Partida Rol por web

Los tres proyectiles golpean a los goblins que se esconden entre la maleza. Como dice el refran magico: No es oro todo lo que reluce, ni ese misil magico errante anda perdido. Los goblins, pobres asaltadores sin estudios ni posibilidades en esta perra vida de los Reinos, no se lo saben. Sin embargo, si saben una cosa: El bicho raro ese hace daño. Mucho.

Al retirarse Calethos se cruza con Gurneg que corre en sentido contrario gritando algo, en ese momento se para, y se gira corriendo tras el enano mientras saca su bastón y grita:

- Por la libertad, la justicia y en contra del abuso de los animales - mientras habla unos rayos salen de sus manos y rodean el bastón.

Ari intenta localizar a alguno de los goblins arqueros, pero esta demasiado concentrada en si misma para lograr hacerlo. No se le ocurre nada mejor que sacar su daga y escudo(*) y cargar contra los goblins.

Zeljko corre detras del resto, rapier en mano, pero va más lento ya que aprovecha para cantar una canción.

- Eran uno tres y cinco los famosos masqueperros y el pequeño Kulenov siempre va con ellos...

Los dos goblins se lanzan a la carga al ver venir al resto a por ellos, seguros de tener apoyo aereo.

Disparadles, diparadles!! - les gritan a sus compañeros.

Uno les hace caso y clava una flecha en el costado de Calethos que gruñe de dolor. El resto, cabreados con el bicho que les ha quemado el lomo disparan a baltazar. Una flecha se clava en el pecho desprotegido del draconido, fallando el corazon por un par de palmos pulgadas e hiriendole gravemente.

Gurneg se interpone entre sus compañeros y los goblins intentando protegerles. Sin embargo, dos enemigos a la vez son demasiado para el y no consigue parar una cimitarra que le hace un feo corte en el muslo derecho.

'La madre que lo... ¡Quita bicho!'

Con un potente tajo de su hacha Gurneg intenta (sin conseguirlo) quitarse de enmedio a uno de los goblins tras perseguirle. Viendo su error, se detiene un segundo a recapacitar y centrarse.

Kulenov avanza grácilmente junto a Gurneg, se encara con el otro goblin e intenta empalarlo con su rapier, sin éxito.

Mientras tanto Ari se dirige hacia el Dragonborn,le impone su mano sobre la herida e intenta parar la tremenda hemorragia.

"A ver si nos fijamos más en las flechas entrantes la próxima vez, que no me puedo pasar el día haciendo esto."

'La madre que lo... ¡Quita bicho!'

- No te preocupes, yo te libro de ese opresor - dice Calethos mientras golpea el cuello del goblin con fuerza con su bastón, que cruje con un sonido satisfactorio.

El goblin cae al suelo de forma inmediata como un saco de patatas. Se queda en el suelo como un juguete roto, inmovil.

En vista de que su posición había quedado expuesta, Alton decidió tratar de eliminar uno de esos arqueros que estaban siendo tan eficaces. Claro, que con unos objetivos a los que solo les faltaba abrir los brazos para mostrar más zona de impacto, era dificil no ser eficaz.

Atravesó las hojas y se clavó... en el ojo de uno de ellos en el arbol justo al lado. Maldita rafaga de viento.

Una flecha menos. - informó de manera profesional, sin el más mínimo aspaviento.

Baltazar, atontado por el súbito derramamiento de sangre retrocede hasta detrás del carromato donde espera los cuidados de Ari

- Gracias, apúntate una cerveza para esta noche, corre de mi cuenta.

El goblin rueda por el suelo alejandose del _{aun no} mortal estoque de Kulanov.

Disparaaaad! Que me matan, idiotas! Al del baston! Al del baston!

Los otros goblins lanzan una lluvia de flechas sobre los combatientes, fallando por poco a su propio compañero y astillando una flecha contra el escudo de Gurneg. Este sonrie. Los goblins no son especialmente peligrosos. Cuando baja el escudo  para cargar , sin embargo, se fija en que Calethos ya no esta a su lado. Mira y le ve en el suelo, de rodillas, mirando con incredulidad un penacho de flecha que tiene en el pecho. Se cae al suelo, preguntandose como va a cumplir su destino con eso atravesandole.

Los malditos goblins no dejaban de cambiar su posición entre el follaje del bosque, por lo que Alton no tenía forma de tirar a uno de ellos.

Solo le quedaba el que parecía el cabecilla y que ya había tumbado al tipo ese cuyo hedor le delataría a veinte pasos, seguramente la cantidad de roña que la flecha había atrapado al atravesar los ropajes haría que la herida se infectase rápidamente...

Apuntó con calma y soltó la cuerda, lanzandole una de las flechas.

El goblin, demasiado preocupado de mantener la distancia con Gurneg, cae muerto por el flechazo en la espalda de Alton. Ni siquiera lo vio venir.

Reconfortado por la curación recibida y temeroso de que Calethos no tenga tanta suerte Baltazar asoma la cabeza y de nuevo entorna la misma letanía

'Leag amach diúracán deadly agus tionchair mo naimhde'

Tres proyectiles idénticos e indistinguibles surcan el aire entrelazándose hasta que en el último momento se dispersan, impactando cada uno en un goblin. Uno de ellos cae muerto y los otros dos se miran sorprendidos, cada uno la zona quemada que tienen en el hombro y que a punto ha estado de derribarlos como a su compañero

Espero que eso les quite las ganas de tensar el arco

Aro sale detras de Baltazar, se acerca a los goblins mientras gira su honda y cuando les tiene a tiro, dispara. Uno cae al suelo con la cabeza abierta y el otro tira el arco y pone los brazos en alto, rindiendose 

- Alton, asegura el perímetro por si a estos malnacidos les llegasen refuerzos.

Sujetando su hacha de nuevo al cinturón, Gurneg apoya un momento la mano en el hombro de Calethos.

- Tranquilo, Kulenov te tendrá en pié de nuevo en seguida. Verás que cicatriz más chula te va a quedar. Una buena historia de campamento para el futuro.

- Los demás, asegurad el carromato y preparémonos para marcharnos en seguida.

Girándose hacia el goblin tembloroso con mirada torva, Gurneg decide intentar descubrir qué ha pasado con su tío.

- Yo tengo un goblin al que interrogar...