Partida Rol por web

La respuesta no era muy halagüeña, insinuaba que ella era la anteúltima peor opción. Drussilla frunció el ceño. 

-Oye, eso no fue nada cortes, eh?. Aparte, no quiero hacer de niñera. Tenemos a toda esta gentuza por aquí que hay que vigilar…

Señala con la cabeza hacia los encapuchados de Bronn, que tan mala espina le traian. Recordaba perfectamente lo que habían hecho durante el ataque a los Cliffton.

Mientras están en eso hablando, Marcus sale, apenas un minuto o dos después que se hubieran retirado. Enseguida empieza a llamar a los soldados de la guarnicion para reunirse en el patio. Tardaran unos minutos, pero sin duda pronto estaran disponibles para escucharlo. En el interin, el también ve a sus dos sargentos hablando en un aparte no muy distante.

 - Marcus quiere a una mujer en quien se pueda confiar para custodiarla, y a quien no pueda seducir, y, sin Tayla, solo quedas tú. Normalmente no te pediríamos algo así, eres una guerrera, no una nodriza, pero eres la única persona en quien podemos confiar... - Le expliqué, tratando de calmarla y que no se sintiera ofendida.

Me voy a la guerra - dijo cortando la conversación por lo sano - seréis mis máximos representantes aquí y no hay discusión posible. Necesitó que hagáis un buen trabajo, me tengo que llevar a cien de nuestos hombres, si el plan de Bronn sale bien, podemos dar un giro enorme a la guerra. Drussilla, menos aires por favor, ahora estamos todos bajo las ordenes de un Lord y tenemos que intentar que esa mujer no desestabilice toda esta región, como ha hecho hace una hora, así que os lo pido desde ya, sino queréis que el fango os ahogue con una revuelta, vigiladla día y noche ¿de acuerdo? ahora, tengo que ir a preparar a las tropas que me llevaré conmigo, seguid reclutando y entrenando a la gente del pueblo

Bien, eso era toda una sorpresa. Ahora si que Marcus sonaba como un capitán…  tendría que decidir si eso le gustaba o no. Por lo pronto, no obstante, si se marchaba a la guerra… No, no necesitaba esas recompensas. El burdel estaba funcionando excelente. Pronto, si las cosas se resolvían, podría retirarse y vivir como una mujer rica el resto de su vida. Habria que aguantarse perderse algo de diversión.

-No me gusta quedarme fuera de la fiesta. +admitió sin tapujos+ Las cosas también se solucionarían si nos sacáramos de encima a esa muchacha. Pero bueno, como quieran. Me hare cargo mientras aparece Tayla. Mas te vale encontrarla si vas al pueblo o simplemente atare a nuestra damita a la cama, Gaheris. Tal vez la han tratado demasiado condescendientes y por eso se soltó como paso en la plaza.

 Le dediqué a la dama una sonrisa:

 - Me gustaría ver eso... Bueno, me voy, trataré de encontrarla lo más rapidamente que pueda para poder librarte de esa carga cuanto antes. - A continuación me dirigí a Marcus. - Me llevaré a unos cuantos hombres para que me ayuden a buscarla más rápido. Además, no me fío demasiado de nuestros "invitados" como para ir solo, sobre todo después de la revuelta...

Drusilla asintió y se despidió con un gesto, para regresar al castillo e ir a encargarse de la “malcriada”, dejando a solas a Gaheris y Marcus.

Las tropas de este último acababan de reunirse. Se notaban huecos en las filas, sin embargo; no todos los soldados habían regresado de la ciudad. Ahora mismo, faltaban casi una cuarta parte de las tropas totales. Y una vez el libidinoso soldado hubiera elegido unos cuantos mas para irse al pueblo a buscar a Tayla, serian todavía menos. Una vez el centenar estuvieran para salir, los restantes no estarian disparejos en numero a los hombres de Bronn, que miraban el patio en silencio, formados cerca de sus caballos mientras esperaban a su señor.

Gaheris, reune a todos los que se hayan ido a fuera, cuando estemos todos listos, procederé a informar a nuestros hombres de su nueva misión... - le pidió a su camarada mientras él mismo se centraba en ordenar sus pensamientos de cara a la batalla que se acercaba a cada minuto que pasaba.

 Asentí, antes de hacer lo que me había dicho...

Pese a la buena voluntad para cumplir la orden, esto podría tomar horas. Todos los que faltan es porque no han vuelto desde lo ocurrido en el mercado. La espera de Marcus será larga, y mientras el día avanzara hacia la noche.

Mucho antes de eso, los hombres empezaran a ponerse inquietos. ¿De que va todo esto? Como si la jornada no hubiera sido ya bastante mala, estar de plantones no ayuda a la moral.  

Pese a la buena voluntad para cumplir la orden, esto podría tomar horas. Todos los que faltan es porque no han vuelto desde lo ocurrido en el mercado. La espera de Marcus será larga, y mientras el día avanzara hacia la noche.

Gaheris, quien debe cumplirla, no la tiene fácil ciertamente. Apenas aproximándose al poblado, es visible que el mismo se encuentra rodeado por patrullas de Bronn. Las tropas Parren al menos respetan sus colores y les dejan pasar. Aparte, no suponen una amenaza, eso queda más que claro; los superan en número abismalmente.

Entrar en el poblado tampoco es agradable. Las calles están desprovistas de su habitual jolgorio. La gente se ha encerrado, como si estuvieran sitiados, lo cual es cierto en alguna forma. La peor parte es pasar por el mercado. Entre los tenderetes destrozados se ven varias docenas de cuerpos pisoteados, cortados o victimas de las saetas. No hay distinciones de edad o genero. Puedes ver a una mujer, con la cabeza reventada por el casco de algún caballo pero reconocible en las prendas, todavía abrazando a un pequeño niño con las entrañas abiertas.

Igual que antes con los Clifton, no hubo ninguna piedad con los agitadores.

- Marcus... antes de partir creo que seria prudente que saques a los hombres de Bronn del castillo. Si se les ocurriese algo no se si podríamos pararlos... Mis hombres están atentos, a cualquier señal los pueden llenar de flechas, pero no podremos pararlos a todos. ¿Sería aquello una trampa del mercenario para desguarnecer el castillo y tomarlo?

 Miré horrorizado la horrible imagen, sin saber como reaccionar. Una cosa es atacar hombres armados, aunque sean con herramientas de labranza, ¿pero esto?. ¿Que amenaza podrían suponer una mujer y su hijo?.

 Busco algo con que cubrirlos, ya sea una manta o un toldo, y me quedo unos momentos a su lado, rezando a los Dioses por sus almas. No soy un hombre piadoso, pero alguien tiene que hacerlo...

Tras aquel pequeño acto de piedad, todavía queda el tema pendiente de tu misión. Ambas de ellas.

¿Por donde y como empezar? Si es por tu mujer, la granja queda afuera, ergo deberás abandonar el pueblo. Si, por otro lado, empiezas por intentar encontrar a los soldados faltantes, habrá que quedarse registrando el poblado casa por casa.

 Salvo algunos tristes casos que se han unido a los aplastados en la brutal represión, como puedes adivinar tras mirar un rato los cuerpos, aunque son muy pocos.

 Me apresuro a buscar a alguno de mis hombres, en cuanto encuentre algunos, le encargaré buscar al resto y a la criada, antes de irme rapidamente a la granja.

Frunció el ceño ante la propuesta de Drussilla - no puedo hacer eso, aunque sean sus hombres, mañana partimos a la guerra y no voy a dejarles tirados, la moral es importante, por mucho que odiemos a Bronn, es nuestro aliado y hay que tratarlo bien, lo prefiero así que de enemigo... ya has visto como se las gasta - luego, se dirigió hacía sus tropas, las que quedaban en el castillo. No iba a permitir que nadie más saliera de la fortaleza.

 - Se nos ha encomendado una misión, una misión de terrible importancia y que estaremos todos ahí para cumplirla. Mañana* partiremos junto con Lord Bronn para acometer un asalto por sorpresa a uno de nuestros enemigos jurados - su voz sonaba clara y firme - yo mismo os lideraré, a cien de vosotros que harán justicia del compromiso del señor del maizal. Os prometo que saldremos victoriosos, y, que cuando volvamos, habrá comida y mujeres para todos los valientes. ¡¿Entendido?! 

Si Marcus esperaba un coro de aullidos y gritos salvajes de emoción, quedo decepcionado. En realidad, la tropa no vario mucho su actitud, salvo por algunos sies y muchos golpes sobre los escudos por parte de la infantería, demostrando que las ordenes estaban recibidas.

Los soldados no tenían la mejor moral tras la derrota de hacia algunos meses, pero tampoco estaban decaídos. Ciertamente, no habían sufrido muchas bajas y habia sido una derrota facilmente asimilable, muy superados en numero; asi que simplemente, su ansia de batalla había sido temperada por una cautela moderada. Hasta no saber mas sobre el enemigo a enfrentar y las condiciones, cumplirían las ordenes, pero se harian ilusiones de gloria o riquezas... 

Encontrar uno no resulta nada fácil; en las calles no se ve a nadie salvo patrullas de Parren. Sin embargo la suerte te acompaña y logras divisar finalmente a un arquero, escondido en uno de los tejados, justo cuando se asoma a controlar la zona. Debe ser uno de los que se destacaron hacia el final.

Se le ve más aliviado al comprobar que no son enemigos.  Bajo esa premisa consiente en buscar a los que pueda. Tras lo cual quedas libre para ir hacia la granja.

El trayecto se hace largo pero finalmente la divisas. Realmente no esta tan lejos del pueblo en si, pero cuando el tiempo apremia… Sin embargo, al llegar, encuentras el lugar en silencio; solo los cloqueos de las gallinas y el ronquido de un cerdo lo perturban. La casa esta como siempre, pero no parece haber nadie en ella, ni tu… mujer, por así decirle, ni tus suegros o cuñados. Todos debieron estar en el evento del Mercado, más ninguno ha regresado.

 La llamo a voces, por si acaso se encontrasen escondidos. En caso de no recibir respuesta o no oigo nada, volveré al mercado, a preguntar a algún lugareño...

Nada, tus gritos solo perturban un poco a los animales, pero de la granja en si, ninguna respuesta...

En silencio toca regresar al pueblo. Pero la situacion en el mismo no ha cambiado. Ahora puedes ver que del lado Norte, afuera, acampan varios centenares de tropas. Adentro hay facilmente otro par de cientos mas, imponiendo lo que Bronn entiende por orden marcial sobre los civiles.

Resumidamente, no ves aldeanos fuera de su casa, no que esten en condiciones de hablar cuando menos, salvo con los dioses. Las unicas excepciones son la posada del viejo Ogham, (la cual tiene sus ventanas abiertas y se escucha musica proveniente de dentro, mientras entran y salen soldados bebiendo) y el burdel de Drusilla, cuyas chicas hacen lo que mejor saben para que las dejen en paz, es decir, complacer a las tropas "visitantes". Pero por todo el resto del Maizal, se extiende un tenso silencio.

 Me acerco a la la posada del viejo Ogham, esperando ver a algún conocido, o al menos que su dueño sepa algo de quienes estoy buscando...