Partida Rol por web

Tamir dejó caer la espada al suelo, impresionado.

- Pero entonces... yo... te he obliga a huir por toda Tramorea... Supongo que Taniar no permitió que usara el arte de la espada que ella nos legó contra un inocente, y por eso no fuí capaz de enfrentarme a ti...

En ese momento, el joven ainari se postra a los pies de Gorán y exclama:

- ¡Te pido que aceptes mis disculpas, por favor! ¡Estoy en deuda contigo!

Mientras se desarrolla esta escena, escucháis el trote de unos caballos que se aproximan por el camino. Están todavía lejos, pero podéis ver que se trata de cuatro jinetes, uno de los cuales es muy alto. Van a paso normal, y parecen simples viajeros.

Cuando os váis acercando a Zirna, véis que dos hombres corren por el camino justo en dirección contraria a vosotros. Van a pie y con cara de estar muy asustados. Algo más lejos podéis ver algo que parece un carro, detenido en el camino, con dos o tres personas cerca. No distinguís nada más.

Sorprendido por el terror que sienten las personas que corren en su dirección, Kratos para en seco a su caballo y pregunta.

- ¿Qué ocurre? ¿De que huyen asustados? ¿Podemos ayudar de alguna manera?

Festus se encontraba hablando con Mikha animadamente, cuando sus ojos, habituados a ver cualquier circunstancia anómala durante los viajes, se fijaron en dos personas que se acercaban hacía el pequeño grupo. Kratos se adelantó rapidamente mientras Festus indicaba a Mikha que mantuviera silencio y que mirara lo que ocurría delante.

Festus también se adelanto y escucho a su compañero preguntar a los hombres que es lo que ocurría. Sus sentidos estaban ya totalmente alerta, reconocía sus caras, el miedo les atenazaba, pero desconocía el porque.

Tamir confía en tu palabra, Gorán.- Digo, con un gesto desconfiado. - Da por saldada esta deuda y cierra este triste capítulo con el honor que, según cuentas, has mostrado. 

Acercándome a Tamir y cogiéndole de las manos añado: Perdona a quién te causó tantos desvelos,y Tamir, perdona a Gorán por causar tu ira. Sed auténticos caballeros que no se mueven por lo que ha de ser pagado y sed capaces de recibir. Zanjemos esto.

Estoy de acuerdo con Lly. Dijo Derguín acercandose también a ellos. Ambos habeis cumplido ampliamente con vuestro honor y habeis sufrido ya suficiente con ello. Si podeis deberías intentar rehacer vuestras vidas o buscar nuevas oportunidades. En cualquier caso creo que deberiamos volver al camino. Parece que se acercan más viajeros y no podemos dejar a los comerciantes y a los bandidos allí, es nuestra responsabilidad llevarlos ante la justicia.

Dicho esto Derguín se acercó a Lly y la encaminó de vuelta, intentaba alejarla lo antes posible del cadaver del arquero. También era cierto que él tampoco quería permanecer ahí.

Supongo que Taniar no permitió que usara el arte de la espada que ella nos legó contra un inocente, y por eso no fuí capaz de enfrentarme a ti...

Anda que si el supiera...xD

Al ver a Kratos, los dos hombres se asustan más todavía, salen del camino, y empiezan a correr campo a través al grito de:

- ¡Aaaah! ¡¡¡Más guerreros!!!

Mikha observa en silencio, completamente anonadado, mientras que Linar observa impasible toda la escena, como si no fuese con él la cosa.

Festus, gracias a su aguda vista, observa ahora que cuatro personas más salen de entre los árboles y entran en el camino, cerca del carro. Una de las figuras que estaba cerca del carro se acerca a ellos, parece que hablan.

Entre las cuatro personas, uno lleva armadura, se reconoce porque el sol se refleja sobre ella. Otra de las figuras es pequeña, debe ser una mujer. En total parece que hay dos mujeres en el grupo.

Gorán tiende la mano a Tamir, para ayudarle a levantarse.

- No hay nada que perdonar. Yo habría hecho lo mismo por mi hermano. Eres un guerrero y un hombre de honor - dice sonriendo. Luego mira al camino y asiente a lo que ha dicho Derguín.

- Espero que los que vienen no sean refuerzos... Por cierto, dos de los compinches han huido... Creo que deberíamos intentar cogerlos, aunque ninguno de nosotros tiene caballos, y a la velocidad que corren... no sé si podremos pillarlos.

Cuando regresáis al camino, el dueño del carro corre hacia vosotros y os da las gracias.

- ¡¡Gracias a los dioses que estábais aquí!! No sé qué habríamos hecho de no ser por vosotros. Si hay algo que podamos hacer por vosotros, alguna forma de compensaros... Me llamo Baradas, y esta es mi hija Miranda.

Contrariado por la reacción de esas personas, el instinto de Kratos le avisa de que puede haber problemas.

- Creo que intentar calmar a estas personas no va a servir de nada si nos han confundido con lo que, parecen ser, asaltantes. Avancemos por el camino hasta el carro a ver si sacamos algo más en claro.

Sin más, continua por el camino acercándose al carro mientras acerca, con disimulo, la mano a Krima

Creo que tienes razón Kratos, esos hombres estaban asustados y parece que nosotros les hemos asustado aún más. Ahi adelante junto al carromato hay varias personas, alguna armada y también parece que alguna es una mujer. Te seguire de cerca, pero intentemos no parecer ostiles.

Se gira hacía Mikha que parecía sorprendido, Mikha tu eres de esta región y creo recordar que habías dicho que no solía haber asaltantes en los caminos, que me puedes decir del que lleva la armadura, eres capaz de reconocer si se trata de algún uniforme? o por el contrario hemos tenido la mala suerte de encontrarnos con uno de los pequeños grupos de asaltantes?

Mikha entorna los ojos y hace visera con la mano, para protegerse del sol y ver mejor. Al cabo de un momento exclama:

- ¡Ahivá! ¡Si es Derguín! ¡Y la chica debe ser su primita!

Mikha entonces conoces a esas personas? No suponen ningún peligro verdad? Pués dirijamonos hacía alli. Por cierto ese Derguín es la persona que teníamos que encontrar?.

- Sólo conozco a Derguín, pero que yo sepa no es un bandido... Me pregunto qué habrá pasado...

Los viajeros que venían a caballo ya están lo suficientemente cerca para poder ver bien quienes son. Se trata de un grupo de cuatro jinetes. El que más destaca es un hombre muy alto, de edad indefinida y aspecto taciturno, que lleva un parche en un ojo y luce una larga trenza gris. Después llama la atención un gran caballo negro, de estampa impresionante, cabalgado por un hombre completamente calvo que debe ser un maestro de espada, a juzgar por la forma en que lleva colgada su arma al cinto, cogida por dos trabillas de manera que quede horizontal. Por último van dos jóvenes, uno con aspecto curtido de quienes pasan mucho tiempo al aire libre, pero que no parece un campesino. Finalmente otro joven, de aspecto delicado y femenino, que viene sonriendo, y al que Derguín reconoce inmediatamente como su antiguo amigo de Uhdafiún, Mikhon Tiq.

Respecto a la gente del camino, los que vienen cabalgando ven que son ocho personas. Dos están tumbados en el suelo, maniatados. Hay un hombre y una joven cuyas ropas dan a entender que es posible que sean pequeños mercaderes... probablemente mercaderes de telas, a juzgar por los rollos de tela que están recogiendo del suelo y colocando en el carro. Hay una muchacha muy joven, que debe haber dejado la niñez atrás hace poco tiempo, y junto a ella hay otro joven que le pone la mano sobre el hombro, con gesto protector, a quién Mikha ha reconocido como Derguín. Por la forma en que lleva la espada, debe ser también practicante de tahedo, al igual que otro de los dos hombres restantes. Finalmente hay un último hombre que lleva al cinto una espada recta y viste una armadura que refleja la luz del sol.

- ¿Sería mucha molestia saber que ha pasado aquí? Nos acabamos de encontrar con unos hombres en el camino y parece que se han asustado bastante con nuestra presencia.

Ante los comentarios de Mikha, Kratos se relaja y su mano deja de estar cerca de su arma.

- Perdón por la descortesía, mi nombre es Kratos May - continua mientras hace una breve reverencia - y el hombre de edad indeterminada se llama Linar. Los jóvenes son Festus Koss y Mikhon Tiq, aunque parece que a este último ya le conocéis.