Partida Rol por web

Las conversaciones sin sentido que protagonizaban aquellas voces extrañas fueron transformándose en gritos y en silbido de disparos y con ellas volvió el caos pero también la realidad de lo que estaba ocurriendo: Una fuga en La Escuela. Una oportunidad de escapar de aquella tortura de una vez por todas... o de morir en el intento como hizo aquel hombre que la cogió de la mano y la guió fuera de su celda pero Nadine Ellis no volvería a ser una cautiva de aquel infierno. 

Nadine corrió hacia uno de los grupos que parecía haberse abierto una brecha en uno de los corredores. Entre los fogonazos de los plasmas y las luces de emergencia logró vislumbrar a un hombre en camiseta de tirantes que disparaba a uno de los guardias con rabia. A su lado un hombre rapado y tatuado pateaba la cabeza de otro mientras una mujer pelirroja muy atractiva les parecía indicar el camino. Aún sin saber si aquel grupo numeroso de presos era su mejor opción o serían masacrados en segundos, vio a dos chicas de su edad entre ellas, las dos guapas y endurecidas por las condiciones de aquel sitio. Creía haberlas visto antes en algunas de las veces que hacían prácticas experimentales en común. O a lo mejor lo había soñado. En aquel sitio ni siquiera se les permitía interactuar con otros cobayas humanos. 

- Esperadme, por favor, ¡esperadme...! - gritó desesperada mientras una explosión la propulsaba contra un muro. 

Medio inconsciente temió que fuera de nuevo a escuchar aquellas voces que hablaban de jugar a juegos y de felicitarse las Navidades pero entonces una mano la levantó del suelo, casi abrazándola contra el cuerpo de un hombre fornido enfundado en un traje de experimentación. El hombre rubio sonrió mientras le decía. 

- No te separes de mí, pequeña, sabemos cómo salir de aquí. 

Nadine lloriqueó como si fuera una niña pequeña porque, por primera vez en meses, sintió que estaba a salvo. 

Doyle esperaba que sus palabras a aquella niña fueran el último empujón de suerte que necesitaba. Si aquel túnel de verdad existía, si no era una leyenda lo que le habían contado hace tantos años cuando los experimentos rudimentarios en su carne eran mucho más físicos pero menos privados, aquel grupo podía tener una oportunidad. 

El resto de cautivos que habían corrido por otros túneles cuando estalló el generador y cayó la red serían interceptados. El 100% de ellos. Emboscados, rastreados, escaneados. Ninguno lograría salir del perímetro. Ni siquiera llegarían a pisar las dunas del exterior. Pero los que por azar, intuición o aprovechamiento le habían seguido a él podían dar con un corredor que había sido inaugurado durante las inundaciones de finales del 2014: Un antiguo pasadizo sin red ni cámaras que conducía hacia una rejilla de ventilación tapado con un muro de hormigón que podía disolverse químicamente. Tendrían luego que arrancar la rejilla de alguna manera y una vez fuera... atravesar incontables peligros hasta llegar a la civilización. Pero ya no estarían en La Escuela. Lo peor habría pasado. 

No es el grupo de gente que hubiera reclutado para una fuga, eso es cierto, pero tampoco él había elegido el momento de la explosión. Uno de los Centinelas le estaba conectando a aquel traje cuando una descarga recorrió su sistema y una terrible explosión se produjo en toda la planta superior. ¿Había sido un fallo provocado por aquel traje la causa de su fortuna? Después había corrido como jamás había hecho y se había ido encontrando a gente mientras otros morían alcanzados por los disparos de los guardias que acudían cada vez en mayor número. 

Un par de hombres cogieron rifles de asalto y dispararon con profesionalidad a una patrulla que se aproximaba. Dos mujeres más mayores y de aspecto esperpéntico se daban la mano mientras corrían a auxiliar a un hombrecillo con cara de roedor que no se atrevía a salir de detrás de una columna. Un hombre con dotes de mando y rostro empático le puso una mano en el hombro: 

- ¿Es este? ¿Este es el túnel del que hablas? 

Doyle pensó un momento y se giró viendo como veintiún miradas dejaban de correr, gritar o pelear para escuchar su respuesta: La única que podía salvarles. 

- Sí, es aquí. Poned el disolvente químico vamos... 

Un hombre latino de porte elegante pese a llevar todos el mismo traje de reclusos, un indio de enormes gafas oscuras y un hombre fuerte de color llevaron los explosivos que aquel hombre de barba castigado por la prisión les había dicho donde encontrar. 

Al poner las cargas sólo había que esperar. Otro hombre de color que en otros tiempos debió haber sido muy sociable sostenía la mano de un chaval que no debía llegar a los quince años mientras una joven que parecía pasar de todo se sentaba a esperar. 

Se dirigió a una chica pelirroja que se ponía nerviosa sus gafas y a otro joven de inteligentes ojos azules:

- Ahora hay que esperar. Cinco minutos hasta que el explosivo químico destruya esta pared sin provocar la alarma. Si una patrulla nos descubre... se acabó. Podremos acabar con ella pero ya no podremos huir por aquí. Y os lo aseguro: Esta es la única posibilidad de fuga de La Escuela. 

Después buscó con los ojos a la chica que había salvado y leyó su identificación. 

- ¿Nadine? Bonito nombre. Yo soy Doyle. Veo por tu código que te trajeron aquí secuestrada ¿es cierto? Debió ser duro. Tranquila. Cuando crucemos la frontera y denunciemos esto ante el Consejo Mundial... La Escuela tendrá que cerrar y todo el maldito Estado caerá con ella. 

- Sí señor. Me llamo Nadine Ellis. Hace seis meses me secuestraron del instituto. Había ganado un premio de belleza local ¿sabe?- al contar esto se sintió estúpida como si entre aquel grupo variopinto de extraños hostiles fuera ridículo contar aquello, pero sabía que guardaba alguna relación. Lo sabía- Y al día siguiente me secuestraron y me trajeron aquí... Os he visto a algunos de vosotros ¿verdad? En algún momento entre esas torturas... 

Algunos asintieron. Todos habían sufrido experimentos en La Escuela. 

- Es horrible. He visto cosas... oh Dios mío... han hecho cosas con nosotros, con nuestras mentes, con nuestro cuerpo que... ohhhh... ¿Cómo sabías que me secuestraron? ¿A todos os ocurrió lo mismo? ¿Quiénes sois? Por favor, necesito... necesito poneros un nombre y una cara y que me digáis que todo va a salir bien. 

- Es buena idea Nadine, presentémonos. Hará menos eterna esta espera. Y puede que más tarde no tengamos tiempo de saber al lado de quién peleamos. Yo puedo ir leyendo los códigos.

Probablemente te cogieron por tus genes. Por tu aspecto... o por tus aptitudes. Son los que llaman aquí LOS PRIVATIZADOS. Pasas a ser una propiedad del Estado por alguna cualidad que encuentran interesante. 

Como este chico de aquí... NEAL SAMPSON: Veo en tu código que tu inteligencia y tu presencia fueron valiosos para ellos. Probablemente eras un hombre de éxito ¿verdad? 

O este otro, STEVE FOX cuyo carisma fue codiciado también por La Escuela. Lo mismo llevaba una vida normal pero era un fuera de serie en su día a día ¿Quién más? Este otro afroamericano, TERRENCE JORDAN, cuyo autocontrol y astucia le han llevado aquí. Aunque apuesto que la envergadura de su físico no les ha importado tampoco. Con este código por último está ALASTOR FRANKLIN, no te ofendas amigo pero por tu aspecto no diría que tienes un CI tan alto como dice tu etiqueta ni una mente de extraordinario estratega. 

Luego está la gente que descubrió lo que aquí se tramaba y fueron INTERCEPTADOS. Una vez dentro iban a comprobar que todo era como sospechaban... pero ya no podrían informar a nadie. 

Como la señorita KAYLEIGH MCNALLY... periodista por lo que veo. Fuiste muy valiente pero no iban a permitir que publicaras nada. 

O SEAN BLACKSKY... en su caso fue un encuentro casual ¿es así? Ha peleado ahí fuera bien, por cierto. Puede que ahora se arrepientan de haberse cruzado con usted. 

O estos dos soldados son ejemplos de ello ¿verdad? DAVID SNYDER que al parecer han experimentado con su mente para que olvidara toda la información, lo lamento... o CHRISTIAN CONNOR quien se convirtió en un objetivo primario de captura al liderar uno de los Grupos de Resistencia. 

Al oír ese nombre se produce un grito ahogado en la sala. Pero Doyle continúa malinterpretando que ha sido nombrar a La Resistencia lo que ha hecho que los otros cautivos se alboroten esperanzados. 

¿Ves ese otro código? SON LOS REEDUCADOS. Aquellos cuya presencia a largo plazo podía convertirse en una amenaza para el Estado y la Escuela por ser focos de subversión y rebeldía: Así tenemos figuras públicas como JESS WOOD... activista por los derechos de los animales o la artista QUINN COLAPSE siempre transgresora. 

No conozco tanto a la juventud, lo siento, llevo demasiado aquí pero en tu código dice, AVA ADORE, que eres una mala influencia para las jóvenes y un reto para el programa de reeducación. Y por último está MAGGIE BERNSTENIN. Dice que eres una espía tan peligrosa como lo fue tu padre. Enhorabuena. 

- Cuando no quieren subyugar las mentes rebeldes sino directamente aprovechar sin escrúpulos cualquier parte de ellos los llaman LOS RECICLADOS. Casi todos... casi todos criminales que ya estaban convictos por este mismo Estado y por lo tanto cuyo traslado ha podido hacerse sin mancharse las manos

DAREK WINYARD tiene varios antecedentes de homicidio. Esperad, tranquilos, estamos todos en un mismo grupo así que no creo que debamos ahora renunciar a toda ayuda que nos sea dada. Los crímenes de ANTHONY DEYER son más de guante blanco ¿un ladrón, tal vez?. Menos visibles son los de esta chica IRINA SMIRNOVA: Pertenencia a la mafia ¿en serio?. 

Es espeluznante que a un niño le hayan puesto esta etiqueta, OLIVER... ¡un momento!  no tienes siquiera apellido, has debido criarte aquí siempre ¿verdad? Por eso ya eres un reciclado directamente, no te hacen falta antecedentes. 

¿Qué por qué sé leer los códigos de vuestras etiquetas? Me dedicaba a eso: A clasificar a los internos cuando esto era sólo un programa de voluntarios de experimentación clínica. Por eso sabía también de la existencia de este túnel. Eso fue hace más de dos años. Es el tiempo que llevo aquí torturado cuando me negué a seguir adelante con el programa. Eso lo dice mi código ¿ves? 

RECOLOCADO - Es un eufemismo para decir que fui uno del sistema pero que me volví un problema. 

No estoy sólo. Aquí tenemos a JENNIFER CHASTAIN. Doctora. Científica y probablemente una entusiasta defensora de los avances hasta que también descubrió en qué se aplicaban. O el DR. HARVEY LEAKER quien trabajaba para los antiguos servicios secretos que nos han ido internando a todos.
También está aquí el señor CHAAMS. He oído hablar de usted. Le llaman "The Robot" ¿verdad? Experto en la robótica y todo un personaje dice su reputación. Y nuestro último compañero es DOUGLAS CONNOR, antiguo diputado del partido que dirige este centro y que ha acabado en la "oposición" de la manera más dura ¿verdad? 

- ¿Douglas? ¿Eres tú? 

Es ahora cuando los demás se dan cuenta que dos de los cautivos se han reconocido. Christian, el soldado de la Resistencia y Douglas el político. Christian se metió en el grupo "terrorista" pensando que su hermano "el diplomático" les había vendido. Siempre fueron muy diferentes. Nunca supo que había acabado aquí. 

El tiempo parece detenerse y no sólo por la revelación fraternal. El resto de información también provoca querer justificarse, interrogarse... interaccionar después de tanto tiempo... 

No me hace mucha gracia interrumpir el momento de encuentro fraternal, pero después de la enumeración que ha hecho veo que casi todos son buena gente y no quiero que piensen que yo no. Sin gritar demasiado, aunque no todos me oigan, digo: "No soy ninguna mafiosa, el mafioso era mi novio". Dicho eso,  me aparto a un lado y espero,  tal y como me han dicho. 

Todo había sido muy confuso, las luces, las sirenas, la gente disparando y corriendo por los pasillos. Kayleigh daba saltitos de un lado a otro, se sentía como una colegiala que hubiera hecho una travesura.

-Yo no he sido... - murmuraba mientras se movía las gafas y se mordía el labio con una especie de tic.- yo no he sido...

Miraba con ansiedad a Doyle, tenía claro que era su salvador. Él sabía el camino. Se pegó un golpe en la frente que torció sus enormes gafas de pasta. Tengo el síndrome de Estocolmo. Pensó. Entonces miró horrorizada a Doyle.

-¡Os va a matar a todos! -Chilló por encima de las voces de las sirenas señalando al antiguo clasificador de la escuela. - ¡Esto es otro experimento, os van a matar!

Comenzó a chillar como una loca hasta que alguien le tapó la boca. Ya no se sentía tanto como una chica traviesa, si no como alguien muy, muy inteligente. Ella tenía intuición, ella sabía ver cosas que otros no sabían. Ahora estaba un poco confusa, era por las drogas. Pero sabía que al final le dirían es cierto Kayleigh, tenías razón. Al final se arrepentirían de no haberle hecho caso.

Oliver no soltaba la mano que le sujetaba estaba muy asustado casi en pánico,su respiración era muy agitada, con casa inspiración se le movía el torso, como un conejo en una trampa,sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas y comienza a gimotear.

Yo....yo...yo.... na na nací aquí, mi mi madre era Meredith, en ese momento rompe a llorar, se tapa la cara con ambas manos y se deja caer al suelo.

Ella está muerta,muerta.... dice derrotado mental y físicamente.

Anthony iba con el resto mientras escapaban de ahí, cuando el que parecía mandar por encima de los demás se puso a hablar con la chica, tony solo podía pensar en una cosa..."¿Habrá sido rico antes de estar aquí?¿Tendría mucho dinero?¿Lo tendrá aún...?" Con todas esas preguntas en la cabeza, sus nombres empezaron a salir, hasta que le tocó a su grupo, los reciclados, Anthony sonrió y alzó ambas cejas a modo de burla por ese nombre, cuando acabaron solo podía pensar una cosa, lamentablemente, la dijo en voz alta -Joder, dentro de los malos soy el mas bueno- Miró al fortachón(Douglas) que tenía a su lado y le dio un codazo mientras sonreía por la broma que acababa de soltar. Al ver su reacción se calló de golpe y se quedó mirando al frente, como el resto de sus compañeros de huída.

La cosa no iba mal hasta que la loca pelirroja se puso a chillar "Dios... ¿Tiene que venir con nosotros?" Pensaba mientras la miraba y se alejaba un poco de ella, pero detrás de él estaba el crío, el que supuestamente había nacido aquí "Coño, éste si que es parte del gobierno" Pensó mientras sonreía al ver como intentaba hablar.

Mientras la gente hacía sus cosas, Tony se apoyó en una pared, con los brazos cruzados y sin sacarle el ojo de encima al "jefe", era el único que sabía salir de ahí.

Una explosión. Gritos. Pasos a la carrera. Un apagón.... - ¡Es mi oportunidad!

Salgo de la celda de aislamiento en la que me tienen recluido mientras un pensamiento fugaz y recurrente atraviesa mi mente - ¿son todas así o he recibido un castigo ejemplar por algo que desconozco? ¿Tal vez me temen? ¿Temen lo que mi influencia puede hacer en el exterior si llega a conocerse mi situación?... No seas estúpido, Douglas. Hace ya demasiado tiempo. Ya nadie se acuerda de mi. - No me detengo a elegir un camino, sencillamente encaro el pasillo en una de las dos direcciones y corro por alejarme de mi celda.

Durante mi huida en solitario, mi determinación por encontrar la salida y acabar con esta corporación de pesadilla me hace caer en la cuenta de algo. Un comportamiento fuera de lo normal, mientras muchos corren sin rumbo o se detienen a hacer frente o ayudar, una persona corre abriéndose camino entre la multitud. Aparta a la gente con delicadeza pero con seguridad y no se desvía en su carrera. En seguida comprendo lo que estoy viendo - ¡Ese hombre sabe hacia donde huye! El resto solo corremos sin rumbo, pero él... él parece saber lo que está haciendo - Corro a unirme con él en la huída. No sé ni su nombre, pero sé con absoluta certeza que él es mi única oportunidad y, por tanto, la única oportunidad de la sociedad para descubrir los horribles crímenes que tienen lugar aquí dentro.

De repente me encuentro con que no soy el único que ha sido arrastrado por el magnetismo del hombre. Varios corremos a su lado. - ¿Acaso ya había gente siguiendo sus pasos cuando llamó mi atención?... Céntrate Douglas, ¿Qué importa eso ahora mismo...?

Llego a situarme junto al hombre y me presento sin detener la carrera. - Mi nombre es Douglas - él asiente como diciendo: Bienvenido y su gesto me infunde ánimo. - Yo soy Doyle - Dice por toda respuesta. Un tiempo después le lanzo otra pregunta - ¿Sabes a dónde nos dirigimos? - Él me contesta y me devuelve la esperanza - Hay un túnel. No le hago más preguntas. Tengo todo lo que necesito.

Poco a poco el grupo va creciendo. Descubro en nuestra huida que hemos dado un pequeño rodeo. El hombre da algunas ordenes sencillas y algunos chicos, los que aparentan más fuertes, cargan con unas mochilas. Alguien dice que son disolvente químico. Cada vez estoy más seguro de que Doyle sabe lo que hace.

Nos detenemos cuando Doyle realiza una última incorporación: una jovencita rubia que aún conserva un hermoso rostro. - Debe llevar poco en La Escuela... Aún no han acabado con todo lo bello que existe en ella como ha hecho con los demás... ¿O quizás está fingiendo ser uno de nosotros? - Desecho el pensamiento por no conducirme a ningún lado y me centro de nuevo en nuestro líder. Le pongo una mano en el hombro y le pregunto - ¿Es este? ¿Este es el túnel del que hablas?

Escucho con avidez las palabras de Doyle. A medida que su explicación avanza, también crece en mi la semilla de la desconfianza... Está claro que sabe de lo que habla. ¿Pero cómo? Parece saberlo demasiado bien... ¿Y si todo es una trampa?

Sopeso mis opciones con mente rápida y abierta y al final llego a una conclusión: No me queda otra que confiar en él.

De repente, Doyle pronuncia un nombre que conozco demasiado bien y yo ahogo un grito de estupor - ¡Chris! ¡No puede ser! ¡No! ¡Tú no! ¡No puedes haber acabado aquí! - Me pierdo en mil pensamientos fragmentados imposibles de organizar y sólo vuelvo a recuperar la concentración cuando pronuncia mi nombre algo más tarde. Chris se gira hacia mi con gesto de incredulidad y dice

¿Douglas? ¿Eres tú?

Doy un paso, hacia él, quiero explicarle tantas cosas, quiero pedirle perdón. Mi sentimiento de culpabilidad vuelve a aflorar. Ese sentimiento que había conseguido asfixiar en mi interior y creía muerto. La presencia de Chris lo devuelve al exterior. Pero sé como hacerle frente, ya he aprendido a controlarlo. Al principio ese sentimiento me paralizaba, me dejaba torturado y agónico en un llanto continuo apartado de la realidad. Ahora se reprimirlo para que no me haga flaquear. Mi propio mecanismo de defensa me hace ignorar temporalmente a mi hermano y centrarme en el resto de personas.

Una mujer pelirroja medio enloquecida acusa a Doyle de ser parte de otro experimento. Asiento y respondo.

Kayleigh tiene su parte de razón. Mentiría si negase que no lo he pensado. Y seguro que muchos de vosotros también Pensadlo bien: Él parece saber demasiado y aparece como traído de la nada... Pero pensadlo dos veces: No importa si es un experimento o no, el caso es que nuestra única oportunidad es confiar en él si no queremos pasarnos el resto de nuestros días aquí dentro.

Me giro hacia el pequeño Oliver... - ¿Cuántos años tendrá? ¿12...? ¿14...? Pero eso significa... ¿¡cuántos años llevo aquí!? - Recuerdo a tu madre. Al comienzo aún nos permitían relacionarnos entre nosotros... Hasta que comenzaron los incidentes... No te preocupes pequeño - Le digo intentando calmarle - Ahora estamos juntos y juntos somos fuertes. ¡Por eso nos negaron la relación entre nosotros! ¡Temieron lo que éramos capaces de conseguir si nos juntábamos! Y ahora... Con Doyle, ¡tenemos esperanza de nuevo! ¡Y de nuevo estamos juntos! ¡Por eso no tenemos más remedio que creer en él! Mientras permanezcamos unidos, tendremos oportunidades

Un hombre - ¿Anthony? - me suelta un codazo cómplice y hace un chiste fácil sobre la nuestra implicación en La Escuela, la de algunos compañeros y la mía... Le miro con severidad - El pasado no es relevante. Ahora todos somos iguales. Todos somos víctimas de La Escuela

Christian se acercó entonces a su hermano. Podía intuir lo que pasaba por su cabeza en ese momento. Posó su mano en el hombro contrario de Douglas para dejarle sin escapatoria y clavarle la mirada en los ojos.

- Bienvenido a La Resistencia, hermano.

Le mantuvo unos segundos más la mirada hasta que se fundieron en un abrazo.

- No empecemos a chuparnos las pollas todavía. No estamos a salvo aún y estamos lejos de haber escapado de ese puto infierno.

Miró al resto, recordó sus años mozos de líder miliciano nazi y sintió algo parecido. Un grupo variopinto con un fin común.

Había visto a Connor varias veces dentro de La Escuela pero nunca había tenido oportunidad de hablar con él. Se acercó.

- qué hay Connor - y le tendió la mano. - Soy Darek, deberíamos seguir avanzando.

Visto que la fuga había quedado en punto muerto, y dado que el ambiente era distendido, Quinn no dudó en abrir su moleskine mental y tomar pequeñas notas de lo que cada uno que hablaba le transmitía: IRINA- novia de la Mafia/ KAYLEIGH- histérica, agorera/ OLIVER- da miedo/ ANTHONY- chulito reciclado/ DOUGLAS- hermano hablador/ CHRISTIAN- hermano escueto/ DAREK- nazi

Con estos apuntes crearía su primera performance cuando estuviese en libertad. 

Efectivamente me trajeron aquí porque tenían miedo de que mis 'obras' moviesen masas en contra del Estado. Y eso que no entendieron el mensaje, que sino... 

Ojalá funcionen los químicos, estos cinco minutos se me están haciendo muy largos.