Partida Rol por web

Se lleva una mano delante de la boca para señalar con la otra mano al chico "mole".

¡Estás herido! ¡Tienes que curarte! ¡Abajo hay una ambulancia! - exclama en su tono de voz particular, infantil y chillón... aunque sigue asustada y hablándole a Roberto, igualmente se ha medio escondido detrás de Enry... no vaya a ser que piense que el que quiera que se cure sea un acto en contra de su persona... 

Sin embargo mira a Manuel de reojo y frunce levemente el ceño entrecerrando los ojos - A él no le ha dicho lo de la lista negra... ¬.¬ 

Mira de nuevo a Enry y asiente - Yo también quiero salir de aquí, pero... mis alumnos... y Verónica, quizás siguen arriba... y el Gigante está herido.  - señalando una vez más a Roberto.

Enry miro al tipo musculado. -Deberias acompañarnos hasta abajo y que los de la ambulancia te echen un vistazo, estas herido. - Luego se volvió hacia takako. si te quedas mas trranquila, podemos subir a ver que tal estan tus alumnos y veronica

Me siento bastante nervioso. Me miro las manos, veo como tiemblan violentamente... Me aparto del grandullón y empiezo a subir las escaleras corriendo llamando a voz en grito a mi hija...

Verónica!!!

Habiendose retirado Manuel y dirigiéndose a Roberto, tanto Takako como Enry, Roberto cruzó la puerta saliendo de la estancia de las escaleras, dejando atras al padre que subía las mismas en busca de su hija.

- No creo q sea buena idea. -Dijo a la pareja que le habia hablado. - Apenas son unos rasguños, no creo que sea grave y no está en mis planes el tener que dar explicaciones a los maderos sobre nada de lo que aquí ha ocurrido.

Dicho lo cual, recoge la toalla del suelo propia que se le cayó antes y se limpió la sange del rostro, emitiendo un gesto de dolor al rozar las heridas con el tejido de algodon.

 Mientras todos discutían entre si y perdían la calma Hans se apartó del grupito y subió detrás del padre de quien quiera que fuese. Si la cosa había subido por allí era más probable encontrar respuestas arriba que entre todos los demás cagados de miedo.

Ya terminarán de cacarear. Subió los peldaños de dos en dos.

Miró al padre y a Hans... y miró a Enry, y la chica asintió.

Sí, vayamos arriba... puede que haya alguien que necesite ayuda.

Se intenta autoconvencer de que no va a pasar nada y que estará todo bajo supervisión... pero en realidad está cagada de miedo. Seguramente por eso, antes de subir las escaleras se giró hacia el Grandullón.

¿Te vienes? Quizás necesitemos destrozar puertas... - intenta sonreir, pero solo de verle la cara se asusta de nuevo... y decide subir las escaleras, a paso rápido, pero sin correr.

Manuel sube rápidamente hacia arriba, seguido un poco más retrasado por Hans, por Takako, y el resto. Llegais arriba y veis a un grupito de unos 10 niños mirandoos, se encuentran sentados, tranquilamente, hablando de sus cosas. Veronica sale del baño y se dirije corriendo hacia su padre, lanzándole los brazos por encima. Papá ese me asustó! dice señalando a Roberto y tapando su cara en el hombro de Manuel. Una niña se levanta mirando a Takako. Sensei, ya habeis vuelto? Inclina la cabeza a modo de saludo. Da la impresión de que no hayan sido conscientes de todo lo que ha ocurrido. Takako observa que aquí arriba estan las cosas como las dejó...

Roberto no subió las escaleras. Ya había hecho suficiente por gente a la que no conocía y no le gustaba la idea de lo que acababa de hacer hace un momento. ¿Por que cojones iba a hacer nada por esa gente? ninguna le caia bien y no les conocía de nada. SI querían subir que suberan, sea lo que fuera esa niña, dudaba mucho que se encontrara por ahi ya, asi que tenia cosas mejores que hacer que buscar a la hija esa que subió al creer que iba a ser golpeada por Roberto.

Frunciendo el ceño por el comentario de la china, Roberto decide dejarlo pasar y se dirige por su cuenta de nuevo al cuarto de baño, le molestaban esas heridas y se las iba alimpiar antes que nadie de fuera entrara al gimnasio y tuviera que contar cualquier historia de como se habia hecho las heridas. Así que una vez entra en el vestuario masculino, deja la toalla al borde del lavabo y se lava la cara con cuidado y con abundante agua hasta limpiarse por completo el rostro mientras los demás se fueron a la planta de arriba del gimnasio.

No me llaméis sensei... -.-U - respondió Takako por enésima vez, maldecía el día que les había enseñado lo que significaba sensei - ni me tratéis de usted - añadió con una sonrisa.

Luego cogió la mano de los más pequeños.

Vamos, tenemos que salir del gimnasio enseguida, pero sin correr, los más grandes que se encarguen de los pequeños, ¿vale? - les hablaba con dulzura, y no parecía en absoluto la chica histérica de hacía un rato, delante de los pequeños intentaba fingir plena calma y tranquilidad... aunque una sonrisa nerviosa no desapareciera de sus labios, y sus manos temblaran levemente.

-Hola, chicos. como va eso. Me llamo enry y soy amigo de vuestra sensei. - Dijo sonriendoles .- Dejame que te ayude takako. dijo dandole la mano a los pequeños, para ayudarles

 Hans se mantuvo politicamente apartado de los críos mientras metía las manos en los pantalones tras abrocharse la chaqueta para que los alumnos de la otra cría -miró unos segundos al techo- no viesen las manchas de sangre de su camisa. Luego con tranquilidad aparente fue hasta el padre de la famosa niña de "ha subido por las escaleras" y esperó a que dejara de sollozar y apretujar a la cría.

¿Desde cuando este gimnasio se convirtió en guardería?

Los niños miran extrañados a Takako. Empiezan a protestar... Pero, vamos a salir así? Por qué?

Lucía, la mayor de los niños se acerca a Takako. Que ha ocurrido? Tenemos que salir con los kimonos?

Sonríe con dulzura a los niños aunque sigue nerviosa... mira a los demás y suspira. De momento no hay peligro... pero no quiere estar mucho tiempo dentro del gimnasio, quiere salir cuanto antes.  

Bueno, pero solo si os cambiáis muy rápido, ¿vale...? Tan rápido que el que tarde más en cambiarse de ropa se queda sin piruleta.

Cogiendo a los más pequeños se dirige a los vestuarios a paso rápido.

Bien, cariño, ve al vestuario y cambiate, nos vamos a casa.

Digo apartandome un poco de mi hija y  mirándola a los ojos. La sigo con la mirada y me quedo observando al resto. Parece ser que todos quieren salir del gimnasio...

Subes hacia el vestuario, evitando acercarte mucho a la sala donde está el resto. Te miras al espejo, ves las cicatrices que cruzan tu rostro. Sabes que son mas aparatosas que peligrosas. Te las lavas, primero con cuidado, el roce con el agua fría hace que la piel se te ponga de gallina. Sientes el dolor acerado, pero poco a poco va remitiendo. Miras la imagen que se refleja en el espejo. Ahora que ves las heridas limpias, te da la impresión que lo que has vivido haya sido producto de tu imaginación. Escuchas voces que entran en el vestuario, te giras, y ves tres niños que han entrado hablando animadamente entre ellos...

Qué ocurrirá? Takako parecía algo asustada...
No se... Bueno, vistamonos y salgamos...

De repente son conscientes de tu presencia y se callan, mirandote con los ojos abiertos...

Hola...

Saludan mientras se dirigen a sus taquillas para recoger sus cosas.

Los niños se dirigen obedientemente a sus respectivos vestuarios, mientras os quedais solos los cuatro. Mirandoos, desconfiados, cuatro extraños que parece ser que algo que no llegais a comprender os ha reunido en este gimnasio.

Manuel sale de la sala, dirigiendose a la puerta del vestuario femenino, esperando intranquilamente que su hija salga.

Te espero aquí abajo, mientras ellos se cambian voy a averiguar lo que ha pasado.-Dijo enry bajando las escaleras y dirigiéndose al lugar donde había el grupo de gente reunida alrededor de algo. Enry se apresuro a sacar su carnet de prensa y se acerco a uno de los policias.

- Hola agente. –Dijo enseñandole el carnet de policía.