Partida Rol por web

Mientras corrias notaste un gran dolor en la espalda, un zarpazo... despues perdiste la consciencia y no supieste cuanto tiempo permaneciste asi.

Al despertar te encontrabas en un lugar extraño, como un sueño. Dormias boca abajo con una almohada de plumas agolpada en tu cara.

La habitacion era enorme y estabas sobre una cama mullida con doseles blancos. La luna se asomaba por las cortinas blancas. Los altos techos estaban construidos para un gigante. Tu ropa era un camison con puntillas, lavado y planchado con esmero. Tu pelo limpio y peinado...

Sentiste un dolor en tu espalda al intentar incorporante y notaste una venda cubriendo tu espalda.

- Aay...- un quejido escapó de sus labios al intentar incorporarse. Miró a sus alrededores con atención, al menos todo lo que su limitada posición le permitía. No atinaba a comprender dónde estaba, ni cómo había llegado ahí, ni qué hacía así vestida. Su cerebro parecía rehusarse a funcionar y sólo podía contemplarlo todo con expresión alelada.- ¿Dónde estoy?

"¿Estaré muerta?", pensó, mas una nueva punzada de dolor en la espalda le recordó su condición de viva. Desistió por el momento de intentar levantarse. En cambio, optó quedarse quieta tratando de escuchar algún sonido a su alrededor que le sirviera de guía.

La puerta del cuarto se abrio sin que nadie llamara y un hombre de porte noble entro cerrandola tras el. Lo habias visto antes de lejos, era Lord Bragost, el señor que dirigia el feudo, el primo bastardo del rey al que todo el mundo odiaba y temia por su dureza y crueldad.

- Veo que ya os habeis despertado. Me complace.. no, no intenteis levantaros. Teneis la cicatriz de la garra de un oso marcada en la espalda de por vida, podeis agradecer eso a vuestro querido hermano... podriais si aun viviera.

La niña se quedó mirando al hombre que tenía frente a sí mientras digería la noticia.- ¿Qué? ¿Muerto...?- las preguntas empezaban a agolparse en su mente y empezó a recordar todo lo sucedido hasta que perdió la conciencia... "¿Muerto? ¿Cómo que muerto? Cuando lo dejé estaba a salvo, el oso me seguía... ¿cómo? ¿Por qué?". Hasta que saltó una chispa de comprensión en su cerebro.- Mi hermano muerto... Estaba a salvo cuando yo le dejé, ¡usted lo mató!

Hizo el intento de incorporarse, pero de nuevo el dolor la tumbó sobre la cama. Miró al hombre con rabia.

- Cuida tu lengua niña, te he rescatado y pagado a un medico real para que atendiera tus heridas. Antes de volver a hablar piensa tienes padres y hermanos a los que aun pueden pasarles cosas malas.- dijo con tono de amenaza.-Tu hermano mato uno de mis osos en mis dominios y por ello a sido colgado para escarmiento publico... El se lo busco, conocia la ley y la reto. Espero que tu seas un poco mas lista porque tengo planes para ti y si te niegas a ellos siempre puedo recurrir a tus hermanitas.

El noble se quedo mirandote con dureza, esperaba sumision de ti pero no podias entender para que podia quererte.

Guardó silencio, instándose a la calma. La situación se le hacía irreal. Comprendía que su hermano había entrado a ese coto consciente de lo que podía suceder. También comprendía, a través de lo que se contaban que Lord Bragost era un hombre cruel... y ahora lo comprobaba en primera persona. Sin embargo, si juzgaba tan malo entrar a sus dominios, ¿por qué la había salvado? ¿Qué eran esos planes que disponía para ella? Con la garganta contraída preguntó.

- ¿Y qué es lo que quiere de mí? ¿Por qué me ha salvado si yo también penetré en sus tierras? Podía haberme dejado a merced del oso...- y añadió en un susurro.- No mate también a mi familia.

- El bien estar de tu familia depende de ti enteramente.-dictamino.-Lo que pretendo de ti es que me sirvar.

Dejo un minuto de silencio para que tu mente pensara lo peor, disfrutaba sintiendo tu miedo. Despues sonrio con maldad.- Quiero que seas mi espia. Contraere matrimonio mañana por la mañana y mi nueva esposa tiene un hijo muy... especial. Dotado para la magia...pero terco y obstinado. Tu estaras siempre cerca de el, ya que, te entregare a su servicio, pero estoy seguro de que se apiadara de ti y pasaras pronto de ser a una exclava a que te cuide como a una hermana.

El noble rio sintiendose mas listo que nadie.- Entonces tu me mantendras informado de lo que hace y lo que no, de lo que piensa, siente o come, de quien le gusta y a quien ama ¿Comprendes? Esperare un informe tuyo a menudo, si no me llega o pienso que me has mentido.... lloraras por tu familia.

Era un hombre malo, definitivamente. La niña escuchó en silencio el mandato del hombre, la tenía entre la espada y la pared. Le había salvado la vida, pero a la vez la condenaba a otra de perpetuo tensión y miedo. Un hondo pesar se instaló en ella, a pesar de que aún era muy pequeña para entender todas las implicaciones de lo que decía aquel hombre. 

- Yo... yo... de acuerdo, haré lo que usted quiera.

- Naturalmente que lo haras.- murmuro.-Haras todo lo que te pida, cuando te lo ordene y sin rechistar. Sobretodo recuerda que Tiberio, mi hijastro, jamas debe enterarse de nuestro pacto. Si lo hace te sacare la piel a tiras.

Se acerco a ti y paso la mano por tu pelo, apartandolo de tu cara de un modo muy poco paternal.- No tienes porque estar triste, si eres buena puedes vivir muy bien... incluso ganar algun privilegio para tus padres. Eres bonita, en cuanto tu cuerpo crecca un poco....-No termino la frase, no hacia falta, la forma en la que lo dijo te helo la sangre.

Se aparto con una sonrisa victoriosa y salio de tu habitacion dando un portazo. Escuchaste el cerrojo al otro lado cerrarse con igual fuerza.

Se encogió tras oir el portazo. En cuestión de horas su vida había cambiado por completo. El dolor constante de su espalda era un martirio, pero nada comparado con el dolor que sentía por dentro. Acorán estaba muerto, no volvería a ver más a su familia... y ahora estaba a merced de un tirano. Sitiéndose desdichada, Laurielle se arrebujó entre las suaves y cálidas mantas como pudo y rompió a llorar. Lloró por mucho rato hasta finalmente quedarse dormida.

Al cabo de un rato entro una chica con un balde de agua tibia, paños limpios y unas vendas. Cerraron la puerta detras de ella y la chica se acerco a ti.

- Buenas noches, señorita. Mi nombre es Liam. No tema, he venido a cambiar sus vendas y lavar sus heridas. - Te anuncio.

Se despertó con la voz de la mujer, tenía aún los ojos hinchados por el llanto. Escuchó las palabras de la mujer que había terminado por colocarse al lado suyo. Asintió como dándole permiso para que la cuidara.

- Me llamo Laurielle.- dijo al cabo, volviéndose a tender boca abajo.- ¿Es usted también una esclava?

- Soy una criada.-dijo con calma ayudandote a descubrir tu espalda. Limpio las heridas con cuidado y te volvio a vendar con mimo.- Te he puesto un remedio que ayuda a cerrar heridas y combate el dolor. Te aliviara pronto.

- Gracias.

Echó una ojeada a su espalda, aunque su visión solo alcanzaba a captar sus hombros.- ¿Es muy grave?- preguntó- ¿Cuándo se curará? ¿Podré salir pronto afuera?

- Es grande pero es posible que no te quede una cicatriz de todo, es posible que solo quede marca del lugar donde la garra entro con mas fuerza. Tuviste suerte de perder el conocimiento, era una herida terrible.- dice amable

-Lord Bragost a dado orden de que te quedes aqui por el momento. Piensa ponerte al servicio de su hijastro y no quiere que nadie te vea. Va a ser una sorpresa pero creo que tambien te esconde aqui para evitar que.... que alguien te lastime.-dice suavizando su pensamiento

- Vaaya. Tendré una marca de guerra, como los veteranos.- guardó silencio un segundo en lo que estructuraba su nueva pregunta- ¿Y cómo es el hijastro de Lord Bragost? ¿Y sabe usted cómo fue que me encontraron? Y... y... ¿y cómo encontraron a mi hermano?- volvió a callar, dándose cuenta que preguntaba demasiado por segundo.

- El muchacho se llama Tiberio. Es un niño noble, algo reservado que adora leer. Su padre es... era...- dijo con pena por su reciente perdida.-Un hombre bueno y justo...

La chica miro alrededor y se acerco a ti para contarte una confidencia.-Vuestro hermano mato al oso que os ataco pero por desgracia los guardabosques de Lord Bragost dieron con el mientras os atendia y los trajeron aqui a todos, a vuestro hermano, a sus amigos y a vos. El señor decreto que fueran ajusticiados, colgados de inmediato para dar un escarmiento publico. El padre de Tiberio se opuso a tal injusticia, intento liberarlos... pero fracaso.- dijo bajando la cabeza casi llorando por ellos.- La madre de Tiberio fue acusada de traicion y la unica salida que se le dio para salvar su vida y la de su hijo fue que consintiera en su matrimonio. ¡Y todo esto a pasado tan solo en dos dias!

Laurielle abrió los ojos por la sorpresa, habló en el mismo tono que Liam- ¡Mi hermano...! Entonces el padre de Tiberio... ¿murió por defender a mi hermano? ¿Y por defenderlo acusaron a su esposa de traición y para que ella hubiera de casarse tuvo él que morir?- sencillamente todas aquellas acciones eran demasiado estrambóticas para que le cupieran en la cabeza.- Pero no tiene sentido.

- Lord Bragost hace las cosas de un modo estraño... siempre estuvo secretamente enamorado de la madre de Tiberio. Al traicionarlo su marido tuvo la excusa perfecta para eliminarlo y dejarse el camino libre, obligandola a contraer matrimonio con el. ¿Que madre no aceptaria si la vida de su unico hijo esta en juego? El pobre niño anda ahora en compañia de un tutor que Lord Bragost le a impuesto... un hombre extraño que da escalofrios solo de verse.

Un escalofrío la recorrió también a ella. Sin darse cuenta ya se sentía identificada con el niño que aún no conocía y con su familia- Definitivamente Lord Bragost es un hombre malo.- murmuró.

Desvió su vista de la mujer y observó de nuevo toda la habitación en que estaba. Decidió indagar en algo más práctico.

- ¿Cuándo se casará Lord Bragost y qué voy a hacer aquí tanto tiempo? Y... y... ¿qué hay tan malo afuera que podría hacerme daño? No imagino nada peor que Lord Bragost.