Partida Rol por web

Por unos instantes dudo ante la mole que se encuentra delante de mis narices sintiéndome, siguiendo mis instintos, como un pequeño insecto que será aplastado ante un gran matamoscas.

De todas formas, ya que no tengo mucho tiempo para pensar ni de ser del todo consecuente de mis actos, agarro la pala con firmeza e intento descargar un golpe sobre el último de los sujetos aparecidos en escena. En el fondo los deseos de mi mente son que dicho sujeto quede incapacitado de alguna manera para salir lo más posible aireados del combate y llegar a tener entre nuestras manos la cabeza del doctor Frankenstein.

Entre gruñidos guturales rezumantes de odio, el lobomizado continúa atacando y esquivando golpes. Su rabia ciega le permite darse cuenta de la llegada de un nuevo adversario, pero no de dar cuartel al deforme Igor. Cuando uno de sus ataques acierta en el jorobado y tanto el alarido de éste como la sagre que brota, a borbotones, de la herida confirman que ha conseguido herirle, aúlla y se lanza con renovada violencia contra el cuerpecillo.

Quizás consiga termiar con él a tiempo de evitar los ataques del recién llegado...

Esquivando el ataque, me dispongo a usar mis zarpas. Antes eran molestas para agarrar la cadena, pero en combate podran descarrar facilmente la piel del enemigo. Sin pensarlo dos vece, solamente por instinto de supervivencia, respondo al ataquel.

Igor retrocede, sube las escaleras, pero Lobomizado no da cuartel, un cerebro podrido, un cuerpo reanimado, pero unos instintos que aumentan a cada segundo, otorgándole una rabia y una furia que ni siquiera el cabrón jorobado sirviente del DrFrankenstein puede detener. Garrazos esquivados por los pelos, mordiscos detenidos a duras penas con la porra, el ataque de Lobomizado es constante, y arrincona a Igor cada vez más alto

Lobomizado da rienda suelta a su furia, aulla y babea, maldice y ataca, grita y gruñe atemorizando a Igor.

Essssscoria como te atrevesss a ssseguirme por el cassstillo, ¡¡A los perrrrrosss malossss...

Un porrazo de Igor se cuela en la defensa del Lobomizado, ciego de furia y ira, incapaz de verlo venir, golpeándole diréctamente en las piernas y haciendole trastabillar tres o cuatro escalones abajo

...Bozal !! 

Igor agita su porra desde su lugar sin acercarse demasiado, intentando con ello disuadir al feroz experimento que gruñe dolorido mientras se levanta de nuevo, dispuesto a no perder este combate, no, no era eso lo que tocaba, debía llegar hasta la torre, debía vérselas cara a cara con el DrFrankenstein.

Saliste de las mazmorras, entre humo, mierda y mugre para aparecer en el infierno, donde los demonios cosidos trataron de aniquilaros, como si fuerais una plaga, como si fuerais una peste, creían que podían con vosotros, pero tú sobreviviste, tú saliste de allí, ascendiste con las fuerzas que te quedaban y con gran dolor llegaste hasta donde estás ahora, no, no es el momento de perder, no es el momento de rendirse

Con feroces y ahogados gritos de desesperación, el sujeto 2.141X y el sujeto 1.144X arremeten contra el horrible, deforme y brutal sujeto, con muecas de evidente desagrado por una criatura aún menos agraciada que ellos mismos, ellos, sujetos del nivel 1 y 2, creados a partir de los miembros muertos que un chiflado sacó de una tumba, que recuperó de un cadáver para daros la vida, una vida que no deseábais, una vida llena de sufrimiento y dolor, una no-vida.

Esta, por alguna razón esta y no otra, debía ser la noche de la venganza, debía ser la noche en la que el Doctor Frankenstein pagara por cada uno de los pecados cometidos, que pagara por las crueles abominaciones obligadas a vivir y servir bajo sus órdenes en la peligrosa Factoría, azuzados y deshechados cual basura, sin piedad.

El sujeto 1.143-Alfa se interponía en vuestro camino, y nadie podía interponerse ante vuestros deseos de venganza y vuestro profundo sentimiento de odio, pero él también siente un profundo odio, una aversión inexplicable por vosotros, incluso con los tornillos visiblemente apretados, tan apretados que hunden su propio cráneo, aún es capaz de murmurar

Iiiiiiiigoooooooorrrrrrr

Sus dientes rechinan al ver la cara del estirado Sujeto 2.141X, y empuñando ambas tijeras como estiletes, se lanza contra su cara en un salto dificil de creer, aún así, basta apartar ligeramente la cabeza para evadir el golpe, y en su caída, de nuevo al suelo, rasga por completo con ambos punzones el cuerpo del Sujeto 2.141X. Una herida abierta, vertial, enorme, deja verter todo su podrido contenido, el interior del cuerpo del Sujeto 2.141X se vierte sobre el Sujeto 1.143-Alfa, tripas con olor a pescado en descomposición, pero nada comparable a los horrores de vivir en esos cuerpos.

El sujeto 2.141X cae de rodillas con unos últimos estertores, aún vaciando su interior a través del abdomen como una brutal cascada de carne podrida, y finalmente cae al suelo desplomado, el Sujeto 1.143-Alfa se sacude del montón de tripas, y se iclina levemente al recibir un potente palazo en sus débiles, enclenques, y malformadas piernas.

Un golpe, metal contra metal, resuena con vibraciones por las manos del sujeto 1.144X, que observa aterrado a su compañero caído, que observa aterrado el brutal sujeto erguirse frente a él, y qué le queda al pobre sujeto por pensar, cuando su visión telescópica observa con terror el tintinear de una luz roja al final de la cuenca vidriosa del temible Sujeto 1.143-Alfa, qué le queda por hacer....

Desafortunadamente para el sujeto 2.141-X este es su fin, tan espantoso como el resto de muertes que he presenciado en este corto periodo de tiempo.
Aprovechando la atención que el metálico ser le prestaba he podido atinar un golpe bajo aunque, por lo visto, sin efecto alguno. Ante mi incapacidad pensativa lo único que consigo hacer es seguir adelante con la nueva tarea que tengo, sin pensar en el miedo y sin pensar en la vida. Intento propinar otro golpe al desmesurado sujeto que se muestra ante mí siendo incapaz de prestar mayor atención a la lucha que sucede escaleras arriba.

El ataque del enorme ser le pilla de sorpresa. Al ver el salto, gira su cabeza para esquivar el inminente golpe, pero al caer, siente como su toraz se abre de cuajo y, mirando su pútrido cuerpo, gime. Ve caer todas sus tripas sobre el atacante. Sin pensarlo, se lleva sus manos hacia en ahora vacio estomago antes de caer inerte sobre el suelo. Lo sabia, sabia que moriria. Abraza la muerte con agrado, librandose de su tormento para siempre.

El mazazo de Igor llega aprovechando un minúsculo instante en que la guardia de lobomizado queda descubierta. La porra metálica golpea las extenuadas piernas del grotesco ser, provocándole un lacerante dolor que le hace perder el equilibrio, reculando varios peldaños.

Aúlla. El dolor es, en estos momentos lo único que es capaz de sentir ...hasta que resurge la ira. Magullado, dolorido y agotado, este sentimiento irracional, esa necesidad de impartir justo castigo a través del dolor y la muerte le brinda la energía necesaria para incorporarse una vez más. Ya no se trata de un gruñido apenas contenido lo que surge de su garganta, sino una violenta cacofonía que aúna dolor y odio; una llamada a la propia muerte.

Con un alarido que retumba en el angosto pasadizo que contiene la escalera, el abominable ser se lanza una vez más, quizás la última, contra su contrahecho rival.

Haciendo alarde de una descontrolada bestialidad, el Lobomizado continúa con su cruzada particular, sembrando el caos y la muerte allá donde va.

Igor retrocede, más y más, mientras intenta mantenerle a raya… pero no se conoce en La Factoría hasta el día de hoy algo capaz de aplacar a la infame criatura.

Rabioso, el engendro asciende de un salto varios escalones mientras lanza zarpazos a diestro y siniestro, sobrepasando la capacidad de defensa del jorobado, que aterrorizado observa lo que bien podría ser la última estampa que viese antes de morir.

Una de las infectas uñas del Lobomizado se clava en el pómulo izquierdo de Igor, atravesando la carne como un punzón… ojos que se abren por la impresión, y un profundo dolor… y después el regreso de la monstruosa zarpa hasta su dueño, rasgando la piel como una cuchilla de afeitar, hasta cortar la delgada línea que lo separa de los labios del esbirro del Doctor.

Zasssssss

Y un chorro de sangre salta contra la pared mientras el adolorido hombrecillo retrocede varios peldaños intentando recuperar el control sobre la situación, con una mano apretándose la enorme herida y la otra intentando agarrar como buenamente puede la porra de metal.

El sujeto 1.144X golpea a 1.143-Alfa sin piedad, sin pausa, en un frenético ataque automaticado fruto de poder mantener la mente en blanco, la pala se alza y desciende golpeando las piernas del sujeto Alfa sin que este pueda tan siquiera volverse. Craarrck, un crujido en sus piernas y el sonido de unas muelas que se parten al apretar los dientes con una fuerza descontrolada.

El sujeto 1.143-Alfa empuja al sujeto 1.144X y prepara las tijeras colocando cada dedo en su lugar correspondiente, abriéndolas y cerrándolas en una amenaza metálica y resplandeciente. Una de sus deformes piernas se muestra ahora con enormes bultos amoratados, incapaz de apoyarla sin causarse dolor, el sujeto avanza torpemente con un fiero rugido a por 1.144X, el cuerpo de 2.141X queda ya en el olvido, en toda su longitud queda tan solo como un elemento más de los pútridos escombros del castillo de Frankenstein.

La pala de 1.144X se vuelve alzar, se vuelve a preparar, vuelve a contraatacar, y las tijeras restallan al frotar sus hojas en un sádico siseo, en busca de la carne de la fétida y fría criatura que, impasible, golpea a su objetivo con violencia usando la pala ensangrentada.

Con el dolor mitigado en parte por la furia que le arrastra a avanzar un paso tras otro, con garras y colmillos prestos para el combate, el aberrante ser continúa sin dar cuartel a Igor. El encorvado hombrecillo esquiva sus dentelladas y zarpazos con movimientos desacompasados pero acertados, preservando su integridad y frustrando más y más al lobomizado. Hasta que éste acierta a golpearle en la cara.

Apenas un arañazo que deja un terrible corte en una de las mejillas del jorobado y hace manar su sangre. La criatura siente el cálido pálpito del fluido vital calentar al contacto su mortecina mano, apenas humana y lanza un nuevo alarido, exultante de júbilo.

- Puré - gruñe.

Y la efímera sensación de la piel desprendiéndose y la cálida sangre salpicando su mano le dan motivos para continuar su ataque. El jorobado comienza a mostrarse torpe, cansado ...quizás las criaturas del Doctor superen en algo a las criaturas de Dios