Partida Rol por web

- Oye sueltame - Dijo Kaen tratando de safarse - Vet.. d... aqui... - dijo para que erikia saliera de esa posada.

- Eres un tonto... desconfiado, si solo hubieras esperado- En relidad Erikia le habia recordado a su ssemanas anteriores  pretendia ayudarle aunque en ese momento quedara como un traidor - Ya estabamos por salir - Siguio moviendose con intencion de liberarse.

- Estupido... y desconfiado -

¿Te arranco la lengua?¿Te gustaria eso?¡Entonces callate!.- gruño el tipo.

- Erikia, ultimo aviso. Sal o comenzare a matar gente, sabes que soy capaz de hacerlo. Tu padre me a pedido que te lleve de vuelta a cualquier precio y lo hare.

Erikia se asomó de forma bien visible finalmente. Había escuchado demasiado claro todo.

-Pero...creí que me habías dicho que tenías un hermano herido en el callejón trasero -dijo Erikia, fingiendo total sorpresa. Estaba atrapada, sabía que no tenía chance. Pero al menos no arrastraría al niño que había intentado salvarle consigo. Como la oveja que encara al lobo, se acercó para hablar mas bajo y no llamar demasiado la atención de la concurrencia.

-¡Me has mentido! -susurró, dejando que solo el mercenario y el chico le oyeran. Luego miró a Erleth lo mas friamente que le permitía su corta edad.

-Adelante, llevame.

- Erikia... que nos conocemos... sal tu delante de mi y sin trucos, el instrumento donde pueda verlo.-pidio sin soltar a Kaen.

- Lo siento chico, no te preocupes a Erikia no va a pasarle nada peor que un castigo por largarse de casa, nada mas. Te soltare enseguida y te dare unas monedas por las molestias, tengo poca paciencia pero se ser justo.

Tal cual le dijeron, obedeció. Tomó la lira del pequeño fardo que traía consigo y la sostuvo en el brazo, de una forma un tanto incómoda, siendo completamente improbable que pudiera tocarla de esa forma. Salió con naturalidad, como si nada.

Bueno...no me arrepiento.

Una vez en la calle Grem os empujo a un callejon y os arrincono a ambos contra la pared. Su aspecto era amenazante y frio.

Miro a ambos como si estuviera decidiendo si debia o no mataros pero entonces hablo.- Erikia, no es tu padre quien me manda... Debes saber que ahora tu cabeza tiene un precio, uno muy alto pero yo no soy un asesino de niños, ¡hasta yo tengo mi moral, malditasea!. Acepte el trabajo solo para poder encontrarte antes que nadie, por la antigua amistad que me unia a tu padre pero las cosas han cambiado mucho. Tu padre se a vuelto completamente loco, quiere despertar un ser demoniaco de su sueño centenario y te necesita para eso, Erikia...Pero el mayor peligro para ti no es que te encuentre tu padre, es que muchos conocen sus propositos y piensan que matandote se acabara el peligro de la amenaza.

La espalda de Erikia tocó la pared, aguantando la mirada del hombre. Se sintió nerviosa. Parecía como si el plan no fuera llevarle a ningun lado.

-¿Que?

Casi sintió que le molestaba el hombro. Se lo frotó, a veces aquello le dolía un poco de a ratos. Tamaña revelación le hizo sentirse abrumada.

-Padre...-susurró, sorprendida y pensativa. Se quedó en silencio unos momentos.

-¿Se referirá a Seth?A lo mejor no sea tan malo... -no le convencía mucho esa excusa- ¿Pero que tengo que ver yo con eso?

-¡No pronuncies ese nombre en alto, niña!.-gruño el hombre mirando a su alrededor nervioso.- Pero si.. y si es tan malo, es el fin del mundo, la conversion de toda la humanidad en exclavos y ademas es especialmente malo para ti porque necesitan el sacrificio de la primogenita de la casa Seimhel en un ritual, durante la luna sangrienta que tendra lugar dentro de diez años. Hasta entonces se te debe "educar" para que seas una ofrenda aceptable..Erikia.

Tenía muchos recuerdos agradables de su padre. Autoritario, puesto que su puesto como cabeza de la familia lo requería, pero  siempre cariñoso cuando estaba a solas con su familia cercana. Sabía que entre miembros mismos de la fmailia habían ciertas tensiones, y por todo ello siempre había admirado la capacidad de su padre de ser fuerte y poder sobrellevar todo con firmeza.

Mi padre...¿realmente quiere matarme?

-¿Que puedo hacer?

La pequeña mente de la niña se removía inquieta. Realmente las 3 opciones eran claras y simples: Morir antes, como habían resueltos algunos, que le sacrificaran como estaba predispuesto, o su única esperanza: desaparecer realmente en algun sitio remoto, fingir que se la había tragado la tierra.

Kaen entendia practicamente nada de que estaban hablando aquellos dos pero algo tenian en cuenta, no queria estar alli en aquel momento; no dijo palabra alguna y permanecio en silencio mientras erikia y Grem hablaban sobre algo de un ritual y sangre y cosas que parecian al momento no tener sentido.

-Tu unica opcion es esconderte y huir. Si pasa la luna roja ya no seras necesaria para nadie, dejaran de buscarte y podras hacer la vida que te plazca... pero tendras que esconderte diez años, dejar tus bonitos vestidos e intentar pasar desapercibida. Yo intentare engañarles, desenterrare un cadaver reciente de alguna niña que sea mas o menos de tu altura y lo quemare llevando alguno de tus vestidos, lo bastante para que solo sea identificable por sus pertenencias... espero que funcione.

Despues miro a Kaen y saco una bolsa de su bolsillo, con al menos 20 monedas de oro.- Esto es tuyo si la escondes y la ayudas, chico. Si prometes mantener el secreto y cuidar de ella te hare llegar mas.-aseguro poniendo la bolsa en sus manos.

kaen observo la bolsa de oro alli en sus manos, trago saliva y quedo perplejo por algunos segundos - Si - Asintio - Pero no lo hago por esto - alzo la bolsa - Lo hago por que.. por que yo tambien.... olvidalo -

Miro a Erikia - Vamos, iremos con mi familia - Dijo el Joven

Sentiste una voz en tu cabeza, los labios de Grem no se movieron pero le oiste con la claridad del dia.

-Se que no lo haces por el oro pero lo vas a necesitar, es posible que debas sobornar a guardias o comprar ropa corriente para ella... Ademas, el destino tambien te ata a ti en esto, debes fortalecerte pues los que esperan despertar al demonio no se detendran ante nada ni nadie.

Un escalofrio recorrio la espina dorsal haciendo que kaen se despertara de un pseudo trance - Esta bien - Dijo ante las palabras que habia escuhado y tambien no creyendolo por un buen rato.

Miro a Itlu y luego a Erikia - La cuidare, lo prometo - Dijo escupiendo tomando su pequeño cuchillo pinchandoce un dedo y luego poniendo una gota de su sangre en la palma de la mano y ofreciendocela a Grem en señal de juramento.

Grem desenvaino unos centimetros su filo y se corto en un dedo con el, tendiendo su sangre para aceptar el juramento con el joven kaen.-Se que lo haras.-afirmo con una sonrisa extraña.

Asintió y miró a ambos, agradecida. Solo dijo tres palabras, desconcertada aunque extrañamente alegre.

-Gracias...pero...¿porque?

- Los motivos no importan ahora, iros lejos y rapido.-ordeno dando media vuelta.- Si encontrais a un niño de nombre tiberio, avisarle de que corre un peligro similar al vuestro... El mal tambien sabe que existe y lo buscaran como a ti, Erikia... como os buscan a todos vosotros.

Tiberio...

Recordaria ese nombre, no espero un minuto mas y sin pedir permiso tomo la mano de Erikia y comenzo a moverse - Vamos... no hay tiempo que perder - Dijo Kaen mientras comenzaba a moverse.

Erikia pese a que mas o menos iba entendiendo, se sentía sumamente mareada ya por tanta revelación de golpe. Desconcertada, pero sabiendo que algo ominoso e imponente estaba movienmdo una mano invisible en todo su alrededor, miró al niño desorientada, como esperando seguirle o hacer lo que se le indicara.

Notó como este le tomó la mano y le guió, y naturalmente se dejó conducir ahora sosteniendo la lira correctamente. Giró la cabeza para, sin palabras, agradecerle nuevamente al hombre.

El hombre os miro a ambos una ultima vez y desaparecio dando grandes zancadas, volviendo a dejaros solos.

La mascota de Kaen se abrazo con fuerza a su brazo. Aquel hombre le habia asustado y estaba temblando igual que una hoja al viento.