Partida Rol por web

El viaje había sido rápido y sin incidencias, a la suficiente velocidad como para no tardar más de lo que había calculado en un primer momento. Claro, que esa había sido la parte sencilla. Ahora era cuando la misión pasaba a ser delicada. ¿Acercarse o no acercarse? Porque aunque no se pusiera a tiro de sus armas, le descubrirían. Y si eso pasaba, le podían capturar a él y entonces se acabó el plan de fuga. Pero si no se acercaba, ¿cómo podría recoger a Sgrog? Lo peor de todo aquello era que, en vez de molestarse en decidir rápido, Schwick se permitió el lujo de disfrutar del subidón que le daba el tener que decidir entre esas dos alternativas.

Y menos mal que lo hizo, porque Sgrog se comunicó con él justo en ese momento, pidiéndole punto de extracción.

 -Mensaje recibido, capitán. Acabo de llegar a la zona, me encuentro fuera del radio de detección de la estación enemiga. Puedo acercarme, pero me arriesgo a que me detecten. Mis coordenadas son las siguientes, reporte las suyas, capitán, cambio.

Dicho esto, el Shirren pasó a darle las coordenadas a Sgrog, esperando que él le transmitiera las suyas. En cuanto tuviera un destino, allí que iría.

    Mientras esperábamos la respuesta, Walter registró el cuerpo del caído, al parecer estaba bien equipado, típico de aquella orden militar, pero no estaba de más asegurarse.

    -¿Te dice algo el contenido de la botella?- Pregunté mientras la alzaba frente a él, parecía solo agua pero resultaba un poco extraño llevar algo así encima cuando estabas en una estación espacial y podías surtirte de ella cuando fuese necesario, aunque tampoco habíamos tenido tiempo de intimar, lo mismo solo tenía la garganta reseca.

    Tomé los sueros y la creditdrive junto con la llave de apertura esperando que Walter hiciese lo propio y se armase con el rifle. -Aquí Sgrog, me temo que no puedo ser más exacto de lo que muestre la baliza del comunicador, nos encontramos en el interior de la celda aún así que trataré de llegar a alguna de las plataforma de embarque para que podamos escapar de aquí lo antes posible, trataré de volver a reportarme en veinte minutos, mantente a la espera, cambio.- Me volví hacia Walter esperando a una respuesta que confirmase lo que acaba de decirle. Lo más seguro era cerrar la celda desde dentro para salir cuando terminase de recuperarme, así por lo menos si alguien pasaba solo estaría extrañado por no hallar a su compañero.

El espacio a su alrededor es completamente negro salvo por los puntos lejanos de las estrellas y el más cercano del sol. La estación no puede verse a simple vista, aunque Schwick sabe que está ahí. 

-Aquí Sgrog, me temo que no puedo ser más exacto de lo que muestre la baliza del comunicador, nos encontramos en el interior de la celda aún así que trataré de llegar a alguna de las plataforma de embarque para que podamos escapar de aquí lo antes posible, trataré de volver a reportarme en veinte minutos, mantente a la espera, cambio.-

Walter se repuso de la impresión de ver a su compañero asesinar a un guardia sin más arma que sus garras, y se dispuso a cumplir las órdenes del vesk. Cogió la armadura y le sacó el comunicador, para responder en caso de ser necesario, y cogió también el rifle láser. 

-Por desgracia no sé usar esto muy bien... y creo que tú tampoco. Pero puedo intentar...

Con sus cuatro hábiles manos, Walter desenrosca los tornillos y saca la espada larga de su raíl bajo el rifle, entregándosela a Sgrog. 

-Creo que esto te servirá. Me quedo con el rifle, haré más que desarmado aunque no lo sepa usar bien. 

Ante la pregunta sobre el agua, Walter la abrió y la olió. 

-No sé, a mí me huele a agua normal. A lo mejor tenía sed. 

Walter se queda haciendo guardia mientras Sgrog descansa y alinea su cuerpo y su mente con las energías del Equilibrio Estelar. Durante esos doce minutos, nada ocurre, o nada que puedan ver, por lo menos.  

 -Recibido, cambio y corto.

Vale, la cosa era sencilla: acercarse lo más posible a la posición de Sgrog sin que le detectaran, con los sistemas preparados para salir escopetado hacia su capitán en cuanto recibiera la señal. Llegar rápido, recoger a los objetivos y largarse aún más rápido. Había que ajustar la velocidad, la apertura de la puerta de la nave por la que entrarían y las distancias a las que iba a mantenerse. Podía hacerlo. Les sacaría de allí.

    Dentro de lo que cabía, había logrado reponerme del daño sufrido en el combate y realinearme con las fuerzas cósmicas. Acepté el arma que Walter me ofrecía, en verdad tenía ciertas dudas con dejarlo tan expuesto en el caso de combate directo pero quizás así sería más complicado que llegasen a él. El sable distaba mucho de ser un arma excelente pero era la típica manufactura de los caballeros, tan efectiva como mortal. El problema seguiría siendo el alcanzar las cubiertas de embarque.

   -Bien, debemos de tratar de recuperar nuestro equipo y dar con las cubiertas de embarque, vamos.- Salí de nuestra improvisada celda para dar de lleno con una gran sala, en ella había numerosas habitaciones con puertas de menor tamaño ¿Habrían sido usadas también para la captura de prisioneros? Solo habría una manera de saberlo.

    -Walter, dame la llave y trata de moverte con cautela, si nos vigilan con cámaras ya sabrán lo que ha ocurrido, pero de no ser así aún podríamos aprovechar la situación para salir de aquí.- Una vez con la tarjeta en mano comencé a avanzar sin tratar de llamar la atención de posibles guardias siguiendo el mamparo de mi derecha hasta acceder al interior de algunas de aquellas pequeñas salas y descubrir lo que allí ocultaban. 

Walter sigue a Sgrog cogiendo con evidente falta de práctica el rifle láser. Como ya pudo comprobar antes el vesk, aquel sótano no se había diseñado como prisión en un primer momento, sino que había sido un almacén reconvertido luego a prisión sin muchos recursos y a toda prisa. Todo ello ha dejado el lugar con unos cuantos fallos de seguridad importantes, como el hecho de que no haya cámaras, y el ya comprobado hecho de que las paredes son demasiado gruesas, por lo que nadie parece haber oído su pelea con el guardia. Sin embargo, las puertas sí son lo suficientemente finas como para poder oír si se presta atención. 

Otro fallo de seguridad: todas las puertas se abren con la misma llave. Sgrog puede abrir la primera sala sin problemas tras asegurarse de que no hay nadie en ella, y encuentra que está vacía. Sin embargo, en la segunda escucha una metálica voz femenina tras la puerta:

...y en la Estación Absalom, cunde la alarma social por un imprevisto ataque a la Cantina de Joe, popular local con espaciopuerto en un asteroide en órbita lejana. Los Caballeros de Iomedae han confirmado a esta cadena que se trata de Iglaor Kuz, un pirata kasatha que lleva meses operando por la región...

Sgrog tarda un momento en comprender que es un telediario, y entonces escucha unas toses de alguien que, sin duda, está viéndolo. Parece que ha dado con la sala de descanso de los guardias, en la que en estos momentos solo puede oír a uno de ellos. 

    Aquellos sonidos me habían desconcertado, no encajaban con las tipicas órdenes que se daban por los vocomisores, por suerte, no tardé mucho en entender de que se trataba. Supuse que debía de sentirme afortunado de encontrarme con algo así, poderse permitir tener a un caballero en una sala de descanso y el hecho de haberse visto forzados a adaptar el almacén para hacerlo pasar por un calabozo parecían indicios lo suficientemente sólidos para creer que aquella estación o nave no era de gran tamaño ni de un uso completamente militar, tal vez incluso llevase poco tiempo bajo su control. 

    -Walter, voy a entrar, solo sígueme cuando tenga al guardia sometido o disparale si trata de huir.- Ordené en voz baja, si al menos lograba capturar a este con vida podríamos sacarle la información que tanta falta nos hacía ahora. Preparé el sable y me dispuse a abrir la puerta con cautela buscando un ángulo que me permitiera observar sin ser visto si el inquilino trataría de girarase a ver quien entraba antes de que pudiese hacer nada, pues mi objetivo era el de tomarlo por sorpresa antes de que pudiese respinder en modo alguno. 

Walter carga el rifle y quita el seguro con manos inexpertas. Con sus otras dos manos se masajea las sienes. 

-Vale, lo tengo -susurra- Supongo que ya no tenemos muchas opciones.

Sgrog avanza y pasa la tarjeta por la cerradura, lo que hace que la puerta hidráulica se abra con un sonido mecánico. Inmediatamente pueden oír cómo el Caballero se levanta y el sonido de un rifle láser siendo levantado y amartillado. 

-¿Daren? ¿Eres tú?-pregunta el Caballero, mientras oyen sus pasos acercarse a la puerta-¿Daren? 

Ya ha llegado al umbral: un paso más y saldrá de la sala, con lo que podrá ver a Sgrog y a Walter.

    "Maldita sea, tenías que levantarte." Miro a Walter haciéndole en silencio una señal para que me siga mientras me tomo un instante para tomar aire preparado para lo que está por venir, tendremos que sobreponernos a él de golpe, no nos queda otro remedio. Mis ojos se abren de golpe, radiantes y los pulmones se llenan de un aire caliente que hace exhalar una bocanada de humo. Dejo que la energía fluya a través de mi llenandome de las fuerzas que me harán falta. Empuño el sable y sin dudar me lanzo al ataque con un firo explosivo.

    El golpe da de lleno pero mi intención no es acabar con él, así que esta vez no esperaré a que sea demasiado tarde, por lo que rápidamente rujo con voz autoritaria la orden:

    -Depon las armas de inmediato, no estoy solo y no tienes porque morir. - El mensaje había ido acompañado de un buen aliciente y sabía que Walter no tardará en doblar la esquina por lo que confiaba en que sería capaz de captar su atención. 

Al girar la esquina Sgrog puede ver ya la sala de descanso, que no se diferencia mucho de su propia celda en las paredes recubiertas de chapa. Tiene una pequeña mesa metálica, dos sillas, una máquina de agua con botellas iguales a las que llevaba el guardia y una máquina expendedora con LPCs y otros snacks variados. En el centro de la mesa hay un pequeño dispositivo que reproduce una pantalla holográfica en la que se ven las noticias que Sgrog ha oído antes. 

Por suerte para Sgrog, la armadura de este guardia pende de uno de los ganchos que hay a tal efecto en la pared, y va vestido tan solo con la ropa de trabajo de los Caballeros Infernales, roja y negra. El rifle que lleva parece idéntico al del otro, incluyendo la bayoneta. La sorpresa pasa por sus ojos, y luego la alarma, pero su comunicador está en la armadura, que no lleva puesta, por lo que no puede avisar a nadie, por lo menos no desde donde está. A pesar de la herida que la espada le ha hecho en el hombro, blande el rifle sin dar muestras de que el intento de Sgrog por someterle haya dado resultado. 

    Rápidamente observé que no iba a aceptar tan rápido el rendirse y que estaba preparando su arma para contraatacar pero no iba a ser tan respetuoso, sabía lo que teníamos en juego y prefería que muriese él a cualquiera de nosotros, por ello, sin contemplaciones, penetré nuevamente en su guardia para asestar una segunda estocada y ofrecerle una última vez el deponer las armas si no quería acabar ahogándose en su propia sangre.

    -No lo repetiré más veces ¡Ríndete o muere!- El segundo golpe había dejado claro lo fútil de su resistencia, así que era mejor que accediese de una vez por todas.

Viendo que su intento de intimidar al guardia no ha tenido éxito, y anticipándose al ataque del guardia, el fuerte vesk descarga la espada contra el pecho del Caballero, antes de que éste pueda siquiera alzar su arma. Sin embargo, lo que pretendía ser solo un golpe incapacitador se convierte en un tajo mortal al perforar el hombro y la caja torácica del hombre, que inmediatamente cae al suelo en un enorme charco de sangre. Sobre la mesa, el telediario sigue reproduciendo las noticias.

    No me lo podía creer, la suerte de aquellos pobres diablos era aún peor que la mía. Miré a Walter tras rebuscar entre las pertenencias^* del caído para ofrecerle las chocolatinas, una "dulce recompensa" que sabía a poco después de todo lo pasado y para colmo aún no teníamos idea de en donde nos encontrábamos para lograr nuestra vía de escape. No quería admitirlo en voz alta, pero cada ver parecía más posible que mi plan podía estar haciendo aguas.

    Fuera como fuese, no nos quedaba más por hacer allí, debíamos seguir adelante y probar suerte en otro sitio... ¿Tal vez aprovecharnos de los comunicadores internos para enviar un mensaje falso? Al menos así podríamos averiguar cuales eran las salidas de las que podrían venir más guardias.

    -Bueno, necesitamos salir de aquí y para ello nuestra mejor baza es el continuar aprovechándonos del factor sorpresa, no se cuanto margen tendremos para poder seguir aprovechándonos de ello pero creo que merece la pena intentarlo.- Salí fuera de la sala y observé el tipo de iluminación del almacén^**, tal vez pudiese estropear los focos, la mala iluminación jugaría en nuestro favor si no activaban los adaptadores de visión para baja luminosidad. -Vas a tener que dar un mensaje falso, lo haría yo pero la voz de los vesk es un tanto... particular y quizás puede que descubran nuestra baza antes de tiempo si lo hago yo.-^*** 

    Y eso ignorando el que muy posiblemente mi cabeza se quedaría atascada en el yelmo si no logramos desmontar la radio, pero en fin, era la mejor idea que tenía mientras iba improvisando.