al saber que Jason está bien dentro de lo que cabe. Y se sorprende al escuchar el apellido de Adolf. Sabes que lo reconoce, pero no lo dice delante de él. Chica lista, no hablar de temas que pueden ser delicados hasta que sepa que le has contado o no. Te mira tras mirar al hijo del jefe.

-Ligar no...es la palabra exacta. No entiendo casi nada de lo que dicen pero creo que me consideran una enviada de los dioses. Una...no se exactamente. Pero estoy algo así como prometida con Ragnar*. No es que se me haya dejado decidir en realidad. En cualquier caso pensé que negarme no sería...sensato. Aunque si llego a saber que harían ir sin bragas con el frío que hace igual me niego...sí, debajo de este vestidito ajustado no llevo bragas. Acceso fácil, supongo. ¿Qué vamos a hacer?

-Uuh... exceso de información otra vez -eso no es nada nuevo tratándose de Cath pero la imagen mental tiene tela -Por favor, si hablas con Adolf evita ese tipo de comentarios, ¿crees que podrás? -no quiero ofender al comandante, por ahora es lo más parecido que tenemos a "nuestro bando".

-Si estás prometida con él es por toda esa historia del pelo azul así que hay que convencerles de que no eres tan divina como pareces, lo siento. ¿No has soñado siempre con llevar un maravilloso rapado? Es muy cómodo -sé que para las chicas eso es como pedirles que se corten una mano, o casi, pero me parece la manera más fácil y rápida de conseguir irnos de aquí con ella sin armar follón -¿O crees que se ofenderían demasiado por sentirse engañados? No te ofendas pero no me apetece demasiado un combate a muerte contra tu prometido, imagínate que gano y nos obligan a casarnos -arrugo el ceño, dejando los brazos en jarra unos segundos -Ah, casi se me olvida. Alex también anda por aquí pero todavía no la he recogido -no es que sea precisamente como ir a buscar a los niños al colegio con el coche. Aunque esa idea me da todavía más miedo.

-¿Alex está bien? No me sorprende...es mucho más dura de lo que parece. Y tranquilo, no hablaré así a ese Adolf. No te pongas celoso.- te guiña. -Pero no pienso raparme. Ah-ah. Agotemos el resto de posibilidades antes de siquiera plantear eso.

Te mira unos instantes.

-¿Por qué ibas a tener que combatir a muerte? Y bueno, si nos obligasen...espero que no hagan eso de comprobar las sábanas a ver si la mujer ha sido desflorada. Porque tendríamos un problema. Así que...¿cual es el plan? Siempre podría intentar acojonarlos creando algo de electricidad o algo así...si no se te ocurre algo mejor.

-Cojones, pues a mí me parece la opción más fácil -resoplo sonoramente cuando se niega al corte de pelo pero era algo que ya esperaba, aunque había que intentarlo.

Después de eso me quedo pensativo, mirando de reojo como Adolf entabla la correspondiente relación diplomática con el clan a pesar de que casi no se entiendan -Cath, diosa de mi corazón, son vikingos. ¿De verdad te sorprende que solucionen los conflictos matándose? Intentaríamos negociar pero si estás prometida no aceptarán intercambiarte por unas simples bayas. Podríamos decirles que en verdad ya estás comprometida pero estoy seguro de que eso todavía les cabrearía más -sería como si Cath se hubiera reído en su cara, que prácticamente es lo que ha hecho, a ver quién es el listo que arregla ahora este desastre -¿Hay alguien capaz de hablar su lengua? -pregunto al comandante acercándome un poco más a él pero lo dudo, teniendo en cuenta lo que me dijo antes.

-Si y no. Han sido 20 años...la mayoría de tensión y combates pero también ha habido acercamientos y algo de comercio...a rachas. Conocemos algunas de sus palabras y ellos de las nuestras. No puedo prometer una conversación fluida pero...sí algo parecido.

-Además, se parece a una mezcla de noruego y danés. Algo se entiende.- añade Cath

El prometido de Cath se acerca y la coge del brazo. No lo hace con violencia, pero sí con autoridad. Le dirige unas palabras e indica una casa. Ella asiente...sumisa. Y te mira de reojo. Pero le obedece y se aleja.

-Estamos jodidos -frunzo el ceño cuando me aclaran que la conversación no va a ser precisamente fluida, como si no fuera suficientemente complicado ya, pero antes de llegar a debatir qué hacer a continuación Barba Azul se acerca para arrastrar a su supuesta prometida lejos de nosotros -¿Cath...? -me sorprende verla tan obediente, casi ni la reconozco, pero algo me dice que lo hace precisamente para no causarnos problemas.

-Adolf, necesito su consejo, usted conoce un poco mejor sus costumbres -no dejo de mirar esa cabaña de reojo, como oiga un grito tendré que pasarme toda la diplomacia por el Arco del Triunfo -Esa chica es la amiga de la que le hablé. En mi tiempo se ha puesto de moda teñirse el pelo de colores estrafalarios y este clan cree que ella es una especie de elegida por eso. La han comprometido con el tal Ragnar y no tengo ni idea de cómo sacarla de aquí sin un combate de esos a muerte que comentó antes -estoy convencido de que él es mucho más listo que yo para pensar una vía pacífica para resolverlo. Demonios, como echo de menos a Alex y Jason para este tipo de decisiones.

Por la expresión de su rostro no hace falta que conteste. Básicamente dice "estamos jodidos". Pero aún así lo hace.

-No es...sencillo eso de negar algo que quiere a un vikingo. Solo los dioses pueden. O alguien de mayor rango que el vikingo en cuestión. Tendrías que convencer al jefe. Pero casar a su hijo con una enviada de los dioses es signo de poder...no lo sé. O convences al jefe realizando una gesta tan importante que te haga más digno que su hijo, o tocará el combate a muerte. Personalmente intentaría no enfrentarme a Ragnar si hay manera de evitarlo. Si lo matas, énfasis en el si, puede que tengas derecho sobre la chica pero eso no cambiará el hecho de que habrás matado al hijo del jefe.

Probablemente no os atacasen pero se acabaría la amabilidad.

-No, no quiero matar a nadie si puedo evitarlo y además parece un buen guerrero, probablemente mejor que yo -sé defenderme usando armas pero un cuerpo a cuerpo a lo bruto y con hachas no es precisamente mi punto fuerte. Me cruzo de brazos y me quedo pensativo unos segundos -Si tuviera algo de tecnología avanzada intentaría impresionarles con eso, es lo que la propia Cath dijo, pero no voy muy sobrado de eso ahora mismo -podría rebuscar entre los restos del barco pero no creo que una linterna cause suficiente efecto -¿Y si consiguiera matar a ese maldito oso gigante? -recuerdo de repente, aunque no estoy seguro de que sea mejor que enfrentarse a Ragnar.

-Desde luego sería una proeza. Tendrías que hacerlo con sus armas, claro. O...con alguna que no conozcan ya. Consideran las armas de fuego como una cobardía. Lo de usar tecnología para impresionarlos tampoco es mal plan...por desgracia carezco de ingenieros cualificados. En la isla tenemos reservas de algunas cosas. Y existe aquí de manera natural algún tipo de mineral bastante conductor. Seguro que alguien con más conocimientos de los que tengo yo sabría sacarle partido.

Te mira, franco.

-Llevamos veinte años aquí y no hemos conseguido salir. Es por eso que te sigo ahora. Que te dejaré hacer y deshacer a tu antojo...quizá eres lo que nos faltaba. Pero no pienses que dejaré que nos traiciones.

-Vale... Todo eso suena a planes potenciales pero lo malo es que no soy el listo del grupo -admito porque estoy seguro de que Adolf es lo suficientemente observador y suspicaz como para haberse dado cuenta hace rato -No tengo ni idea de como impresionarles con un invento que no acabe matándome en el intento pero construir una trampa para ese oso y electrocutarlo sin llegar a usar armas de fuego me parece más viable. Creo que debo de estar volviéndome loco -me seco el sudor de la frente por enésima vez. No me gusta perder el control de las situaciones pero dudo que alguien pueda estar preparado para algo como esto.

-Si colaboramos el uno con el otro el respeto seguirá siendo mutuo pero yo no soy más que un hilo conductor -me halaga que piense que puedo ser la clave para salir pero yo tengo muy claro que esa es Alex. Por el momento no me preocupo mucho por ella porque estando junto al árbol algo me dice que estará bien, o eso espero -Necesito que alguien les transmita como buenamente pueda ese mensaje, que traeré una prueba que demostrará que merezco quedarme con la elegida de pelo azul -esta especie de reto va a tensar mucho las cosas pero espero que sea durante poco tiempo.

Tras unas palabras entráis a la cabaña donde está Cath. Ella parece sentada en un lugar de honor, a la derecha de Ragnar, que está a la derecha de su padre. Del trono de su padre, al menos, pues está vacío. Una mujer con aspecto de guerrera se acerca. Sonríe a Adolf y os saluda en alemán titubeante.

-Bienvenidos ser. Comercio bueno, gente de tubos de hierro cobarde y débil, pero dicen verdad y respetan palabra. Primera vez que ver guapo hombre. ¿Como ser tú?- te habla a ti directamente. Adolf no interviene, quizá por educación o respeto a ella. No le ha ofendido que lo llame débil y cobarde. -¿Qué buscar?- se percata de tu mirada a Cath, pero no muestra agrado ni desagrado.

Observo lo que parece ser la sala del trono de forma analítica. Por un momento creo que tendré que hablar directamente con Ragnar, aunque dudo que esa conversación pudiera ser civilizada, después me pregunto donde demonios estará el verdadero rey del Clan pero parece que tendré que quedarme con la incógnita porque otra mujer se nos acerca. Admito que es un poco difícil ignorar lo atractiva que es pero me esfuerzo en ser profesional porque hay vidas en juego, incluyendo la propia.

-Emmm... Muchas gracias, agradecemos vuestra hospitalidad -no estoy seguro de que vaya a entender la mitad de lo que digo pero hablo despacio para que le resulte algo más sencillo, mirando de reojo a Adolf después de que le haya colgado la etiqueta de cobarde. Menos mal que es un tío sensato y no se ofende por ese tipo de chorradas.

Cuando me halaga me quedo tan aturdido como confundido. ¿Es la primera vez en su vida que ve un hombre que le resulta guapo o se refiere solo a los extranjeros? Supongo que se trata de lo segundo pero decido ignorarlo porque no quiero que acabe distrayéndome -Creo que en realidad sabes lo que busco, eres lista -un poco de peloteo gratuito no vendrá mal -Necesitamos a la Elegida para poder volver a nuestra tierra pero no queremos arrebatárosla, somos amigos. Estoy dispuesto a demostraros que somos más dignos de su... fortuna -es difícil hablar de esa forma, seguro que Cath se está descojonando por dentro.