Partida Rol por web

Cortinas de agua caen desde el cielo a medida que atravesáis las pasarelas de Sharn. Los caminos de piedra y madera serpentean alrededor de las torres y altos capiteles, o junto a ellos, formando un complejo enrejado que puede resultar muy confuso en tardes como esta. La lluvia cae con fuerza, formando arroyos desde las pasarelas y balcones más elevados, en oleadas que os dejan empapados, y haciendo dificil la visión más allá de unos pocos pies por delante de vosotros. El brillo distante de las linternas siemprebrillantes, apenas visible en la acuosa penumbra, tiene poco éxito en iluminar vuestro camino en esta tarde calurosa y húmeda

Avistais una figura con una capa oscura, que se mueve en silencio bajo la lluvia, en el puente que hay más adelante. Parece que intenta evitar los tenues círculos de luz emitidos por las linternas siemprebrillantes, como si prefiriese mantenerse en la sombra. Entonces restalla un relámpago, y veis una forma sobre el suelo de piedra del puente bajo su breve destello. La figura se acerca con rapidez a la barandilla del puente, salta la barrera y desaparece en medio de la oscuridad y la lluvia

Vatra hacía poco que había llegado a la fantástica ciudad de las torres de Sharn. Kilométricas, quizás, alzándose desafiantes hacia los cielos, atreviéndose a interponerse en el dominio de los dioses, o eso dirían en algunos lugares. Para Vatra, sólo era una ciudad más, aunque no por ello menos espléndida. Se había informado un poco antes de acabar allí, sobre cómo era la ciudad, y para él, era un avispero de oportunidades para crecer y mejorar, un grandioso (y muy alto) escenario para demostrarle al mundo de lo que era capaz.

Había llegado por la mañana, que estaba ya nublado fuerte, y aunque la guardia al principio lo miró con recelo, no le dijeron nada por llevar un arma. No pasaron minutos hasta que Vatra llegó a la conclusión de que si podía ir con su arma, aunque fuese guardada, era porque la ciudad tenía sus mecanismos para escudriñar los lugares sospechosos, y las personas más sospechosas, de ser necesario. Por no hablar de la propia presencia de la guardia, que aunque no se veía tanto como cabría desear, la gente sabía que estaban allí, aunque dicha presencia fuese más notoria a medida que subía poco a poco, y se deleitaba con las vistas del horizonte, y el bullicio de la ciudad baja.

Dichas vistas, fueron seriamente mermadas cuando empezó a caer un chaparrón, generando una sensación de fresco, que lentamente pasaba a frío, a medida que transcurría el día. Para ese entonces, Vatra todavía no había encontrado un lugar donde hospedarse y pasar la noche (aunque él no admitiría que se había distraído haciendo turismo local). Fue cerca de la aguja de Kelsa, donde vio a un extraño sujeto, el cual parecía intentar evitar la luz de los farolillos (los cuales tenian las mismas peculiaridades, si bien más refinadas, de una antorcha siempreardiente), y no fue hasta que un relámpago de repente iluminó toda la escena, que lo vio: Un cuerpo, inerte, inmóvil en el puente, y como dicha figura, en una acción fugaz, saltaba por la barandilla, en lo que para Vatra, era un claro suicidio.

En cuanto se acercó para observar más detenidamente, llegó a la conclusión lógica de que si el extraño sujeto se había lanzado, tenía los mecanismos, por extraños que fueran, para sobrevivir. En sus tiempos de aprendiz, había visto a Harlaxion, su mentor, desplazarse con lentitud por pereza de caminar con un hechizo de disco flotante mayor de tenser, así que quizás el sujeto tenía alguna habilidad similar. En cuanto vio que el cuerpo efectivamente estaba muerto, se alzó, algo nervioso, e intentó buscar la presencia de la guardia, a pesar de que ello le podría causar problemas, y alzó la voz - ¡Ayuda! ¡A mí la guardia! - gritó, aunque era consciente también que bajo la espesa lluvia, posiblemente no lo escucharían.

Mientras mis pasos me encaminan por las calles de Sharn miro , en lo poco que se puede ver en esta sopa espesa, si puedo ver algo en la lejania o algun lugar donde guarrecerme de esta tormenta y despues de asquarme por oler a gato mojado, saco ese humor ten caracteristico enano y que es enormemente conocido por todos los reinos...

Se ha quedado bonita tarde eh?

Y ahora en serio cual es el motivo por el que estoy aqui y no disfrutando de un barril de cerveza en una calida taberna?

avanzo por las calles a ver si veo a alguien para preguntar por una taberna o oigo su caracteristico bullicio...

La joven no podía dejar de maldecir, a voces como era muy su costumbre.-¡No lo puedo creer! Cuando me apunté a esto de ser guardia yo esperaba proteger a una princesa o a un noble de viejo abolengo o ¡Yo que se! no esto...- Como mienbro del gremio de los guardianes la muchacha había sido enviada a servir como alguacil en la gran ciudad; cosa que realmente estaba por debajo de sus espectativas.

-¡Y aparte de todo, en la lluvia!- La muchacha seguía quejandose mientras hacia su rondín reglamentario por el puente. La muchacha andaba con la cabeza hendida tratando de cubrirse lo mas posible de la lluvia con sus hombros y los brazos cruzados para mantener el calor. -El trabajo de guardia es una porquería...- se quejaba Albioness mientras avanzaba hacia el puente.

Aquel día andaba junto a mi hermano bajo la lluvia, intercambiábamos bromas y reíamos como de costumbre, estábamos en la gran ciudad de Sharn, era realmente impresionante y a pesar de ello no me paraba mucho a contemplarla, me lo estaba pasando bien y ver la ciudad no era mi prioridad.

Pero aquel momento cambió en poco, una figura apenas visible intentaba esconderse de la poca luz que había, algo había pasado. Tras el destello de un relámpago, que me permitió verlo con mayor claridad saltó del puente para escapar. 

-Mierda... -Iba a salir corriendo pero recordé que mi hermano estaba allí, me giré y lo miré. -Estate atento, algo pasa. -Sin decir nada salí corriendo con mi mano en la ballesta preparada para cualquier cosa, me asomé por el puente, pero ni mi vista de semielfo me permitía ver nada. -¡JODER!

-¡Ayuda! ¡A mí la guardia! -Un chico gritaba junto a un cadáver, me acerqué a él. -¿Sabes que ha pasado? -Me acerqué al cuerpo tendido en el suelo y me dediqué a buscar cualquier detalle mientras hablaba.
 

      Algo de lo que todo Brelio puede hablar es del tiempo. 

      Puto tiempo.

      En casi toda Breland suele ser cálido y húmedo, y Sharn acostumbra a estar encapotado, pero lo de hoy era como si el agua del Daga se hubiese decidido a formar una torre propia de jodida agua y ahora la estuviese atravesando. 
Minharath miró con fastidio como la capa se le pegaba al cuerpo y le pesaba; aún y así trató de prestar atención a su gemela siemprealegre, que estaba decidida a pasar la noche en vela y encontrar algún lugar divertido en la ciudad. 

     De repente se quedó callada, y eso fue suficientemente inusual como para que le prestase toda su atención.

-Mierda...- Empezó a andar y se volvió hacia él  -Estate atento, algo pasa. -
 

     Dicho y hecho, sacó su ballesta con una mano, con la otra sacó sostuvo en alto su gema y enlazó su mente con ella.

<¿Que tal Senti?, avísame si se acerca cualquiera con emociones poco amigables, ¿vale?>
     Senti era la forma cariñosa que tenía de llamar al pequeño cacho de personalidad que había encerrado en una piedra y que ahora gozaba de algo parecido a la vida y de una acusada diarrea verbal y profunda entrometitis, pero veía perfectamente en la oscuridad, así que le era bastante útil. 

<Okey boss, por cierto, no debería desconectar cuando su hermana habla tanto, la chica se alegra y preocupa sinceramente por usted, y es una falta de respeto eso, aunque no le afecte en un 86% de las veces, por cierto, ahí hay dos personas, varón enano con pinta de perro mojado con carácter acorde, y una fémina humana con expresión de fastidio... Oh, y en el centro del puente hay un cuerpo junto al que se encuentran agachados su hermana y un varón humano de expresión preocupada. Debo decir boss que su visión es extremadamente deficiente, ha pensado usted...>

   ¡Por la Hueste Soberana! Pero como odiaba hablar con él.

El puente colgante que hay ante vosotros salva la distancia existente entre dos plataformas adheridas a las paredes de dos torres diferentes: la torre Dalannan y la aguja Kelsa. Un cuerpo yace sobre el suelo del puente, y podeis ver una mezcla de agua y sangre condensándose a su alrededor. Un maletín de cuero, aún agarrado con fuerza en la mano del fallecido, sobresale del charco de agua y sangre.

Héri se agacha y comienza a registrar el cuerpo, en la camisa del fallecido, encuentra un documento acreditativo, su nombre era Bonal Geldem, un anciano erudito humano de la Universidad de Morgrave, aparte del maletin, solo lleva un saquito colgando del cinturón.

Sin que nadie haya oido ni sentido nada, un forjado, aparece desde las sombras, Vatra y Héri lo reconocen al instante como el hombre encapuchado que ha saltado hace unos minutos, os percatais del hacha de batalla que tiene en sus manos, por suerte para Vatra, el golpe que pretendía decapitarlo falla por mucho

Albioness avanza en su ruta dandose cuenta de la extraña aglomeración de personas en el puente. La muchacha identifica el bulto tirado como un muerto e inmediatamente saca su arco y prepara una flecha.- ¡Quietos todos! ¡Tiren sus armas y alejense del cuerpo!.- La joven tensó el arco y rezo hacia sus adentros que la cuerda no resvalara de sus dedos.- ¡Soy alguacil aqui y les ordeno que tiren sus armas!.- Su corazón estaba agitado, nunca habia participado en una situación de tanta tensión en su vida.

sigo andando baja la espesa lluvia maldiciendo todo la que se pueda por no encontrar una taberna y veo delante un grupo de personas alguien alto con una tunica y una chica que por su armadura parece una guardia de la ciudad,

por fin alguien a quien preguntar

me acerco a preguntar y cuando digo buenas noches, veo como la guardia saca su arco y da el alto a unos desconocidos que tengo delante junto a un cuerpo en el suelo y les recomienda que depongan las armas.

como no se de que va el tema y por mi experiencia cuando hay tanta gente, armas y un cadaver esto no suele acabar bien

asi que saco mis armas con decision, sobretodo cuando aparece de la nada una figura con capucha enarbolando un hacha,

por fin podre entrar en calor

Parecía que las palabras de Vatra habían llamado algo la atención. Primero se acercó una muchacha, decidida, más pendiente de examinar el cuerpo que de otras cosas, preguntándole si sabía lo que había pasando. Haciendo una negativa con la cabeza, le respondió -No, sólo vi a alguien que se arrojaba por el balcón- haciendo un gesto con la cabeza en dirección a donde había visto saltar al extraño individuo.

Apenas instantes más tarde, otra voz femenina, de un poco más lejos, se presentó como la alguacil, rogándonos porque estuviésemos quietos y depositando nuestras armas. En ese momento, Vatra pensó "Albedo se queda conmigo", apenas unos breves instantes que, por reacción instintiva, notase un leve movimiento de aire a sus espaldas, que le hicieron rodar sobre sí mismo, hacia la mujer que había venido primero, incorporándose y afianzando su posición, ahora sí, viendo a un forjado, el cual sostenía un hacha de batalla, con la que seguramente le había intentado atacar.

Vatra, desenvainó a Albedo con rapidez, y entonces empezó su ensalmo, por un momento, dejó a la misma, flotando en el aire, mientras se concentraba, y con un suave toque en la empuñadura, ésta empezó a rotar, tomando una forma circular frente a Vatra, la cual empezaba a adoptar un brillo propio translúcido, a la vez que mencionaba extrañas palabras de poder. Instantes más tarde, Albedo se encontraba en sus manos nuevamente, ahora protegido por una suave y fina cúpula de fuerza, que lo ayudaría a desviar los proyectiles y los ataques.

-Yo no lo intentaría otra vez - dijo, encarándose agresivamente hacia el forjado, Albedo en mano, y listo para lo que tuviese que suceder.

La búsqueda al cadáver fue un éxito, primero encontré su documento acreditativo. -Así que Bonal Geldem, pobre hombre... -Seguí buscando y encontré algo más. -¿Y esto? -Un pequeño saco colgaba del cinturón de aquel anciano, sin pensarlo lo cogí al igual que el maletín, no estaba muy segura de que podría contener, pero sea como sea podría ser alguna pista. Tras esto seguí la conversación que mantenía con el chico que estaba a mi lado. 
-Entiendo... Así que hemos visto lo mismo, buena vista.

- ¡Quietos todos! ¡Tiren sus armas y alejense del cuerpo!. -Arqueé una ceja sin mirar el foco de la voz, me levanté poco a poco con cara de pocos amigos y empecé a acercarme a la chica situada demasiado cerca de mi hermano teniendo en cuenta que llevaba un arma en sus manos. -Mira chica, acaban de asesinar a alguien y quien lo ha hecho ha escapado, por lo que me gustaría saber quien lo ha sido... y por favor, baja ese arco, no se te ve muy segura y acabarás dañando a quien no toca. -Una sonrisa más bien cínica se dibujó en mi cara. No me dio tiempo a mucho más cuando un forjado casi decapita al chico junto al cadáver.

Saqué mi ballesta y apunté al forjado sin moverme del sitio y en ese instante lo reconocí. -Así que tu eras la sombra que ha saltado antes, ¿eh? -No parecía que a ese bicho se le pudiera hacer daño fácilmente con una ballesta, pero de alguna manera tenía que defenderme, ¿No?

   Vaya, así que el cadáver era de un trabajador de la Universidad de Morgrave, y a juzgar por sus ropas no se trataba del conserje... Perfecto, la Universidad era conocida por servir de cabeza de puente para las mayorías de expediciones a Xen'Drik, así que tendrían suficiente dinero como para pagar sus servicios. 

   Minharath ya estaba calculando mentalmente los costes y beneficios cuando lo que parecía una cordial escena entre testigos se complicó cuando uno de esos forjados para la guerra saltó y a punto estuvo de degollar al humano. Eso provocó una hostilidad general, con amenazas de una alguacil incluídas. Sin embargo Minharath no iba a permitir que nadie se acercase a esa distancia de Héri con ánimo decapitador.
 

-Tranquila alguacil, como puede ver nosotros estábamos a la misma altura del puente que usted cuando el cadáver apareció; Diría que el constructo aquí presente es su hombre... o máquina o cachometal con alma, lo que sea más políticamente correcto. Y su mente parece un poco... inestable-

   En el momento justo de pronunciar esas palabras, forzó su voluntad, concentrándola hasta que se convirtió en una dolorosa presión tras sus ojos y, se la envió a la hostil criatura. Nadie se metía con su hermana.

Minharath se interpone entre su hermana y la amenaza, no piensa permitir que esa cosa se acerque y la hiera, usando su poder mental, concentra su energía en dañar al hombre enlatado que tiene en frente, una ráfaga de energia sale directamente hacia el forjado, aunque consigue herirlo no le hace gran daño, pero el hecho de herirlo parece enfurecer al enemigo.

Gardi se acerca al puente y saca su arma al tiempo de ver como el forjado lanza un nuevo ataque contra Vatra, pero o el forjado no es muy diestro con el hacha o Vatra es mucho más rápido, pues su adversario vuelve a fallar su ataque.

Héri dispara su ballesta, pero al estar Vatra por medio no tiene un buen ángulo y su disparo se ve desviado por muy pocos centímetros, la joven escucha a Vatra decir unas palabras y un halo de magia empieza a recubrirlo, el joven sonrie satisfecho de que su hechizo saliese como él había planeado

Albioness, la alguacil, grita a todos que depongan las armas, a pesa de estar apuntandoles con su propia arma, ninguno parece hacerle caso, todos están más pendientes del forjado que de ella. Puede ver a vecinos asomados a las ventanas, todos gritando que llamen a la guardia, muchos llamandolos asesinos, otros tantos gritando que hay un cadáver, todos esos gritos no tardaran en hacer que la guardia de la ciudad acuda a ellos

Mi idea sería dispararle con la ballesta, pero no sé si he gastado mi turno con el empujón mental.
Dejo la tirada en caso de haber podido hacerlo y entonces posteo la acción.

Pd: Teniendo en cuenta la pifia, si he perdido el turno, casi que me alegro XD

   Vaya, mi ataque mental no parecía haber hecho otra cosa más que cabrearlo. Bueno, su rostro era una máscara literalmente, pero parecía que trataba de acuchillar al humano con más saña si cabe... ¿Podría ser que esos dos se conocieran de antes?

   Eeeen fin, no aparentaba ser una situación que pudiese dialogarse, así que disparó la ballesta y retrocedió maldiciendo al ver que entre la lluvia y la aglomeración de gente a sus espaldas la flecha no acertaba ni de lejos.

-¡Alguacil, haga el favor de esposarlo y leerle sus derechos o algo!-

situación un hombre metálico atacando a un joven que esta al lado de un cadáver, detrás cuatro de los cuales tres atacan a distancia (y veo que el ser no se inmuta) y yo cuerpo a cuerpo y no le estoy dando y además quiero irme aun sitio seco ya

además los vecinos de alrededor gritándonos llamándonos asesinos y a la guardia, encima una joven que ya estaba aquí cuando llegué, nos dice que dejemos las armas y el hombre metálico no hace más que intentar filetear al que tiene delante,

en resumen lo sencillo es andar hacia atrás como si la cosa no fuera conmigo y no creo que esta gente se diese cuenta.... pero soy enano y no nos caracterizamos por hacer las cosas sencillas y retirarnos de una pelea que creo podemos ganar..

así que mi acción es correr y ponerme al lado de Vatra y de esa manera ya hay dos blancos y estaré en posición de atacar

Hola chaval esta fiesta es privada o puedo apuntarme, pero las cervezas después las pagas tu VALE!!!

Minharath retrocede, en esta ocasión dispara su ballesta, pero por culpa del mal tiempo no consigue apuntar bien y el virote se pierde por uno de los laterales del puente.

El enano, Gardi, corre hasta posicionarse al lado de Vatra, al parecer dispuesto a ayudarlo a acabar con aquel forjado. El enemigo que está en estado de furia vuelve a empuñar su hacha contra Vatra, pero nuevamente falla su ataque gritando con frustración