Partida Rol por web

La esposa de Egir

Acto III: La isla de Ran

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19/02/2010, 11:31
Rembrandt De Graff

- Gracias, señora. ¿Sabría dónde se encuentra el sacerdote o a quién podría preguntarle por él? Me encantaría saber si hay algún tipo de ceremonia que me acerque más a Egir, mi dama. - dijo Rembrandt, empezando a perder la paciencia. ¿No se supone que todas las pandas de religiosos estaban encantados en aceptar a uno más en sus bobadas? Agh, le daban ganas de vomitar.

Hizo un gesto de respeto con la cabeza a la estatua, dando un paso atrás. Veeeeenga, contesta de una vez.

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19/02/2010, 12:04
Director

-El sacerdote Van Geert está de viaje, pero volverá hoy o mañana para oficiar la ceremonia.

A la capilla llegaron dos piratas que, a juzgar por su equilibrio, estaban borrachos. Se arrodillaron frente a Egir y empezaron a orar en voz alta. La mujer los miró arrugando la nariz y chascó la lengua.

-Libertinos...

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19/02/2010, 12:08
Rembrandt De Graff

- Aquí estaré, señora. - también puso cara de asco cuando llegaron ambos piratas, aunque no fue precisamente porque entraran en la capilla de Egir, si no asco asco de verdad. Susurró  - Esto es una vergüenza... -

- Por favor, os agradecería en nombre de Egir que abandonéis la capilla y vayais a descansar, os sentará bien. -

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20/02/2010, 15:44
Director

La mujer, agradada por el decoro de Rembrandt, sonrió. Los dos piratas borrachos, no.

-¿Quién cojones eres tú, mierdecilla? -farfulló uno de ellos-. No te conozco. ¿Quieres que te dé una hostia, chaval?

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23/02/2010, 12:22
Ayan Kroes

Asentí ante esas palabras aunque en verdad me hubiera podido estar riendo cerca de una hora, sobre todo con eso de la abstinencia.. Sobre todo teniendo en cuenta que casi no bebía, ya que la magia y el alcohol no se llevan demasiado bien y que ya no recordaba la última vez que había estado con un hombre,, seguro que hasta tenía telarañas bajo la falda.

- ¿ De qué todo eso del sacerdote? Disculpa mi ignorancia pero es que aún tengo muchas cosas que aprender.. - Dije tratando de que me contara aún más sobre lo que se suponía que iba a suceder, aunque eso sí, mi mejor sonrisa acompañó a mis palabras.

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23/02/2010, 23:18
Radovick De Graff

Intrigado por las palabras del tabernero me hago eco de las palabras de novísima 'hermana' Yo también estoy interesado. Nadie que conozca pensaría que en un refugio para piratas y otros hombres libertinos y audaces como es este hubiera 'festividades' de carácter religioso. ¿Y puede saberse que es lo que se ofrenda a las Olas? Hemos visto la capilla pero no me hago a la idea de que pueda ser... Espero que este tipo no diga lo que estoy pensando... Aunque la duda y un siniestro presentimiento hacen presa fuertemente en mi interior, nada de eso es mostrado a los presentes en la taberna, ni siquiera a Ayan.

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28/02/2010, 00:00
Director

-Siendo seguidores de la esposa de un dios, debemos observar la religión -dijo el mozo de la barra-. Nuestra suerte depende del talante de Egir. Si fuéramos herejes no contaríamos con su beneplácito y nos aplastaría como a babosas. Por eso le ofrendamos comida, joyas... esas cosas. Así, Egir estará a gusto y nos cuidará cuando naveguemos por sus dominios.

Era sorprendente el fervor con el que hablaba aquel hombre. Le brillaban los ojos y sonreía. En Dwanholf aquel tipo de amor por los dioses, fueran cuales fuesen, no resultaba común.

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28/02/2010, 00:03
Rembrandt De Graff

- No soy nadie en comparación a quien aquí se adora, marinero. No perturbemos más la paz de este lugar, por favor, relájate. - dijo Rembrandt, mientras una vocecilla gritaba en su interior. ¡Métele una bofetada y ya verás cómo se le quita la tontería!. El novel le hizo un gesto con la cabeza de resignación a la mujer. - ¿Me haríais ese favor? Egir os lo agradecerá. -

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28/02/2010, 11:23
Ayan Kroes

A mí todo eso de los dioses me sonaba como a chiste, así que de nuevo tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no acabar riéndome de un hombre que parecía tener una fe ciega hacia un dios. No podía entender como se podían creer tantas tonterías, pero tampoco era plan de ir criticándoles cuando estaba en su " casa " y cuando era bastante probable que si lo hacía no volviera a salir de ahí.

- Entiendo lo que quiere decir, y estoy segura de que Egir cuidará a todos los que habitan esta isla ya que le sois sus fieles servidores. - Di un trago al vaso y luego volví a hablar. - Después de todo todos seguís las órdenes de su debota esposa ¿ no?

Este era el momento en el que simplemente trataba de que me comentase algo más, ya que me parecía a mí que la pirata se los debía de haber camelado a todos con un ilusión si es que en verdad conocía la hechicería, y que los otros, habían caído en su trampa como idiotas.

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01/03/2010, 22:00
Director

-Exacto -dijo el hombre de la barra-. Os dareis cuenta vosotros mismos de los milagros que nos regala... a su debido tiempo. Cuando vuelva el sacerdote, vereis una de nuestras ofrendas. El mar se tiñe de sangre y vino, parece que se bebe el sol. En momentos como esos me doy cuenta de lo afortunados que somos al vivir aquí.

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01/03/2010, 22:06
Radovick De Graff

Iba a tomarme la siguiente copa de una sentada cuando reparo en un 'pequeño' detalle de la última afirmación del tabernero Si, seguro que nos dar... ¿Hmm? ¿teñirse el mar de sangre? ¿Desde cuando sangran las joyas o la comida?

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01/03/2010, 22:05
Director

-Tú eres de los nuevos, ¿verdad? -El borracho ladeó la cabeza. La mujer empezo a quejarse otra vez, pero él se limitó a escupir a sus pies. Se marchó de la capilla tambaleándose y murmurando algo sobre sacrificarlos a las Olas.

La mujer suspiró y miró a Rembrandt con admiración.

-Gracias, joven. Es sorprendente ver a chicos tan comedidos y respetuosos.

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01/03/2010, 22:14
Rembrandt De Graff

- El ser humano es imperfecto, aunque por desgracia algunos más que otros. No ha sido nada, señora, detesto a la gente irrespetuosa. - y lo dice el César. Rembrandt hizo un gesto de cabeza en señal de respeto dos veces, una a la estatua de Egir y otra a la mujer. Iba a tener que soltar alguna burrada en lo que quedaba de día, de lo contrario su cerebro reventaría. - Como ya sabrá, soy nuevo aquí, he llegado hoy con mis hermanos. ¿Podría darme algún consejo? Creo que voy a verme obligado a vivir junto a patanes como esos dos y no quisiera tener problemas... -

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02/03/2010, 19:26
Ayan Kroes

Las palabras de Radocik dijeron precisamente lo mismo que a mí se me estaba pasando por la cabeza. No quería imaginarme a qué se refería con eso de teñirse de sangre, ya que imaginarme alguna clase de sacrificio me revolvía el estómago. Por un momento, quise pensar que sacrificarían o matarían alguna clase de animal para conseguir tal efecto, o esperaba que al menos, fuera un sólo engaño como eso de hacer que apareciera un dios.

- Nadie puede ser tan cruel.. - Imaginé a decenas de muchachas asesinadas para tal caso.

El problema de imaginar eso, fue imaginar el dolor que algo así podría ocasionar a esos dos hermanos, que estaban incluso dando su vida por conseguir salvar la de ella.

- Loable, sí señor. La sacaremos de aquí en cuanto la encontremos.

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04/03/2010, 16:33
Director

-Un varón joven como tú y armado... me imagino lo que eres. No puedo darte ningún consejo, más que que intentes mantenerte virtuoso. Y no será nada fácil. Por suerte, Ran mantiene el orden... Si no, con esto lleno de piratas no podría salir nada bueno de aquì.

La mujer siguió con sus labores religiosas y se fue poco después, con una sonrisa en los labios.

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04/03/2010, 16:37
Director

El mozo se acarició la barbilla.

-Bueno, no siempre ofrecemos cosas inertes. A veces Egir exige seres vivos, animales... y enemigos.

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05/03/2010, 16:45
Ayan Kroes

- Supongo que es una buena ofenda.. - Respondí aunque tan sólo por decir algo, ya que estaba viendo donde íbamos a acabar si nos descubrían, en el fondo del océanos y en muchos trozos seguramente y la verdad es que la idea de dar de comer a los peces no era una de las que más me gustaban, eso sin duda.

Mis ojos buscaron los de Radovick, esperando ver algo que me indicara qué era lo que tenía pensado hacer, ya que no parecía que fuéramos a sacar demasiado en claro de aquel hombre.

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09/03/2010, 00:18
Rembrandt De Graff

Asintió a la mujer con una sonrisa y cuando se alejó, se percató de que nadie le estuviera mirando e hizo lo que estaba deseando hacer: poner una mueca de asco. De mucho asco.

- Menuda pérdida de tiempo. - susurró el novel, encaminándose a la salida de la capilla. Iba a dirigirse al puerto, pero igual se topaba con los nuevos amigos que acababa de hacer y no le apetecía... así que tendría que conformarse con buscar a Ayan y a Radovick.

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09/03/2010, 02:20
Radovick De Graff

Con un tono relajado y engañosamente locuaz ¿Pues que quieres que te diga, muchacho? No entiendo eso de ofrecer enemigos... Si yo fuera una deidad, lo último que me apetecería que me ofrendasen sería la sangre de un desgraciado...

La maneras y movimientos son calculados y precisos. Exteriormente parece que estoy echado cómodamente contra la 'barra' de la cantina pero, interiormente, unos sentimientos opresivos y feroces empiezan a turbarme. Me apuro lo que me queda de jarra, disimulando mis ganas actuales de degollar a todos aquellos despreocupados asesinos como a una piara de cerdos, y, tras dejarla de nuevo sobre el mostrados con un ruido hueco, agrego Bueno chico, gracias por ponernos al día sobre esta algarabía y por el 'zumito'. Ya nos veremos... Echo a caminar en dirección al exterior de la cantina on negros nubarrones en mi mente.

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10/03/2010, 10:40
Ayan Kroes

Acabé el contenido de mi trago para despedirme del tabernero con un simple gesto de cabeza, como si nos fuéramos a volver a ver pronto y luego salí andando tranquilamente en pos de Radovick, esperando que estuviera bien, ya que por mi cabeza se habían pasado demasiadas cosas macabras como para que por la de él no hubiera pasado ninguna.

Sin duda, debíamos encontrar a su hermana lo antes posible, ya que la cosa pintaría mal para nosotros si noe ra así. El problema residiría en que tendríamos que asistir a su sacrificio y allí, íbamos a ser claramente descubiertos, ya que ninguno de los tres la dejáríamos morir sin hacer nada.

- ¿ Estás bien? - Pregunté en cuando salimos y me acerqué a él.