Partida Rol por web

Sigues caminando por el bosque cuando una densa niebla te rodea. Es extraña porque sientes que revitaliza.

Hank se concentra y una esfera de fuego sale de su mano situandose sobre la imagen de su compañera.

Quivalen se ve sorprendida por la esfera flamígera y grita dolorida por las quemaduras que recibe.

¡Eres un estúpido y te lo voy a demostrar!, replica enfurecida mientras se aparta a un lado y lanza un conjuro. En cuanto toca a Hank con su mano, el humano siente como sus facultades mentales se ven mermadas considerablamente.

Hank siente como sus facultades se ven mermadas pero su empuje le hace sacar su espada y lanzarse a por su enemigo fuera de si asestando un golpe a la imagen de su compañera.

La espada corta dolorosamente a Quivalen.

Tengo todavía muchos recursos, humano, replica la elfa sin amedrentarse. Retrocede cinco pies y con unas palabras tres proyectiles de energía arcana se estrellan contra Hank.

Hank hace que la esfera impacte de nuevo sobre oponente y a la vez da un paso para tenerlo al alcance de su espada asestando un nuevo golpe.

Quivalen esquiva la esfera y la espada con habilidad. Pronuncia un nuevo conjuro y trata de tocar a Hank con su mano, pero no lo logra.

Hank vuelve ha mover la esfera para tratar de volver a impactar sobre su compañera a la vez que intenta golpear con la espada tras avanzar un paso

Quivalen no logra esquivar la esfera y está ya muy maltrecha. En un intento desesperado, trata de tocar a Hank con su mano que centellea electricidad, pero no lo consigue. El esfuerzo es demasiado para ella y cae al suelo inconsciente.

Hank suelta un bufido de descanso tras lograr librarse de su oponente. Cuando la ve en el suelo trata de identificar si es su compañera y si puede ayudarla.

Le das la poción y ella se recupera, sonriéndote... en tono de burla, pues vuelve a tratar de alcanzarte con su conjuro eléctrico, que ha reaparecido en su mano. El shock te resulta muy doloroso y cuando tratas de reaccionar, ves que su cuerpo está carbonizado y se convierte rápidamente en polvo.

¡Nunca serás un mago!, escuchas como si fuese un susurro que lleva el viento.

Hank se levanta dolorido por el daño recibido y sigue andando hacia delante.

Sigues caminando y pierdes la cuenta del tiempo que pasa.

Sigues caminando, aunque no sabrías decir si durante minutos u horas. En un momento dado, llegas a un claro. Por el lado contrario, al mismo tiempo, entra un humano: Hank.

Sigues caminando, aunque no sabrías decir si durante minutos u horas. En un momento dado, llegas a un claro. Por el lado contrario, al mismo tiempo, entra una elfa: Quivalen.