Partida Rol por web

De pronto me vi sumido en un mar de kobolds... mirase a donde mirase el elfo solo veía a esos bichejos escamosos...Oh mierda a corta distancia no puedo sacar el arco...Trato de sacar la espada para entrar en le cuerpo a cuerpo.... QUITAROS DE ENCIMA ASESINOS!

Hacia ya tiempo que el elfo no se veia sumido en el cuerpo a cuerpo, el fragor de  la batalla era siempre el mismo: oler la  sangre y el sudor de tú contrincante es cosa de humanos... los orejas puntiagudas preferimos un disparo certero desde las sombras.

Angakok estaba alerta tanto de los alrededores, a cualquier ruido que pudiera provenir de la arboleda, como del combate y viendo la situación en la que se había metido el elfo se mantuvo en su posición e invocó de nuevo la ira del invierno sobre uno de los kobolds que le amenazaban. Ordenando a su espíritu totémico para que cerrara filas junto a Torinn.

Angakok: no veo a ningún esbirro 5. Aclárame cual es!

Deprisa, tenemos q ayudar a Liham! acabemos con estos lo mas rapido posible!.

Oh estos lagartos se reproducen más que los conejos...¿cúantos hay? Trato de realizar un ataque en el kobold que tengo justo enfrente... Mi espada es igual de mortifera que mi arco!

Liham despacha a uno de los kóbolds cercanos con su espada. Muchos de vosotros habíais llegado a dudar de que la funda de su espada estuviera hueca, pero al parece no era así. Y además sabía usarla muy bien parecía.

 Adenath cierra los ojos y se lleva la mano derecha a la frente, concentrando poder de las sombras en ella mientras recita las palabras del conjuro. Al abrir los ojos dirige la mano contra uno de los kobolds que estaban hostigando a Liham y libera la energía negra de su conjuro.

Los kóbolds salen de todos lados de la cueva y se abalanzan contra los guerreros de primera linea. Al parecer todos están instigados por un hobgoblin al que denominan "Diente de Hierro" según habéis entendido pues su presencia para inspirar a las pequeñas alimañanas, que alaban su nombre mientras atacan con fiereza.

Al dracónido le llueven golpes de más sitios de los que él puede estar atento, pero consigue encajarlos como puede.

Angakok, empezó a escuchar como los Kobolds empezaban a aclamar a alguien, pero no era capaz de ver a quién, así que se asomó para tratar de identificar la nueva amenza. Al hacerlo vio a Torinn que estaba siendo asediado por múltiples Kobols y la sangre se veía a través de las juntas de su armadura. Era curioso contemplar la saña con la que se empleaban contra el dracónico cuando bien es sabido que aquellas criaturas solían venerar a los dragones.

Invocó entonces al espíritu de la sanación sobre Torinn mientras lanzaba un golpe de protección a través de su espíritu tomémico a una de las criaturas que acosaban al dracónico (Kobold esbirro 7). Luego ordenó moverse a su espíritu a un punto en el que junto con Torinn cubrían el mayor espacio posible para impedir la llegada en tromba de los enemigos.

Angakok invoca a los ancestros para que curen a Torinn, quien parece recomponerse de sus heridas rápidamente, también asiste a todo el grupo con su magia.

Por otro lado, véis como el cabecilla de esa manada, un hobgoblin equipado con una hacha de batalla, avanza por el corredor lateral y aparece cerca de Neel, a quien lo pilla desprovisto y le hace una herida en el costado.

Por un instante, Torinn parece encontrarse mucho mejor, como si sus heridas hubieran sanado de golpe, tras un vistazo alrededor, vé como el chamán mantiene la mirada fija en él. Torinn, devolviéndole la mirada, baja la cabeza como un gesto de respeto hacia Angakok.

Al volver a centrárse en el combate, vé como la estancia se ha vuelto a llenar de kóbolds, pero su mirada cae en uno en concreto, un kóbold de piel más oscura que el resto, de cuyo cuerpo cuelgan algunos símbolos y ropajes propios de un sacerdote o un clérigo.

¡Acabad con el sacerdote! -dice levantando su hacha hacia el kóbold- Si puede curarlos estamos perdidos.

Liham da un pequeño salto hacia atras. Mientras se eleva ya estaba preparando una nueva flecha en su arco. Rápidamente disparó una flecha al kóbold que tenía en frente, esta salió disparada, impactando a su objetivo, que cayó al suelo muerto.