Partida Rol por web

"Si hasta que no nos vuelen por los aires..."

Isae notó como, de repente, la comezón que tenía en la nuca, señal inequívoca de que el inhibidor estaba afectándola, desaparecía como por arte de magia. Se puso la máscara y trató de no pensar en el humo rojo que estaba empezando a llenar el vagón. 

- ¿Hideo? - dijo, con la voz amortiguada por la máscara. Se adelantó con cuidado y trató de vislumbrar a la Kabaneri.*

Tras no ver rastro de la mujer, se acercó hasta Hideo, al que le costó ver a través del humo rojo. Lo bueno es que si a ella le costaba ver algo, al resto también. Posó una de sus manos en la piel descubierta de Hideo y se concentró para tratar de sanar sus heridas sin curarle el contagio. No sabía si podía o no, pero tenía que intentarlo. Apenas habían pasado unos pocos segundos desde que había recibido el disparo de la peliblanca. - Dime que llego a tiempo...dime que llego a tiempo...- iba repitiéndose para sus adentros. 

Se arrodilló y sus ojos se pusieron en blanco, comenzando a emitir una luz dorada que rápidamente se apagó, pasando a través de sus manos al cuerpo de Hideo. El esfuerzo la hizo gruñir, pero no cejaría hasta resolver aquello, o morir en el intento. Hideo se había portado bien con ella y no lo iba a dejar en la estacada. 

Al adelantarse hacia Hideo con la intención de curarle, Isae vio la figura de la mujer peliblanca a través de su máscara de protección, y sin pensar demasiado lanzó todo su poder contra ella. 

Como si de una explosión de tinta se tratase, desde la espalda de la jovencita salieron decenas de tentáculos negros rematados por pequeñas bocas ansiosas que se lanzaron contra la kabaneri, buscando penetrar su armadura por todos lados, mordiendo y retorciéndose sin parar mientras salivaban goteando una materia viscosa y amarillenta a su paso. 

Isae tenía los dos ojos totalmente oscuros y una sonrisa cruel en la cara, incluso parecía que tenía dos caninos más grandes de lo normal saliendo de su labio superior, impidiendo que pudiera cerrar la boca tras la máscara. - ¡MUERE PUTA! - gritó con deleite...quizá demasiado. 

Los tentáculos comenzaron a abrirse paso por las junturas de la armadura, incluso por el pequeño hueco en el visor de la cara mientras chorros de sangre comenzaban a saltar en todas direcciones. 

La atractiva joven desde la que salían los tentáculos apretaba con mayor fuerza sus puños, agarrados a la ballesta que llevaba, mientras ponía más y más ganas en destruir a aquella zorra. 

-"Su puta madre"-masculla la mujer cuando la zorra kabaneri lanza la granada aquella.

En otro momento y lugar quizás Sakura hubiera mantenido la posición pero tampoco es que fuera gilipollas por ser militar y había visto lo que aquella puta niebla hacía en la gente por lo que asintiendo al tipo aquel la chica corrió fuera del vagón tratando de no respirar hasta estar fuera.

Una vez a salvo Sakura intenta localizar a Izume y ayudarle si aún no ha acabado con los zombies que trataban de izarse al tren

¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ! - aúlla Korusu - ¡Mátala, Lyashi! ¡ARRÁNCALE LA MALDITA CABEZA!

Los tentáculos de oscuridad, agitándose rabiosos tras la brutal represión, se hunden profundamente en el pecho de Airin y desgarran su corazón acorazado. La Kabaneri escupe una rociada de sangre y retrocede hasta chocar contra la pared. Sin embargo no llega a morir y ahora está mirando a Isae con ojos llenos de odio.

¡TE HE DICHO QUE ACABES CON ELLA, INÚTIL!...

La corriente de aire que se crea cuando Sakura abre la puerta abre la puerta del vagón empuja la nube de humo rojo hacia la parte trasera, llevándola hacia donde se encuentran Airin, Isae y el inconsciente Hideo...

La nube de humo rojo envuelve a la kabaneri y la psíquica, oscureciendo la visión y reduciendo sus cuerpos a meras figuras en movimiento. Sin embargo Airin no está dispuesta a rendirse sin luchar. Su extraña espada, con una fina hoja de doble filo acabada en una afiladísima punta, se dirige hacia el pecho de Isae creando un remolino de humo rojo a su alrededor...

Sakura sale a la parte trasera de la locomotora de la Eisenfaust. La hayajiro está acelerando a marchas forzadas y la fuerza del viento le agita las ropas. La vía los conduce a la entrada de un túnel que se inclina hacia el subsuelo.

¡SAKURA! - grita Izume - ¡AYÚDAME!

Sakura tarda un momento en localizar a Izume: se encuentra en la pasarela lateral de la locomotora con el cuerpo doblado sobre la barandilla. Tiene los brazos tendidos hacia tres personas que están esperando junto a la vía: Nami, Sachiko y un viejo al que Sakura no había visto nunca.

La kabaneri sostiene a Sachiko en alto para que Izume la recoja. Sakura mira por un momento hacia atrás: la Eisenfaust no puede frenar debido a su propia inercia y que de hacerlo sería embestida por la Ryugujou, que acelera imparable. No hay nadie más que pueda ayudar a subir a los que aguardan junto a la vía. Si no consiguen subir en la Eisenfaust, se quedarán en tierra...

Yûki y Takeshi saltan a la plataforma del tercer vagón justo antes de que la explosión de las granadas convierta el cuerpo del soldado en un amasijo de carne sanguinolenta y chamuscada esparcido por los alrededores y arranque parte de la barandilla. La puerta y el blindaje del vagón, sin embargo, no han sufrido más que daños estéticos.

Cuando Yûki y Takeshi saltan de nuevo hacia el vagón artillado descubren las puntas de dos flechas de hierro kabane sobresaliendo de la puerta...

Bueno, hemos sobrevivido los dos. A ver por cuánto tiempo, maldita sea. Al ver las dos puntas de flecha clavadas en la puerta enarco las cejas y se me escapa un suspiro. Me acerco a la muchacha para no andar hablando a voz en cuello aquí.

-A ver qué te parece...- Murmuro.- Yo abro muy despacito la puerta, intentando no hacer ruido, y tú estás atenta con el condenado rifle para volarle la crisma a cualquiera que intente jodernos.- Se me escapa una sonrisa, el nerviosismo y los shocks físicos sacan lo mejor que hay en mí.- ¿Tenemos un plan?

Lyashi era joven y flexible, sobretodo por la vida que había llevado, dónde además de tener que correr y saltar, gatear y meterse por agujeros y hacer acrobacias para escapar de sus perseguidores, tuvo que adoptar cientos de posturas sexuales que llevaron su joven y níveo cuerpo a extremos que otras con menor voluntad no hubieran resistido.  Vio venir el ataque y simplemente se inclinó hacia atrás inclinándose 90° con respecto al suelo. Cuando el arma pasó y volvió a su lugar, ella hizo lo propio.

Cuando se levantó, los ojos que miraban a su oponente eran completamente negros, pero sólo ella, al estar todos a su espalda, pudo verlos. Korusu se relamió y lanzó otro ataque donde dejó ir toda su ira y resentimientos por los abusos que habían cometido sobre ella durante toda su vida.

- ¡Muere Zorra! -

Gracias, Alma-san. Una sonrisa se dibuja en el rostro de la vidente cuando vuelve a su cuerpo y deja de oír ese infernal pitido. Ignora los gritos de Toshiie y que Sakura se haya ido. Sólo hay una cosa que importa en ese momento para ella. Deslizando su vista entre los tentáculos de oscuridad que salen de Lyashi, la sonrisa de Arisa se amplía en cuanto llega a ver de frente a su objetivo y aprieta los puños.

No más pesadillas... La armadura de Airin cruje bajo una fuerza invisible. No más kabane... Arisa aprieta los dientes, ignorando del todo el mundo a su alrededor y escuchando un crujido en su propia mente. ¡No más muertes! De golpe, las manos invisibles de la psíquica tiran de cada uno de los brazos de Airin, intentando arrancarle ya no sólo la armadura, sino todo lo que puedan llevarse por el camino.

Aquellas flechas no le gustaban nada. Escuchó a Takeshi y chasqueó la lengua que resonó contra la mascarilla que aún seguía llevando puesta. Su mano hizo pinza sobre el hombro del muchacho pero sin hacer daño, solo por la pura necesidad de transmitir la urgencia y tensión del momento

- Abre, pero rápido y acompañando el movimiento de la puerta para que puedas usarla como escudo. Yo me encargo de esa hija de puta -  Levantó una mano para que esperara y con un movimiento fluido se pegó a un lado de la puerta pero algo alejada. Quería esperar a ver que sucedía cuando el acceso se abriera. En cuanto viera otra flecha, bala o lo que fuera que saliera zumbando, se asomaría ella después para disparar.

Cuando se sintió preparada hizo otra seña para que procediera

Me gusta el plan. Se va a tomar por saco el sigilo, pero la guardaespaldas sabe lo que se hace. Agarrando la manilla le sonrío de medio lado.

-Reviéntale la cabeza, jefa.

Espero a que me haga la señal para abrir la puerta y parapetarme...de todas maneras y por si la gente a la que le pone matarnos quiere hacer un bis sujeto la pistola con la otra mano, listo para defendernos si es necesario.

Saku vio con alivio a su Izume a salvo sobre el tren y aunque trataba de izar a la niña aquella la militar no se sobresaltó por la urgencia de la situación.Su hombre estaba a salvo,el resto le resbalaba aunque las palabras del que fuera su capitán hicieron que la joven asintiera y corriera en su dirección tratando de atrapar a la niña

La punta de la espada de Airin abre un pequeño desgarrón en la pechera de Isae justo antes de que el brutal ataque psíquico de Arisa le arranque ambos brazos. La kabaneri retrocede chillando de dolor hasta que los negros tentáculos de Isae se introducen por todos los orificios de su cuerpo provocando el escape a presión de toda la sangre de su cuerpo en lo que dura un parpadeo. Airin cae al suelo convertida en una carcasa rota y sin vida.

En ese momento se abre la puerta trasera del vagón...

En cuanto Takeshi abre la puerta la corriente de aire desplaza toda la nube de humo rojo que hay dentro del vagón hacia la plataforma posterior, envolviendo a a Yûki antes de perderse en la distancia.

Hideo empieza a moverse con dificultad mientras su cuerpo se regenera cerrando la horrenda herida infligida por Airin. El humo rojo hace que le escuezan los ojos pero no tiene ningún efecto más sobre él. Cuando el humo empieza a despejarse Hideo puede ver el cadáver desmembrado y desangrado de Airin recostado contra la pared y a Isae jadeando a través de su máscara antigas...

Sakura se estira por encima de la barandilla y consigue agarrar a Sachiko de manos de Nami. Izume se sujeta con un brazo mientras con el otro agarra al viejo del cuello de su kimono y lo hace pasar por encima de la barandilla hasta acabar sentado de culo sobre la pasarela.

¡AU! - se queja el viejo - ¡Ten cuidado, animal!

¡NAAAAAAAAAAAAAAAMIIIIIIIIIIIIIIIIII! - Sachiko se agita en los brazos de Sakura mientras observa cómo la kabaneri se queda atrás sin intentar subir a la Eisenfaust. Se limita a quedarse junto a la vía haciendo un gesto de despedida con la mano.

No lo entiendo - se queja la niña, rindiéndose por fin - ¿Por qué no quiere venir con nosotros? - Mira a Sakura a los ojos - ¿Por qué quiere quedarse en ese infierno?...

Yûki se quedó muy quieta, paralizada, sintiendo el roce espeluznante de aquella niebla rojiza. Sus ojos fueron los únicos que se abrieron mucho, expectantes, temerosos.... El único pensamiento que ahora ocupaba su mente era para Tomohiro.