Partida Rol por web

-Yo.....no tengo nada que agradecerte. No entiendo porque quieres salvar a alguien como yo..

Cuando acabó aquello, el rostro de una muchacha rubia se giró hacia Shapiro, observándola con curiosidad.

-Y tu... ¿Quien eres?

-Yo vengo con él, no lo golpees mucho ya sabes, que solo puedo pegarle yo de momento

Hizo un gesto con la mano, como para aligerar la tensión en el ambiente.

-No tengo ganas de agresividad, ya bastante con escalar ahí afuera.

Alzó una ceja, con deje caprichoso.

-¿Ah, si?

Su mano se volvía a alzar, sin mirar al lugar en el que apuntaba. Poco a poco observó como el muchacho era levantado en el aire y traido hasta ella. Poco a poco fue cerrando la mano. A medida que hacía aquello, el muchacho perdía poco a poco la respiración, llevandose las manos al cuello de manera instintiva, reteniendo un gesto de dolor.

La muchacha, sin embargo, la seguía observando, divertida...

-¿Ves? Yo puedo jugar con el...

-Escucha hechicera o lo que prefieras que te llamen. Encima que tuvimos el trabajo de llegar hasta aqui a decir hola, porque si miras por la ventana no hay escalera o alguna comodidad a la que andes acostumbrada, no digo que recibas visitas con los brazos abiertos. Pero te recomendaría que lo bajes y lo dejes quietecito, y si aún te quedan ganas de jugar te metes con alguien de tu talla.

Se llevó las manos a la nuca con gesto en apariencia distraída. Sin embargo su mente volaba, calculando posibilidades. Se hallaba relativamente cerca, si reaccionaba rápido ante algún movimiento de hostilidad podría usar la espada a modo de azote, aún con restos de veneno según recordaba. Claro, esto suponiendo que no fuera tan ágil. Aquella mujer le transmitía un aspecto delicado, sin embargo no podía fiarse de algo así...

-Por supuesto, mujer...

Comentó, con una sonrisa en el rostro... suelta al muchacho, que cae al suelo, algo dolorido,volviendo a recuperar la respiración. Mas esto no duró demasiado, puesto que un gesto de la muchacha hizo que Yreth se aproximara como si de una roca se tratase contra Shapiro, empujándola hacia atrás, casi cayendo de la ventana abajo.

-Quitaos de en medio, no me aburrais...

Comentó, con una sonrisa cansada.

-No...al menos me habeis sacado de aqui. Os perdonaré la vida... Si os vais ya.

De acuerdo, aquello si le había enfadado considerablemente. Solía ser poco temperamental a la hora del trabajo, pero las contadas veces que se dejaba dominar por sentimientos había descubierto instintos alarmantes. Si normalmente procuraba adivinar el movimiento ajeno a su alrededor, en ese estado era raro que fallara en sus cábalas. Aguantó al muchacho, y lo hizo a un lado con rapidez, pero sin brusquedad. Aquello era la distracción perfecta, segun sus cálculos.

Uno de sus pies se había colocado en la pared bajo la ventana, apoyando la planta en la misma. Sacó el cuchillo de su funda a la velocidad de un relámpago, y tras un giró del mismo en su mano, que poco tardó mas de un segundo emprendió un contraataque.

Inclinandose hacia adelante, se impulsó para salir casi disparada hacia aquella mujer. Una sola herida bastaría para sus propositos. Si lograba infectar la sangre del veneno, dudaba que pudiera curarse por si misma, y si quería el antídoto tendría que callarse y acatar al menos por un rato.

Si pensaba que sería tan sencillo, era una ilusa.

La muchacha sonrió al ver a aquella mujer morena. Su mano se dispuso frente a la misma. Cuando casi la alcanza, tensó tal brazo generando una onda de choque que golpeó a la muchacha ferozmente en toda su anatomía, tirándola al suelo de nuevo.

-Vamos... ¿No tienes nada mejor?

Comentó, caminando hacia ella con aire resuelto..

-Jodida bruja

Se apoyó con una mano en el suelo para evitar golpearse demasiado. Había perdido el agarre del cuchillo, pero no perdíó nada de tiempo en buscarlo. Apenas hizo contacto en el suelo, es decir, con un punto de apoyo dirigió una ágil patada al reverso de la rodilla. Si había calculado correctamente, esto haría a la mujer caer mas o menos arodillada o al menos fastidiarle en algo.

Hay que hacer algo con esas manos, y de forma urgente.

Todo dependía de lograr que apoyara una de estas en el suelo.

La muchacha la miró, divertida. Cuando se dió cuenta de lo que le hacía, era demasiado tarde, aunque era lo suficientemente inteligente como para colocar una mano y con la otra inutilizar la de ella con otra onda de choque que inevitablemente hizo volar el arma a unos metros mas allá. Ahora la rubia se encuentra casi encima de la morena, agarrándole la muñeca de la mano con la que había cogido el arma, mientras que la otra buscaba inutilizar la otra mano...

Los ojos destellaron un segundo con malicia. Ya había conseguido llevarla a su propio juego. Luego, llevo a cabo una maniobra que, pese a ser poco ortodoxa le había valido una enorme ventaja en algunos casos, mas que nada porque nadie que se considere cuerdo se la vería venir.

Deslizó la mano, que en breve sería inmovilizada aprovechando los ultimos segundos de libertad de la misma, y agarró sorpresivamente la cabellera dorada dando un fuerte tirón de la misma hacia atrás. Esos preciosos segundos fueron lo suficiente como para conectar un buen rodillazo en el estómago, mientras que sin perder agarre de su sitio buscaba ahora ella la mano de la hechicera, con intención de torcer el brazo a la espalda.

La cabeza de ella cedió, dándose contra el suelo algo bruscamente y dejando escapar un pequeño alarido de dolor, aunque retira la mano a tiempo para detener el rodillazo, con la mano allí. Había conseguido ventaja con respecto a ella, cierto era, pero aún no la conseguiría detener.... Se colocó encima de la chica, o trató de hacerlo, colocando una pierna del otro lado del tronco de ella (Suponiendo que estás tumbada o semi-tumbada.) y tratando ahora de zafarse del agarre con ambas manos, una vez que se estabiliza encima de ella..

-Joder, mira lo que te sacas por venir a hacer la caridad de sacar a alguien de su celda...- masculló mientras seguía enfrascada en su propia lucha.

En esa pocisión no podía usar la espada de ninguna forma y había perdido de vista el cuchillo, aunque echó una odeada a sus costados por si aún había posibilidad de recuperarlo. La fuerza de un solo brazo no alcanzaba para frenar la voluntad de dos manos tironeando de ella, pero el agarre al cabello lo complementaba, mientras mas jalaba su brazo, mas se producía dolor ella misma. Estaba obstinada con no soltar ese cabello aunque terminara arrancandoselo. Tenía que intentar cambiar aquella y de preferencia pronto, por lo cual llevó una mano al cuello agarrando firmemente, no con intención de extrangular, sinó de invertir las pocisiones.

No se pudo percatar de que la muchacha colocaba su mano en el cuello, girándola y ahora siendo Shapiro quien estaba encima de ella, mientras que la chica seguía tratando de soltarse del agarre de su cabello...

-Suelta!

Se aseguró de colocar ambar rodillas encima, haciendo peso juntas para que solo pudiera concentrar sus energías en respirar de forma decente.

-Ehh, que no soy yo quien emprendió pie de guerra, ya quieta. Es un poco dificil hacer equilibrio aqui arriba, y considerando que mis puntos de apoyo son tus costillas y tu garganta no me estaría moviendo mucho. Pero mira, hagamoslo mas interesante.

Mientras la mano que sujetaba el cabello se encontraba bien dispuesta contra el suelo, para mantener la cabeza allí, la segunda pasó del cuello de la hechicera a la empuñadura de la espada. Buscó colocar el filo en la muñeca de la misma, pero ahí la dejó. Iba calmando su ímpetu, aunque hace cinco minutos no hubiera dudado en atravesarle la mano, y aún estaba dudando de aquella desición de no hacerlo. Finalmente dejó el agarre del cabello, solo para mantener controlada la única palma libre de aquella mujer.

Por primera vez se percató de que no le había prestado atención a Yreth desde entonces, echo un leve vistazo alrededor, buscandole ahora que podía, aunque sin perder demasiado el detalle de lo que esta hacía.

Se encontró con la mirada del muchacho, satisfecho, a un lado, ahora cruzado de brazos y con la espalda apoyada en la pared....

La muchacha seguía tratando de zafarse, aunque con menos ímpetu que antes, sabiendo que se jugaba ser atravesada por una espada, con el dolor que eso traia.

Shapiro pudo observar como la mujer abria la mano mas y el acero de la espada poco a poco se iba oxidando....

-Que eso es una espada de plata, ¿sabes la pereza que da conseguir una? De todas formas el filo no se le va a quitar y oxidada va a doler mas.

Luego dirigió otro comentario al muchacho.

-¿Y tu vas a hacer algo o que?

Se mantuvo firme en su sitio, sin moverse ni un músculo.

-Ya está controlada por ti. Acaba el trabajo.

Comentó, sonriendole, aun de brazos cruzados, mirándola fijamente..

Poco a poco y para su sorpresa, la espada comenzó a caer en pedazos, rota por el óxido, mientras que la muchacha sonreía...

-Y asi de casualidad...¿recuerdas que supuestamente había que salvarla según tu? Contando que casi te mata y de milagro aún tiene dedos, no se si eso siga en pie todavía.

Frunció el ceño y golpeó la mano, en concreto los dedos, con la empuñadura que aún sostenía del arma antes de sujetarla ahora de forma normal.

-Ya se feliz, me jodiste un arma a la que le tenía mucho cariño y todo eso.

-Chica, es importante..

Comentó, solo, mirándola aun divertido.