Partida Rol por web

Son casi las siete de la tarde, en las afueras de New York. Un grupo de individuos de lo más variopinto se acaban de encontrar en la puerta de un castillo,  todos van por el mismo motivo, han sido llamados por el príncipe de la ciudad.  El grupo se compone de cinco personas, un vagabundo acompañado por una chica, un hombre alto y bien vestido,  otro joven que viste de manera más informal y una niñita pequeña de unos once o doce años como mucho.

Todos llegan a la puerta, la cual es abierta desde dentro, el castillo es lujoso y hay bastante luz, entráis dentro y sois guiados por un hombrecillo bajito y algo feo, un mayordomo. Mientras seguís al hombre podéis observar algo curioso, de todos los castillos de príncipes donde habíais estado este es diferente, está lleno de Vampiros de alto rango, algunos conocidos y otros menos. Seguís andando hasta que llegáis a una puerta grande de madera.

la puerta se abre, el primero en entrar es el mayordomo, hace una reverencia he informa.

- Sus invitados ya han llegado mi señor. – Se vuelve hacia vosotros y os dice. – Pasar, mi señor os espera. – El hombre sale de la estancia rápidamente.

Al entrar veis que en la sala hay mucha gente, contando al príncipe son ocho personas. El príncipe está sentado en un sillón bastante grande, a cada lado se encuentran un chico y una chica. Al lado del chico hay dos chicas más, una muy seria y la otra muy sonriente.  Al lado de la chica hay tres hombres, uno es del clan nosferatu, no hay duda alguna de ello, los otros dos no sabríais decir, lo único que se podría asegurar es que soy muy serios, ninguno de ellos muestra ninguna sonrisa a los invitados.

El príncipe sonríe a los recién llegados. – Ya estáis aquí… no habéis tardado… me alegro. – Os mira a todos de arriba abajo con un vistazo rápido. – Bien, antes de empezar ¿por qué no hacéis una presentación? Así os podrán conocer todos los presentes, decir vuestro nombre, vuestro lugar de origen y vuestro clan. – El príncipe se queda esperando vuestra presentación.

Al entrar en la sala acompañado de mi nueva adquisición...no puedo evitarlo:

Cuando me calmo miro al príncipe otra vez y... :

Me paso el dedo índice por los ojos para secar las lágrimas mientras lanzo un sonoro suspiro -Ahlo us ajmtades- Digo haciendo una reverencia y después saltando para ponerme de pie.

sonrio al príncipe y recito:

Pemedir que me senprete

Eos deic tronues ridoque prípneci

y yo moco syo nobue y dienobete

édir que me manlla  ackbl Eric

Mas mi garlu de genori guninno lo nococerá

quepor el de la culora se im clan

Mientras lo recitaba daba vueltas caminando a saltos alrededor de la lprimogenitura y al acabar estaba detrás del Nosferatu -HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAH- Reí en su oreja descontroladamente para después volver junto a Anabeth poner mi cara frente al tío que tenía un pañuelo en la cabeza* y decir -¡BU!- Después reí de nuevo.

Me quedo mirando con seriedad al Malkavian... menudo perturbado, no puedo ver una herramienta mejor para los amos secretos que ese pobre infeliz.

Me encuentro a la derecha del príncipe de la ciudad mirando a los invitados.

Por mi gesto imperturbable no se podría averiguar mis pensamientos, cualquiera que me mirase solo vería un vampiro de gesto serio, 1.80 y unos 75 kg con un traje impecable negro y una pajarita perfectamente anudada al cuello. Los mocasines se observan impolutos sin marca alguna de suciedad, y en general toda la ropa parece recién pasada por la tintorería.

Me fijo en el hombre que me mira sentado en el sillón, era graciosísimo ver su cara, mis labios pintados de negro dibujando una sonrisa se ensanchan para mostrar una auténtica -Jijijijijijijijijijiji- rio al verlo, mis pantalones de cuero y las botas altas y negras se arrugan al avanzar hacia él y pegar mi cara en su rostro -ALHO- Saludo riendo descontroladamente, doy una vuelta alrededor de los asientos de la primogenitura, la cinta aislante negra enrroyada en mi camiseta, también negra y por la cintura brilla con la luz y el baile...después me coloco junto a Anabeth de nuevo y rio otra vez.

Miro a todos fieramente. "Odio a los que se creen de la nobleza...".

Con mis ropas andrajosas me planto en medio de la habitación, después de que el Malkavian me intentase asustar. me rasco la cabeza, bostezo groseramente y miro a todos uno a uno con mis ojos de felino.

-Acheron, Gangrel, Norte Europa - digo perezosamente, bostezo de nuevo abriendo mucho la boca, me desperezo y me siento en el suelo.

Paso cerca del gangrel sentado en el suelo, me situo unos 4 pasos a su izquierda y me quedo en pie frente al Príncipe y a sus acompañantes. Examino con curiosidad la habitación.

Soy un hombre de mediana edad (30 y muchos). Llevo el pelo engominado y peinado hacia atrás. Mi abrigo largo y gris tapa el resto de mi vestimenta salvo una bufanda azul clara a juego con el abrigo que tapa mi cuello.

Me inclino en una ligera reverencia y me presento: - Soy Tom Rembrandt mi señor. Pero pueden llamarme Tom. Vengo de Europa, y soy un nosferatu. -

Miro a todos los presentes cuando hago mi revelación. No suele ser muy habitual pero dadas mis condiciones no quiero sobresaltar a nadie.

Al menos parece que no nos va a mostrar el rostro horrible que debe descansar bajo esa falsa fachada. Mejor, los nosferatu pueden ser de ayuda cuando se lo proponen, siempre que sus rostros no los hagan imposibles de tratar.

Elizabeth es una niña, no aparenta tener más de once o doce años, tiene una belleza muy antinatural, demasiado atractiva para ser una niña. Tiene algo demasiado raro, nadie diría que es una no- muerto, su aura no es como la de los demás vampiros, parece ser más un humana que el resto de los presentes.

- Hola, mi nombre es Elizabeth, soy del clan Tremere. – La niña no dijo mas, no se molesto en decir de donde venia. Su voz también era muy rara, era encantadora, hacia que la gente se sintiera bien en su presencia.

El príncipe escucho a todos los presentes, parecía que todos eran completamente diferentes. La primogenitura también estuvo escuchando sin ningún problema, salvo cuando se presento el primer vampiro, parecía que a ninguno le caía bien el malkivian, aunque ninguno cambio su expresión salvo el nosferatu, cuando se acerco puso cara de enfado, parecía que le costaba contenerse para no matar al vampiro.

- Bienvenidos a mi querido palacio, es hora de que nos presentemos nosotros. Mi nombre como sabréis es Alexander Ventrue, y soy del clan Ventrue como mi apellido indica, los que están a mi lado son mis hijos, a mi derecha Locke Ventrue, y a mi derecha Alice ventrue, los hombres que están cerca de mi hija son, Tyler del clan Brujah, Absalon del clan nosferatu y por ultimo… a Harbad, del clan Grangel, el encargado de destrozar a Eric si no se comporta en esta reunión. – El príncipe sonreía, pero se veía que no bromeaba. – Por otro lado estan las dos mujeres, la más cercana a mi hijo es Adeline del clan Tremere y Alexia del clan Toreador. – El príncipe sabia que debía hablar de la misión, pero le gustaba mantener la tensión en el ambiente, no quería decir nada hasta que lo pidieran.

- Encantado de conoceros a todos. - comentó Tom cumpliendo con la formalidad. Acto seguido no tardó en continuar: - ¿Qué estamos haciendo aquí? - preguntó Tom sin temor ni miramientos. Le intrigaba que le hubieran convocado. Quizá fuera por esa curiosidad por lo que había aceptado venir, de otro modo hubiera desaparecido en las sombras y ni Alexander Ventrue hubiera sido capaz de encontrarle.

Tom miró a su alrededor... - ¿Qué se supone que tengo que hacer con un malkavian, un gangrel y una niña tremere? - su tono no era para nada despectivo, sólo curioso.

Alexander sonríe ante las preguntas del nosferatu, la verdad es que no esperaba que fuera el primero en preguntar. – Bien Tom… te responderé muy rápidamente, La camarilla quiere que hagáis una misión para vosotros. La misión en si es muy sencilla, es hacer un viaje a Madrid, en España. Si os preguntais por que os mandan a vosotros desde aquí y no llaman a gente que esté más cerca es muy sencillo, yo tengo los contactos y quieren que vosotros seis los que investiguéis, no busquéis mas explicación.

- Bien, estaré encantado de escuchar los detalles de la misión... y luego qué sacamos nosotros con ella. - sonrió Tom.

- Tiene que ser algo importante, sino no se molestarían en buscarme. Desconozco al resto de los presentes en esta sala, pero si están buscando a alguien como yo, y tratan de juntarme con más gente... no puede ser algo bueno. - medité rapidamente. - Por tanto si es algo importante la recompensa o el favor tendrá que ser proporcional. Sino pueden ir buscándose a otro. -

El príncipe mira al nosferatu con cara de pocos amigos. – Deberías cambiar la actitud, aquí no estás para exigir, estas para servir a la camarilla, es una misión mandada por los mas influyentes, no creo que los quieras enfadar. Esto no quiere decir que no tengáis una recompensa, podéis elegirla vosotros mismos, es lo que me han dicho que os informe, eso si, con coherencia siempre. – El príncipe cambio de tema. – En cuanto a los detalles de la misión… solo tenéis que ir a Madrid a comprobar que todo está bien, no conseguimos tener información sobre el príncipe de la ciudad, era un Tremere importante y nos preocupa que no sepamos nada de él o de sus allegados. Solo he conseguido información de mi contacto, pero no se atreve a ir al castillo por que no es bien visto allí, asique el solo os guiara cerca del castillo, no quiere acercarse. Yo creo que no necesitáis mas información, pero si creéis que si, podéis preguntar lo que queráis.

- No me malinterprete, señor. - añado inclinando la cabeza a modo de sumisión. - Claro que estoy interesado en trabajar para la Camarilla, pero hasta los más poderosos saben que nadie se juega el pellejo por nada. Sólo estaba haciendo deducciones en voz alta. Mis disculpas. - sonrío y me quedo pensando en los datos sobre la misión.

- Así que sólo hay que ir a Madrid, encontrar al Príncipe tremere o descubrir qué ha sido de él e informar. - me quedo dubitativo... no parece complicado... pero si fuera sencillo no nos habrían invocado. - ¿Cuál es la situación de Madrid? Me refiero a Camarilla vs Sabbat. ¿Hace cuánto que no hay comunicación con el Príncipe? -

El príncipe mira con curiosidad a Tom, era muy intuitivo. – Muy inteligente, si solo fuera por las comunicaciones ¿para que os íbamos a llamar no? – Su cara se muestra bastante seria en este momento. - La situación estaba un poco complicada, estaban preocupados por el hecho de que varios vampiros habían desaparecido, y a las afueras alejados de la ciudad había una colonia de los Sabbat, pero nunca se atrevieron a entrar, parecía que estuvieran esperando algo, ahora vuestra función es saber que hicieron esos monstruos, si aparecieron y mataron a todos o Por el contrario lo de la comunicación es solo una confusión.