Partida Rol por web

Tu maestro estaba en la biblioteca. Al verte alzo las cejas.

- ¿Debo suponer que ya has memorizado los fundamentos basicos? Bien.- dijo sacando otro libro aun mas grueso.- Puedes continuar con este.

Gracias maestro... digo cogiendo el nuevo manual. Pero antes debo de preparale el desayuno.

Me dirijo hacía la cocina y le digo mientras tanto: Le llevaré el té enseguida Maestro Esthenos.

- Yo no te he ordenado eso.- Gruño.-La comida es algo secundario, respirar es secundario, tu prioridad es aprender. He mandado un aviso y pronto vendran a evaluarte, si me dejas mal lo pagaras caro.- Te aseguro con dureza.

La sonrisa se esfumó... volvió el gesto severo y agrio.

Sin mas, me di la vuelta y me dirigí hacía mi habitación... Si maestro, lo siento mucho maestro.

Me sente frente al nuevo libro y comencé de nuevo a estudiar... Dentro de poco me vendran a evaluar... No puedo defraudar al maestro... no puedo fallarle.

Este nuevo libro era muy confuso, con palabras raras que desconocias su significado. Era un libro para personas mayores, curtidas en las artes magicas, apenas eras capaz con tu corta edad de comprender dos palabras juntas.

Volviste al primer libro, te quedaba un buen tocho por leer.

La concentracion es fundamental, el conocimiento del hechizo debe ser lo unico que ocupe la mente...- decia repitiendo hasta la saciedad su importancia mientras tus tripas protestaban por la falta de aliemento.

Puede que llegaran pronto para evaluarte pero si no comias algo no quedaria mucho de ti por evaluar.

Tenía que comer... pero las palabras del maestro fueron claras:

La comida es algo secundario, respirar es secundario, tu prioridad es aprender. He mandado un aviso y pronto vendran a evaluarte, si me dejas mal lo pagaras caro.

Si le desobedecía tendría problemas, si lo dejaba en mal lugar tendría problemas... ya sabía como se las gastaba el maestro... por eso decidí continuar estudiando el primer libro... después seguro me recompensaría con algo de comida.

Además el propio libro lo decía La concentracion es fundamental, el conocimiento del hechizo debe ser lo unico que ocupe la mente...

Me tenía que concentrar. Lo tenía que conseguir.

Con un espiritu fuerte seguiste leyendo el libro.

La parte interesante fue la que hablaba de los distintos tipos de magia.

La magia elemental de la tierra, el agua, el aire y el fuego.

La magia blanca de proteccion y sanacion

La magia negra con un alto poder de ataque y destruccion

La invocacion de criaturas como Ifrit, leviatan, shiva o incluso dragones...

Hasta hablaba de las artes arcanas que alzaban cadaveres y espectros.

Ahora el libro se subdividia en diferentes áreas... parece ser que ahora debería de preocuparme en solo un cápitulo.

Me puse a pensar... las invocaciones estarían bien... la magia blanca también... pero no borraba de mi mente el sinfin de posibilidades que me daba la magia elemental...

La tierra será mi base... el agua me guiará... el aire me ayudará a seguir caminando...  y el fuego mantendra vivo mi corazón.

Estas palabras resonarón en mi cabeza así que estaba decidida... me iniciaría con la magia elemental.

Te viste atraida por los elementos, su manejo era complicado y debias comenzar por uno para dominarlo antes de continuar por el resto. El fuego parecia el mas peligroso, la tierra el mas duro de dominar, el aire requeria de conceptos abstractos y el agua era voluble. No habia uno facil.

Como siempre todo era teoria y la teoria dictaba que la ira era un buen medio para llamar al fuego, el equilibrio emocional era un valor seguro para el agua, la paz interior regia la tierra y el viento necesitaba entusiasmo o pasion...

Algunos textos eran contradictorios.

Pasaste el dia leyendo, con el estomago pegado a las costillas. Al caer la tarde tu maestro te reclamo.

Golpeo tu puerta confuerza.

- Acompañame.- Te pidio serio.- Veamos de que estas hecha.

La lectura me tenia absorta cuando escuché mi puerta ser golpeada por mi maestro.

Enseguida de su llamativa me levante y le seguí. No se a que se referia con lo de ver de que estaba hecha, pero al fin y al cabo debía de seguirle.

El hombre camino delante de ti. Su tunica era negra como la noche.

Alzo su mano y una pared del pasillo se abrio dejando al descubierto una escalera que descendia en espiral, muy abajo, muy oscuro....

A su paso las antorchas se fueron encendiendo como saludando a su señor pero aun asi veias muy poco. Contra mas bajabas mas horrible era la sensacion de angustia y el olor a humedad.

Despues te sacudieron olores mas desagradables, como la sangre y las aguas fecales...

Al llegar abajo viste unos calabozos apestosos. Cinco celdas con las puertas cerradas de las cuales salian horribles gemidos. Te sentiste observada al pasar, desde la oscuridad decenas de ojos se cernian sobre ti.

Tragué saliva... todo a mi alrededor era más oscuro de lo que jamás hubiera pensado que lo ero mi maestro.

Aquellas celdas, aquellos gemidos... ¿Quién o qué sería lo que se ocultaba allí dentro?.. Seguro que no era una buena pregunta, o seguro que la respuesta no me gustaría conocerla aún. Pero había algo que si deseaba saber.

Sin quererlo las palabras brotaron de nuevo de mi boca: ¿A dónde vamos?

- A mi laboratorio de alquimia.- dijo tajante.

La ultima puerta se abrio sola antes de que llegarais y se cerro en cuanto pasasteis. Dentro una larga mesa con tuvos de colores y un quemador. Estanterias con tarros y libros te rodeaban por completo en un ambiente asfisiante y polvoriento.

- Si vas a practicar la magia necesitaras algo con lo que experimentar. Los aldeanos suelen traerme a sus hijos retrasados para mi... "servicio" no les importa que les pase, solo quieren quitarse su boca de la mesa ya que no dan ningun beneficio de otro modo.

¡¡¿¿Experimentar con algo??!!... ¡¡¿¿Ninos retrasados??!!

Todo aquello era más macabro de lo que yo pensaba... ni por asomo haría daño a aquellos niños... seguro que habría alguna forma de evitarlo.

Mire a mi maestro y le pregunte de nuevo: ¿Qué debo hacer?

- Seleccionar uno para ti, tengo una niña de poco mas de cuatro años y un niño algo menor con una deformidad bastante notable. Cuando lo selecciones comenzaras tus practicas en vivo.- dijo sin mostrar ningun remordimiento por ello.- No todo seran libros. Tambien aprenderas a hacer pociones y venenos que tendras que probar con alguien ¿No crees?

Tenía que elegir a mi victima y seguramente no pararía hasta que lo hiciera... llegaba el momento de morder o ser mordido, no era agradable para mí esta situación pero debía sobrevivir.

Escojo al niño... Si era verdad que el niño estaba deforme la sociedad no lo aceptaría y nunca dejaría de ser un monstruo a ojos de los demás.

Tengo que salvarles de alguna manera...

Tu maestro te llevo hasta la celda del niño y la abrio. El muchacho quedo bañado por la luz del exterior y trato de taparse los ojos mientras se agolpaba en un rincon. Sus ropas eran pedazos de tela que apenas le cubrian la piel, monstruosamente marcada por golpes y latigazos. Estaba muy delgado y demacrado, tan asustado que no supiste si temblaba de frio o de miedo.

Su deformidad era el brazo derecho, como si se lo hubiera roto el hueso hubiera soldado mal. Nada del monstruo que tenias en mente.

- Bien, este es ahora tu exclavo, si te desobedece puedes usar ese latigo.- dijo señalando uno que colgaba de la pared.- Si quieres saberlo yo no le he tocado, lo trajeron asi. Al parecer era un ladron en las calles de Shadizar, se le condeno a muerte pero fueron magnanimos con el y me fue ofrecido como exclavo despues de darle su merecido. Debes verlo como a una rata de laboratorio, no es nada mas, nisiquiera humano ¿Comprendido?

La mirada del niño frenaron en mis oidos las palabras de mi maestro... no me apetecía seguir escuchandolo.

Sin más me acerco con gesto dulce al chico y le digo: No te asustes, yo quiero hacerte daño... ¿como te llamas?.

Mi mirada era dulce y de compasión... yo nunca tuve una marca como aquel niño... pero en el fondo sabia que compartiamos muchos sentimientos.

-Cuidado Laia.- Te aviso severo tu maestro.- Un artifice de la magia no puede permitirse sentir compasion, ha de ser frio y duro, impasible como la piedra.- Gruño

-No me obliges a corregirte, tengo muchas esperanzas en ti y no permitire que tu talento se desperdicie

Dicho esto el mago se aleja por el pasillo hacia su laboratorio dejandoos solos.