Partida Rol por web

Una vez que todos os habéis reunido y estáis convenientemente situados y servidos, Linar carraspea, interrumpiendo la conversación entre Mikhon Tiq y Llywelyn.

- Derguín Gorión - dice el hombre, mirando fijamente a Derguín a los ojos -. Hemos venido con Kratos May para que se convierta en tu maestro y te entrene de modo que puedas pasar el examen de obtención de la séptima marca, y te presentes como candidato a convertirte en el próximo Zemalnit. Si tú accedes, y si Kratos considera que tienes posibilidades de llegar a convertirte en tahedorán - esta última frase la dice mirando a Kratos con una expresión que da a entender al guerrero que la decisión final es suya. Si Kratos decidiese que no hay posibilidades de que Derguín llegue a convertirse en Zemalnit, se marcharían sin más.

Quizá otro hombre más ceremonioso que Linar habría embellecido la petición cantando los méritos de Kratos May. Alguien dado a las explicaciones, habría justificado el por qué de semejante plan. Pero Linar no era así. Por su expresión parecía bastante claro que ya había dicho todo lo que tenía que decir.

Derguín parpadeó un instante, confuso. ¿Todos ellos habían viajado para entrenarlo a él?¿El habilidoso Kratos May, quizá el guerrero con más posibilidades de ser el proximo Zelmanit, iba a entrenarlo a él? ¿por qué si acabaría siendo, en el mejor de los casos, un rival más a batir? ¿por que no estaba tah Kratos eligiendo un nuevo lider para la Horda Roja? Algo importante debía haber pasado, y probablemente estaba pasando, para que aquellos hombres estubieran alli. ¿Y quien era ese tal Linar? Lo que estaba claro es que no sería él quien respondiera sus preguntas, y aquel no era el mejor momento para formularlas, quizá más tarde.

En los pocos segundos que tardó en pensar todo aquello Derguín había abierto y cerrado la boca un par de veces, indeciso. Finalmente dijo:

Yo no abandone Unhdanfiun porque quisiera o me faltara habilidad, me echaron por lo que ellos llamaron mala conducta. Si pensais que eso no es un impedimento, y supongo que tah Kratos podrá interceder por mi, será un honor para mi enfrentarme a las pruebas que tah Kratos me imponga y pasarlas. Quizá Derguín pecó de orgulloso, pero lo que había dicho Mihka era cierto, el era en su momento el mejor estudiante de la academia. Ahora le brindaban de nuevo la oportunidad de convertirse en tahedoran, vengarse de los estupidos dirigentes que lo habían echado. Y además le estaban invitando a unirse al certamen por Zemal. Esperaba que esa muestra de orgullo no molestara a Kratos, aparte de que era una manera de actuar típica de los Ainari como él.

- No intercederé por ti - dijo Kratos de manera tajante -, aunque es cierto que estarás avalado por mi. Te presentarás al examen que te impongan que la academia y te aseguro que no será fácil, especialmente si ya te expulsaron en el pasado. Ante ti se presenta una oportunidad de ser tahedoran. Dime si aceptas o no pero antes has de saber que yo tampoco te lo pondré fácil.

Sin querer, Kratos ha dejado escapar un poco de la rabia que le causa esta situación aunque haya quedado enmascarada en la dureza propia de un maestro. El chaval parece que no será mal alumno pero todavía queda un largo camino para templar un guerrero sobresaliente.

- ¿Estás preparado para una prueba para conocer tu nivel? - añadió de pronto con una media sonrisa en la boca.

Festus escuchó atentamente la conversación, parecía que los planes no eran los que el tenía en mente y cuando hubo un silencio carraspeo y dejo una pregunta en el aire.

Tah Kratos, si vas a ser el maestro de este joven, quiere decir que no participaras en la lucha por la espada de fugo? Y quienes seran los rivales a los que se enfrente el chaval?

Kratos miró a Festus logrando enmascarar la pena que sentía ante esa pregunta.

- Participaré en el certamen, ya está hablado con Linar, pero una promesa me une a su voluntad dado que debo la vida a un hermano de su orden. De todas formas, no desesperes, en el certamen tu y yo tenemos una deuda pendiente que nos tendrán que pagar.

Derguín casi se asustó cuando Kratos dijo que no intercedería por él. Pero según entendió cuando Kratos siguió hablando, que se convirtiera en tahedoran dependería solo de su habilidad con la espada, lo que estaba claro es que más le valía tener mucha habilidad con la espada.

Cuando Kratos le preguntó si estaba preparado, asintió. Aunque logicamente, sin conocer a que prueba se enfrentaría no podía saber si estaba preparado o no, pero ¿que podía responder si no?

Entonces Festus preguntó algo que Derguín también quería saber. Y la respuesta fue la que esperaba, llegado el caso, tendría que competir contra Katros por Zemal. En cuanto a la otra pregunta el mismo Derguín respondió.

Hasta donde yo se, los pinakles iniciaran el certamen y será entonces cuando se conoceran todos los contendientes. Tah Kratos ¿puedo preguntar en qué consistirá la prueba?

- Tan solo deseo saber el nivel que tienes con la espada, - le dice a Derguín mientras mira sus ojos fijamente- por si la vida del campo te ha ablandado demasiado.

-Supongo que siempre podré alegar eso mismo si veo que estoy un poco oxidado. En cualquier caso creo que en casa habrá sitio suficiente para cualquier prueba que vea pertinente, tah Kratos. De hecho, ayer mismo tuvimos un pequeño combate de entrenamiento Tamir y yo. Si os parece bien creo que ya podriamos marchar hacia allí. Gracias a los dioses creo que cabremos todos con cierta comodidad. Cuando este todo organizado haré todas las pruebas que sean necesarias.

- Estoy deseoso de ver de lo que es capaz una joven promesa - Kratos permanece inescrutable ante el joven para no revelar sus auténticos sentimientos - Cuando creas conveniente nos retiraremos de la posada. Tengo ganas de desentumecer un poco los músculos y el ejercicio me vendrá bien.

Os levantáis de la mesa, pagáis al tabernero, y vais a la casa de Derguín.

Cuando llegáis a la casa de Derguín, os recibe Kurastas, su hermano mayor.

- Bienvenidos al hogar de los Gorión, viajeros - dice saudando de manera ritual -. Podéis sentaros aquí, junto a la fuente, o quitaros en los baños el polvo del camino.

Lo cierto es que la casa de los Gorión ya está empezando a parecerse a una casa de huéspedes. Primero alojaron a Tamir, y ahora a otros cuatro desconocidos más... Manigulat proteje a los viajeros, pero esto ya es pasarse.

Así son los pensamientos de Kurastas, pero, como buen comerciante que es, nada en su rostro o su voz le traiciona, y ninguno de los recién llegados tiene la sensación de no ser bienvenido en la casa. Un instante más tarde, sus ojos se posan sobre Mikhon Tiq, reconociéndole.

- ¿No eres tú Mikhon Tiq, el amigo de mi hermano?

- El mismo, señor Kurastas - responde Mikha, haciendo una encantadora y breve reverencia.

- ¡Oh, no me llames así! - rie Kurastas que, sin embargo, está evidentemente complacido con el trato de respeto de Mikha - Sólo soy el jefe de la familia porque mi padre decidió hace ya algún tiempo que se merecía un descanso. Disculpadme señores - añade, dirigiéndose de nuevo a Linar, Kratos y Festus -. Como amigos de Mikhon Tiq, sed dos veces bienvenidos. Mi casa es vuestra casa. ¿En qué puedo ayudaros?

Derguín entró en la casa y organizó todo un poco para que los invitados pudieran acomodarse allí esa noche. Quedaba poco para que se pusiera el sol y estaba claro que no iban a continuar el viaje aquella noche. Derguín pensó en avisar a su padre, pero cambió de idea, seguro que ya lo avisaría Kurastas. Hablaba poco con su padre pero sabía que, si conseguía convertirse en Tahedoran sería el primero en alegrarse...y no digamos ya si conseguía a Zemal...Derguín intentó centrarse y no divagar demasiado. Lo cierto era que estaba bastante ansioso. Mejor era una mala certeza que una incertidumbre. Con esa idea en mente se dirigió a Kratos.

-Tah Kratos ¿Crees que nos dará tiempo a realizar la prueba con el tiempo de luz que nos queda?

- No creo que haya mucho problema, un duelo de tahedo no debería durar tanto. Además, si nos cae la noche también se puede seguir luchando, después de todo un combate inesperado ocurre en cualquier momento.

Dicho esto Kratos se dedica a calentar los músculos. los años han pasado y su cuerpo, aunque cuidado, ya no es joven y no es el momento de hacerse una torcedura. Realmente tiene ganas de comprobar el nivel de Derguín, aunque mucho se teme que será un digno alumno.

Un aura de tristeza rodeó a Llywelyn durante la conversación, pero dejó que el gran tahedorán hablase con Derguín sobre el tema, sin interrumpir.

En parte es normal; Derguín es de los mejores espadachines de todo Tramórea... Me digo, mientras me sumo al ofrecimiento de mi padre.