Partida Rol por web

La chica parece que empieza a confiar en ti, no sabe que hacer, parece que eres la única persona que puede ayudarle, aunque sigue con dudas se empieza a acercar poco a poco hacia ti.

Miré a la muchacha y dejé que se acercara, mantuve una expresión amable...para que se acercara, ahora tocaba paciencia que viera...bueno que creyera que no era un enemigo...

Jijijijiji...estos humanos...

La joven se sigue acercando, hasta que ya está muy cerca de ti y te pregunta. - ¿Cómo puedes ayudarme? – Su voz parecía más calmada que antes, parecía que podía solucionarse todo rápidamente gracias a ti.

-Primero haré que todo esto parezca un lamentable cica...accidente querida- Dije un momento, hablar de esa manera me cansaba, pero me encantaba...y la chica puede que fuera útil...-Después, te daré refugio...y algo que te ayudará, para siempre- Tomé su mano llena de sangre y la besé como se hacía en la Edad Media...sin que se diera cuenta me relamí -Te daré una nueva vida...una vida mejor, a mi lado...protegida- Susurré.

La chica te sonríe, parece que le estas dando más confianza de la que esperaba, te mira a los ojos y te dice. - ¿y cómo va a ser…- la frase se queda a medio hacer, la chica señala con miedo detrás de ti, pero no te da tiempo a darte la vuelta, notas un tirón del cuello y quedas inconsciente.

Despiertas al cabo de un rato, el cuello te duele, no sabes lo que ha pasado, pero deduces que alguien te lo ha roto, si llegas a ser un simple mortal ahora estarías muerto. Estas encadenado de pies y manos, y algo sujeta tu cabeza para que solo puedas mirar al suelo, parece que algunas personas saben que mirarte a los ojos es problemático. Entre todo ves a la chica y al chico con los que habías estado jugando, ambos están tirados en el suelo muertos. Ves unos pies que se acercan a ti. – Por fin despiertas Eric, eres demasiado problemático… - Reconoces la voz del Príncipe de la ciudad. – No deberías atacar a mis chiquillos, eso causa problemas entre nosotros.

No puedo evitar reir como un histérico ante la situación...al parecer por primera vez había tocado la morar al príncipe -Sesab el gories ueq rresco al evínar aquí a tu quichillo- Digo riendo -El eamnaaz...yo no lo goha jajajajajajajajaja, horaa es eso...¡Nu quichillo! jajajajajaja- Miré a la mujer muerta y dije -Me has fadodiasti mi nace y mi verdiónsi...ríquea una ghoul- Dije esta vez serio y molesto.

El príncipe sonríe, le gustaba molestar al malkivian, ya que pocas cosas podían molestar a ese loco. – No puedo matarte, bueno, mejor dicho… no me dejan matarte, me obligan a dejarte con vida, quieren que hagas la futura misión. – El príncipe parecía molesto, no podía matarte de momento. – La gente se mosquea por que soy muy indulgente contigo… pero bueno, lo único que es bueno es que cuando te vayas de la ciudad la gente estará más relajada. Te puedes marchar, pero no hagas ninguna tontería hasta mañana. - El principe y sus acompañantes se van, se queda un ghoul prescindible para soltarte.

Cuando el príncipe me suelta me giro al Ghoul y digo -BLA BLA BLA- Me rio cuando lo veo corriendo, después me acerco al cuerpo de la chica...me había parecido que estaba muerta...pero el príncipe no mataba humanos así porque sí...a lo mejor estaba dominada y dormía...quería una ghoul...y si esa estaba muerta tendría que buscar otra víctima...

Ves que la mujer está completamente muerta, no tiene pulso, parece que has conseguido cabrear al príncipe, no suele ser a si con los humanos, al menos no siempre.

Con lo bien que me estaba saliendo la jugada...

Pensé, esta vez iría a algo más fácilde encontrar...salvar a una mujer de un atraco...cosa frecuente a esas horas en el Bronks, claro, tenía que encontrar el lugar adecuado...dejé ahí los cadáveres y me dí la vuelta en busca de lo que quería.

Mientras caminas por tu barrio buscando a alguien para hacerte el héroe encuentras justo lo que estabas encontrando, un hombre estaba intentado abusar de una chica que estaba por allí. La chica gritaba, por eso te distes cuenta de lo que pasaba.

Me acerqué al hombre saltando y me puse a sus espaldas.

El cerdo acude raudo

a su destino al matadero

por eso nos te he encontrado

para darte con un caldero

Reí de nuevo y miré al hombre esperando que soltara a la mujer para tomar la iniciativa.

El hombre empuja a la mujer al suelo y se vuelve. – ¿Se puede saber qué diablos quieres? - el hombre te lanza un puñetazo sin tener ningún miramiento.

Me quedo en el sitio* y recibo el golpe...riendo como ante su pésima fuerza...-Márchate de aquí...deja a esa mujer en paz...- Dije riendo...amenazante.

El hombre se queda sorprendido, no se puede creer que no te haya hecho nada, mira su puño y pone mala cara, vuelve a golpearte.

Cuando descarga su puñetazo desvío la cabeza y la vuelvo a poner en su sitio antes de que el puño haya regresado a su sitio...riendome -Mi turno- ese tio me estaba cabreando de verdad lo miré a los ojos sonriendo.

El chico te mira a los ojos y su cara se relaja, pone una sonrisa inocente y dice con voz cantarina. – Siento lo que he hecho… no debería portarme así… será mejor que me vaya de aquí ¿no?