Partida Rol por web

- ¡Detente! -gritó Liozard desde la cubierta del barco en dirección a Áran - Quieto, pícaro imprudente. Es inútil.

A pesar del enérgico grito, el mago parecía más viejo que nunca. Abatido y cabizbajo siguió hablando en voz alta hacia Áran.

- No podemos ayudar a Calypso ahora. Ir en su búsqueda sólo sería un suicidio.

 Oliver miro al mago sin entender muy bien el motivo por el que no queria que Aran ayudase a Calypso.... Pero Liozard, Calypso morira si no le ayudan !!!

La cara del paladin mostraba perplejidad ante la situacion.

La expresión con la que Liozard miró a Oliver al realizar su comentario no pudo reflejar mejor la profunda pena que sentía. Tardó varios segundos en responder.

- Las fuerzas que arrastran a nuestro amigo hacia las profundidades son demasiado poderosas. Nada desearía más que Calypso volviera con nosotros, pero es inútil. Confiad en mi. No malgastéis vuestras vidas persiguiendo una meta imposible. Calypso está... muerto.

 Las palabras de Liozard fueron mas que suficientes para que Oliver entendiera la magnitud del problema.

Entiendo... el paladin hizo un gesto de asentimiento al mago y dirigio  su mirada hacia su compañero Sigmund, con la esperanza de que vuelva pronto en si.

Áran se quedó sorprendido ante la reacción del mago. ¿Acaso no era amigo del clérigo?

-¡Es igual! Aunque sea arriesgado, Sigmund me ordenó que le salvara, y por mi deber para con él debo hacerlo. Además, mi conciencia no estaría tranquila si le dejo morir... ¡Es un buen tipo!

Sin perder más tiempo, el chico saltó al agua de cabeza. Sin embargo, su compañero se hundía demasiado rápido y no fue capaz de alcanzarle.

 Oliver vio como Aran se lanzaba al agua haciendo caso omiso a las palabras de Liozard.... ¡¡¡ NOOOOOOOOOOOOOOO !!!... le grito Oliver a Aran, pero este tozudo como una mula salto al agua. En ese instante dirigio rapidamente la mirada hacia Liozard.... ¿Podrian atrapar a Aran tambien las fuerzas de las que hablas?

Áran se sumergió con un chapuzón vertical y nadando en dirección al fondo marino avanzó a una buena velocidad cierta profundidad. Sin embargo, pronto fue consciente de que resultaba inútil. El cuerpo del clérigo descendía demasiado rápido y se encontraba demasiado lejos. Empezaba a comprender esto cuando de pronto...

Mientras se recuperaba de su intento por salvar a Calypso, se percató de que la situación con los piratas había mejorado en favor de sus compañeros lo cuál le alivió.

Cuando el elfo se puso en pie, Áran ya parecía dispuesto a volver al agua en ayuda del clérigo.

¡No irás sólo, voy contigo! Contestó Aeldar preparándose para saltar también, antes de que el mago les deteniése...

Por un momento dudó, y estuvo a punto de resignarse, pero al ver zambullirse a Áran haciendo caso omiso a las palabras de Liozard, el elfo se giró para mirar al resto de sus compañeros uno a uno y decidió volver a intentar salvar a Calypso.

Aledar se zambulló junto a Áran buscando alcanzar al clérigo sin embargo sus esfuerzos resultaron igualmente inútiles debido a la velocidad con la que el cuerpo de Calypso descendía. El elfo se detuvo cerca de Áran y se disponían a ascender cuando...

... se vieron rodeado por una ingente cantidad de cuerpos azules que flotaban con gracilidad en el agua. No llegaron a tocarlos, pero parecían mirarlos con aquellos ojos rasgados. El pícaro y el elfo estaban siendo objeto de alguna especie de ritual, y comprendieron que de un momento a otro serían presa de algún ataque.

El mago arrugó el gesto cuando Áran y Aeldar saltaron al agua murmurando algo así como:

- Jummm, Insensatos...

Ante las palabras de Oliver, Liozard respondió con gravedad.

- Tendrán suerte si vuelven a respirar. Haré lo que pueda por ellos, pero no me quedan muchas fuerzas. Como esas criaturas lleguen a alcanzarlos estarán perdidos.

Tras decir esto el mago cerró los ojos y se concentró frunciendo la frente.

El elfo vió cómo Calypso se hundía más y más y al no poder alcanzarlo se detuvo para volver a la superficie, cuando observó a unas criaturas marínas frente a ellos.

 El estado de Lizoard no era el mas optimo pero aun asi el paladin vio con buenos ojos que intentara sacar fuerzas de flaqueza para ayudar a sus compañeros. Estubo atento a todos los movimientos del mago mientras miraba al horizonte con la esperanda de ver aparecer en cualquier momento a Aeldar y Aran.

Ayudalos Liozard porfavor.

De pronto, el paladin se dio cuenta de que una cuerda se dirigia directamente fuera del barco en la direccion que habian saltado Aran y Aeldar, miro rapidamente a quien  estaba mas cerca de aquella cuerda. Thorin.... La cuerda... dijo señalandola... tira de ella, esa es la cuerda donde se ató Aran antes de lanzarse al agua.

El paladin no hubiera dado semejante orden a nadie y lo hubiera echo el mismo si no estubiera herido y no hubiera perdido tanta sangre, quedando asi, bastante debilitado para hacer cualquier esfuerzo fisico.

Las criaturas que mostraban un tono de piel azulado, giraban en torno a ellos a una velocidad inaudita. De pronto, uno de aquellos seres se separó del círculo y se adentró hacia el centro, a la posición de Aledar y Áran que permanecían como hipnotizados.

La criatura parecía tener rasgos femeninos en un cuerpo humanoide, sin embargo, sus ojos minúsculos y rasgados le daban un aspecto sobrenatural. Su piel, azulada se camuflaba con las profundidades del mar haciéndola apenas visible.

Llegado el momento, la criatura que había mantenido su rostro relajado hasta el momento abrió la boca y adoptó un gesto de agresividad enseñando unos afilados colmillos y disponiéndose a atacar, sin embargo antes de que esto sucediese surgieron desde lo alto una serie de columnas de burbujas que desorientaron a las criaturas que detuvieron los movimientos circulares que realizaban alrededor de los compañeros. Una de estas columnas alcanzó a la criatura que se encontraba frente a ellos proyectándola hacia abajo.

Aeldar y Áran reaccionaron e iniciaron su ascensión hacia la superficie. Mientras subían veían más columnas de burbujas descender hacia las criaturas que los seguían a escasos metros.

Aeldar fue el primero en alcanzar la superficie y para su sorpresa no se detuvo allí, pues su cuerpo siguió ascendiendo por el airte hasta posarse en la cubierta del barco. Inmediatamente detrás apareció Áran. Su cuerpo abandonó el agua al igual que el del elfo sin embargo una mano surgió del agua y...

¿Calypso muerto?

La mente de Picco no era capaz de aceptar que un compañero había caído, y menos aún que fuera el clérigo, una persona que siempre había demostrado su bondad aún cuando todos los demás habían acusado al mediano de conspirar contra ellos.

Las lágrimas asomaron en los ojos de Picco que no pudo contenerlas y comenzó a llorar en silencio.

Echó un vistazo a los abatidos rostros de los demás cuando reparó en el cuerpo del capitán Gargan.

- ¿Está muerto? -dijo dirigiéndose al cuerpo del pirata.

Este descansaba sin vida sobre la cubierta.

- ¿Qué haremos con ellos? -dijo señalando a los otros piratas -Hay otro de ellos atado en el compartimento.

 Oliver no tardo mucho en ver aparecer de nuevo a Aran y Aeldar. Espero espectante ver tambien el cuerpo de Calypso aparecer al igual que habian echo el picaro y el elfo, pero sin resultados. Dirigio su vista rapidamente hacia Liozard preguntandole con la mirada donde estaba Calypso, el mago hizo un gesto de negacion con la cabeza, el paladin no sabia como interpretar ese gesto, pero le vino a la mente la idea de que seguramente no volveria a ver nunca mas a Calypso.

No me olvidare de ti Calypso, aunque fue corto nuestro encuentro me he dado cuenta de la valia de tus gestos y actos.

Las palabras de pico devolvieron a la realidad a Oliver el cual fijo su mirada en el cuerpo de Gargan que parecia yacer muerto en el suelo.

Has pagado con la muerte tu osadia, ahora descansa en paz. Murmuro el paladin mientras intentaba de nuevo hacer reaccionar a su amigo todavia inconsciente en el humedo suelo de cubierta.

Habían acabado con Gargan pero uno de los suyos había caído y otros se encontraban malheridos. Antes de que la elfa pudiera reaccionar Aeldar y Áran se tiraron al mar para seguir intentando salvar a Calypso pero ya era demasiado tarde y ni si quiera la magia de Liozard fue de ayuda para el clérigo. Nae bajó la cabeza y pronunció una oración en élfico en su honor. Pero no era momento de detenerse, había que curar a los heridos y llegar cuanto antes a puerto.

-Oliver, Thorin y Lihem venid aquí, os echaré en esas heridas musgo reparador para que cicatricen cuanto antes y teneis que descansar.

Inmediatamente se giró hacia Áran y Aeldar y suigió dando órdenes que esperaba no les pareciera mal.

-Áran y Aeldar cuando podais, llevad a Sigmund al camarote del capitán y colocarlo en algún lugar cómodo. En mi mochila tengo flor de reyes que le ayudará a recuperarse aunque solo el tiempo hará que mejore del todo.

En ese momento se dió cuenta de que Picco estaba llorando y tuvo que reprimir el impulso de echarse a llorar ella también. Mis amigos me necesitan más que nunca y no es momento de debilidad, cuando se recuperen podremos despedirnos de Calypso como se merece.