Partida Rol por web

Dejasteis atrás a buenos guerreros, Karcos en particular se había mostrado un excelente espadachín, y Tirios había resultado de ayuda, ahora solo quedaban Eralissa, Akeelah, y una sombra de los que había sido el arrogante Norwan, con un guerrero al que no habíais visto luchar, pero en el que no teníais depositada una gran esperanza.

Pasasteis al lado de la tumba de Cyrill y le presentasteis vuestros respetos, había muerto luchando fieramente, pero el enemigo lo había hecho mejor. Llegasteis a las murallas de Nightshade al atardecer del día siguiente de dejar Valleprofundo para encontraros con la muralla custodiada por unos guardias completamente nuevos. Su uniforme era elegante, siguiendo los patrones de estilo élficos, con tramos blancos y otros de tonos azules intercalados, no llevaban pesadas armaduras, sino otras más ligeras cuero.

Las puertas comenzaron a abrirse cuando llegasteis a las puertas y dos guardias salieron a recibir al grupo que pretendía entrar en la ciudad.

El rey nos ha declarado la guerra al gremio de los magos, por lo que se ha decretado el estado de emergencia en la ciudad y es ha impuesto la ley Marcial. Podéis entrar libremente en los arrabales y en el distrito comercial, el paso al distrito militar está restringido. La ciudad está ocupada por los hijos del hielo, el ejército de magos de guerra creado por Gandalf Vintur, y que ahora dirige Pterios Dranor. Se hicieron a un lado y os dejaron pasar.

Durante todo el viaje de vuelta Akeelah estuvo pendiente casi exclusivamente de Abigail, incluso utilizo a la noche un conjuro que el que creo numerosas y fantásticas ilusiones mientras contaba una pequeña historia, un cuento infantil de cuando ella era pequeña “Aladín”(ya que vive en un desierto XD.) le prestaba casi toda su atención,salvo cuando leía aquel rollo enorme hecho de pergamino que era su libro de conjuros, pero hasta en esas ocasiones Abigail estaba a su lado acompañada y vigilada por el familiar de Akeelah, aquel extraño lagarto.

Cuando al fin llegaron a Nightshade, comprobaron que efectivamente la ciudad no pasaba por su mejor momento, solo tuvieron que escuchar las palabras de aquel soldado, les habían avisado de que entraban en una ciudad en guerra. Akeelah dio un paso adelante con Abigail detrás de ella – Soy maga, y mis compañeros no son simples guerreros, que tramites debemos seguir para entrar en el distrito militar? Y a la torre del archimago?

Lo siento, pero el paso al distrito militar solo está habilitado para los miembros de los Hijos del Hielo, ni siquiera los magos del gremio pueden entrar si no es por una orden directa del alto mando de la torre. Quienes tenían sus hogares u oficios en el distrito militar han sido trasladados y compensados por el desalojo. - Con su tono intentaba convencerte de que no intentaras entrar. 

Los libros de la biblioteca no mágica se están trasladando a la casa comunal para que estén a disposición de todo el mundo, mientras que se fortifica el distrito militar para servir como refugio y almacén en caso de asedio.

-gracias por la aclaración, sólo una pregunta más y le dejó que siga con su trabajo, el nombre de su superior, tenemos información que dar después de instalarnos.-Akeelah dejó de prestar atención al soldado unos segundos, se agachó, y le hablo a Abigail.- recuerda esto pequeña, trata siempre con educación a la gente, los buenos modales nos distinguen de los animales, si tratas a la gente con educación recibirás educación y más respuestas. Akeelah volvió a prestar atención al soldado, y lo miro con mirada severa, esperando que le diera el nombre que le pedía y por supuesto con educación, era una mirada que exigía al soldado hacer lo que le había dicho a la niña que haría.

La organización de los Hijos del Hielo es simple, nuestro único superior es Pterior Dranor, y el consejo de los doce en su ausencia -  el guerrero hablaba serio pero en ningún caso rechazaba una pregunta de nadie, y mucho menos de una maga - entre los guerreros no tenemos superiores, nuestra disciplina nos hace iguales, hermanos... Pero si lo que quieres es que tu información no caiga en saco vacío lo mejor es que hables con Alana, la encontrarás en la reinagurada taberna de el Ciervo y el Arco.

-Gracias por la información hijo del hielo,que Shapas te bendiga a ti y tus hermanos con una vista aguda, unas manos diestras y una mente despierta- luego miro a sus compañeros y les pidió continuar hacia el distrito mercantil

El viaje de vuelta no tiene más sobersaltos. Akeelah se ha mostrado especialmente cariñosa con Abigail, como si el haberla liberado le haya hecho sentirse responsable de ella. Su actitud es bastante inesperada, pero a Eralissa le agrada ver como el habitual caracter serio de la maga parece desaparecer cuando habla con la niña. En los únicos ratos que necesita estar sola para estudiar sus conjuros, es ella quien se encarga de vigilarla junto con el lagarto que siempre acompaña a Akeelah. Norwan permanece callado casi todo el viaje, sin su habitual sentido del humor. Algo le pasa, y parece preocupado. Aunque a veces era un poco bocazas, hecha de menos sus historias.

Cuando por fin llegan a Nightshade, un mago les recibe explicándoles la situación en la ciudad. En esta ocasión es Akeelah quien habla, y a juzgar por como lo hace parece lo más apropiado. Una vez dentro, caminan unos pasos y se para en seco para hablar con sus compañeros.

- Necesito encontrar a Ammaranza - dice con gesto serio - Se quedó en la ciudad para buscar información importante, y después de lo que ha pasado aquí me preocupa que le haya podido pasar algo. No tengo ni idea de donde puede estar, pero la última vez que nos vimos estaba en el dragón oxidado - agacha la cabeza para mirar a Abigail, sonriendo ampliamente - Además tal vez Tymora pueda echarnos una mano con nuestra pequeña amiga

Pero la posada de Tymora estaba en el distrito militar, seguramente lo mejor será ir al Ciervo y el Arco y empezar a buscarla en otro sitio... es posible que alguien conozca el paradero de la muchacha, no es alguien que pase desapercibido fácilmente.

Por un momento os dio la impresión de que un mudo había hablado de repente, os sorprendió la intervención de Norwan, pero no le disteis mucha importancia.

- Tienes razón Norwan, no recordaba que estaba en ese distrito - frunce el ceño al escuchar las palabras de su compañero, que por un momento parece haber vuelto a la normalidad. No conocía la ciudad lo suficiente como para saber donde estaba ubicado el dragón oxidado - Entonces vayamos a ese otro lugar y preguntemos por Alana. Si Ammaranza ha descubierto algo es posible que también haya acabado allí

Akeelah caminaba con la pequeña Abigail de la mano, ella si sabia donde se encontraban el dragón oxidado gracias al Tour que le había hecho Karcos de la ciudad, era uno de los motivos por los que había preguntado la forma de entrar al distrito militar. Akeelah asintió a las palabras de Eralissa y continuo caminando de la mano de Abigail rumbo al ciervo y el arco

Camináis por los arrabales hasta llegar al barrio mercantil, y luego buscáis el ciervo y el arco, allí donde creíais que éste se encontraba. En una callejuela perpendicular a la calle mayor, encontráis unas pequeñas escaleras de piedra que conducen a una puerta, grabada con dos enredaderas que ascienden por la puerta hasta separarse para dejar paso a un ventanuco desde el cual se puede ver el interior de la posada.

Es una posada típica de los aventureros, con una decoración basada en la naturaleza y el arte élfico. El suelo está cubierto por una rojiza capa de madera de roble rojo, abundante en la llanura que precede al Cerro del Lobo. Una madera muy resistente, sin tratar a penas, con un aspecto muy natural. Las paredes son de sólida roca extraída de las canteras del cerro, una roca de un color gris blanquecino, exquisitamente talladas por las manos de los enanos. Hay cuatro columnas, gravadas con la forma de enredaderas, abundante en dibujos de hojas con tres  puntas.

Existen una serie de mesas y una barra, tras la cual se encuentra una estantería llena de licores, todas hechas con el mismo tipo de madera y la misma decoración de la puerta y las columnas. En la pared tras la barra hay un arco de origen élfico, de un tamaño importante. Es un gran arco compuesto, para los ojos de un experto sabría que está hecho para un aporte mayor de fuerza.

El tabernero, Vâster Rilf, era un alto y fuerte elfo salvaje, antiguo amigo de Garl Tum, que había sido asesinado por los garras rojas. Para vuestra sorpresa, al entrar os encontráis que al otro lado de la barra está Tymora, que había dejado el dragón oxidado para quedarse con el Ciervo y el Arco, su imagen había cambiado un tanto, pero era inconfundible. 

En la misma barra había una mujer con el mimo uniforme que habíais visto muchas veces durante vuestro paseo por la ciudad, el uniforme de los hijos del hielo, luego probablemente se tratara de la Alana de la que os habían hablado.

Akee, esta  casa es muy bonita, me gusta mucho, ¿podemos quedarnos aquí un rato?. - La niña había estado muy silenciosa desde la salida de la aldea y solo hablaba cuando Akeelah le preguntaba, pero entonces le salió la niña que tenía dentro de nuevo.

Norwan entró en la sala cabizbajo, llevaba un rato sin haber vuelto a abrir la boca. Llevaba todo el camino reconstruyendo lo sucedido en el combate del pueblo y parecía que algo comenzaba a fraguarse en su mente. Tal vez Tempus sólo lo ponía a prueba ante retos más difíciles como forma de penitencia ante su destierro. Matar caraperros no era sin duda algo muy digno en comparación con gestas anteriores y estar luchando codo con codo con una traicionera maga no hacía más que poder enfurecerle. Había de reconocer que las mujeres habían luchado bien, aunque no tan bien como lo habría hecho el si Tempus le hubiera dado sus dones y jamás lo admitiría ante ellas pues sólo eran mujeres. Ahora tras unas noches replanteándose las cosas se dispuso a recomponerse, pues su siguiente batalla sería la que le definiría si su dios le había abandonado o le ponía a prueba. A fin de cuentas había conseguido eliminar a una magacaradeperrohembra y no había cosa más incongruente ante las leyes de Tempus que eso.

Cuando entraron en la taberna, no pudo por menos que quedarse mirando el arco. Pues este era sin duda de buena fabricación y con el se podría dar muerte a los enemigos. - Por Tempus que con ese arco podría matar un jabalí a la primera flecha. - Su voz volvía a ser animada y parecía que la tristeza comenzaba a evaporarse de su cuerpo. Se acercó a la barra - Dime muchacha, que tal tenéis la cerveza en este tugurio? pues como me la des aguada necesitarás de ese arco para protegerte. - Añade ante con un guiño y terminando con una carcajada. Una mujer dirigiendo una taberna... debía ser de fuerte carácter, tal vez mereciera la pena para el gran Norwan.

-por supuesto que si, además nos vendrá bien comer algo caliente , y seguro que en un sitio tan bonito tienen buena comida.- contestó Akeelah a la pequeña con una pequeña sonrisa debido a que era la primera vez que hablaba por si misma sin que se le preguntará nada. Entonces la estruendosa voz de Norwan lleno toda la taberna, parecía más animado por desgracia para todos. Al menos tendrían un guerrero más, aunque se le fuera la fuerza por la voca al menos era mejor un guerrero que un pelele.

Akeelah se acercó a la barra seguida de Abigail, y la subió en un taburete.- buenas tardes Tymora , creo que ha habido mucho ajetreo por aquí estos días, dime, hay alguna habitación libre? Podrías prepararnos algo para merendar? Akeelah mi o a la pequeña Abi. - está ea la señorita Tymora, es una excelente tabernera.- Luego Akeelah se quedó a la espera , a ver si Abigail se presentaba.

Norwan, reserva tus groserías para el combate - Tocó el hombro al guerrero para pasar por su derecha y continuar hacia la barra, donde tomó asiento - Para mí, cerveza y algo para comer, preciosa.

El guerrero al que habíais rescatado en la villa se había convertido en uno más del grupo en vuestro trayecto de vuelta, siempre pensando en viajar hacia Tonfalia para tomar venganza y ayudar a la gente contra los gnolls antes de de que sea demasiado tarde.

Tymora le puso primero una jarra de cerveza a Herne, y luego a Norwan, mas para Akeelah puso una copa de vino, la misma que había pedido la maga cinco días antes, el el Dragón oxidado. - No hay problema en cuanto al espacio, la gente no quiere hospedarse en la ciudad tras la declaración de guerra del rey... - Sacó un sobre de un bolsillo y lo tendió hacia Eralissa. - Ammaranza me dio esto para tí

La carta dice así.

Hola Ammaranza y Eralissa.

No parece que hayáis llegado a la ciudad en el mejor momento, espero que os encontréis bien. En estos momentos Dartos y yo con Artas y un buen número de hombres, nos dirigimos hacia Alwin. Artas quiere entrar en los Capas blancas junto a los veinte hombres que nos siguen, nosotros buscaremos fortuna en Alwin, si os decidís a venir, buscar a Artas con los capas blancas y el os dará nuestro paradero.

Geralt.

Seguí su camino, la ciudad se ha vuelto peligrosa, espero poder vernos de nuevo muy pronto. 

Ammaranza.

Cuando los Garras Rojas entraron en el distrito militar, leí la carta para memorizarla y quemarla, y que no os trajera problemas si los Garras Rojas la encontraban, pero cuando iba a quemarla apareció Elara en mi posada con veinte hijos del Hielo - Dijo señalando hacia la mujer que el guardia os había indicado - anunciando la caída de los enemigos.

Es muy probable que Ammaranza esté aún en Tonfalia, una villa cercana, a poco más de un día de camino a pié, está en la ruta a Alwin y hace poco que empezaron las fiestas de la villa, quizá decidiera quedarse allí un tiempo.

Akeelah dio un pequeño sorbo al vino y miro a Eralissa. -Si tu amiga esta en Tonfalia, esta en problemas.- Luego hecho un vistado a Abigail para asegurarse de que seguía sentada donde la había puesto, Akeelah la vigilaba continuamente preocupada, tras ver que seguía allí esperando a que Tymora le pusiera algo de comer, se acerco a la tal Elara, dejo la insignia de los garras roja que habían conseguido de los gnolls en la barra, y se presento.- Soy Akeelah ,fui con este grupo de personas a solucionar un problema con unos gnoll en Valleprofundo, y hemos descubierto algunas cosas, me han dicho que hable contigo