Partida Rol por web

La Fábula de Umbris

Chismorreos

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11/09/2011, 13:12
Alonso Méndez

¿Y quién le dice usted -preguntó Alonso tras oir al marino y tras la pregunta del tabernero- que éste señor no es un "funcionario del mar" -señalando a Mateo-,  él -mirando al Padre- no es un "funcionario de Dios" o yo mismo... un funcionario del Rey? ¿Y acaso los funcionarios, en general, no están para resolver asuntos? Pues bien, tal es así que podríamos dar buena cuenta de su buen hacer, señor, si nos ayudara en un asunto no menos que escabroso de esta villa, o al menos, nos mostrara algo de aquello por lo que hemos venido.

Miré a un lado y a otro, como si la taberna estuviera concurrida y nos estuvieran vigilando.

¿Qué sabe del viejo molino de la localidad? Hemos oído algunas historias acerca de fantasmas, ¡paparruchas sin duda!, pero hace que la gente demore su mente en estas cuestiones y se asuste. Pónganos esos vino y háblenos.

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11/09/2011, 16:54
Íñigo Montoya

El aprendiz de brujo no ha sido tan directo como a mi me gustaría pero lo suficiente para provocar alguna reacción así que estudio a los parroquianos a ver si dicen o hacen algo tras sus palabras. Estaré atento por si hay alguna señal de nerviosismo disimulado si no responden directamente.

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11/09/2011, 19:28
Beltrán de Salamanca

Al oír las palabras de Alonso, le lanzo una mirando furibunda antes de volver mi atención al tabernero

Disculpa al joven por sus palabras, pues es seguro que no quería faltar a nadie de la comarca. En realidad vengo en una misión ecleasística, pues los rumores han llegado hasta el obispado y me han mandado investigar y, en caso que los rumores sean fundados, erradicar el mal que allí yazca. Estos hombres vienen conmigo para ayudarme en dicha tarea. haciendo un gesto a Aitor para que me de un par de monedas, se las dejo en la mesa al tabernero

Estaríamos muy agradecidos de cualquier ayuda que nos pudiera brindar para el bien de nuestra misión. Es seguro que usted habrá oído toda clase de historias, e incluso conocer a alguien que las haya vivido en primera persona ¿me equivoco?

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11/09/2011, 19:44
Jacinto

Mira con creciente hostilidad a Alonso, Jacinto es uno de esos hombres que por ser propietario de un establecimiento y muy conocido en el pueblo, no está acostumbrado a que le lleven la contraria y mucho menos a que alguien le falte , aunque sea de una manera tan sutil.

De hecho, suponéis que es de esos hombres que por tratar con gente de poca cultura y menos alcurnia, está acostumbrado a ser el más listo y el más "chancero" . Pero a juzgar por el rechinar de dientes, algunos de vosotros teméis que el hombre saque un palo de detrás del mostrador y se lie a garrotazos con Alonso, no por verse insultado, que en realidad no ha habido insulto de por medio, sino más bien por verse contrariado o amenazado dialécticamente por alguien.

Pero entonces interviene la divina providencia, y nunca mejor dicho, las palabras del Padre Beltrán sirven en primer lugar para limar asperezas y en segundo lugar , para recordar a Jacinto con quién está trantando. Clérigos e Hidalgos, no con los espantapájaros que acostumbra.

Jacinto respira hondo, se tranquiliza y mira al Padre Beltrán primero, y después a Alonso con sumisión, posteriormente vuelve a mirar al Páter antes de contestar ya muy calmado:

-Habéis venido al lugar adecuado, yo conozco bastantes cosas de la vieja torre, que no molino como seguramente os habrá mencionado algún hombre del corregidor en su papel de comerciante o incluso él mismo, ni lo sé ni me importa cuál de los dos supuestos es el correcto, pero mejor que os lo cuente yo, harías bien a preguntarle al Tío Pencho que está allí sentado.- Señala la mesa de los harapientos - si le invitáis a un par de tragos o le dais una moneda os contará hasta ccon quien duerme su madre jajajja-mira a Beltrán - perdón páter...- se pone colorado como un tomate al percatarse del desliz y rápidamente añade -Fuera de estas puertas nadie os diría nada, la gente últimamente se está volviendo muy temerosa.

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11/09/2011, 20:00
Mateo Ceballos

Mateo mira ceñudo al clerigo y luego a su mano, mientras recita una retaíla para sus adentros va contando con los dedos y al llegar al dedo índice de la segunda mano su semblante se transforma en un serio disgusto.

Esta claro, el Octavo dice: No levantarás falso testimonio ni dirás mentiras. Eso no puede ser en un párroco, más vale que le Su Eminencia tenga las narices metidas en el maldito molino,  por que si este cura es un mentiroso más le vale colgar los hábitos...

 

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11/09/2011, 20:05
Beltrán de Salamanca

Ignorando al hombre de mar, asiento a las palabras de Jacinto, restando importancia a ese último desliz. Tomando las monedas que he dejado en la mesa, pago las bebidas y dejo una moneda de plata de propina. Esta conversación ha de mantenerse en secreto. No sabemos a lo que nos enfrentamos, por lo que es mejor que tus labios estén sellados ¿me has entendido Jacinto? ¿puede la iglesia confiar en tí?

Una vez que el posadero acepta y se ha alejado de la mesa, me acerco un poco al medio

Bueno compañeros. Será mejor que abordeís vosotros a ese pobre diablo con un poco de cháchara y bebida. Haced lo que os ha dicho el posadero y pagadle alguna ronda para que afloje la lengua, pero apartadle antes de ese grupo de chismosos.

Notas de juego

he supuesto que acepta el posadero para avanzar un poco. Si no es así, ya vuelvo para atrás para romperle las piernas.....digo para hablar con él nuevamente XD

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11/09/2011, 20:16
Alonso Méndez

Acto seguido, cerciorándome por completo que había molestado al dueño de la taberna (y tal vez incomodado a mis compañeros de viaje), tomé mi copa de vino con decisión; carraspeé un poco y fui a sentarme al lado del "pobre desgraciado". Veía como mi buen mozo había tomado asiento al lado en otra mesa. Al pasar por su lado, Godoy me miró y le toqué el hombro mientras caminaba, señal de que pasaba por ahí y que podría necesitarle en cualquier momento... para que estuviera alerta.

Sin más dilación me senté a su lado. Levanté mi capa para no pisarla y tomé asiento junto al tal Pencho. Al principio lo hice como quien no ve a nadie en esa mesa, como indiferente. Posé el vino en mi mano, lo levanté, tomé un fingido sorbo muy sobreactuado (en realidad me mojé los labios) y luego puse el vaso en el mismo sitio de la mesa, donde estaba. Justo después miré a un lado, comprobando falsamente quién había en la taberna como quien su mente se encuentra sin nada que hacer... Entonces miré al hombre. Hice un gesto de sobresalto y sorpresa, a la par que ridículo. En realidad, mostraba una actitud pasivo-agresiva colocándome en su mesa con cierto sarcasmo y descaro (detrás de mi podía incluso oir la risa burlona de mi siervo ante tal escena). Y ciertamente creí que me miraba aquel tipo cuando le hablé:

¡Este vino es como un gallo de los que pelean! ¿Lo ha probado usted? Muy picado lo veo yo... -le dije sonriendo. Adelante, pruébelo: ¡tabernero! Otro vaso para el señor.

En esos momentos hice un gesto disimulado con la cabeza al resto del grupo para que se sentasen con nosotros e "invadieran aquel espacio". Necesitábamos el mayor "carisma" posible para recabar datos.

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11/09/2011, 20:34
Beltrán de Salamanca

Deliberadamente, doy la espaldas a esa mesa, levanto mi copa de vino y me echo un pequeño trago Ese Alonso habrá que tenerle vigilado. Parece demasiado agresivo y puede que se meta en algún lío. Esperemos a ver cómo se desenvuelve el resto.

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11/09/2011, 20:44
Director

Notas de juego

No te preocupes Beltrán, me gusta que los personajes se tomen licencias de vez en cuando, da más improvisación a las partidas.

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11/09/2011, 20:45
El Tío Pencho

Después de llevar varias horas en la posada y varias jarras de vino (menos de las que le hubiese gustado), cuando ve que el hidalgo( o bajo noble) se sienta a su lado, no sabe si lo que está viendo es real o es producto del vino. Ante las palabras de Alonso y su altanería, el tío Pencho entrecierra los ojos mientras se pasa una de las mangas ya sucísimas por la boca para limpiarse las babas. Jamás habría dicho el Tío Pencho que el vino de Jacinto estaba picado, para él no existía vino mejor, pero si aquél hombre le ofrecía una copa sólo por dudar del vino, por Dios que el Tío Pencho de Bullas dudaría hasta del mismísimo vino del Copón!!!!

Sacudiendo la cabeza para dejar esos blasfemos pensamientos a un lado, el Tío Pencho asiente con la cabeza -  con tanta fuerza que apunto está de caerse de espaldas - mientras habla intentando pronunciar lo mejor que puede:

- Sí he notado yo  algo, mi Señor, es cierto que hay algo que sabe raro en este vino.- Dice mientras mira a Jacinto, que le devuelve la mirada con cara de pocos amigos- Será un honor ayudaros a descubrir... eeessto hip hip*

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11/09/2011, 20:53
Jacinto

Igual de negro que un sarraceno, Jacinto no puede dejar de mirar con odio a Alonso y al propio Tío Pencho mientras murmura por lo bajinis mientras sirve el vino - picado mi vino.... mi vino! ... si no fueses hidalgo...- en seguida sirve el vino al Tío Pencho que bebe el vaso de dos únicos tragos, después sonrie y se limpia con la manga.

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11/09/2011, 22:33
El Tío Pencho

Cuando acaba de limpiarse con la manga sonriendo comenta a Alonso - Sí hay algo raro en este vino sí, pero sigo sin notar qué es, quizás si un Señor como vos me dejase volver a intentarlo con otro vaso...

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11/09/2011, 22:36
Alonso Méndez

Pues verá señor mio, de momento otra no...: y es que le confieso (no se lo diga a nadie) que cuando me pongo a beber -le dijo en un pequeño tono burlesco que alguien como Pencho, según Alonso, no captaría-, me da por hablar y hablar... No sé, es un vicio innato... Y la verdad es que no hay mucha gente en esta taberna, como puede ver, con la que hablar -en esos momentos me puse la mano cerca de la boca con cierto disimulo forzado como quien tapa unas palabras o formula un secreto-: esos tipos de la otra mesa no tienen pinta de contar chascarrillos, ¿no cree?  Por eso le vi a usted y me pregunté: ¡Helo ahí! ¿Acaso ese buen hombre sabrá algo? Seguro que ha oído lo del... -en esos momentos Alonso hizo como que se acordaba de algo-... del mo...¡ah bueno! Creo que no le he comentado... ¿verdad? Me dijeron que el molino de este pueblo está en desuso-Alonso ironizaba de nuevo-. Y ciertamente no me atrevo a preguntarle a ese tabernero sobre ello, pues ya ve usted la cara que me puso cuando dije lo del vino... ¡Válgame el Señor que estaba picado! -le guiñé un ojo a Jacinto-¡Como para preguntarle porqué rehusa la gente de acercarse a ese lugar!

Alonso tosía mirando por momentos a un lado.

Ejem... ¿porque usted no lo sabe verdad? ¿Qué es lo que le ocurre a las buenas gentes de Bullas? -dicha pregunta carecía ahora de toda burla o divertimento.

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11/09/2011, 23:25
El Tío Pencho

Parece sorprendido - Yo no sé nada de ningún molino buen hombre... aquí no hay ningún molino, al menos... hip* ... de momento creo que el corregidor... hip* ... perdón... creo que el corregidor había pedido licencia para abrir uno donde aquella torre. ¿ Sabe? si se refiere a esa torre... hip*... puede que nunca llegue a hacerse tal molino. A bien que todos los aquí presentes- señala a todos los parroquianos incluídos a los dos bien vestidos - sabemos que esa torre está maldita, es el señor corregidor el que no se entera o no se quiere enterar, esa torre está doblemente maldita, que la alzaron manos paganas, los romanos y la maldijeron los enemigos de la fe, los moros. Pues cercana a ella se dice que escondió un príncipe musulmán sus tesoros, matando luego a los esclavos que había cavado el escondrijo. Él mismo murió luego a manos de los cristianos, y sus riquezas quedaron sin amo..., pero protegidas por las almas en pena de los que allí murieron, comandadas por el diablo de moro, que no dejará que nadie se acerque a su riqueza...- hace una pausa para carraspear- se me está quedando la garganta seca. Me va a ser imposible seguir hablando...

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12/09/2011, 00:05
Íñigo Montoya

Sin dejar de vigilar a los otros tipos y al tal Jacinto que me resulta un poco bravucón escucho por fin algo de lo que andábamos buscando

E-en buena ho-ora. E-empezamos a e-entend-eernos. Iré por o-otra jarra para e-el señor.


Si se habla de tesoro no faltará quién haya venido buscándolo. Algo tendremos que oírnos sobre algún buscafortunas seguro.

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12/09/2011, 00:25
Godoy. Siervo de Alonso

Cuando dijo la palabras "tesoro", Godoy, que estaba en la mesa contigua y de espaldas a Pencho, cada uno sentado en su silla, dejó de recostarse y alzar su trasero para elevar su cuerpo. Ladeó su cabeza y la dejo así, inclinada, pegando su oreja y saboreando el placer que las leyendas emanan cuando se trata de joyas y dineros...

Ay, ¡la Virgen!...-pensaba relamiéndose.

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12/09/2011, 10:34
Aitor Berazaluce

Aitor, silencioso hasta el momento, permanece sentado y con aspecto relajado, una mano agarra la copa de vino y la otra permanece enganchada en su cinturón en un gesto típico de descanso, el cuchillo oculto está cerca de esa mano, y eso le tranquilza, sabe que siendo esta la única taberna del pueblo a la fuerza ha de pasar de todo por aquí, lo bueno y lo malo de Bullas tiene por fuerza que frecuentar este garito, ya que la sed agobia tanto a las gentes decentes como a los bribones, y ya son muchas las peleas que ha presenciado en este tipo de locales cuando la gente se mete en asuntos que no son suyos.

Cuando Alonso comienza a hablar con los desarrapados de al lado, Aitor se fija y observa atentamente a los parroquianos de la otra mesa, aquellos que parece no haberse revolcado en una porqueriza, intenta ver si están atentos a la conversación entre el tío Pencho y Alonso o si están a la suya sin meterse en conversaciones ajenas.

A mi este vino me parece que está bueno, aunque claro, no tengo el paladar de un señorito de buena crianza, dice con ligereza e invitando con un geto al resto a opinar.

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12/09/2011, 11:40
Director

Por lo que tus ojos puede comprobar, los harapientos que comparten mesa con el Tío Pencho, van a lo suyo y de hecho no hacen el más mínimo caso a la conversación de Pencho y Alonso, sólo les ves reaccionar cuando Alonso afirma que el vino está picado, en ese momento, todos los presentes miran a sus jarras con extrañeza.

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12/09/2011, 12:14
Aitor Berazaluce
Sólo para el director

Notas de juego

Aitor se fija y observa atentamente a los parroquianos de la otra mesa, aquellos que parece no haberse revolcado en una porqueriza

 

Me refería a los de la otra mesa que iban mejor vestidos.  

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12/09/2011, 12:18
Director

Tanto monta que monta tanto Isabel como Fernando, en la otra mesa tampoco hay reacción alguna exceptúando el momento del vino.

Notas de juego

Perdona no leí bien.