Partida Rol por web

Calypso contempla a Aran con mirada aguda mientras mientras reflexiona -Yo diría que el Duque desea que salvemos a su familia, y está dispuesto a sacrificarse por ello; incluso a sabiendas de que en el lugar al que nos dirigimos podría encuentrarse la cura para su aflicción. Ese hombre, a pesar de todo, puso prioridad en salvar a su familia. El mediano sirve con lealtad a su señor, y estaría dispuesto a hacer lo que haga falta, incluso mentirnos si es necesario. Y esa me parece una actitud muy noble en un ser tan humilde como un siervo mediano.

Áran, no quiero que pienses que soy un iluso: Puedo equivocarme, pero en esta vida, todos cómetemos errores y tódos tenemos secretos. Como una vez me dijo uno de los viejos sacerdotes de mi templo "por la misma vara que tu juzgues, así serás juzgado". Me enseñaron que incluso los individuos más inquinos pueden redimirse de sus pecados. 

No te pido que dejes de desconfiar del mediano. Sólo te pido que le des una oportunidad. Si lo torturamos, ya no confiará en nosotros.

Deberíamos volver. A buen seguro estarán impacientes por saber qué es lo que hemos encontrado...

Thorin emitió un gruñido mientras guardaba su gran hacha.Se acercó al mediano y le golpeó el pecho con su dedo índice extendido.

-Juro por las barbas de mi madre que te cortaré en filetes y te hecharé al rio como una sola de tus palabras haya sido mentira.-El enano supo que sus palabras habian adquirido el tono adecuado.Las lagrimas del mediano estaban a punto de rebosar por sus ojos, y a Thorin esa visión le desagradaba enormemente.

-Y por todos los martillos de Hark-tun, deja de llorar, eres un hombre no un perro.-El desprecio que sentía en ese momento no podia representarlo de otro modo.Sin más giró sobre sus tobillos y se sentó en una piedra cercana al fuego.

-No te quitaré un ojo de encima.-Gruñó el robusto enano mientras encendia su pipa y se cruzaba de brazos,reafirmando así su autoridad mirando fijamente al pequeño subordinado.Realmente no sabía que pensar, aquello era todo muy raro, pero la excusa de su llegada parecía acertada.Porsiacaso el enano mantendría a raya el mediano, no dejaria que se moviese más de lo necesario.

Tras haber recibido los regalos élficos, Lihem sonrió con gratitud, y los tomó con humildad dando las gracias, luego sin perder tiempo se colocó la capa élfica, le parecía mucho más elegante y ligera que la robusta capa que usaba antes.

La compañía avanzó sin percanzes, hasta que descubrieron a Picco.

Elitzur no se mostró tan amenazante como los demás compañeros, es más, casi interviene para defenderlo, y lo hubiera hecho en  caso de que la gran hacha enana cayera en la cabeza del mediano, parecía muy indefenso como para matarlo así.

Tras algunas discuciones pareció que aceptaban al mediano en la compañía

Creo que lo más acertado es que venga con nosotros, si me permite opinar Sigmund, ya que podremos controlar sus movimientos, y veremos que tanto habla con la gente de port Voynod- Luego de soltar esas palabras, miró al mediano:

no te preocupes, si es cierto lo que dices, nada te pasará, esperemos que así sea- Dicho esto esperó las reacciones de los demás para continuar el camino.

Cuando Calypso y Áran salieron del bosque, llevaban consigo un poni y una gran mochila de viaje:

-Hemos encontrado el poni atado a un árbol junto a sus cosas, y no parece tener armas ni nadie que le acompañe, aunque sigo sin fiarme de él. Aunque algunos estén en contra -miró a Calypso- yo quiero interrogarle, ya sea mediante la tortura o frente a frente sin amenazas. Tengo un par de preguntas, entre ellas una de las más importantes es porqué el duque acabó contaminado de magia negra, pues yo ví las manchas de su piel el día de la partida y Calypso aseguró solo conociendo los síntomas y no de qué paciente se trataba (pues dije que se trataba de una amigo) que se trataba de eso y no de una enfermedad.

Tras decir eso se acercó a ver qué tenía que decir el mediano y si alguno de sus compañeros le impedía ponerle la mano encima.

Basta de secretos, se ha levantado el telón y yo ya quiero saber el por qué de algunas cosas. Además, si no fueron imaginaciones mías, tengo que advertir a los demás en qué peligro se han metido.

¡Espera Áran! - Le dijo Sigmund a su compañero viendo como se acercaba hacia el mediano.

¿Es verdad eso Calypso? - el guerrero miró rápidamente al clérigo a los ojos- ¿ No hay ninguna otra posibilidad sobre su enfermedad?.

A Sigmund no le había gustado el estado del Duque desde la primera vez que le vio, pero jamás había imaginado que tuviera que ver algo con la magia negra. Estaba perplejo ante el posible descubrimiento de su compañero Áran.

Viendo cómo salía agresivamente Aran, Lihem se pone en su camino, tratando de tranquilizar al grupo-No hace falta que lo aten para interrogarlo, tranquilo, Aran, ya está bastante asustado el mediano, El gerrero se da vuelta y mira al mediano:-  vamos Picco, dinos todo lo que sabes y nadie te lastimará-

Picco se estremeció al oír la palabra tortura, y aunque esta vez contuvo las lágrimas, no pudo evitar que un escalofrío recorriera su cuerpo de arriba a abajo de puro terror. Cuando Áran se acercó con la cuerda para mordazarlo, instintivamente Picco reculó un metro arrastrándose por el suelo donde se encontraba sentado.

- Está bien, está bien... responderé a todo lo que queráis... -dijo temblando -No es necesario atarme ni torturarme. Os seré totalmente sincero, como lo he sido hasta ahora.

Con cuidado y pidiendo permiso con un gesto se acercó a su poni y extrajo la carta del duque.

- Esta es la carta de la que os hablé -dijo entregándosela a Sigmund, y al darse cuenta de que Áran y Calypso no estaban cuando lo había comentado, se explicó- Es una carta donde el duque me autoriza para negociar en su nombre y reservaros sitio en un barco.

Sigmund examinó la carta al completo comprobando que el mediano había dicho la verdad asegurándose de que el sello ducal era auténtico. Cuando hubo terminado, lo entregó a Oliver que se encontraba a su lado y fue pasando por todos los miembros del grupo.

- Y respondiendo a la pregunta de Áran, sólo puedo contar lo que yo vi.

»Era un día soleado de mercado en Fianosther y todo transcurría con normalidad. La señora Hannaia y su hija, la pequeña Lía, habían abandonado el palacio para dar un paseo por el mercado, mientras que el hijo del duque, Jouheav había salido de caza aquella tarde. Yo me encontraba en la biblioteca con el duque leyendo y charlando acerca de nuestras cosas.

» De pronto, el ambiente se ensombrenció antinaturalmente, y cuando nos asomamos a la ventana solo pudimos ver una espesa capa de nubes negras cubrir de horizonte a horizonte.

»De algún lugar del pueblo surgieron gritos de terror y todas las gentes que se encontraban en el mercado comenzaron a correr en todas direcciones. El duque, temiendo que le pudiera haber pasado algo a su familia ordenó a parte de la guardia buscarlas por el pueblo. Desde la ventana de su habitación, mi señor Ojesu y yo seguimos el avance de la guardia hacia el pueblo y allí permanecimos observando la extraña noche que había caído antes de tiempo.

»Sin saber muy bien cómo, un hombre encapuchado apareció de entre los árboles de los alrededores del palacio y avanzaba por el césped de los jardines hacia el edificio precedido por Lía y Hannaia que caminaban amordazadas y encapuchadas.

»El duque salió corriendo de la habitación y atravesó los pasillos a una velocidad impropia de su edad. Cuando llegó a las puertas del palacio se giró hacia mí y me ordenó esconderme. Sin embargo antes de hacerlo ví cómo el duque se acercaba al encapuchado y su familia e intercambiaba unas palabras con él. Llegado el momento, una nube comenzó a descender en espiral desde el cielo hacia mi señor, y sin que él pudiera hacer nada lo envolvió hasta cubrirlo por completo. La sombra que lo envolvía se contrajo y expandió en varias ocasiones como un convulsivo latido. Entonces se elevó de nuevo y se concentró en un pequeño punto brillante. El cuerpo del duque cayó al suelo sin vida y el punto brillante se diluyó en el aire, al igual que su familia, que resultó ser una especie de visión fantasma.

»Corrí por el palacio hasta encontrar un escondite apropiado y me acurruqué llorando en silencio como el duque me había ordenado. Desde allí oí golpes y pasos por todo el palacio. Montones y montones de pasos lo inundaron todo e innumerables golpes de destrozos como truenos y terroríficos temblores.

»A lo lejos pude oír también las voces de Lía y Hannaia, al volver al palacio y encontrar el cuerpo sin vida del duque en los jardines. Escuché sus gritos de angustia cuando las ordas invasoras las alcanzaron.

»No sé lo que ocurrió pero de pronto dejé de oír sus voces. Continuaban los pasos, los golpes y los ruidos pero sus voces se desvanecieron. Acto seguido, oí un grito desgarrador que identifiqué cómo la voz de Jouheav.

»Presa del pánico pero desesperado por saber lo que ocurría, salí de mi escondite y comprobé que nadie se encontraba en palacio. Salí a las puertas y vi a lo lejos, a Jouheav arrodillado junto al cuerpo de su padre, abatido. Las negras nubes comenzaron a despejarse permitiéndome ver con mayor claridad el cuerpo del duque, que se encontraba totalmente deformado: las piernas rotas, los brazos fuera del sitio, el cuello en un horrible ángulo, con una hendidura sangrante en uno de los laterales del cráneo, profundos cortes en los costados y en las piernas y con un gesto de auténtico terror en su rostro.

»Jamás lograré apartar de mi mente aquella imagen. En cuanto me repuse, ordené a lo que quedaba de la guardia recoger el cadáver y llevarlo a palacio y observé cómo Jouheav perdía el conocimiento.

»Estuvo dos días inconsciente y los médicos detectaron unas manchas negras verdosas en su pecho que poco a poco se fueron extendiendo. Se encontraba muy débil, pero en cuanto se despertó se ocupó de las tareas ducales, y comenzó a investigar acerca del paradero de su familia. Sus informadores le comunicaron lo que ya sabéis, que su familia se encuentra en Willem, encerrada por una misteriosa gema dorada mediante algún tipo de magia negra.

»En cuanto a su extraña mancha verdosa, no ha permitido que se la examinaran. A los magos y druidas que le ofrecieron su ayuda les dijo que se centraran en investigar cómo liberar a su familia de aquella gema, y prometió someterse a su estudio en cuanto su familia estuviera a salvo.

El mediano observó a los miembros de aquel grupo sin entender por qué se mostraban tan escépticos.

- Si me dejáis viajar con vosotros prometo no relentizaros e informaré al duque de que cabalgo con vosotros en la próxima misiva que le haga llegar... si os parece bien... haré lo que me digáis.

Con una reverencia perfectamente entrenada con años de fiel servidumbre Picco quedó en silencio.

Después de encontrar al mediano y escuchar lo que estaba contando, Aeldar aún no se podía creer lo que estaba sucediendo. ¡Esto no puede estar pasando! ¿Cómo puede el Duque no fiarse de un grupo al que él mismo encargó ésta misión?

Pero parecía que ahí no acababa todo, pues después de la vuelta de Áran y Calypso, la cosa parecía empeorar.

¡Mágia negra! ¿Cómo puede ser eso posible? El elfo parecía realmente sorprendido, pues es lo último que se hubiera esperado.

Antes de que Calypso hablara el mediano empezó a explicar todo lo que sabía y Sigmund comenzó a notar algo de pesar por haber dudado del pequeño sirviente.

Mirando al mediano empezó a hablar con una voz sin pizca de amenaza y algo de compasión - Bien... - no pudo evitar que sonara algo cansado - Parece que se ha zanjado el tema...

>>Espero que entiendas Picco, que muchos de nosotros estemos algo nerviosos al haber magia negra de por medio, Gracias por sincerarte con nosotros.

Miró alrededor fijándose en sus compañeros - Creo que nadie se opondrá ahora a que nos acompañes, ¿No es así? - El guerrero miro a Áran - ¿Áran?. Espero a ver si el artista tenía algo que decir.

-Sí, ciertamente, Magia Negra- Calypso puso una actitud pensativa -Pienso que quizás el duque no nos contara la historia para no asustarnos. Quizás él pensase que si sabíamos del mal que lo afligía, nos interesaríamos en saber cuándo y como se habría desarrollado. Y entonces, claro, nos habría tenido que contar todos estos oscuros acontecimientos. Habríamos sabido entonces de esa poderosa, y aparentemente imparable fuerza que mató a su padre, y que parece estar detrás de todo esto. Pensadlo durante un momento ¿Acaso no habrían nacido dudas y temores en nuestro corazón? Ahora, después de saberlo, me resulta difícil de creer que seamos capaces de enfrentarnos a un mal tan oscuro y terrible.

El mediano se animó al comprobar que el grupo parecía creerle.

- Sí, es verdad -dijo nervioso -mi señor me lo dijo. Por eso ha puesto tanto énfasis en que no llaméis la atención, en que avancéis por caminos secundarios y todo eso. El objetivo es recuperar la gema antes de que sus captores puedan reaccionar. Si el grupo no estuviera capacitado no os habría mandado a por ello. Además, según él ha sabido, el ser que invocó la magia que acabó con su padre no se encuentra custodiando la gema. O eso es lo que ha dicho.

Ahora permanecía de pie mirando de reojo a Áran y Thorin que aún no habían mostrado su aprobación a la sugerencia de Sigmund.

Una oscura nube recorrió la mente de Calypso... ¿Debía hablar a sus compañeros de la profecía que el mago/druida le reveló al principio de su viaje? El mago dijo que al final desatarían un gran poder, y que este poder cambiaría muchas cosas, pero... ¿para bien o para mal? Calypso se estremeció al pensar en ello ¿Acaso no era una carga muy pesada para llevarla un sólo hombre? Deseaba contarlo, pero también debía meditar sobre ello y no precipitarse. Él camino sería largo, y ya habría tiempo para revelearlo más adelante, si fuese necesario, o a menos así lo esperaba el semielfo...

Áran se quedó pensativo unos minutos, mirando alternativamente a Picco y al resto del grupo, que ahora parecían creerle. Finalmente habló con toda la rabia que llevaba dentro:

-Cuando me uní al grupo, la misión era viajar de incógnito a Willem y liberar a la familia del duque de una gema mágica. Los únicos peligros que se mencionaron fueron posibles ataques de gente que quisiera la gema y la propia joya de la que decíais que poseía magia negra, y ahora resulta que quien controla esa gema podría cabrearse y es capaz de hacer aparecer y desaparecer un coningente de soldados los suficientemente grande como para superar a la guardia del duque, por no hablar de que parece un mago bastante sádico en su forma de matar.

Dió una vuelta alrededor de sus compañeros, mirándolos fijamente.

-Creo que eso es todo, si me olvido de algo me lo decís, no os corteis.

Se sentó recostado al pie de un árbol y esperó unos minutos. Jugueteaba con una de sus dagas en la mano mientras miraba el fuego. Se terminó la cena antes de decidirse a dar su respuesta, pero al fin habló, aunque su voz ya no sonaba furiosa, sino más bien cansada:

-Nae, al final los regalos de tu pueblo se nos van a quedar escasos, tendremos que racionarlos de ahora en adelante con sabiduría o nos arriesgaremos a ser emboscados en cualquier momento. Supongo que alguno más se habrá dado cuenta de que los puentes de piedra no se derrumban solos, ni de que desde la niebla misteriosa del bosque alguien parecía vigilarnos, así que de ahora en adelante deberíamos ahorrarnos encender fuegos salvo los imprescindibles y poner siempre guardias, tanto cuando acampemos como mientras viajamos. Y tened por seguro que al próximo que pille entre los matorrales espiando lo mataré antes de que se de cuenta. -añadió mientras golpeaba su arco largo.

Por último, se acercó a Sigmundo y le dijo con una sonrisa triste:

-Sigmund, recuérdame cuando terminemos la misión que no vuelva a dar mi palabra a un guerrero desconocido o acabaré por morir a manos de un mago malvado antes de llegar a viejo.

La noche transcurrió sin muchos más sobresaltos pero cargada con la preocupación de una nueva amenaza sobre el grupo. Este nuevo temor hacía a los aventureros escrutar con desconfianza la oscuridad del bosque. Cada tanto, algún animal despistado se adentraba en el umbral del fuego amigo y se le veía desorientado por ver de pronto la luz de la hoguera, pero enseguida salía huyendo.

La mañana llegó, y con ella la niebla se despejó, dando paso a un incierto cielo con algunas zonas de claros y otras de espesas nubes amenazantes.

La espera para que llegaran Aran y Calypso a Oliver se le hacia eterna, allí estaban todos al rededor del mediano esperando. Al final ambos dos aparecieron con un poni y las pertenencias de Picco. El mediano se apresuro a coger la carta que menciono anteriormente para que diéramos veracidad a su relato y luego se la entrego a Sigmund para que la leyera, el cual nada mas la leyó se la entrego a Oliver y cuando este hizo lo propio se la entrego a Nae para que ella también la leyera. Luego en mediano continuo contando la escalofriante historia de lo acontecido en Fianosther y un escalofrio recorrio el cuerpo de Oliver ante tan detallada narracion.

Ante tal sinceridad por parte de picco, Oliver se acerco a el y poniendole la mano en el hombre le dijo....Picco, eres merecedor de mis mas cinceras disculpas, asi que espero me perdones la actitud que he tenido antes hacia tu persona. Sin nada mas que decir Oliver se dirigio al grupo... Compañeros, ha llegado la hora de descansar para poder afrontar el nuevo dia que nos espera, asi que si me perdonais, me retiro a descansar.

Esa noche Oliver no pudo dormir mucho, demasiadas cosas agolpadas en su cabeza, dudas, preocupaciones, preguntas que le hacian perder el sueño.

Al dia siguiente retomaron el camino, el dia habia amanecido gris y el camino a medida que avanzaban se iba haciendo mas accidentado. Empezo a llover pero el abrigo de los arboles del camino hacian amena la caida de la lluvia, hasta que llego un punto en la que ya no se podia seguir, fue entonces cuando el grupo decidio buscar cobijo. No tardaron mucho en encontrar una gruta en la montaña y sin penserlo demasiado, se adentraron en ella para ponerse a cubierto.

La lluvia había empapado a Áran hasta los huesos, a pesar de que la capa élfica protegía muy bien contra los elementos. Estaba agotado, pues habían llevado un ritmo muy alto en la jornada y el tiempo no había ayudado a hacerla más pasajera.

Finalmente encontraron refugio en una cueva profunda, y el joven pícaro deseaba más que nada encender un fuego junto al que calentarse, pero era imposible encontrar leña seca con ese diluvio. Tampoco le agradaba la idea de quedarse en una cueva que podía estar habitada por animales. Tras pensarlo un momento, prefirió dar un paseo para explorar que intentar inútilmente encender un fuego.

-¿Alguien se apunta a ver qué hay al final de la cueva? Me vendría bien alguien que conozca la fauna del lugar por si me encuentro con la cena, o un buen guerrero para cortar los filetes. Picco, lamento haberte asustado antes, ¿quieres ayudarnos y encender un fuego junto al que calentarnos?

Así hará algo útil, a parte de dudar de mi lealtad... y si no, nadie del grupo gastará fuerzas inútilmente.

Cuando llegaron Áran y Calypso, Picco se dirigió rapidamente a por la carta que el duque le había escrito. Todos pudieron leer lo que en ella ponía y Nae comprobó que todo lo que decía el mediano era cierto. A continuación la joven se centró en escuchar atentamente la terrible historia que este les comenzó a narrar. No puedo imaginar el profundo dolor que debió sentir el joven duque al presenciar todo aquello y ahora el dolor que esas heridas le deben estar causando...él no se merece esto. La idea de enfrentarse a magia negra no era agradable para nadie pero todos habían dado su palabra y Nae sabía que ninguno de ellos se echaría atrás. En cuanto lleguemos a los Robledales hablaré con mi reina y los mejores magos y curanderos para que puedan ayudarnos en todo lo posible.

-Gracias Picco, por sincerarte con nosotros. Tienes que comprender nuestra inquietud y espero que no nos lo tengas en cuenta. Ahora y como Oliver ha dicho es mejor ir a descansar.- Naedunëa se alejo un poco del grupo e intentó dormir.

A la mañana siguiente partieron de nuevo. Cuando llevaban bastante tiempo de camino la lluvia les impidió continuar y decidieron guarecerse en una gruta.

-Áran si es necesario yo iré contigo. Y si encontramos algun animal yo te defenderé, no te preocupes.-dijo la joven con un tono burlón, el ambiente estaba tenso y eso no le gustaba.-Siempre podemos encontrar algo para cenar. ¿alguien más viene con nosotros?-miró a todos sus compañeros y esperó algun tipo de respuesta.

- No, gracias -respondió Picco fría pero educadamente.

Acto seguido hurgó en su mochila murmurando por lo bajo "Estaba por aquí..." hasta que al fin dio que él y sacó un pequeño paquete envuelto con mimo. Lo desenvolvió y sacó una pequeña caja que abrió mostrando dos compartimentos que contenían unos polvos y dos piedras. Con mucho cuidado eligió una zona del suelo que estuviera seca, escarbó hasta sacar una pequeña montaña de tierra que procedió a mezclar con parte de los polvos, los introdujo en un pequeño cuenco y comenzó a golpear las piedras entre sí sobre los polvos del cuenco. Inmediatamente y como por arte de magia, una llama se encendió de la mezcla de tierra y se intensificó hasta que la luz inundó débilmente la caverna.

- No ilumina como un fuego normal, pero es versátil -dijo orgulloso con una sonrisa -es un pequeño truco heredado de mi pueblo.

-Magia por todos lados.-Dijo carraspeando el gruñón enano mirando hacia los polvos del mediano.Ultimamente todo parecia girar en torno a la magia, y eso no le gustaba.Nada.

-Me apunto a explorar la cueva.Hm, esto me recuerda a cierta cancion...-Thorin sabía que el ambiente estaba cargado ytenso y sabia que cantando un poco mientras se encontraba con el pícaro y la elfa podía animar a los del grupo.Carraspeó y miro en torno mientras entonaba un antiguo cántico de taberna empuñando y balanceando su hacha.

-Arriad con todos los verdes
Así, ASÍ!
Clavad las hachas sin des-den
Así, ASÍ!
Cubrid el suelo de cerveza,
sangre o tierra,
Luchad vivid, cavad ...MORID!!
Chocad las jarras en la barra !
Chocad las pintas junto al fuego !
Así, ASÍ!
Matad-escupid-morded o morid!
Morid! Morid! ASI!ASI!

El enano solto una carcajada mientras se acercaba a la elfa y al picaro, sonriente.

Ante las palabras sobresaltadas de Áran por la explicación de Picco, Sigmund tuvo que contenerse, sabía que la rabia hablaba por él:

-Creía que todos sabíamos mas o menos a que íbamos a enfrentarnos-el guerrero dejo escapar un suspiro a la vez que miraba a todos los compañeros que le rodeaban- la magia negra nunca es fácil de combatir y siempre es peligrosa, sobretodo porque la gente que hay detrás de ella suelen ser tiranos y se necesita gran poder y conocimiento para controlarla...- Sigmund se giro un poco hacia Áran con la cabeza cabizbaja y levantando levemente el brazo hacia él mientras andaba con paso cansado hacia su saco de dormir- Siento que lo hayas entendido ahora... de veras...

Y termino internándose durante un rato en el bosque antes de tumbarse para dormir.

Al día siguiente el guerrero permaneció callado mientras seguían el camino que la dulce Nae les marcaba.

Cuando el grupo de aventureros se adentro en la cueva para resguardarse de la lluvia, Sigmund se echó a un lado y se dedico a estudiar los mapas élficos que había traído consigo del conde.

Tras escuchar la tonada del enano, miró hacia los tres que se adentraban en la cueva y con un tono frio les advirtió- Id con cuidado ahí dentro, si pasa cualquier cosa, hacedlo saber de cualquier forma, estaremos atentos.