Partida Rol por web

El clérigo corrió hacia los muertos y al revisarlos en su rostro se reflejó la desesperación y angustia. 

El semiorco ya habia dado su último aliento,  y visto su última batalla. 

En cuanto a la pícara,  intentó sin esperanza aplicarle curaciones, golpeó su corazón y finalmente se arrodilló frente a su cuerpo,  movido por la pena.

No he leído bien los designios de los dioses- pensó para si. 

Evelynn abrió los ojos pero no se movió, estaba algo aturdida y lo único que recordaba fue un terrible dolor ...y oscuridad... de pronto recordó que había visto a Dina en el suelo inconsciente y se incorporó rápidamente, pero solo consiguió emitir un gemido de dolor que le provocaba la herida que había sufrido a manos de los esqueletos, poco a poco fue incorporándose hasta quedar sentada y vió a su alrededor a Shäkaste y a Nana que estaba disculpándose con el rostro lleno de lágrimas, probablemente la mayoría secas, pero estava convencida de que la Enana estava sollozando por dentro...

Buscó a Dina rápidamente a su alrededor para encontrársela tumbada encima de un charco de sangre. Un enorme peso le oprimió el pecho dificultándole la respiración y las lágrimas se acumularon en sus ojos. Dina no había tenido tanta suerte y había caído en combate. Con la voz temblorosa y apenas si era un susurro consiguió algo parecido a hablar.

- Dina... Dina... por todo lo sagrado... ¿Que... que.. que ha p-p-pasado? - El esfuerzo de hablar aguantándose el llanto hacía que le doliese la garganta y de pronto se encontraba abrazando a la Enana que estaba a su lado y lloró desconsoladamente mientras entre balbuceos intentava decir: - ¿Porqué Dina? ¿Porqué Dina? ¿Porqué Dina?.... - una y otra vez, una y otra vez... -  ¿por que, por que, porquéééÉÉÉ? ¡¡¡¡¡No es justo joder!!!!! - la pequeña y carismática mediana tenía mucho que vivir aún y se había ido demasiado pronto... y eso le ponía muy triste.

Evelynn se quedó con Nana todo el tiempo que la Enana se lo permitió y un poco mas calmada aunque aturdida aún por la reciente e irreparable pérdida de Dina se atrevió a mirar a su alrededor y analizar al situación... Había huesos rotos y desperdigados por la habitación todos parecíamos más o menos enteros excepto por Dina y por Dran que también había perecido, y aunque le dió también una profunda pena, núnca tuvo una relación tan estrecha como la tuvo con Dina

- Bien... deberíamos seguir, se lo debemos a nuestros compañeros, que su sacrificio no sea en vano al menos... aunque... siento deciros que necesito descansar, no me quedan fuerzas siquiera para lanzar un mísero conjuro e intuyo que vosotros estáis en una situación similar... deberíamos descansar mientras podamos, y ahora que habéis derrotado a esos esqueletos, puede que aquí sea un buen lugar para ello... si os parece bien, claro.... -  Dice la hechicera mirando al grupo.

Wynonna se quedó con la espada sostenida en lo alto, congelada aún, como si fuera a dar el último golpe sobre el esqueleto que ya no estaba. Nana lo había derribado pero Winnie, en su desolación, no era capaz de salir de aquel shock.

Los gritos de Evelynn cuando se recuperó y vió a Dina se le clavaron en el corazón como cuchillos, pues la paladín sabía que era su cometido proteger al grupo y había fallado ostensiblemente. Dran y Dina habían caido y Evelynn había estado a apunto de hacerlo también.

-Yo... lo siento, Evelynn... yo...

El sonido de la espada cayendo al suelo la sorprendió hasta ella y notó un golpe en las rótulas cuando cayó de rodillas al suelo. El bulto de su garganta crecía por momentos hasta que la paladín del Peregrino notó que lloraba.

-No he podido salvarlos. No he podido...

Cuando se hubo recuperado un poco, examinó a Evelynn y le concedió a ella y a Nana la última curación que le quedaba. Tenían que seguir adelante. Por Dina. Pensaba hacérselas pagar al gremio de ladrones. Oh, sí! Lo iba a pagar!

El clérigo se levanta luego de escuchar las palabras de la hechicera. 

"... también estoy cansado..." - dijo con una voz tal que podría decirse que hubiera librado una batalla el sólo. 

Se levantó del suelo , recogió su maza,  miró a los esqueletos,  luego extrajo una redoma de agua bendita,  los roció y dijo:

"que lo que está muerto,  ya no vuelva a morir,  descansad en paz,  almas tormentadas".

Luego se acercó al grupo. 

" Lo lamento,  creo que les he fallado, decidme ahora como puedo conciliar mis acciones,  he leído mal el designio de los dioses,  y todos hemos pagado del precio, soy el responsable..."

Esperó para recibir la reprimendas y sanciones del grupo. 

Las palabras de Winnona y de Shäkaste molestaron a Evelynn, pero no les culpaba en absoluto, todos habíamos bajado ahí conscientes de lo que podría ocurrir. Lo que la molestó era que de verdad se creían responsables del bienestar del grupo en exclusiva, como si fuéramos un grupo de crios indefensos a los que hay proteger, vigilar y controlar.

Evelynn frunció el ceño, no estaba de humor para disimular ni amortiguar sus palabras y miró directamente a los dos sirvientes de lo sagrado con una mirada sombría y agotada. 

- ¿Vuestra culpa deciis... ? No seáis idiotas, que creéis que somos, ¿una panda de crios a los que se debe proteger, o controlar? Es responsabilidad de TODOS el bienestar del grupo, no os creáis especiales por creer ciegamente en un dios al que le importamos una mierda! Dina ha muerto y nadie tiene la culpa de lo que ha pasado, y esto es lo que me jode, ¡maldita sea! - Se pone las manos en la cara intentao despejarse, pero no puede, necesita soltar la tension acumulada en su garganta - Todos sabíamos a lo que íbamos al aceptar este encargo, y si alguien tiene la culpa éste no es otro que el mida que nos dio la dichosa pirámide y nos encargo encontrar la puta espada del condestable. Seguro que sabía que algo así podría ocurrir y no se molestó en bajar él mismo el muy cobarde!

Mas vale que la espada este roma cuando encontremos al cara-mono si salimos de aquí porque juro por el peregrino que se acordará por siempre de esta cara - Dijo señalándose y mirando a sus compañeros con el ceño fruncido y la cara desencajada.

Evelynn estav¡ba encendida de rabia, quizá demasiado, ante la impoténcia ante la situación y sus dos compañeros habían provocado la chispa que desató la furia de la hechicera y a lo mejor... estaba pagándolo con ellos injustamente pero no era capaz de calmarse. Sus compañeros caídos juntamente con todo el grupo era como una pequeña familia para ella. La única que tenía.

Por un momento le pareció notar una fuerte energía en su interior, como la que nota al convocar un conjuro y le pareció que podía canalizar toda esa furia en forma de energía hacia delante suyo y de hecho casi lo hace cuando se da cuenta de que son sus compañeros los que están delante suya, y están igual de afectados que ella.

Y sin decir nada, tan sólo un resoplo de impoténcia, Evelynn se dirige hacia el altar que tenía a su lado, y apoya la espalda en él dejándose caer al suelo lentamente, pero lo hace quedando de espaldas al grupo, necesitaba unos minutos para calmarse y no podía si veía el pequeño cuerpo inerte de Dina y las caras de culpabilidad de sus compañeros...

La enana que habia estado sollozando abrazada a Evellyn ahora escuchó atenta y sorprendida las palabras de la elfa. Fue dura pero supongo que todos comprendieron que era por el dolor. Ella también sufría mucho por la perdida. Pero lo más importante, tenía razon. No podian frenarse ahora, debían avanzar. La enana se secó las pocas lagrimas que le quedaban con la manga de la camisa y la miró con la cabeza bien alta, bien predispuesta.

-Evellynn, tienes toda la razón - se apoyó en la guja y se levantó envalentonada- No ganamos nada lamentándonos, debemos continuar.

Hizo una pausa

-Además...¿no eran 30 minutos lo que teníamos para conseguirla? ¡No podemos frenarnos más! -exclamó la enana horrorizada al recordar aquel dato.

Evelynn oyó a la Enana y se quedó perpleja, los 30 minutos no eran en la parte superior? lo había entendido mal? *No me jodas...* pensó maldiciendo a todos los midas. Aunque siendo el gremio de ladores, podría ser una mentira para divertirse a nuestra costa...

Desde su rincón se giró hacia Nana

- Espera espera, ¿cómo que 30 minutos? pero eso no era sólo para el laberinto de puertas que acabamos de dejar atrás? Como va a controlar un miserable gremio de ladrones algo tan inmenso como esto? ¿De verdad podemos fiarnos de esos ladrones?

De pronto se le ocurrió algo... 

- Sometámoslo a votación, ¿quien cree que esto es un farol y podemos descansar tranquilamente? - dice levantando la mano

No estamos en condiciones de continuar sin perder a más gente. No veo discusión posible. Prefiero fallar la prueba que perder a nadie más.

Voto por descansar.

La enana no supo qué responder ante la primera pregunta de la elfa y se encongió de hombros exageradamente. Nana no era muy conocida por su memoria* y esta, cuando funcionaba, no entraba en detalles de si los los 30 min. eran tan solo para la parte del laberinto o de la misión completa.

No obstante, no dudo en rebatir a sus compañeras.

-que QUÉÉÉÉÉ? - Exclamó la enana perpleja ante lo que proponían - Osea, sé que estamos hechos polvo, yo también desearía descansar un poco...-dijo mientras se desempolvaba los pantalones sucios de haberse arrodillado - pero después de todo lo que hemos pasado aqui, no voy a arriesgarme a averiguar si es un farol o no. Debemos salir de aquí YA, cuánto antes.

La enana recogió la guja y empezó a recolocarse el equipo.

- Además... debemos sacarles de aqui -dijo en voz muy baja mientras miraba a sus amigos caidos.

La enana tomó aire para coger fuerzas y se acercó al cuerpo fallecido de Dina.

-Era tan pequeña...

Apretó fuerte los labios para evitar que le temblaran. Debía ser fuerte. Se agachó y le cerró con delicadeza los ojos. Fue entonces cuando la cogió en brazos para llevarla a la anterior habitación, junto al cuerpo de su compañero caido. No les abandonaría allí, no se quedarían solos, ambos se tendrían el uno al otro mientras que ellos iban a vengarles. Solo entonces la enana se quedó lo suficientemente tranquila para poder continuar con su misión. Cuando volvió por la puerra les expresó rotunda.

- Acabemos de una vez esta maldita misión.

Nana estaba dispuesta a seguir y así se lo hizo saber a sus compañeros, miraba las dos puertas por la que podría seguir, una daba al norte y otra al este, pero sus compañeros no estaban por la labor, se sentaron a descansar, sus cuerpos exhaustos así se lo pedía y sabían perfectamente que si seguían adelante en su estado podrían acabar como Dina o Dran. Finalmente la enana tuvo que darse por vencida y sentarse a descansar, sabía que no podía alejarse, no quería dejar sola a Evelynn, en el fondo sabía que no se lo perdonaría si le pasaba algo; y muy muy en el fondo aunque no quisiera reconocerlo, temía volver a encontrarse con una de esas criaturas y estar sola para enfrentarse a ellas

El clérigo se acostó y descanso los pesados huesos mientras los demás hacían lo mismo. 

Aunque más que recuperar la vida o plegarias,  lo que necesitaba el clérigo era recuperar la confianza. 

Hasta antes de esta aventura había pensado que podía ver el designio de los dioses en las acciones de el y los demás,  ahora ya no estaba tan seguro. Si bien había rescatado de las garras de la muerte a Winnona, ni Dina ni Dran habían llegado a tener tal suerte. 

Se recriminó el no ser más  experimentado para levantarlos con sus oraciones y se lamentó también la falta de apego por las emociones más mundanas, nunca había tenido esta cercanía con un grupo tan grande,  y la estaba perdiendo. 

Hizo una larga plegaria en silencio y cuando se dio cuenta,  ya habian pasado muchas horas y su cuerpo se encontraba  recuperado. 

Tras un sueño reparador, Evelynn se levanta y cruje cuello, espalda, brazos y piernas y emite un sonoro quejido para desperezarse. Todo seguía como estava antes claro... Dran y Dina seguían fallecidos y los ánimos por los suelos, pero era hora de ponerse en marcha.

- Vamos, tenemos que seguir pero no me veo capaz de cargar con el cuerpo de Dina... lo siento, su alma seguro que descansa en paz por lo menos... Ahora bien, yo tomaría la puerta del Norte, ir al Este antes nos ha dado problemas, así que porque no cambiamos a ver que pasa, si no siempre podemos volver atrás.

Winnie asintió, solemne.

-Salgamos de aquí y luego vendremos a por ellos para darles el descanso que merecen. Por cierto, abstengámonos de volver a separanos, en el futuro. Dejadme a mí llevarme los golpes, que he cogido bastante práctica -dijo encogiéndose de hombros. Shakaste lo tendrá más fácil si sólo tiene que curar a uno y Evelynn y Nana podeis repartir desde los flancos pero ser precavidas, os lo ruego.

¿Estamos de acuerdo?

Ahora que Dina no está para revisar trampas, debemos ser cautelosos. Dejadme abrir las puertas a mí con mi "mano de mago", puedo hacerlo desde lejos y no habrá tanto peligro por si se activa alguna trampa. -Dice Evelynn consciente de que es su unica alternativa para no asumir riesgos.

Dicho esto Evelynn invoca la mano de mago y abre la puerta des de lo más lejos que es capaz, unos 30 pies. Sin saber lo que les depara la siguiente estancia.

 El clérigo aún un poco dolido avanza con el grupo,  hace un chequeo mental para revisar su equipo. 

Mira a los demás y les dice:

Nuestros compañeros no murieron en vano. Ustedes los conocían más que yo,  pero siento que deberíamos guardar una parte de ellos con nosotros,  y asi recordarlos y tenerlos siempre entre nosotros durante este tramo de la aventura, servirá de apoyo moral y nos recordará venir por sus cuerpos, devolverles lo prestado y darles  sagrada sepultura después. 

El clérigo espera expectante las reacciones de los demás. 

La sola idea de perturbar el descanso de sus compañeros caídos provocaba en Evelynn un sentimiento de rechazo y eso le molestaba...

Sería mejor ir ligeros de equipaje Shäkaste, no sabemos cuanto tiempo pasaremos aquí debajo... pero allá tu... Dijo sin siquiera mirarle, concentrada en abrir la puerta lo más cuidadosamente posible.

La enana tragó saliva ante la sugerencia del mago. Pero razonándolo bien, incluso Dina así lo habría querido. No podía permitir que cayera ninguno más de sus amigos. Más valdría ir cuanto más protegidos mejor. Así que tomo aliento para envalentonarse e hizo caso al mago acercándose lentamente a la hobbit. Sabía que debía hacerlo ella, Evellyn y Wynnona estaban retirentes a ello. Lo comprendía. 

- Ojala alguno tuviera alguna poción sanadora o algo similar... Aunque en ese supuesto caso la habrian usado para si mismos... -Pensaba la pequeña enana seria mientras se apretaba fuerte los labios; sientiéndose tras pensarlo aún peor mientras que rebuscaba con sumo respeto y delicadeza lo que guardaba Dina entre sus cosas. Al terminar la limpio un poco y le colocó sus brazos sobre el pecho. Ahora la hobbit inspiraba más serenidad, obviando las manchas de sangre de su ropa, parecía dormir tranquila...

El clérigo se acercó al semiorco. No lo había conocido casi nada,  pero recordó con melancolía como el peleador se había enfrentado valientemente a 2 esqueletos y no había sobrevivido para contarlo. 

Con sumo cuidado dobló sus brazos sobre su pecho, y con delicadeza buscó entre las cosas del bárbaro algo que pudiera servir al grupo. 

Cuando terminó rezó una lenta plegaria sobre los cuerpos de los dos caídos,  y se levantó. 

Vio como la hechicera terminaba de hacer sus arcanos conjuros,  en los cuales una mano casi corporea abría la puerta. 

Se estremeció de pensar lo que podría hacer ella,  y luego se recordó de proezas que hicieron sacerdotes de gran poder en el pasado y eso lo reconfortó. Aún había esperanza para el.

Wynonna se negó a saquear los cuerpos.

-Yo no participaré en ese sacrilegio. Son guerreros y con sus armas deben descansar. Tú sabrás lo que haces, sacerdote pero esperaba más de tí.

La paladín devolvió su atención a la puerta que Evelynn estaba abriendo.

-Si puedes hacer eso siempre, va a ser mejor abrirlas todas así.