Partida Rol por web

- ¿Quienes te acompañaban? ¿Donde están los que te han enviado?

Era dos amigos que había echo en mis viajes… - El chico parecía cada vez más débil, parecía que el mordisco lo había destrozado demasiado. – No te diré quien nos ha mandado…

- Habla y vivirás. - le digo. Calla y halla la muerte definitiva.

El chico parece que se achanta un poco pero al final te mira desafiante y dice. – Si hablo moriré igual, asique te matare yo a ti. – El chico se lanza intentando hacerte daño, aunque esta débil.

Al ver como se lanza a por mi simplemente me echo a un lado mientras le digo.

- No seas necio. ¿Quieres seguir existiendo? Yo te protegeré hasta que te repongas de tus heridas. A cambio sólo quiero información.

- ¿Que me dices? - añado.

El joven da un golpe en Sergei, pero no le llega a hacer daño, es bastante resistente como para sentirse mal por un golpe tan flojo.

- ¿Que me dices? - digo al muchacho.

Que acabare contigo… - El chico no parecía que fuera a detenerse.

- Eres un necio. Prefieres morir a seguir existiendo. Curioso. - digo.

El vampiro es mas rápido y suelta un golpe hacia el vampiro.

el vampiro golpea a Sergei, esta vez el lobo si nota el golpe.

Tras el Golpe del Vampiro mi paciencia se acaba así que recurriendo a la Rabia me transformo otra vez en Lupus y me lanzo hacia su garganta para terminar de separar la cabeza del cuerpo.

El golpe da al vampiro, aunque no le haces demasiado daño, ambos parecéis agotados, el combate puede ser interminable, ninguno de los dos parece que pueda ganar, pero algo llama tu atención, algo que el otro no se da cuenta, detrás de los arboles te parece ver lo que es un Lobo gigante, aunque no estás seguro, desaparece rápidamente de tu visión.

Hinco los dientes con más Fuerza para terminar de destrozar su maltrecha Garganta.

El cuello del enemigo cede, acabas con su vida, notas la sangre dentro de tu boca, estas rabioso… no puedes contenerte tu enfado.

Tras acabar con el joven levanto la cabeza y digo aullando.

- Sal donde pueda verte y hablemos.

Un hombre sale de entre la maleza, no dice nada, se te queda mirando esperando a que vuelvas a tu estado homínido, sino la conversación no se podría mantener, ninguno de los dos se entendería.

Al ver aparecer al sujeto me transformo en humano para hablar con él.

- ¿Quién eres y qué quieres? - le pregunto.