Partida Rol por web

¡¡¡RESUENAN LOS TRUENOS Y TIEMBLA EL MUNDO CONOCIDO!!! cuando las cifras del contador luminiscente se reducen a ceros y cesa el irritante sonido de un martilleante timbre, dando paso a una terrible explosión que destruye en cuestión de segundos los casi seis metros de ladrillo que tapian la entrada a las mazmorras.

Una lluvia de metralla formada por cascotes sale disparada hacia las verjas a una velocidad increíble, doblando y rompiendo el metal con facilidad en un metálico frenesí. Las criaturas enjauladas se ven obligadas a retroceder y a tirarse al lodo por instinto para evitar morir aplastados bajo las rocas que golpean su “hogar” con iracunda precisión, pero eso no es suficiente para algunas de ellas...

Una bola de pelo y dientes, que había permanecido oculta en la oscuridad hasta entonces es aplastada por gran cantidad de cascotes. Su cuerpo es ahora una funda exprimida con la boca desencajada, ante la cual se encuentran sus entrañas desparramadas por el suelo.

La criatura conocida como "Bestia", recibe un fuerte impacto de ladrillos en la cabeza, que le arrancan parte de la piel. De igual modo que le ocurre a Sally, la cual también es golpeada por proyectiles de ladrillo en la cabeza.

La Mutación Viscosa es alcanzada por los cascotes en el torso, pero gracias a estar recubierto por mucosa, el impacto resbala y pierde parte de su potencia.

Humo, polvo, fuertes estruendos y temblores desconcertantes son lo que viene después, justo antes de que los engendros se percaten de que un enorme boquete ha sido abierto en el enrejado que les había mantenido encerrados durante años.

Tras el pasillo semiderruido que antes estaba tapiado, nuevos horizontes se abren para las criaturas. De frente pueden verse unas sinuosas escaleras ocultas entre las sombras, mientras que a la izquierda, la explosión ha derruido una pared, dejando al descubierto un agujero por el que colarse en las cloacas.

No hay lugar ya en La Factoría para ocultar al demente que hizo aquello, pues ahora, los proscritos están sueltos...

Fuera lo que fuese aquello, pasó reptando junto a él sin que acertara a cazarlo. Se dirigía hacia la turba y el lobomizado no se sentía con ganas de perseguirla hasta el mar de carne y secreciones y continuó royendo a la espera de que sucediera algo.

Pasó algún tiempo, el justo, el preciso hasta que, sin aviso previo, la Faktoría pareció venirse abajo. Deflagraciones, un insoportable estruendo y bloques de piedra volando por los aires. Fue tan sólo un instante. Un aterrador instante de fundido en blanco. Luz ...dolorosa luz que junto al ruido, hicieron a aquella cosa más que animal y menos que hombre a hacerse un ovillo en busca de una ilusoria protección.

...Y entonces, un momentáneo silencio.

Al alzar la cabeza y mirar a su alrededor encontró un caos de cascotes, miembros y agonizantes. Por supuesto, había suficientes engendros que se habían salvado de la lluvia de piedras y se encontraban, como él ahora, erguidos y encarados hacia la recién encontrada salida de su prisión. La puerta al mundo y a la libertad o a la venganza y la muerte.

"Rápido"- pensó-. "Bajarán rápido. A buscarnos".

Y una vez más brindó al enrarecido aire, cargado ahora del hedor de la pólvora, su desgarrador aullido. Era hora de avanzar.

Los ojos de la criatura se mueven de un lado para otro llegando a parecer que se le salen de las órbitas. Las luces rojas que se movían... tenían que explicar aquel extruendo y derrumbamiento, en el futuro intentaría no volver a acercarse a nada que se parecieran a aquellos dígitos cambiantes que para
la criatura no pasaban de ser luces intermitentes sin mucho sentido.

Cuando el mismo infierno se les vino encima a los "monstruos", la mano retrocedió aún mas pegándose a la pared del fondo... el ruido de los objetos cayendo, los alaridos y la sangre de las bestias eran insoportables, ni siquiera cuando se oían los gritos de los experimentos al ser torturados producían un grito peor o mas desesperado, aquello era una pesadilla.

Cuando la espantosa mano volvió en si descubrió algo. Al principio no lo creía, pero la salvación podía estar allí. Como de la nada no solo apareció una salida, surgieron dos. ¿Suerte? ¿Justicia divina? ¿Un retorcido juego preparado por el creador? Si a la criatura le importaban las respuestas a esas preguntas no lo parecía en absoluto... solo pensaba en salir de allí.

La mano comenció a moverse hacia el boquete de la pared, el panorama que se veía a través del hueco le parecieron mas acojedores y menos enigmáticos... no solía hacer caso a su instinto, ya que es probable que ese desecho experimental ni siquiera supiera la existencia del instinto, pero para ella esos escalones ascendentes le perturbaban... sabía que los ruidos habían sido potentes, y si el creador o sus mascotas oían algo, lo más seguro es que surgieran para investigar por ahí, ya que antes del boquete, su captor bajaría para alimentarlos de algún lado... seguramente ese lado.

La mano ocular se adentró por el agujero hacia terreno desconocido, pero no quería estar en la celda mas, seguiría el camino hasta hallar la libertad, la venganza... o la muerte, lo que primero surgiera.

Cambiado lo de las escaleras...

Los alaridos van en aumento a medida que los números en rojo van descendiéndo, por un instante le parece que las rejas van a ceder bajo sus manos, y eso causa que se agite con todas sus fuerzas, ha perdido la razón.

Una explosión, heridos por todos lados, incluso muertos, pero él está a salvo, se remuve entre los cascotes y las heces, mirando rápidamente a su alrededor.

¡LIBERTAD!, ansiada libertad…

Examina sus dos oportunidades, unas escaleras que suben y un enorme agujero que parecen ser unas cloacas.

Sus pasos se dirigen hacia las escaleras, pero antes de llegar cambia de sentido rápidamente.

¿Sería una trampa? Fuese lo que fuese no estaba dispuesto a pasar por al lado de algo que podía causar tantas muertes…

Ellos estaban hechos para moverse en la oscuridad, se sentía más cómodo rodeado de su compañera más fiel.

- ¡RÁPIDO, TODOS POR AQUÍ!, ¡LI… LIBERTAD!

Pese haber peleado con más de uno a lo largo de su encierro, sentía cierto apego por sus compañeros, sabía que juntos serían más fuertes, y tal vez así, lograrían vengarse de quien les privo de su libertad.

Aguzando el oido y husmeando el fétido aire, su decidido paso se transformó en un dubitativo y ansioso caminar en círculos.

Una parte del él clamaba venganza y exigía el derramamiento de sangre mientras algo en su interior, apenas un eco, le decía que tomara el camino de la huida y tratar de buscar algo parecido a una vida, en el exterior.

Más vueltas. La voz era una señal inequívoca: alguien o algo les había liberado. Sí, algunos habían muerto en el proceso pero ahora eran libres ...y aquella libertad resultaba casi insoportable para quienes han vivido tanto tiempo privados de ella. Hacia abajo, entre las sombras más negras que aqueñllas que abandonara minutos antes se abría una vaga e imprecisa promesa de libertad, de aire puro y campo abierto ...hacia arriba sólo muerte: tal vez la ajena y, prácticamente segura, la propia.

Sus cascos producían un ruido acompasado a cada paso que daba, un "Clanc! Clanc! Clanc!" enmarcado en un suave y progresivo crescendo que terminaba de crisparle los nervios y elevaba su ansiedad, su nerviosismo y su confusión.

Decidió, entonces, que otros tomarían la decisión por él. Paró el repiqueteo y poco a poco, con cada exalación, la tensión fue disminuyendo. Mientras seguía atento a la posible llegada de alguien desde arriba observó qué hacían los demás. Si subía sólo, sería presa fácil, aún con la dudosa ayuda de su libertador. Por el agujero quizás su vida tan sólo se prolongase el tiempo que tardaran en darles caza ...y en cualquier caso, creyó que el número era un factor importante.

¡Estruendo del juicio Final! La explosión, como un monstruo rugiente y poderoso, que hizo temblar los cimientos de la misma prisión, llenó todo el sitio, sacudiendo, lanzando escombros, dolor, gritos y gemidos, las criaturas eran castigadas por la ira divina, expresada en aquel siniestro rayo, quien ejecutó su sentencia sin discriminar, sus ojos se abrieron y un chillido de terror escapó, chillido que que ahogó en el fragor del retumbante ruido, y el dolor expresado de otras criaturas. Algo había cambiado, pero su mente pequeña y salvaje, tan alterada por tantos días y noches en aquel lugar, apenas si podía entenderlo, analizarlo, procesarlo. Era un error, pero su conciencia apenas le permitía estar al tanto de esto.

La masa de engendros empieza a moverse, todos con esas ansías, ese deseo de escapar y fue cuando por fin percibió la libertad... estaban libres. El despojo que roía cayó finalmente, mientras la marea empezaba a salir. Aquel mutante con aires de roedor observa a ambos lados. Otea la celda, que había sido hasta hace poco su hogar. Su prisión. Su vida. Observó, cerca, el olor a sangre, un crujido. Lo que podría haber sido una bestia, ahora era un montón de vísceras y carne sin vida. Se acercó y olisqueó. Siempre desperdicios, pero no esta vez.

Tomó con sus garras un pedazo de carne, dándole un mordisco, el agrio y horroroso sabor solo era una dificultad mínima, comparada con el hambre que la atormentaba. Haló con rapidez y se movió con un pequeño pedazo entre sus brazos, como si fuera un bandido, un ladrón, un pedazo con cabellos, y un nauseabundo olor. Sus ojos revisaban todo, mientras todos se movían. Algo le decía que debía subir, pero fue más fuerte esa naturaleza trastornada de un alma, antaño humana, y ahora hecha bestia en contra de su voluntad, mientras se dirigió hacia las cloacas con su presa... y en su mente, palpitaban varios razonamientos inconclusos, una rabia, una sed de venganza que no sabía como expresar, un hambre primigenia, un terror instintivo y el deseo de dejar aquel sitio para siempre.

Todo es confusión, la vista se me ha nublado, entre los olores.... las vibraciones y los gritos, puedo detectar que no he resultado la única herida. Me encuentro tendida en el suelo, intento llevarme las manos a la cabeza, pero algo sujeta mi mano derecha, quizás es un escombro o algún herido... herido... si hay heridos no debo dejar que el dolor me controle, libero mi mano con todas mis fuerzas y aun con la vista nublada intento ponerme de pie.

Al fin comienzo a ver la escena con mas claridad, el caos ha hecho estragos... me acerco a ayudar a uno que veo caído, pero me doy cuenta de que ha muerto -Muerto- dejo escapar de mis labios, mientras sigo en búsqueda de solo heridos, pero me desespero, hay tantos... comienzo a gritar -¿Heridos?, ¿Quien necesita reparación?- gritó mientras me giró y observo a la rata tomar su alimento, sin poder evitarlo vomito sobre uno de los cuerpos... el asco ha hecho de las suyas conmigo...

Sigo como puedo y me dirijo hacia donde debe encontrarse nuestro creador... el tendrá que explicar muchas cosas... por las escaleras corren muchos mas, unos buscando venganza quizás, otros tal vez solo la libertad... ¿entre cuales me ubicó yo? No lo se, estoy indecisa, aunque en medio de mi ignorancia solo encuentro una gran verdad...salir de aquí es la única opción, por el motivo que sea.

Allí contra las rejas estaba observando sin pensar en nada

Libertad?... nos libera?... siiii  dice la criatura con muy poca expresividad en sus palabras y se queda contra la reja esperando a que algo suceda y observando esa extraña cosa deje de brillar (el contador)

Luego un gran sonido! Similar a esos que solíamos escuchar un tiempo antes de que caiga colinda por la ventilación

Una gran cantidad de polvo se levanta y solo un leve fogueo llego a ver antes de eso, cuando el chillido al fin se fue de mi cabeza me doy cuenta que estoy en el piso y siento un golpe en el torso, en el lugar donde deberían de ir las costillas y al observarme veo mi piel que de a poco se esta volviendo a tapar de baba… hace mucho que no la veía... esa capa de baba era muy difícil de sacarla, luego de eso trato de ponerme de pie pese a que me cuesta un poco y allí cubierto de polvo húmedo y con el seño medio fruncido camino unos pasos y observo que estoy fuera de las rejas y miro para ambos lados

Libertad…. Si!... “quien habrá liberado a mutación viscosa?... que alegría! Voy a ser libre!, solo tengo que matar al doctor…”

Luego de unos segundos de estar con la mirada completamente perdida y absolutamente quieto… Ji ji ji ji ji matar ji ji ji… dice la mutación mientras se dirige a las cloacas y lentamente

En su estado de confusión, la quimera, aquel ser a mitad de camino entre en hombre y la bestia sintió algo. Fue cuando la vió. Aquella mujer, si podía decirse que aún fuese humana, agazapada entre los cuerpos pero, en contra de lo que le pareció al principio, no buscando carroña sino ¡Santo Dios! ...Buscando heridos entre los muertos. La escuchó llamarlos y la vió tratar de ayudarles a ponerse en pie de nuevo, a pesar de sus propias heridas. Y la vió no obstante, débil, vomitando, tal vez a casa del horror, quizás a consecuencia de sus propios daños internos.

Afloraron en su nebulosa memoria recuerdos de alguna vida anterior, de una existencia dichosa. La curación. La medicina. La compasión... recordaba aquellas cosas, las había visto y experimentado, las entendía tanto como ahora veía que, para él, ya no existían. Ahora más que nunca, fue consciente de su propio dolor, de la picazón de las suturas, del escozor de las zonas infectadas por aquellas grapas oxidadas en sus manos.

Entonces fue cuando aquella forma menuda y escuálida pasó corriendo entre ellos y en dirección al profundo agujero. Libertad... ¿Era lúcido creer en que podrían tener una vida allá fuera? Rió ante este pensamiento. Era inútil, castillos en el aire y poco más. Ellos ya nunca podrían regresar a la vida normal, jamás recuperarían lo que perdieron y de ningún modo otros que no fueran como ellos podrían aceptarles ni tolerarles. Ni siquiera entre los suyos podían contar con un trato digno.

Su nerviosismo se esfumó. Aquello no era vida, ellos mismos eran una parodia. Bufó. Esto había llegado demasiado lejos. Era preferible morir inútilmente buscando venganza, redención tal vez, que huir de aquel infierno. Fuera sería más de lo mismo. Serían cazados, tendrían que esconderse...

No. Nunca más.

- Subiré, no huiré - gruñó.- ¿Seré el único?

Estruendorosos cañonazos dan paso a nubarrones de polvo y humo, que inundan las mazmorras llenándolo todo de muerte y dolor bajo su manto asfixiante. Por suerte o por desgracia no soy uno de los que reciben el impacto del duro cascote.

Rápidamente me levanto del embarrado suelo lleno de vísceras y fluídos fétidos, pues la explosión me hizo caer torpemente. Me giro con el torso erguido, observando todo lo que me rodea desde algun recóndito lugar de mi cuerpo donde se oculta mi sentido de la percepción. Lo veo todo borroso, como en una pesadilla... figuras corren frenéticamente, pisando cuerpos sin vida de los que ya han finalizado su tormento... entonces me doy cuenta... las rejas han sido destrozadas... un inmenso boquete es ahora la vía de escape de mis atormentados compañeros de cautiverio, que cruzan hacia un destino incierto pero sin duda más esperanzador que lo ya sufrido.

La ira vuelve a aflorar en el interior de mi grasiento cuerpo, y ella me da fuerzas para saltar a través del agujero de las rejas y correr como una mole enfurecida en línea recta hacia las escaleras.

En mi ansioso avance cruzo junto a la criatura con rostro de lupino, que duda en mitad del camino... sin poder controlar mi cuerpo, le proporciono un inevitable empujón con el hombro y casi lo desestabilizo. No me giro para observarle... no hay lugar para la duda ahora... decidid vuestra forma de morir... la mía será matando.

Abriendo por completo mis zarpas, subo a la carrera por las escaleras mientras busco la sangre que me está llamando.

Escondido tras su muro, temblando, con ganas de llorar, conteniéndose, esperaba...no sabía a qué...a una señal de Dios tal vez. Al Diablo para que se lo llevase...Todo podía ser.

Llevaba no sabía cuanto tiempo esperando algo, y hoy, parecía ser el día.

Y dios hace entrada, con su mano poderosa, arrasando todo a su paso, gruñidos, gritos, la explosión llenan el ambiente. Un niño llora.

No puede evitarlo, el ruido, el movimiento lo hacen encogerse en un pequeño ovillo y llorar desconsolado.

Mierda, mierda, mierda...esto lleno de animales y él llorando, sin poderlo remediar...necesitaba un busto femenino en el que reposar, dormir, calmarse...Pero no había, solo estaban él y sus imágenes impías, él y Él...Se cubre la boca con el brazo, para al menos calmar el ruido, pues en el silencio absoluto tras la explosión, su llanto sonaba como una alarma.

De nuevo se escucha movimiento, su llanto se transforma en un hipo nervioso, se limpia los ojos con el brazo lleno de aquella mierda cenagosa, pero al menos se libra de las lágrimas. Hace lo mismo con los litros de mocos que casi empezaban a chorrear ya por su barbilla. Odiaba ser un puto bebé. En momentos como este, deseaba poder encontrarse a sí mismo, como niño y como adulto, y darse el mismo fin que a aquellos angelitos. Al limpiarse ve que su celda ha quedado abierta, no mucho, lo suficiente...pero ¡Entraba! ¡Por fin su cabeza enorme de humano no desarrollado entraba por la reja!

Se puso en pie tambaleándose, y se asomó. Vio a las demás criaturas ir hacia donde estaba la cosa de color innombrable con símbolos irreconocibles...Allí era donde había caído la mano de Dios. Se acercó tan rápido como podía, medio gateando, medio andando. Dos posibles salidas...Una única posible salida. Él no podía subir escaleras, no sin tirarse una vida para ello, seguro que lso escalones eran enormes...no podía...Una única vía, las cloacas. Dios lo acompañaría por la nueva oscuridad a la que se iba a adentrar. Y no estaba solo, veía y escuchaba a otras criaturas a su alrededor.

¿Se apiadarían de un pequeño como él? ¿Sencillamente se lo comerían? Dios es sabio en su omnipotencia, Él guiaría el camino de su marionetita.

Siguió adentrándose en las cloacas, tratando se pegarse a la pared, intentando no ir ni el primero ni el último, refugiarse en la manada...Si alguien lo llevase en brazos...

"Continua en la escena Cloacas"

"Continúa en la escena 3r Nivel de LaFactoría"

Todos han huído ya tras la explosión, dejándote completamente solo en las oscuras mazmorras. El rincón en el que permanecías agazapado está ahora rodeado de escombros, dificultando así cualquier intento de escapatoria.

Escuchas los gritos y rugidos de los que hasta hace poco fueron tus compañeros de martirio... se alejan... unos suben por las escaleras y otros se cuelan por las cloacas... en cuestión de segundos todas las deformes deformes figuras desaparecen del lugar, excepto tú, que continúas encerrado a pesar de que la verja está destrozada.

la bestia gruñe, su cabeza da vueltas y puede notar la sangre cayendo en su frente. dolor, mas dolor. que mas da un poco mas. aparta como puede los escombros en su camino y se dirige hacia las escaleras.

salir de la cueva, sera un sueño o realmente estoy despierto?? aun se acordara padre de mi?? no puede haberme olvidado, lo prometio. porque no habra venido el a vernos.

al llegar a las escaleras, miro hacia arriba, mientras oigo a los demas, ya algo alejados de mi, huyendo cada uno hacia su destino, sea cual sea el de ellos. yo ire a por padre, a que cumpla lo prometido, a por la cura, a volver a ser normal

"Continúa en la escena 3r Nivel de LaFactoría"