Partida Rol por web

Las tribus de la region se reunieron para que sus jovenes pasaran juntos las pruebas de madurez. El año habia sido duro en extremo, como los cuatro anteriores pero el deshielo traia siempre una esperanza y la llegada de la primavera era tambien el momento en el que los niños daban el paso a adultos.

Todos tuvisteis que caminar varios kilometros hasta los dominios del clan del cuervo, en un valle rodeado de bosques, a los pies de la desenbocadura de un rio cuyo caudal crecia dia a dia. Aqui no faltaba la comida, sobretodo pescado, pero no os dieron ni un poco pues la tradicion marcaba ayuno de una noche antes de comenzar la prueba.

A los jovenes se les metio dentro de una tienda enorme, hecha con pieles cosidas de varios tipos de animales, para que pasaran la noche en ella, todos juntos. Su ultima noche como niños.

Ninguno conocia las pruebas a las que los ancianos les someterian al llegar el dia pero todos estaban ansiosos por pasarlas.

Ser adulto conllevaba tener voz y voto, poder viajar por el mundo, ser considerado uno mas... aunque no se hubiera nacido entre barbaros. Era la libertad... y porque no decirlo, tambien era el permiso para poder mantener relaciones adultas.

Gudrum fue sola, apesar de haber hecho amigos alli donde su padre la desterro, se habia converido en una especie de loba solitaria. Algunos decian que estaba loca y la evitaban, pero eso, se habia convertido en algo bueno dado que asi no era molestada.

A su espalda cargaba una espada de grandes dimensiones, con la que practicaba todos los dias, lloviera o nevara. Se sentia fuerte y preparada para dar el paso a la edad adulta. Soñaba con poder unirse a un grupo y partir en busca de aventuras al otro lado del oceano desde que apenas alzaba dos palmos del suelo.

Nada mas llegar la llevaron a aquella tienda de piel, dejo su petate a un lado y se sento a esperar al resto de los muchachos con los que deberia afrontar la prueba.

Asavar se había levantado aquel día antes de los normal, nervioso, pero no asustado, sino excitado por la prueba que tenían por delante. Se encargó de afilar su espadón, ya acorde a su tamaño,para tener siempre preparado el acero. Habían sido años duros en la aldea, donde ya conocía a todo el mundo, pero menos duros que en las montañas.

Ese día partió con la expedición hacia las tierras de la tribu del cuervo, viajando callado y serio, hasta que llegaron a la tienda, donde dejó el petate y esperó al resto, cuando vió a Gudrum, y haciendo un gesto con la cabeza, pero sin la sonrisa que mostró de pequeño:

-Estás aquí. Ten cuidado ahí fuera. -dijo tumbándose.

-  ¿Que tal tu abuelo?.- pregunto sin animo de ser ofensiva, al contrario, para ella era su forma de mostrar preocupacion y afecto, afecto frio y duro como su caracter pero no podia evitarlo.-  Ese viejo es duro como las rocas, parecia moribundo cuando llego pero pasan los años y sigue firme, es un gran ejemplo para todos.- aseguro

-No es mi abuelo, es mi maestro-dijo mirando al techo, con los brazos cruzados tras la nuca, sin mirarla.- sigue siendo más fuerte que muchos hombres jovenes, seguro de los que se reunirán aquí. Pero yo he aprendido de él, soy como él. Y los derrotaré a todos.

- Lo que seas...- murmuro Gudrum ante la puntualizacion de que no era su abuelo.- ¿y si no va de derrotar a nadie? Me han dicho que algunos años son pruebas fisicas o que mandan cazar algo enorme al bosque. ¿Estas preparado para eso?

Asavar se incorporó mirando ahora a Gudrum, esa chica parecía que había cambiado también, su exilio parecía que la había calmado un poco:

-Sea lo que sea, lo superaré, y si hay que matar a algún monstruo, lo haré con mi espada.¿Quieres que te la enseñe? dijo sonriendo.

Gudrum dio dos sonoras palmadas y se rio con ganas.- JAJAJA...¿Quieres enseñarme tu espada, Asavar? Aun no podemos, espera al menos a que pasemos las pruebas para hacerme ese tipo de proposiciones, hombre.- dijo sin poder dejar de reir. Sabia que no lo decia en ese sentido pero se lo habia dejado a huevo.

Palax había pasado cinco largos años con esos bárbaros...prácticamente era un tercio de toda su vida. Se había integrado en la aldea. Había convivido con ellos, le habían alimentado y enseñado a ser útil, ya no era un niño.

Al principio fue difícil, estar rodeado de aquellos que hace tiempo habían atacado a su gente, le habían raptado, habían matado a su padre. Su padre...no volvió a preguntar sobre él, sabía que no debía. Para los bárbaros, era un asesino. Allí en Corinthos, un héroe que llevaba el mismo nombre que su tierra. Fuera lo que fuera, Pallantides le quería, pero ya casi no recordaba su cara, así como la de su madre...los primeros meses fueron duros, pensó que no les volvería a ver jamás, no conocería a su hermano, si es que aún estaban vivos.

Pasó el tiempo y Palax comenzó a integrarse. Los niños de la aldea le caían bien. Seguían siendo bárbaros, pero eran como él, simplemente quería divertirse, hacerles sentir orgullo a sus padres y crecer fuertes...los niños son niños y no tenían culpa de nada. Era duro convivir con el hombre que se había enfrentado a su padre, pero, poco a poco, Palax comenzó a sentir respeto por él. Como su padre, se preocupaba de los suyos. Los tiempos eran más difíciles aquí que en su villa, donde los criados hacían que su única ocupación fuera su aprendizaje. Aquí no solo aprendía, sino que debía ser útil para la aldea, pues, aunque bárbaros, le alimentaban, cuidaban, enseñaban e incluso protegían. Prácticamente era uno de ellos...aunque no del todo. Siempre se sentía un poco fuera de lugar. Esperaba el día en el que pudiera viajar libre, y escapar de ese lugar, para encontrar su sitio.

Y ese día podía llegar pronto. Las pruebas para pasar a la edad adulta podían ser su método de ser libre por fin, y si no podía, al menos de sentirse integrado completamente con su nueva familia. Palax se había estado preparando concienzudamente para ellas, aunque no sabía exactamente en qué consistían, nadie lo sabía. Por ello, Palax intentaba esmerarse siempre en todo lo que hacía. Estaba acostumbrado a la frase "No está mal para uno de ellos..." La odiaba. Muchas veces trabajaba mejor que otros, pero al provenir de fuera no se le reconocía del todo. Eso cambiaría muy pronto.

Aun así, el muchacho se había ganado la confianza de muchos. Gracias a su valentía y a su destreza no se le había marginado demasiado, y esperaba que eso le ayudara en las pruebas a superar. Llegó a la tienda junto a los otros adolescentes. Una vez dentro, los ánimos parecían nerviosos, y la conversación tuvo lugar.

- Podemos dejaros solos si quereis...- Comentó con una ligera sonrisa en su rostro - No me gustaría que os cortarais por nosotros, pero recordad, no os hagais mucho daño, mañana tenemos la prueba... - Terminó su chiste riendo junto a los demás. Ya no eran aquellos niños tímidos o imprudentes, y la confianza estaba presente.

Levantando una cena, Asavar vió como Gudrum se mofaba de su proposición, a la que respondió:

-Ya no te acuerdas de lo que te dije antes de que tu padre te mandara lejos jajajajaja-lanzó una sonora carcajada- si quisiera fornicar te lo diría sin tapujos jajajajaja-lanzó otra carcajada.

Cuando terminó de decir eso, vió como Palax entraba en la tienda y soltaba una coña, estaba acostumbrado ya a ese muchacho de fuera del pueblo, había congeniado bien con él, puesto que ellos dos eran extraños en el pueblo.

-Ven aquí y sientate amigo, charles un rato con Gudrum, hacía mucho tiempo que no nos veíamos.

El comentario de Asavar se le clavo como una puñalada. Lo que mas le habia dolido era el exilio impuesto por su padre. Dejo de reir en seco y gruño. Si las miradas hubieran matado Asavar habria caido despedazado.

- Bienvenido Palax, me alegro de que te dejen hacer la prueba con nosotros.- Aseguro, con la alegria de verlo eclipsada por el bocazas de Asavar.

Palax entró agachado en la tienda, apoyándose en el hombro de Asavar, que aunque aun joven, estaba desarrollando unos músculos fuertes. Sin que Gudrum lo viera, Pallantides le pegó una patadita a Asavar. Ya era costumbre ese tipo de llamada de atención, cuando Palax creía que su amigo se había pasado un poco o había dicho algo fuera de lugar. Lamentablemente, al ser de fuera, en ocasiones el muchacho veía fuera de lugar cosas que para los demás eran normales, aunque esta vez sabía que no se había confundido.

- ¡Gudrum!, que sorpresa verte...hacía mucho tiempo, perdona, no había reconocido tu voz fuera de la tienda... - Volver a ver a la muchacha tan cambiada cambió un poco el ánimo de Palax. Aunque había cambiado, seguía siendo quien le salvó la vida.

-Mmmmmm parece que ya no eres la chica que se ponía frenética por todo, lástima.Bueno, ver una buena mujer por aquí alegraría al más pintado, eh Palax. -enganchó a Palax de la pierna con la que le había pegado la patadita y le dió dos manotazos, haciendo que se sentara a su lado su amigo.

-Y dime, como te ha ido fuera Gudrum-preguntó Asavar ya serio, preocupándose por la mujer.

Rest se había levantado hace poco y parecía mucho tiempo, había estado recordando como se había encontrado con una muchacha perdida y como su hermana y el fueron a ver a su tio pero su mente se había vuelto borrosa pues no podía recordar mas, luego vinieron los años mientras el crecía y se entrenaba arduamente, también lo hacia su sombra, pero era otra cosa, ahora ya tenia 14 años y era una persona grande pero solo le faltaba pasar una prueba, por lo que sale de su tienda y va hacia donde estaban todos los chicos reunidos al llegar los mira a todos y por dentro una sed de sangre reinaba su corazón.

- Rest acuérdate de que esto es una prueba pero tienes que eliminar obstáculos si quieres, yo puedo ayudarte, ver sangre... Te acuerdas de esos días cuando eras chico, matábamos juntos y falta poco para las armas del tio, dime Rest te puedo ayudar en lo que sea.

Rest llego y miro a todos algunos no conocidos pero si estaba Gudrum la chica que había sido un botín como el lo sabia.

- Buenas chicos y chicas como están?.

- Crecemos... maduramos... si fuera la misma significaria que no he aprendido nada y creeme, he aprendido muchas cosas.- Aseguro un poco mas seca y cortante que antes. Su tono se endulzo para hablar con Palax.- Estas muy guapo, Palax, has crecido mucho y bien, no te va a costar encontrar "amigas".- dijo del mismo modo que animaria a un hermano.

Despues entro Rest, habia entrenado mucho con el... era un chico un tanto...especial.- ¿Como estas hermano?.- le saludo tendiendole la mano.- Tenia prisa por llegar, por eso no os espere ¿y Sonya? ¿Tambien va a venir?

Con gesto serio definitivamente, Asavar miró a Gudrum y se levantó, y antes de salir fuera de la tienda, mirándola la dijo:

-Si no eres capaz de mirar al pasado sin avergonzarte, y hablar de ello con alguien que se preocupa por ti, es que sigues siendo esa cría estúpida. Buenos días, espero que no mueras ahí fuera-dijo con tono duro saliéndo de la tienda, yendo a ver como era el pueblo.

¡No puedes salir, pedazo de tarado!.-exclamo Gudrum.-Debemos quedarnos aqui dentro.. pero que sepas que es MI pasado, y lo afronto como me sale de las tetas ¿Vale?.- gruñio cabreada. Parecia que el pequeño bicho raro no habia cambiado tanto como pensaba, lo descarto rapidamente de su lista de los posibles candidatos para perder la virginidad.... aunque era una pena.

Rest espero haber que habia pasado, luego de esto miraba a todos lados, intentando saber que iba a pasar a continuacion, viendo que habia caras nuevas y que algo raro estaba pasando pero que bueno mas raro que el no seria.

-Espero no haber interrumpido pero creo que tenemos que estar juntos en esto, sabemos que tenemos que pasar un prueba y creo que nos entendemos mejores nosotros que otros mas, pues alguno no lo conosco pero me gustaria, Gudrum acaso tienes idea de que sera lo que afrontaremos.

Al poco tiempo entró otro muchacho que Palax no conocía. Justo en ese momento Palax le agradecía a Gudrum su comentario.

- Soy Pallantides, pero me conocen como Palax . Dijo con energía cuando entró el muchacho que al parecer era ahora hermano de Gudrum, las cosas habían cambiado mucho.

Luego la conversación se tornó más seria e incómoda.

- ¡Espera Asavar! - Dijo cuando este se dispuso a salir de la tienda. Él y Marcus eran sus mejores amigos, los que le habían apoyado durante estos años, se preocupaba por ellos. Pallantides se preguntaba dónde estaría Marcus.

Después de la advertencia de Gudrum, Palax volvió a abrir la boca:

- Vamos chicos, no os peleeis, si estamos unidos, si trabajamos en equipo, será mucho más fácil pasar la prueba, lo cual nos beneficia a todos, estoy seguro. No es momento de peleas y rencores. Relajemonos hasta mañana...

Gudrum alzo la ceja.- ¿Sabes Palax? Hablas como un lider, tienes madera.-  Afirmo mirandole fijamente.-¿como propones que nos relajemos?.- pregunto expectante de su respuesta.