Partida Rol por web

Una vez solventada la primera misión, las cosas se complican.

Durante todo el viaje de vuelta, mediano permanecio sumido en un mutismo inususal en él. Cumplio con su tarea dando el golpe de gracia a los kobold que permanecian sumidos en el sueño provocado por las misticas artes de Caradal y acto seguido saqueo sus pertenencias, recuperando sus daga y apropiandose de aquello que considero oportuno. Todas las monedas y objetos de valos fueron depositados en su bolsa, para posterior su reparto.

Habia contemplado con alegria la "sala del tesoro" de los kobolds y bromeado sobre lo facil que habia sido abrir el cofre del goblin, comparado con lo dificil que habia sido abrir un hueco en su defensa. Sin embargo, cuando descubrieron la nota del Sumo sacerdote de Orcus, un sentimiento de sorda rabia se adueño de Ander, que se sintio totalmente defraudado y hundido ante la traicion de uno de los habitantes de Refugio Invernal.

Mientras se acercaban a la linde de la población, el mediano salio de su mutismo y se dirigio a sus compañeros...

"¿Y bien? ¿Como nos lo planteamos? Uno de estos desgraciados ha traicionado a sus vecinos y nos ha enviado a la boca del lobo sin pestañear... ¿Alguien tiene idea de quienpuede ser el traidor?"

Ander deja la pregunta en el aire mientras su rostro se ensombrece, cansado y abatido.

Los pequeños campos en torno al corazón amurallado de Refugio invernal parecen extrañamente vacíos. Dentro de los muros, los pocos habitantes que podéis ver paseando parecen nerviosos, y sólo se detienen para dirigiros miradas furtivas antes de irse corriendo.

Llegáis a la posada de Salvana Wrafton y os acomodáis en ella.

En efecto, Lord Padraig, el alcalde, os encargó limpiar de kóbolds la comarca y os prometió una recompensa.

De hecho, está sentado al fondo de la sala común de la posada de Salvana Wrafton, en una mesa aparte.

Caradal respira tranquilo desde el final de la lucha, pero algo en su interior le mantiene preocupado, la idea de un traidor en el refugio es algo lamentable, será complicado saber en quien se puede confiar.

- Debemos andar con pies de plomo, no me gustaría que el traidor nos embaucara y cometer alguna terrible equivocación

Ander atraviesa las puertas de la sala común con un gesto sorprendentemente alegre, que desmiente por completo la aspereza de las palabras que compartio con sus camaradas en el camino de vuelta. Con una jovial cabriola salta sobre una mesa, pateando jarras de cerveza y platos de comida sin consideración alguna hacia los alli sentados. Subido en la inestable superficie, chista a la concurrencia, reclamando silencio...

"Chist...Chissssst... ¡Silencio, caramba!... Amigos y vecinos, ya no teneis que temer... ¡¡Cerveza para todos!! ¡¡Pago yo!!"

Tan pronto le sirven su bebida, se la mete entre pecho y espalda, derramando mas cantidad de lo que traga su garganta. Tras un sonoro erupto y un bestial epiteto, el descontrolado mediano vuelve a tomar la palabra, tambaleandose aun mas encima de la mesa...

"Llegamos.... Vimos... ¡Y les dimos una patada en el culo! ¡¡¡HOORAY!!!" Con la torpe agilidad de un borracho, Ander arrebata una nueva jarra de cerveza de las manos de un sorprendido parroquiano... "Ya no teneis que preocuparos... esos asquerosos bichos se estan pudriendo a la vera del camino, con sus diminutas garras sujetandose las tripas... mas no penseis que fue facil, no..." El mediano trata de bajar con cierta soltura de su improvisado escenario, aunque consigue, por muy poco, no tropezar con sus propios pies al descender de la mesa... "Eran docenas... Cientos... borrachos de sangre... ebrios de poder... estaban en los arboles... ¡¡¡en los arboles!!!" Un subito ataque de panico se apodera del muchacho, que agarra por las solapas a un inocente espectador y le planta su redonda cara, dejando que el fetido aliento a alcohol envuelva a su oyente... "Menos mal que somos duros... somos eficaces y letales... los Kobolds no son rival para mi... a docenas los puedo matar... JAJAJAJA" Presa de una subita hilaridad, Ander suelta a su "victima", regalandole la jarra de cerveza que, milagrosamente, sigue intacta y se dirige de nuevo al centro de la sala. Erupta una vez mas, mientras trata de mantener una postura digna y erguida... "Damas y Caballeros... me retiro, para cambiarle el agua al canario... dentro de un rato volvere, a regalar vuestros oidos con el epico relato de nuestras hazañas..." Con la ebria imitacion de una reverencia, el mediano se dirige hacia la puerta, con los andares bamboleantes de quien ha bebido de mas...

Lord Padraig, desde su mesa, ha visto el espectáculo de Ander y, tras aplaudir cortesmente, hace una señal al grupo de aventureros para que se acerquen a la misma.

Shamash según hablaba el mediano ha ido enrojeciendo de verguenza, llega un momento en que inconscientemente baja la vista y se lleva la mano a la frente mientras murmura - otra vez no, otra vez no, porqué ha de dar siempre la nota - luego, ya resignado y con todas la miradas pendientes de ellos se acerca a la mesa de Lord Padraig

Shamash trata de que el mediano no se meta en más lios de los habituales, le trata como a un hermano pequeño reboltoso.

Al ver que nadie toma la iniciativa se acerca a Lord Padraig y se sienta a su lado. - Lord Padraig, le gustará saber que ya cumplimos con su encargo, los muchachos no verían con malos ojos si les facilitara la recompensa prometida, sin duda querrán festejar haber vuelto con vida.

Una vez demostrada la hazaña (entiendo que habréis traído cabelleras o patas o lo que sea de kóbold para hacerlo) Lord Padraig casi salta de la silla de alegría cuando le comunicáis la buena noticia.

¡Salvana, cerveza para todos!, dice. ¡Estos héroes han conseguido librarnos de los asaltantes kóbold! Después murmura algo a un lugareño, que sale disparado, y vuelve al cabo de un rato con un saquillo del que Lord Padraig saca la recompensa prometida.

Entre los lugareños que reconocéis de vuestra estancia anterior reconocéis a Salvana Wrafton (la posadera), Eilian el Viejo (un labrador), Ninaran (una exploradora elfa), y Valtrhun el Presciente (un erudito)

Ahora que tenéis un problema menos, quizás nos pudierais dedicar unos minutos en privado - en susurros - hay un tema del que deberíamos hablar en algún sitio mas discreto.

Cita:

Cómo no. Vayamos al reservado, dice el aristócrata.

El enano, de vuelta a refugio invernal es todo lo contrario a su amigo el mediano. Se pasa casi todo el camino maldiciendo a sus enemigo muertos y a los q estan por morir. Además va con su pesada maza de forma amenazante mientras farfulla para dar más enfasi a sus palabra.

-Malditas lagarrtijas rrastreras, sucios goblins, asquerrosos no-muerrtos, mal nacido sacerdote de Orcus. Vais a perrecer, os vamos a masacrrarr, teneis los dias contados, lo jurro ante Morradin y Clanggedin.

Va soltando frases de estas cada poco rato desatando su frustrada rabia.

Al llegar a refugio invernal, sin embargo, guarda las composturas y en vez de ir maldiciendo a viva voz, va soltando pequeños gruñidos mientras mantiene una tez muy seria.

Una vez en la posada de Wrafton se pide el licor más fuerte que tienen y se sienta en la barra, dejando bien cerca su pesada maza,  inmerso en sus promesas de dolor a sus enemigos. Cuando Lord Padraig les llama para que se acerquen se acaba el licor de un trago, arrampa la pesada maza, se la lleva al hombro y se va con los demas. Cuando dicen de ir al reservado se enciende su vieja pipa y sigue al grupo.

Una vez en el reservado y tras cerrar la puerta mira al resto de sus compañeros y después se dirige a Lord Padraig - creo que esos kobolds tenían un espía aquí - le mira a ver que cara pone y si no ve nada raro continua - tenemos pruebas de que tenían a alguien infiltrado - dice mientras rebusca el documento/carta que encontraron en posesión de los kobolds y la pone encima de la mesa - creo que estará de acuerdo conmigo en que este tema es mejor llevarlo con discrección, ¿alguna idea de quién puede tratarse?

Lord Padraig se queda literalmente a cuadros cuando se le sugiere que alguien del pueblo puede ser un traidor.

Lee la nota y queda muy abatido. Esto lo empeora todo, si esos sectarios tienen un espía aquí en el pueblo saben todo lo que sabemos nosotros. Y lo peor es que ni me imagino quién pueda ser.

Tenéis que ir a la fortaleza y acabar con ellos, antes de que puedan abrir la grieta.

Jorgael, todavia alterado, responde a Lord Padraig sin siquiera quitarse la pipa de la boca.

-Porr supuesto que lo harremos. Le darremos una buena paliza a todos los engendrros q molestan a estas buenas gentes. Y si ese maldito espia se quierre interrponerr, lo siento mucho porr su familia perro tambien recibirra su merrecido. Esos monstrruos van a saberr lo q es un enano enfurrecido.

Mientras habla, en una de sus frases se le escapa la pipa y la coge antes de que se caiga. Esto le hace tranquilizarse un poco y pegarle una buena calada a la pipa.

-Que decis compañerros?

Tras decir esto le da otra buena calada a la espera de la replica de los demas.